Europa

Europa quiere rearmarse. Londres prepara una «coalición de voluntarios» para apoyar militarmente a Kiev

Por Alessandro Avvisato* –
«Europa debe rearmarse urgentemente». Así se expresó la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, al término de la cumbre entre una docena de países euroatlánticos celebrada en Londres.

Von der Leyen hizo hincapié en la necesidad de reforzar militarmente a Ucrania con «amplias garantías de seguridad» que respalden sus posiciones económicas y militares. «Necesitamos reforzar masivamente nuestras defensas», añadió, anunciando que la Comisión presentará un plan al respecto al Consejo Europeo del 6 de marzo.

«Es crucial aumentar la inversión en defensa durante un periodo prolongado, para la seguridad de la Unión Europea en el contexto geoestratégico en el que vivimos, debemos prepararnos para lo peor», dijo el presidente de la Comisión Europea, confirmando así cómo la carrera hacia el rearme es ya el ADN de la Europa que tantos siguen denostando -y de forma bastante arbitraria- como cuna de la paz y la civilización.

Los líderes euroatlánticos presentes en Londres acordaron mantener el flujo de ayuda militar a Ucrania y aumentar la presión económica sobre Rusia, reiterando que Kiev debe ser parte integrante de cualquier negociación de paz.

El británico Starmer, organizador de la cumbre londinense, anunció su intención de formar «una coalición de voluntarios» (fórmula utilizada por George W. Bush con motivo de la guerra de Irak) para imponer un eventual acuerdo de paz, con el Reino Unido dispuesto a desempeñar un papel protagonista.

Aunque reconoció que no todos los países podrán contribuir por igual militar y económicamente, Starmer insistió en la necesidad de una acción inmediata por parte de quienes estén dispuestos a intervenir. «No podemos quedarnos de brazos cruzados. Los que estén preparados deben intensificar su planificación con carácter de urgencia. El Reino Unido está dispuesto a apoyar este esfuerzo con tropas en tierra y aviones en los cielos, junto con otros».

El Primer Ministro británico anunció a continuación que los líderes internacionales volverán a reunirse en breve tras la cumbre celebrada ayer en Londres para proseguir los esfuerzos hacia un plan compartido de paz en Ucrania. «Hemos acordado que los líderes volverán a reunirse muy pronto para continuar con estas acciones», dijo, haciendo hincapié en la urgencia de la situación: »Hoy nos encontramos en una encrucijada histórica. No es el momento de seguir discutiendo. Ahora es el momento de actuar».

Sobre el apoyo militar a Kiev: «Europa tiene que asumir la mayor parte del trabajo, pero para garantizar la paz y tener éxito, este esfuerzo tiene que estar respaldado por un fuerte apoyo de EE.UU.», dijo Starmer. «Estamos trabajando con EE.UU. en esto, tras mi reunión con el presidente Trump esta semana, y quiero ser claro: estamos de acuerdo con el presidente en la necesidad urgente de una paz duradera. Ahora debemos lograrla juntos».

El primer ministro británico también anunció que Reino Unido, Francia y otros socios han acordado con Kiev «un plan para poner fin a los combates», que será debatido con Estados Unidos y «llevado adelante juntos».

Es imposible no darse cuenta de las contradicciones más evidentes: Gran Bretaña se erige en pivote y mando militar de una «coalición» de países europeos a pesar de estar políticamente fuera de la UE, y también en «puente» con Estados Unidos -imprescindible militarmente, por la cobertura vía satélite y la «disuasión nuclear»- que, sin embargo, dicen en todos los idiomas que les importa un bledo.

La idea básica parece en conjunto simple: primero quieren crear una rápida «tregua temporal» para salvar lo que queda del ejército ucraniano, y luego bombardear rápidamente el país con armas mientras hablan oficialmente de «conversaciones de paz». Durante esta breve tregua, además, pretenden meter en cuña a sus fuerzas armadas para intentar cambiar el equilibrio de poder sobre el terreno. Todo ello, huelga decirlo, se basa en la esperanza de que Washington mantenga su promesa de «cubrir» todo el escenario europeo con su fuerza nuclear.

Se trata, por supuesto, de un plan demencial, visible a simple vista incluso para los no iniciados, y por lo tanto no tiene ninguna posibilidad de funcionar. Es una repetición de la lógica de «Minsk 2», es decir, un plan para estancar, reagrupar y continuar la guerra.

El único efecto concreto sería convencer a todo el mundo de que la Unión Europea es irresponsable, prisionera de sus propias «narrativas» falsas, y por lo tanto Moscú tendría un incentivo para acelerar las operaciones sobre el terreno para provocar el colapso de las tropas ucranianas, antes de negociar realmente «con los que importan». Es decir, con Estados Unidos.

Mientras tanto, Moscú ha lanzado una «advertencia» a Londres: en la noche del sábado al domingo, en el puerto de Odessa, un barco con armamento británico fue incinerado por misiles Iskander, y se dice que una docena de soldados británicos murieron en el ataque.

Mientras tanto, el New York Times informa de que el flujo de armas estadounidenses a Kiev se ha bloqueado casi por completo.

Desde EEUU, como era de esperar, ya ha habido un jarro de agua fría sobre la cumbre de Londres tanto por parte de Trump como del secretario de Estado Rubio. Entre líneas de tuits y declaraciones se hace explícito que Zelensky debe dar un paso al lado o aceptar las condiciones puestas por EEUU.

El consejero de Seguridad estadounidense, Michael Waltz, es explícito al afirmar que «las garantías de seguridad deben ser “lideradas por Europa”. «Una cosa está clara: no vemos a Ucrania como miembro de la OTAN porque eso arrastraría automáticamente a las tropas estadounidenses», afirmó. Entrevistado por la CNN, afirmó que «la paciencia del pueblo estadounidense para seguir dando miles y miles y miles de millones de dólares no es ilimitada», advirtió Waltz, para quien «claramente habrá algún tipo de concesión territorial a cambio de futuras garantías de seguridad».

La última en disparar su cadena fue la nueva jefa de los servicios de inteligencia estadounidenses, Tulsi Gabbard, que acusó a la UE y al Reino Unido de «hipocresía», afirmando que citan la «libertad» como pretexto para obstruir una resolución del conflicto en Ucrania, mientras adoptan políticas antiliberales en casa, reiterando de hecho acusaciones ya formuladas contra Europa por el vicepresidente estadounidense James David Vance durante la reciente Conferencia de Seguridad de Múnich.

*Alessandro Avvisato, periodista, columnista en Contropiano.

Artículo publicado originalmente en Contropiano.

Foto de portada: EFE.

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