El anuncio de esta nueva movilización de tropas en territorio somalí fue realizado por el secretario de prensa del Pentágono, John F. Kirby, quien durante una sesión informativa, fue el vocero de las nuevas medidas plateadas desde la Casa Blanca. Según palabras de Kirby, las tropas estadounidenses en el cuerno de África, puntualmente en Somalia, pasaran de estar de manera “ad hoc” y actuar “únicamente cuando fuera necesario”, a instalarse nuevamente en el país. “El personal militar estadounidense en el área de responsabilidad del Comando África de EE.UU (AFRICOM) ha brindado apoyo de asesoramiento y asistencia a las fuerzas en Somalia de manera ad hoc, viajando al país cuando es necesario y luego retirándose. (…) Pero el modelo ad hoc pronto cambiará a uno de presencia persistente en el país”, agregó el secretario de Defensa estadounidense Lloyd J. Austin.
El motivo del retorno de AFRICOM a Somalia, es por un pedido expreso de Austin, motivado, una vez más, para reforzar la seguridad del país frente a grupos terroristas como al-Shabaab, que continúan atacando en el país. El poder de “comisario” de EE.UU una vez es puesto de manifiesto. Si bien en el comunicado bridado por Washington se admite que aún se está planeando la implementación del nuevo plan, se especifica que que la misión de las fuerzas estadounidenses involucradas seguirá siendo la misma: “brindarán asesoramiento y asistencia, pero no estarán directamente involucradas en el conflicto”. De esta manera y según el portavoz de EE.UU, las fuerzas que ocuparan territorio somalí no estarán involucradas directamente en operaciones de combate. El propósito será permitir una lucha más efectiva por parte de las fuerzas locales.
El hecho de que al-Shabab ha aumentado su fuerza y, por lo tanto, represente una mayor amenaza es el motivo que aportan desde el gobierno de Estados Unidos. Además, agregan que, el modelo existente de asistencia estadounidense que entra y sale del país según sea necesario es ineficiente. “La misión de asesorar y ayudar, como hemos visto en muchos lugares del mundo, se realiza mejor cuando se está en el sitio, y se pueden desarrollar esas relaciones y mantener esas conversaciones y seguir siendo lo más relevantes posible”, continuó el secretario de defensa estadounidense en el breve contacto con la prensa. Además aclaró que, “Cambiar a una presencia persistente no cambiará la misión y no implicará cambios sustanciales en los recursos”, dijo.
Cabe recordar que este cambio en el status de AFRICOM, se da a muy pocos días de haberse celebrado el tan esperado proceso eleccionario en Somalia, que luego de tres rondas de votaciones de los representantes electos, dio como resultado el retorno de Hassan Sheikh Mohamud a la presidencia del país luego de haber sido derrotado en 2017.
“Estamos trabajando ahora para evaluar las condiciones locales, incluidas las que siguieron a las elecciones presidenciales somalíes. Y también se está evaluando la incorporación de socios en la región, incluido el gobierno somalí, para determinar la mejor manera de avanzar”, expresó Austín.
Se prevé que sean 450 soldados aproximadamente los que se instalen nuevamente en el país, frente a los 750 que estaban instalados en 2021, antes de que Trump ordenara su retirada. Esta nueva orden resulta llamativa, ya que contrasta con la reciente decisión de Biden de retirar las tropas estadounidenses de Afganistán, una medida también controvertida.
Al-Shabaab y su presencia en Somalia
Somalia vive una situación de conflicto y caos desde el derrocamiento en 1991 del dictador Mohamed Siad Barre, que dejó al país sin Gobierno efectivo y en manos de señores de la guerra y milicias islamistas, lo que ha llevado a este país a ser popularmente conocido como un caso de Estado fallido, siempre teniendo en cuenta lo que para occidente es un “Estado fallido”, y que además en el afán por corregir esas “fallas”, el intervencionismo (militar y político además del económico) y la ocupación territorial son la receta que tiene para ofrecer EE.UU. Recetas y métodos que, en el caso de Somalia, hasta son agradecidos por quienes debieran garantizar la seguridad de su pueblo hacia el interior del país.
Tal es así que el recién electo presidente solo tuvo palabras de agradecimiento ante el nuevo escenario planeado por la administración Biden. «(Mohamud) agradece al presidente Biden la autorización del despliegue de tropas estadounidenses en Somalia», destacó la Presidencia somalí en su cuenta de la red social de Twitter. «EEUU siempre ha sido un socio fiable en nuestra búsqueda de la estabilidad y la lucha contra el terrorismo», añadió el mensaje.
Luego de la caída de Siad Barré, Somalia se sumergió en una lucha interior en la que el pueblo sufría las consecuencias de una guerra cruenta y sin fin. Los muertos se contaban de a miles y los desplazados llegaron a la cifra de 1.5 millones y la misma cantidad de refugiados. La gran hambruna, la guerra civil, la caída total del Estado y el debilitamiento de las instituciones eran las causas de ese “Estado fallido”.
Al-Shabaab, grupo que se desprendió en 2012 de la red terrorista de Al Qaeda, continúa perpetrando ataques sangrientos con frecuencia en la capital, Mogadiscio, con el objetivo de derrocar al inestable Gobierno central e instaurar por la fuerza un Estado islámico de corte wahabí.
Por otra parte, al-Shabaab, aprovechándose de que el país sufre una hambruna y sequía de proporciones históricas, está buscando reforzar sus filas y garantizarse la simpatía de la población. El jeque Ali Dhere, portavoz del grupo terrorista, ha anunciado que han formado un comité especial formado por siete de sus principales figuras, que ya se ha desplazado a varias de las regiones de Somalia más afectadas por la sequía para hacer entrega de alimentos y ayuda a la población. “Hacemos un llamamiento a los musulmanes de todo el mundo para que trabajen con el comité y sean parte de los esfuerzos para ayudar a las poblaciones afectadas por la sequía”, ha dicho Dhere.
En una clara lectura contextual el líder de al-Shabaab aprovecha la debilidad del gobierno central de Somalia y avanza sobre las posiciones que otrora habían logrado recuperar las fuerzas de paz de la Unión Africana que alguna vez expulsaron a los milicianos a zonas remotas del país.
EE.UU en Somalia
La presencia de EE.UU en Somalia no es algo novedoso, de hecho solo pasó poco más de un año desde la polémica orden del entonces presidente Donald Trump, para el retiro de las tropas.
En 2007, en el marco de la «Guerra contra el Terror», Estados Unidos aumentó la cooperación con los líderes militares en África a través de varios programas de mantenimiento de la paz y la creación de AFRICOM, el comando de Estados Unidos en África, que fue creado con el objetivo de emplear el enfoque de diplomacia, desarrollo y defensa de amplio alcance para fomentar los esfuerzos interinstitucionales y ayudar a neutralizar las causas del conflicto y el extremismo en África. Así Estados Unidos incrementó la presencia militar en Somalia, centrándose en apoyar a las Fuerzas Armadas somalíes y de la Unión Africana en su lucha contra al-Shabaab, mediante ataques aéreos y alguna otra operación de fuerzas especiales. Con el pretexto de acabar con el terrorismo en la región, tanto el ejército estadounidense como la CIA llevaron a cabo ataques con drones y otras acciones. Sin embargo, si bien se ha logrado acabar con más de un millar de presuntos combatientes de las tres principales redes terroristas que han operado en Somalia en los últimos 15 años: Al Qaeda, al-Shabaab e ISIS; también se reportaron hasta más de 300 civiles que murieron víctimas de ataques estadounidenses en el terreno.
El portal Airwars, que desde su sede en el Reino Unido, monitorea, rastrea y archiva la guerra aérea internacional contra el Estado Islámico y otros grupos en Irak, Siria y Libia y Somalia, aclara que la mayoría de las acciones de EE.UU en el Cuerno las lleva a cabo el Comando de EE.UU en África (AFRICOM) y se declaran públicamente mediante comunicados de prensa. Sin embargo, las operaciones terrestres militares estadounidenses no se informan de forma rutinaria, y los ataques de la CIA no se confirman ni se niegan oficialmente. Una práctica que repite una vez más el Departamento de Estado norteamericano.
Nuevo gobierno para viejas recetas
El presidente electo de Somalia, Hassan Sheikh Mohamud, en una de sus primeras entrevistas, expresó que el país del Cuerno de África se enfrenta a un reto de seguridad y que el país ha estado luchando para proporcionar seguridad a sus ciudadanos, dijo el recientemente electo presidente somalí. Al hablar de al-Shabaab dijo que la prioridad de su gobierno para enfrentarse al grupo es la solución militar. Es por ello que la decisión de Biden de ordenar el retorno de AFRICOM a Somalia, fue recibida de la mejor manra por Mohamud.
En definitiva, dado que en la actualidad EE.UU cuenta con el apoyo del gobierno central somalí y que las tropas estadounidenses han continuado en el último año entrando y saliendo del país para operar en el terreno, su entrada de nuevo no puede catalogarse de invasión. Sin embargo, a pesar de que lo más probable es que esta decisión suponga un cambio en la política de EE.UU en la región, no sorprende que esta medida pueda inquietar a la población local, y queda por ver con qué asiduidad realizarán estas tropas operaciones ofensivas.
Si bien los comunicados emanados desde Washington hablan de solo brindar apoyo sin participación efectiva en los conflictos, podemos mencionar que en febrero de este año y en medio de la guerra en Ucrania, fuerzas estadounidenses bombardearon suelo somalí. El Comando de África de EE.UU matuvo un ataque aéreo con aviones no tripulados teniendo como objetivo a “terroristas de al-Shabaab”, acusados de “atacar a las fuerzas asociadas en una ubicación remota cerca de Duduble”, a unos 64 kilómetros al noroeste de Mogadiscio. Este último ataque aéreo (reconocido oficialmente) fue el quinto bombardeo de este tipo realizado bajo la autoridad del a presidente Joe Biden.
Es por ello que la nueva intervención de AFRICOM en Somalia no debiera sorprender. Tampoco la impericia y la obsecuencia, aún sin haber asumido, del nuevo presidente somalí. Lo cierto es que una vez más EE.UU encuentra una puerta abierta para posar las garras lejos de sus fronteras, el terrorismo vuele a estar en el centro de la escena para el intervencionismo militar estadounidense.
*Beto Cremonte es periodista, Comunicador Social y docente en la Facultad de Comunicación Social de La Plata (U.N.L.P), estudiante avanzado de la Tecnicatura Universitaria en Comunicación Pública y Política de la Universidad Nacional de La Plata (U.N.L.P)