En artículos anteriores señalamos que la toma del gobierno por las fuerzas rebeldes encabezadas por HTS (Hayat Tahrir al-Sham) y lideradas por Al Golani (hoy Al Sharaa) podía ser solo una nueva etapa en la guerra civil Siria o, más remotamente, la consolidación de un nuevo régimen que unificara (en lo que considere unidad en países de esas características) al estado sirio. La caída de Assad, dejó un vació de poder que las fuerzas de HTS, su respaldo turco y de milicias pro turcas, debía ocupar. Pero, solo observando los mapas, podíamos ver que el control de los ex yihadistas abarcaba una franja territorial que se estructuraba a través de Alepo (desde la frontera turca donde este estado controla directamente parte del territorio), Homs Hama, hasta Damasco. Un enorme triángulo en el noreste era controlado por los Kurdos y las fuerzas de EEUU (o milicias liberales respaldadas por EEUU). El la costa el territorio Alawita (base étnica de los Assad, y donde estaban y están las bases rusas) se encontraba en una situación de control muy precario. En el centro y sud este, tribus, grupos afilados al EI (Estado Islámico) y fuerzas respaldadas por EEUU controlaban en distinto grado esos espacios. Mientras que, en el sur, y sur oeste hacia los altos del Golán y la frontera israelí, milicias Drusas habían tomado el controlo del territorio y se habían acercado hacia Damasco.

Como vemos de hecho, la situación no era nada, pero nada, simple. Y las fuerzas de HTS por sí mismas parecían muy escasas y de representatividad limitada para la tarea de unificar Siria bajo un solo gobierno central. La tarea de monopolizar la soberanía, que Assad había perdido hace 13 años con la “primavera siria” y ahora parecía aún más fraccionada, parece una tarea difícil para los ex yihadistas. Si Assad había perdido el apoyo ruso, el iraní y el de Hizbollah. Golani de hecho repudiaba a Iranies y libaneses (que de hecho abandonaron pacíficamente el país) y negociaba con los rusos sin un interés de sostenerlos como apoyo. Solo los turcos aparecían como su respaldo. Golani/Sharaa y su gobierno de “transición” (con un gabinete abrumadoramente constituido por miembros de su más bien pequeña fuerza) tenían el desafío de consolidarse como “autoridad legítima” (en el sentido weberiano) y ejercer el control territorial sobre el conjunto del país. Esto último hacerlo a través de algún tipo de negociación. De hecho, en el norte del país las fuerzas turcas y proturtcas continuaron la guerra con los Kurdos y las fuerzas pro EEUU sin grades éxitos. Hasta que el gobierno turco, por cuestiones ajenas a esta nota, consiguió una negociación del el PKK de Turquía para terminar la guerra y disolver las fuerzas kurdas rebeldes, cuestión que sin dudas ablandó las posiciones de los Kurdos de Siria.
Pero el problema que advertimos ya en ese instante histórico de diciembre del 2024 fue Israel. Aun el estado judío estaba modelando su victoria sobre Hizbollah, empantanado en su limpieza étnica/genocidio sobre Gaza, y en una guerra hibrida con Irán que amenazaba llegar (como llegó) a ser guerra directa. Claro en ese momento dudábamos que de Israel siguiera su ofensiva estratégica. Se habían establecido treguas en el Líbano y en Palestina, que demostraron ser unilaterales (treguas en que las que Israel no se siente atado como parte sino como juez, y continúa atacando a la otra parte cuando considera). Pero ya veíamos con claridad que la frontera geopolítica iraní, extendida hasta el Mediterráneo, se desmoronaba, iniciándose un retroceso que llevó a los persas hasta sus fronteras políticas.
Israel nunca había dejado de intervenir en Siria desde “la primavera”. Había profundizado esto con el aumento de la presencia iraní y con la guerra de Gaza; atacando posiciones del ejercito sirio, pero especialmente del “eje de la resistencia”: Hizbollah, iranies y proxis de irán. Ataques permanentes y muchas veces violatorios, no sólo de la soberanía siria, sino del derecho internacional, matando a funcionarios iranies reconocidos. Estos ataques eran un indicio de que Israel no se detendría si tenían una ventana de oportunidad de profundizar la guerra. No quedaría atada a la estrategia hibrida de largo plano de los persas, ni siquiera una negociación con garrote de los EEUU, para Israel era “todo o nada”. Buscaría escalar e involucrar a Irán en una guerra abierta y arrasar a EEUU hacia ella.
Sin embargo, Israel tenia un problema: el gobierno de Assad controlaba una parte del territorio sirio y (a pesar de que demostró ser un ejercito podrido por dentro) un ejército de un estado con equipamiento de cierto nivel, especialmente con defensa antiaérea, (supuestamente) una fuerza aérea con algunas aeronaves eficaces, y una serie de unidades navales y terrestres que en teoría se creía tenían algún nivel (con equipamiento y respaldo ruso). También contaba con el despliegue ruso de sistemas de defensa y alerta, más la presencia iraní. Israel, a pesar de esto, intervenía, pero sin dudas con limitaciones. Claro los sirios de Assad buscaban canales de negociación con el estado judío para evitar verse involucrando a fondo en la guerra por palestina. Recordemos que los rusos tienen con Israel una relación especial.
La toma de Damasco por Al Golani/Sharaa produjo un vacío de poder. Si bien algunos funcionarios basistas apoyaron una transición ordenada, el sistema militar del EAS (Ejercito árabe sirio de Assad) se disolvió. Las bases militares descuidadas, arsenales, puertos, centros estratégicos, logísticos de mando y control, quedaron abandonados. En ese mismo momento Israel lanzo una campaña aeronaval de enorme envergadura, de la que el mundo no tomó debida nota, o más bien dejo hacer como siempre con Israel. Violando todas las reglas jurídicas internacionales, en una acción de guerra de gran despliegue, ataco una nación con la que estaba “en paz” (bueno, Israel tiene un concepto de Paz con sus vecinos muy relativo). Una acción que para los mismos estándares israelíes fue muy grande.
Las FDI atacaron todas las posiciones sirias, destruyendo toda su FA. Al menos 350 ataques aéreos habían arrasado activos militares en todo el país, eliminando también a toda la Armada. Sus objetivos incluían aeródromos, hangares, estructuras militares, lanzamisiles, posiciones de tiro, al menos 15 buques de guerra y decenas de centros de producción de armas e investigación. Los ataques contra la Armada siria también destruyeron decenas de misiles marinos con un alcance de entre 80 y 193 kilómetros. En definitiva eliminaron aviones de combate, drones, tanques, sistemas de defensa antiaérea, fábricas de armas y una amplia gama de misiles y cohetes, toda la estructura militar capaz de hacer de las milicias de HTS una fuerza militare de nivel estatal. Nada quedó. El nuevo ejército sirio (ENS) construido a partir de las fuerzas de HTS, los cuadros de otras milicias o del EAS, no dispondría de un sistema de defensa antiaéreo, ni de flota, ni nada. Israel había reducido la las fuerzas sirias a nivel milicias. Al Golani/Sharaa era el jefe de gobierno de una parte de Siria, quizás contaba al interior del país con la milicia mas potente, pero nada respecto de un ejercito convencional.


Esta acción israelí evidentemente advirtió de cuales seria las intenciones judías. En apariencia la resolución de la guerra civil Siria en diciembre del 2024 nada estaba relacionada con la intervención israelí. Sin embargo, esto era solo cierto parcialmente. En primera instancia la guerra con el “eje” había debilitado a los adversarios de HTS y los turcos, que a su vez eran el principal respaldo de Assad. Segundo, Siria era parte del territorio “geopolítico” que Irán controlaba. Por ello las fuerzas persas se desplazaban con libertad manteniendo una continuidad hasta la frontera israelí, y dificultando la circulación judía por el espacio sirio (fundamental para operar sobre Irán). Tercero, Siria era una retaguardia segura para Hizbollah. Y cuarto, es indudable que Israel a nivel inteligencia interviene en todos los países de la zona, apoyando a cualquier fracción sea inclusive enemiga suya con tal de que genere caos o debilita el frente adversario. Esto es así desde la guerra Irán Irak al menos.
El derrumbe sirio, la derrota de Hizbollah, el aislamiento de Gaza. Fue acompañado por un repliegue de las milicias iraquíes (mucho más dependientes de Irán que el resto). Y por la imposibilidad de HTS y los pro turcos de tomar bajo su control los equipos de defensa significativos del EAS. Israel “limpió” el camino entre su frontera e Irán, el escenario operacional se dio vuelta. Hecho clave para entender el desarrollo de la “Guerra de los 12 días”. Pero ero eso otro tema.
Lo cierto es que, en el mismo momento del derrumbe sirio, antes de que HTS pudiera empezar a pensar en controlar el territorio, Israel realizó tres movidas. Una ya la mencionamos: la destrucción de la capacidad siria de controlar su territorio, especialmente su espacio aéreo. Dos, avanzar con sus fuerzas de tierra sobre posicione y alturas estratégicas aproximándose peligrosamente a Damasco. Y tres, (esto es lo que ha dado lugar a las ultimas actividades militares) declaro que protegería a los Drusos.
Los Drusos son una comunidad árabe definida por sus creencias religiosas. No son musulmanes ni cristianos, aunque son monoteístas sus creencias incorporan de forma particular ideas cristianas, musulmanas, zoroastrianas, etc. No es cuestión de analizar sus creencias, aunque si saber que para militantes islamistas este tipo de creencias puede resultar muy poco aceptable. Si se debe saber que en una región donde las identidades nacionales se encuentran definidas en forma muy importante por la religión, esta cuestión es fundamental. Como también que la autoridades religiosas y comunitarias son las autoridades políticas. Esto implica que mas allá del Estado nación sirio (que puede ser entendido en occidente de forma similar al cualquier Estado nación en general) las diferentes comunidades tienen un sustrato político de autogobierno propio, más emergente o subyacente de acuerdo al poder y legitimidad del estado nacional. En este sentido los Drusos gozaron en la Siria moderna de un estatus relativo de tolerancia bajo los Assad. Si bien el estado sirio ejercía la soberanía, los Drusos y sus autoridades disponían de esferas de autonomía. Tal es así que si los Drusos de Israel son pro israelíes. Los Drusos del Golán se manifiestan pro sirios. Hasta hoy. Pero no es menor destacar que los Drusos de Israel no solo se encuentran integrados a la sociedad israelí (ojo como ciudadanos de segunda) sino que “militan” y son presentados como un grupo de presion para que Israel intervenga en Siria y “proteja” a los Drusos vecinos.

Señalamos, aclaremos, que significa la “soberanía”. Básicamente ejerce la soberanía sobre un territorio determinado quien dispone del monopolio de la fuerza, defensa exterior y seguridad interior; quien fija los impuestos y cargas tributarias diversas; quien aplica la justicia y quien maneja las RREE. Esto es lo básico. Y podemos agregar sin temor a equivocarnos que el control de la producción y el comercio en manos de ciudadanos o extranjeros. Las finanzas y los recursos naturales. Las vías de comunicación y aduanas. De la educación y el idioma. O sea, todo lo que hace a la unidad nacional y la creación de un mercado propia que vincula a todos los factores de producción, personas y clases. – Para comenzar es claro que ninguna de estas cuestiones se da en Siria hoy (como tampoco en Libia o Irak).
La llegada al gobierno sirio de HTS alteró algunas reglas de juego. Es una organización islamista, o sea que las variantes religiosas que existen en Siria sin dudas se encuentran en una alerta ante la tendencia que se pueden intuir con cierto grado de probabilidad, de que habría choques al incluir en las disposiciones estatales nuevas normas e ideas islámicas sunníes de la variante que estos militantes sustentan. Aunque Golani/Sharaa se ha mostrado abierto y conciliador, esto era evidentemente una necesidad ya que la debilidad del gobierno es extrema tanto en lo interno como en lo externo.
Por otro lado, esta cuestión de la “tolerancia” hacia las confesiones religiosas no islamistas se cruza con otra cuestión, que es la del estado-nación. El nuevo gobierno manifestó la decisión de construir una Siria árabe unificada. O sea que todas las fracciones deberían para comenzar desarmarse y las autoridades regionales como las leyes, tender a homogeneizarse, bajo una sola constitución y un solo gobierno central.
Como vemos ambos ítems, que son objetivos programáticos del nuevo gobierno sirio, encuentran grandes dificultades. La diversidad siria se ha acentuado después de más de una década de guerra y de fraccionamiento; con la proliferación de milicias armadas y la legitimación de las mismas por todos los bandos para poder sustentar la guerra civil. En muchos casos estas milicias locales han sido fundamentales en la defensa de sus comunidades ante fuerzas muy agresivas como las del EI. Pero en todos los casos han reemplazado al estado. Y sin dudas como señalamos, expresan una conciencia de comunidad diferenciadas del Estado que ahora ha ido madurando en comunidad política autónoma.

Allí es donde, nuevamente, opera Israel. Israel tiene como objetivo que no vuelvan a surgir estados unificados que puedan significar un desafío. Para el estado judío es ideal la existencia de estados precarios, fraccionados o divididos. Si fuera posible, múltiples entidades más pequeñas, débiles relativamente. Algunas de las cuales para su propia supervivencia (y mediante un trabajo de los judíos de largo plazo) tejan alianzas y sean actores aliados de Israel. Los Kurdos, por ejemplo, son un caso. Pero los Drusos claramente son otro, menos autónomo aún. La intervención israelí ante la intención del gobierno central sirio de imponer su autoridad plena dejó como saldo lo opuesto: la pérdida de la misma en forma clara, y la demostración de la capacidad israelí sin trabas de ningún tipo de afirmar la autonomía/semi independencia de los Drusos. O sea, de la creación de un estado títere en el sur de Siria, que llega a las afueras de Damasco y cubre ampliamente la frontera de Israel y parte del Líbano. Un paso mas al Gran Israel, de máxima. De mínima un estado títere tapón.
¿Como fue el ataque israelí en el sur de Siria contra las fuerzas del actual gobierno? Veamos como se abrió el escenario. Todos los informes habían de enfrentamientos entre clanes locales. Y no es necesario ser conspiranoicos, en una situación como la siria con una sociedad en ese estadio de desarrollo, conflictos como estos son muy probables. Mas allá de que haya operadores externos que aprovechen la situación, lo cual también es lo normal. Una tribu de beduinos contra un grupo Druso por el control de un pequeño territorio, o un paso para el comercio y circulación. Las milicias Drusas detuvieron unos beduinos que se negaron a aceptar su autoridad, estos respondieron con algunos clanes más que los siguieron para rescatar a sus miembros, y otros grupos drusos se movilizaron para apoyar a sus correligionarios en una escalada de violencia.
Debemos aclarar que “milicias” es inclusive un calificativo excesivo para los grupos enfrentados. Ni los Drusos, ni los Beduinos cuentan con fuerzas militares que se precien. Son pequeños clanes armados. Como tribus que se agregan en forma segmentaria ante un conflicto. Pero que no disponen de mandos únicos, ni de una logística, ni de armas que requieran algún tipo de especialización. Son en definitiva muy inferiores a HTS y las fuerzas que hoy forman con el Gobierno Sirio. Pero ambos contendientes Drusos y Beduinos (sunitas) contaban desde antes con un respaldo para lo que hacían, o sabían que contarían con él: los Drusos, Israel; los Beduinos, el gobierno.
Y aquí juega, nuevamente, el factor de las fuerzas externas. Desde su triunfo Golani/Sharaa ha tenido como estrategia diplomática, mostrarse frente al Occidente y el mundo como un líder razonable. Intentar alejarse de la imagen de Yihadista corta cabezas (jaja). En realidad, ya hace tiempo de Golani se había separado de Al Qaeda para vincularse al estado turco, y eso requería cambios. Llegado al gobierno y con la decisión de romper con Irán, expulsar a Hizbollah y con una relación formal pero aun indefinida con Rusia. El nuevo líder solo disponía de sus fuerzas y la estabilidad relativa que le pueda dar el paraguas turco. En este sentido desde el inicio busco un acercamiento con occidente y algún tipo de acuerdo con Israel. Tampoco rompió con Rusia. En realidad, Golani tiene como primer objetivo conservar el poder, y para ello conseguir la aquiescencia externa. Como la mayoría de los actores internos tienen terminales externas, esta aquiescencia es fundamental. De hecho, no es ilógico suponer que las promesas hechas a Trump respecto de Israel y el visto bueno que occidente en general le están dando, más el apoyo solido de Turquía y la cercanía de varios estados del Golfo, debía ser suficiente para imaginar que Israel se comportaría moderadamente.
Aunque todo esto, sin dudas, lo coloca en una situación de hacer concesiones muy difíciles de aceptar, o más bien de justificar en su propio campo. Se mueve en una línea muy floja. Un fracaso puede ser fatal.

Golani/Sharaa entró en negociaciones con Europa, EEUU e Israel. Los europeos poco necesitaban para aceptar un reconocimiento al nuevo gobierno y el levantamiento de las sanciones que siria arrastraba desde la “primavera”: que Golani se mostrara amigable e insinuara que “ya no era un yihadista” … y que recibiría a todos los emigrantes sirios de nuevo en el país si conseguía pacificarlo. Para cual situación necesitaba el apoyo de occidente. Lo cierto es que resulta gracioso ver a las feministas y activistas de género lideres europeas sonreír con Al Golani, pero sabemos que no tiene conducta ni moral, así que… Sacar algunos millones de sirios de sus países vale.
No sabemos que negoció Golani con Trump en detalle. Pero sí que se requería que Al-Sharaa se comprometiera a la destrucción de todos los arsenales de armas químicas que quedaban en Siria; que cooperara con Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo; que revocara el nombramiento de islamistas no sirios (Chechenos, por ejemplo) que eran miembros de su organización para altos cargos en la administración; que ayudara a localizar al periodista estadounidense Austin Tayis, que había estado desaparecido en Siria desde 2012; y que declarara a la Guardia Revolucionaria de Irán como organización terrorista. Además de quitar la protección a los palestinos. Cosa que sería sorprendente ya que Hamas festejo el triunfo de HTS organización que consideraba hermana, y Erdogan es un valedor de la Siria actual.
Sin embargo, ya sabemos que revocó el status de los palestinos de siria que los declaraba “sirio-palestinos” ahora son solo refugiados palestinos, extranjeros en Siria. Quizás Trump guarde gran esperanza de la posibilidad de sumar a Siria a los acuerdos de Abraham. Donald quiere normalizar la región con una estabilidad para Israel y con los países del Golfo dentro de su campo. Según parece Golani habría señalado que una vez que estabilizará el país lo hará (quizás nunca entonces). Es claro que Turquía, Qatar y los saudíes están dentro de los vectores que buscaron el reconocimiento de Sharaa por parte de EEUU.
Turquía, invertirá y ganará miles de millones con la reconstrucción de Siria en un esquema según el cual Ankara será el que rehabilite la economía y el ejército sirios, y devolverá a Siria a cerca de un millón de refugiados que aún se encuentran en su territorio y que han sido educados en turco. Los estados del Golfo también obtendrán un jugoso cupón económico de la reconstrucción junto con la influencia política junto a Turquía, especialmente Qatar pero también los Saudíes.
Si todo “saliera bien”. Y ese “salir bien” es distinto para cada actor ojo. Golani logrará controlar Siria y satisfacer las principales demandas de EEUU. Turquía y sus aliados del golfo se establecerían sólidamente en Siria, etc. Quizás el “Yihadista moderado” Golani/Sharaa se podría transformar en un poder solido en el país árabe y subordinar por las buenas o malas a todas las fracciones religiosas, tribales, étnicas o delictivas (hemos visto ya que “las malas” sueles estar muy presentes). Pero ese no es el objetivo de Israel, por el contrario, eso seria un riesgo de seguridad según su lenguaje. Y debe ser evitado
Israel es el hueso más duro de roer, aun para el “gran garrote” de Trump, y sin duda imposible de tragar por los países de la región, como vemos ahora. Israel no quiere ningún poder centralizado solido en un país vecino, sea este patrocinado por Turquía o no. Suponemos, que menos aun de un impredecible líder ex yihadista. Por ello las exigencias israelíes van mucho mas allá de que Golani/Sharaa (algún día) reconozca a Israel o firme los acuerdos de Abraham. Cosa que puede o no realizar. Pero que dependería de cierta moderación de Israel en relación con los palestinos y la región, sin dudas. Cosa que no parece estar sucediendo. La estrategia que guía las acciones de Israel es maximalista y parte de una firme convicción de su derecho a intervenir donde y cuando considere necesario sin límites, si lo dicta sus necesidades de seguridad o una hipotética seguridad preventiva.
La doctrina de defensa judia en términos geográficos se basa en franjas defensivas a ambos lados de la “Línea Púrpura” en el Golán, con una barrera terrestre entre ellos, y en una esfera de influencia militar al este, hasta una distancia de 85 kilómetros de la frontera con Israel. La zona de As-Sweida donde intentó imponer sus condiciones el actual gobierno sirio, está incluida en esta esfera de influencia que Israel ha definido para sí misma.
Ya hace dos meses, se habían producido enfrentamientos en la zona drusa de As-Sweida y de Jamaneh en los suburbios drusos de Damasco. Allí se pactó, inicialmente, un acuerdo entre los dirigentes drusos y el gobierno. En ese acuerdo se estipulaba que los drusos aceptarían la autoridad de Al-Golani, y su gente sería incluida en su ejército, en la misma lógica que se negociaba con lo Kurdos. El acuerdo fue muy precario por diversas razones: entre ellas la dificultad de Golani/Sharaa de imponer su “moderación” a toda su coalición; porque no dispone de la autoridad legítima necesaria sobre todo el territorio; y porque Israel es un respaldo que le da a los drusos mayor capacidad de autonomía. Así, los drusos mantuvieron sus milicias armadas y no se fusionaron con el nuevo ejército, quizás las matanzas de la zona Alawita no favoreció su confianza, pero sin dudas el respaldo y la acción de Israel para crear un estado tampón deben estar entre las razones determinantes.
En esta actual crisis Al-Golani aprovechó las batallas que estallaron entre los beduinos y los drusos para intentar imponer la autoridad del estado central. Sin dudas confió en que su papel de líder moderado capaz de establecer el control sobre todo el territorio y garantizar a occidente una< Siria pacificada hacia afuera, con una autoridad sólida, ajena al “eje de la resistencia”, y con voluntad de no apoyar conflictos con Israel; todo eso le daría vía libre para que el nuevo ejercito pudiera imponer su autoridad y la del estado central en la zona drusa. O sea, terminar con la autonomía de los drusos.
Pero eso no fue así, al menos para Israel como ya explicamos. Ante la movilización de fuerzas del estado sobre un territorio que el estado judío considera su colchón de seguridad (todo lo que esta al sur de Damasco), comenzó con sus operaciones de advertencia. Primero les lanzaron misiles a las fuerzas del gobierno, con la intención de indicarles que Israel exigía que se retiraran y no les permitiría avanzar hacia la capital de la región drusa. No se utilizaron aviones de combate en el terreno, aparentemente para no provocar roces con Donald Trump; y también para no meterse en problemas con los turcos, ya que como señalamos Erdogan es el principal valedor del nuevo gobierno y proyecta su influencia determinante en Siria, para Israel confrontar con Turquía seria otro salto adelante innecesario ya que, si bien el avance tuco genera “problemas de seguridad” desde la perspectiva israelí, pero no ha sido un actor de riesgo (aun). Las fuerzas sirias continuaron el avance sobre su territorio sirio hacia la capital drusa ocupando terreno en As-Sweida. Las fuerzas de Damasco según parece operaron con mayor intensidad sobre los drusos que sobre los beduinos quienes mas bien se sintieron apoyados. Esto según, se informa, devino en una fuerte represión contra la minoría autonomista, que además es considerada hereje por los más militantes.
Israel intervino con esa excusa, la protección de los Drusos (aduciendo además reclamos de los drusos de su propio país). Y con la intención de mantener desmilitarizada (de fuerzas peligrosas para la seguridad israelí como las sirias potencialmente) toda la zona. La fuerza aérea israelí operó aviones de combate además de los aviones no tripulados, que bombardearon a las fuerzas sirias en el área de Sweida y al estado mayor del nuevo ejército en Damasco. Fue un duro golpe que puso a las columnas blindadas sirias en retirada y que obligo a Sharaa a hablar por cadena nacio9nal en un discurso que era de derrota en el que se anunciaba el abandono de la zona drusa en los hechos. Es interesante como la descripción israelí de los sucesos no se aleja de lo que podemos considerar veraz mas allá de los calificativos y valoraciones de los actores. Pero la interpretación de sus acciones es sorprendente. Para el estado judío, Israel solo mando un mensaje, casi diplomático, al atacar Damasco “moderadamente” y al bombardear y destruir a los blindados del gobierno en la zona drusa. Es el nuevo statu quo que pretende normalizar.


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No es necesario describir la operación, ni las fuerzas enfrentadas. Solo podemos resumir lo que ya señalamos mas arriba. Las “milicias” drusas son (por ahora) unas fuerzas muy débiles, bandas armadas organizadas en clanes, lo mismo que las fuerzas beduinas. El nuevo ejercito sirio, es una malgama de milicias y fracciones del antiguo ejército. Mucho mas potente que todos sus competidores locales sin dudas, pero mucho menos que cualquier otro estado, sea Israel, las fuerzas occidentales, Turquía, etc. no puede enfrentar un desafío militar convencional sin apoyo extranjero, esto fue definido con claridad como objetico por Israel cunado arraso las instalaciones sirias durante el triunfo de HTS. Israel se consolida como potencia regional y busca avanzar en construir una periferia débil, con territorios bajo su control, pequeños estados satélites y países desintegrados que no vuelvan a significar un desafío. Veremos.
En definitiva, la acción de Israel vino a confirmar que el actual gobierno sirio no puede imponer la soberanía del estado central sobre el conjunto del territorio, que Turquía por ahora nada hará, y la capacidad turca de dotar a Golani/Sharaa del poder militar convencional como para disuadir a Israel está por verse. También vemos que los occidentales, por mas que deseen una Siria pacificada fuera de la influencia iraní no son un sostén ante Israel de ninguna manera. Quizás esto le dé a Golani/Sharaa una razón para que las bases rusas permanezcan en su país como contrapeso, siendo los rusos un interlocutor con Israel que la limite, pero dudamos de que Rusia recomponga una relación como la construida con los Assad. Por ahora Siria esta dividida en varias regiones cada una con su propio gobierno. Aunque frente a la formalidad internacional sea un solo país. El futuro dirá.
*Guillermo Martín Caviasca, Doctor en Historia UBA / Autor de libros de historia sobre el movimiento obrero, historia militar y geopolítica / Experto en Defensa. Miembro del equipo de PIA Global
Foto de portada: Donald Trump y líder sirio al-Sharaa estrechan la mano en un gesto histórico. Fuente: AP



