Europa

Europeístas vs. atlantistas, el rumbo de la UE frente a las elecciones en Alemania

Escrito Por Micaela Constantini

Por Micaela Constantini* –
Frente a un nuevo orden multipolar y desafíos geopolíticos, la UE busca su lugar como actor estratégico. ¿Cómo influyen las elecciones del nuevo o la nueva canciller de Alemania en el rumbo de la UE?

Nuevo tablero mundial 

En los últimos años las relaciones entre la Unión Europea y Estados Unidos tuvieron distintos momentos, especialmente en los últimos dos gobiernos estadounidenses. La gran alianza atlántica entre ambos actores frente a los desafíos internacionales siempre se caracterizó por una UE supeditada a los intereses estadounidenses. 

Sin embargo, los cambios geopolíticos que se están viviendo en las últimas décadas en el tablero internacional y sus enormes retos, han llevado a la UE a repensar su estrategia y el rol que quieren tener frente a estos desafíos.

El mundo ya está frente a un nuevo ordenamiento mundial, en donde el unipolarismo estadounidense ha quedado en el pasado. Nuevos actores, potencias y alianzas han construído un nuevo orden multipolar. En este contexto, la UE busca su propio lugar como actor estratégico global. Así lo reconocía la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, cuando mencionaba la necesidad de contar con una ‘Comisión Europea geopolítica’, capaz de tener presencia en las “misiones en las que la OTAN o la ONU no estarán presentes, pero en las que sí debería estar la UE”. Además, en la declaración firmada por los miembros del Consejo Europeo luego de la Cumbre virtual excepcional, realizada en febrero de este año, reafirmaron que “ante el aumento de la inestabilidad en el mundo, la UE debe asumir una mayor responsabilidad por su seguridad”.

Esta idea de una identidad europea con autonomía estratégica se fue afianzando a medida que las diferencias con EEUU crecía, con las reiteradas crisis que debió enfrentar y con fuertes decisiones políticas que llevaron adelante lxs líderes políticos europeos con la conducción del frente franco-alemán, con Merkel a la cabeza. La UE no sólo está pensando en su refuerzo en Seguridad y Defensa, sino que dicha autonomía estratégica se plantea lograr ser un actor que vela por sus intereses y en constituirse como potencia en distintas áreas para estar a la altura de los desafíos geopolíticos actuales y futuros. 

La UE no puede, ni quiere ser un simple acompañante de EEUU, como lo viene siendo. Esta postura, esta decisión de ser una actor estratégico en el campo geopolítico mundial presenta un gran debate al interior de la UE.

Europeístas vs. atlantistas

El concepto de Autonomía Estratégica, se asienta formalmente en 2016 con la Estrategia global para la política exterior y de seguridad de la Unión Europea: “Una visión común, una actuación conjunta: una Europa más fuerte”. En donde dejaron claro que 

“La estrategia alimenta la ambición de una autonomía estratégica para la Unión Europea. Ello es necesario para promover los intereses comunes de nuestros ciudadanos, así como nuestros principios y valores”. 

Si bien la idea de autonomía estratégica ha ganado terreno dentro de la UE, no todos los países están de acuerdo, mucho menos de su principal aliado: EEUU. Esto ha llevado a una división entre los 27 miembros de la Comunidad, especialmente cuando se trata de los asuntos de seguridad y defensa, sus relaciones con Rusia y China, o las posturas que deben tomar frente a los conflictos internacionales fronterizos, como en Afganistán, Siria, África o los desplazados y refugiados.

En el ámbito de la seguridad y defensa, la UE ha dependido de la protección militar de Estados Unidos a través de la OTAN. A partir de lo sucedido en Afganistán, varios líderes europeos han reclamado nuevamente la necesidad de una autonomía europea de la OTAN. Quizás para desentenderse de las decisiones y las consecuencias de la ocupación militar en Afganistán, casi arrastrando toda la culpa a EEUU. 

Esta discusión al interior de la UE divide a los países entre ‘europeístas’ y ‘atlantistas’, lo que lleva a una mayor dificultad para la Comunidad en establecer prioridades comunes, tener consenso y tomar decisiones en política exterior.

Los atlantistas defienden el proyecto de defensa europea bajo el ala de la OTAN, mientras que los europeístas plantean que la defensa no dependa de EEUU, la OTAN o ningún país exterior. Esto último, no significa la desintegración de la OTAN, sino establecer un nuevo papel de la UE dentro de la Alianza. Tampoco está clara la forma en que pretenden llegar a esa autonomía. A grandes rasgos, se puede identificar a Francia y Alemania a la cabeza de las ideas europeístas, y a Polonia y Hungría liderando a los atlantistas, seguidos por países bálticos y República Checa, fuertes opositores rusos. 

Si bien, la seguridad y defensa son de los ejes principales, cada proyecto defiende sus intereses a la hora de tomar decisiones como pueden ser los tipos acuerdos comerciales con otros países, el desarrollo de empresas de bienes y servicios estratégicos que puedan competir en el tablero global, como también en el ámbito financiero, tecnológico, diplomático y cultural.

En este debate, al interior de la UE, se han destacado las discusiones del acuerdo del gasoducto Nord Stream II entre Alemania y Rusia; el Acuerdo de Inversiones entre UE y China; la anexión de Crimea; las sanciones a Rusia y China..

La idea de ‘desarrollar un nuevo concepto estratégico para la OTAN’ está en la agenda ‘NATO 2030’ del informe presentado por el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg:

“La OTAN y la UE deberían intentar revitalizar la confianza y el entendimiento al más alto nivel. En la próxima Cumbre de la OTAN o en la próxima oportunidad disponible, sería útil que los jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN y la UE se reúnan en una sesión formal especial para revisar el estado actual de la relación y examinar áreas para una mayor cooperación”.

Sin embargo, luego de la mencionada Cumbre virtual de febrero, Stoltenberg recalcó que “la defensa de Europa depende de estrechos vínculos transatlánticos y no de la búsqueda de la autonomía estratégica del continente”.

“La Unión Europea no está en condiciones de defender el Viejo Continente y no debe debilitar a la OTAN con su deseo de autonomía, ya que la seguridad de Europa está garantizada por países que no son miembros de la Unión Europea (UE)”, refiriéndose particularmente a Estados Unidos, Inglaterra y Turquía.

Trump – Biden – America First – America´s Back

Durante la presidencia de Donald Trump se terminó de romper la confianza entre la gran alianza atlántica UE-EEUU con las sanciones al comercio, las disputas entre Boeing y Airbus o la exigencia de aumentar el presupuesto de la OTAN. La incertidumbre en los acontecimientos electorales de Estados Unidos ha puesto en alerta a la Comunidad Europea sobre la importancia de la alianza con su mayor socio, ya que su seguridad y defensa depende de ello. 

Con la elección de Biden, y su “America’s back! Diplomacy’s back! NATO’s back!” se creía reconstruido el vínculo transatlántico y fue ampliamente celebrado por los líderes de las UE. Las declaraciones de Biden en la Conferencia de Seguridad de Múnich dejaron muy en claro que la intención de la nueva administración era recuperar la relaciones con sus aliados europeos.

No obstante, con el nuevo orden mundial multipolar que se está desarrollando en las relaciones internacionales y los nuevos desafíos geopolíticos que esto representa, parece ser que las prioridades estratégicas de la UE y EEUU no están coincidiendo, o por lo menos ponen a la UE en una posición incómoda o desventajosa, que la alejan de sus intereses y valores que dicen perseguir.

Esta semana, Biden (EEUU) Morrison (Australia) y Johnson (Gran Bretaña) firmaron el acuerdo AUKUS, una alianza que propone profundizar la cooperación militar unificando sus tecnologías e investigaciones entre estas naciones. Uno de los aspectos más importantes discutidos en la cumbre tripartita fue el anuncio de que EEUU compartiría su tecnología submarina de propulsión nuclear con Australia, con el único objetivo de contener militarmente a China. Esto implica que Canberra cancelará abruptamente el acuerdo de 43.000 millones de dólares con Francia.

Esta medida causó una gran indignación y disgusto en París, que acusaron a EEUU de traición.  El ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, declaró: “Esta decisión unilateral, brutal e impredecible es muy similar a lo que estaba haciendo el Sr. Trump”.

Está clarísimo que Estados Unidos sólo persigue sus objetivos geopolíticos y el de su complejo industrial militar sin importar el costo. El acuerdo AUKUS podría llevarnos a pensar en que actualmente, la prioridad militar de EEUU se está desarrollando en el Indo-Pacífico, dejando a un lado a la Comunidad Europea y sus intereses en Eurasia. Sin embargo, por la misma razón que se esbozó en la primera línea de este párrafo, es que Estados Unidos no permitirá una europeización de la OTAN, o dejará de tener presencia militar en Europa, especialmente en los países del Este en donde vienen desarrollándose numerosos ejercicios militares a lo largo de todo el territorio que va desde el Mar Báltico al Mar Negro, incluso hasta el Mar Caspio. Sin dudas que esa es una gran región de interés estadounidense que busca contener y cercar militarmente a Rusia cerca de sus fronteras. No dejará de tener voz en los acontecimientos que sucedan en Ucrania, en el Mar Negro, o en los balcanes. 

¿Cómo influyen las elecciones alemanas en este contexto europeo?

Para responder esta pregunta, PIA Global entrevistó a Federico Larsen, periodista, docente y miembro del Instituto Nacional de Relaciones Internacionales (UNLP). 

“Es fundamental entender que en Alemania no se elige Canciller de forma directa. En Alemania el canciller es elegido por el Bundestag (Congreso o Parlamento). Es decir, que el gobierno tiene una forma de elección que es indirecta, y el canciller para lograr efectivamente la investidura, necesita obtener la mayoría dentro de ese Bundestag. Eso conlleva y conllevó históricamente a la formación de grandes alianzas”.

“Yo creo que para poder entender cuál puede ser la proyección internacional de Alemania hacia el futuro, antes deberíamos entender cuál puede llegar a ser la composición de un nuevo gobierno alemán”.

Es necesario aclarar, que el contexto alemán actual es de gran incertidumbre, lo que vuelve difícil realizar proyecciones sobre posibles coaliciones, el nuevo o nueva canciller e incluso del rumbo de Europa con un nuevx canciller alemán, como lo analizamos la semana pasada.

Larsen explica que se pueden presentar diferentes proyecciones dependiendo del tipo de composición de gobierno que se construya y quien la lidere como canciller. Y desarrolla: 

“Una coalición jamaica (CDU color negro, el partido liberal color amarillo y los verdes el color verde) por ejemplo, en el ámbito de proyección europea y la proyección a nivel internacional de Alemania, tendría un rumbo que dependería también de quién lidera esa coalición. Una coalición jamaica liderada por la CDU no es lo mismo que una coalición jamaica liderada  por los verdes.

Los verdes por ejemplo, en este momento tienen una posición muy contraria a lo que es Nord Stream II, el gasoducto importantísimo que conecta Rusia con Alemania y que de hecho de alguna manera jugó un rol muy importante en el cambio de posición que dió a conocer Merkel en los últimos tiempos con respecto a las sanciones de la UE contra Putin luego de la anexión de Crimea y del conflicto con respecto a la situación ucraniana allá por el año 2014.

Un gobierno a conducción verde claramente pondría un montón de trabas en función de ese tipo de proyectos, lo cual abre también otro montón de aristas. 

Por ejemplo, Alemania hoy es la 4ta economía, es un consumidor formidable de energía, necesita la energía, no aprobar el Nord Stream II significaría para Alemania encontrar fuentes alternativas de energía que hoy no están, no hay una fuente alternativa que pueda sostener el nivel de crecimiento industrial que están teniendo Alemania en este momento.

Teniendo en cuenta además que Merkel una de las posiciones históricas que tomó fue justamente la de anular, incluso en contra de su partido, la de ir cerrando la posibilidad de la energía atómica y que está en marcha justamente. A partir, si no me equivoco, de 2025 ya no van a tener más energía atómica en Alemania, eso obviamente los obliga a buscar otras alternativas y el Nord Stream II es una alternativa concreta real, que evidentemente con una victoria verde empezaría a tener otro tipo de color”.

“Otra posibilidad una coalición senegal (SPD color rojo, los liberales en amarillo y los verdes). Bueno, también hay que ver quién asume la nueva cancillería. Qué rol se le da por ejemplo a otro actor que es muy importante, muy interesante que es Die Linke, que es el partido de izquierda en Alemania, que lleva en su plataforma por ejemplo presidencial, en su plataforma electoral la salida de Alemania de la OTAN. La derecha está acusando al candidato del SPD, Scholz, de ser en realidad la puerta de entrada para Die Linke a la cancillería o al gobierno federal y abrirle la puerta de esta manera a la izquierda en el ámbito internacional. Lo cual desde las élites de ciertos sectores de la hegemonía alemana se lo ve como un disparate, como una cosa absolutamente peligrosísima”. 

La política y el sistema electoral alemán es sumamente complejo, y estas elecciones en particular, por lo que Larsen reafirma:

“Para poder analizar realmente hacia dónde puede llegar a ir Alemania, tenemos que entender que Alemania, que el gobierno alemán de por sí es el conjunto de una serie de negociaciones sin fin, negociaciones hacia adentro, hacia la coalición de gobierno y negociaciones hacia afuera y negociaciones hacia los demás socios europeos.

El año que viene va a haber elecciones en Francia, ¿qué le conviene a Macron?, una Alemania con una coalición jamaica, con una coalición senegal, con una coalición semáforo, se le dice también en el periodismo alemán, una coalición ‘gross koalition’ que está en este momento en el gobierno rojo y negra. 

Y concluye: 

“La verdad es demasiado difícil hacer previsiones acerca de cuál va a ser el rumbo que va a tomar Alemania. En principio yo creo que se van a disparar todos los sistemas, los pesos y contrapesos que existen en Alemania y en Europa para evitar una deriva antieuropeísta o para evitar una deriva que rompa con el status quo que actualmente existe. No me cabe duda que en ese marco, Alemania va a perder gravitación, va a perder poder diplomático, va a perder influencia en el ámbito internacional. 

*Micaela Constantini, periodista parte del equipo de PIA Global.

Foto de portada: Emmanuel Macron y Angela Merkel dan por concluida una rueda de prensa tras la reunión ministerial franco-alemana. JOHN MACDOUGALL / AP

Acerca del autor

Micaela Constantini

Comunicadora Social, periodista. Miembro del equipo de investigación de PIA Global. Investigando cibergeopolítica y virtualidad. Feminista, antiimperialista y autodidacta. Nuestra americana Trabajo con redes sociales, edición de video y comunicación digital.

Dejar Comentario