Europa

España: los independentistas llevarán la negociación de la presidencia del Congreso al límite

Por Ferran Espada* –
Los de Puigdemont guardan silencio y decidirán el jueves ‘in extremis’, mientras los republicanos fijan condiciones como poder hablar catalán, una comisión de investigación sobre Pegasus o la tramitación de una ley de amnistía.

Junts y ERC no han conseguido encarrilar una estrategia negociadora conjunta en Madrid pero a tres días de la constitución del Congreso de los Diputados sí coinciden en un aspecto crucial para el inicio de la nueva legislatura: a menos de 72 horas de la votación, ninguno de los dos partidos catalanes da por hecha una presidencia socialista de la cámara.

Así lo han manifestado a Público miembros de la dirección de ambos partidos que aseguran que no habrá un presidente o presidenta del PSOE en el Congreso si los socialistas no aceptan las condiciones que han puesto sobre la mesa los independentistas. En ello coinciden tanto Junts como ERC, mientras desde el PSOE se asegura que las negociaciones «avanzan».

Negociación ‘in extremis’ hasta el último minuto

Y fuentes de la dirección de ambos partidos catalanes apuntan a una negociación ‘in extremis’ sobre la presidencia del Congreso que dará frutos o no pero al límite de la constitución de la cámara.

En ERC han fijado condiciones que creen pueden ser concretadas con el PSOE pero llevará días. «Hay tiempo» aseguran republicanos y socialistas pero lo cierto es que la negociación se mantiene en el aire y el jueves queda cada vez más cerca.

Por su parte Junts apurará hasta el último segundo ya que celebrará una reunión telemática de su Ejecutiva al límite, a primera hora de la mañana del jueves, para decidir su posición en la conformación de la Mesa del Congreso.

La reunión está convocada para las 8.00 horas de la mañana del jueves, dos horas antes del inicio de la sesión en el Congreso, y está previsto que dure hasta minutos antes del inicio de la votación.

La convocatoria de la relevante Ejecutiva de Junts se ha hecho de forma acordada entre la presidenta y el secretario general del partido, Laura Borràs y Jordi Turull, con los portavoces en el Congreso y el Senado, Míriam Nogueras y Josep Lluís Cleries.

Resulta evidente que Junts y ERC difieren en la estrategia negociadora. Mientras los de Puigdemont apuestan por mantener un férreo silencio sobre las negociaciones con el PSOE y no fijar posiciones ni condiciones, los republicanos sí han explicitado algunas líneas rojas por boca de la secretaria general de Esquerra, Marta Rovira.

En estas declaraciones en Twitter, Rovira fija algunas condiciones relativas a poder expresarse en el Congreso en las lenguas cooficiales del Estado, entre ellas el catalán, que el PSOE no vete comisiones transcendentales como la relacionado con el espionaje político a los independentistas del ‘caso Pegasus’, o que los socialistas faciliten la tramitación de una ley de amnistía para todos los implicados en hechos relacionados con el referéndum del 1 de octubre de 2017.

Una ley que podría llevar al Congreso el propio Parlament de Catalunya donde la mayoría independentista existente, aunque dividida y confrontada, sí coincide en lo relativo a la amnistía.

ERC asegura que no aflojará en sus condiciones

Por parte de ERC las condiciones expuestas por Rovira se consideran «imprescindibles» y fuentes de la dirección republicana afirman que los ERC no cederá en estas líneas rojas a pesar de que ello pueda comportar que la presidencia del Congreso acabe en manos del PP.

Una rotundidad que confirman las fuentes de la dirección consultadas e incluso algunas personalidades históricas del partido como Joan Tardà, pero que contrasta con las declaraciones de la portavoz de la delegación negociadora de Esquerra, la diputada Teresa Jordà, que hace unos pocos días afirmaba que veía lógico que el PSOE presida una Mesa del Congreso «supuestamente progresista», aunque la exconsellera de la Generalitat ya añadía que los votos de ERC «no van a ser gratis».

Pero el debate interno ha llevado a la dirección de Esquerra a endurecer su posición y poner condiciones que consideran «de mínimos democráticos».

La fuentes de la dirección de ERC se muestran convencidas que el PSOE admitirá de una forma u otra las condiciones expuestas para poder otorgar sus siete votos a una presidencia socialista del Congreso, pero descartan que se pueda llegar a un acuerdo exclusivamente basado en aspectos técnicos como permitir a ERC tener grupo parlamentario propio a pesar de que los resultados obtenidos no casan con los requisitos establecidos.

U otros elementos como la asignación de presidencias de comisiones u otros cargos. «Esto no va de grupos parlamentarios, esto va de que si el PSOE quiere presidir el Congreso debe estar dispuesto a profundizar en la democratización y la pluralidad de la cámara«, aseguran los republicanos.

Junts guarda silencio y Puigdemont critica las “subastas”

Por lo que se refiere a Junts se desconoce en qué términos se desarrolla la negociación más allá de las condiciones de máximos expuestas desde el mismo 23J, como son un acuerdo que incluya la amnistía a los varios miles de afectados por procesos judiciales del Procés y la cesión de las competencias a la Generalitat para la organización de un referéndum de autodeterminación.

Lo que sí dejan muy claro los dirigentes de Junts es que «lo que pase en la negociación para la Mesa del Congreso, marcará y mucho las posibilidades de acuerdo para una investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno español».

De momento, el expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, se ha limitado a defender este lunes la discreción que mantienen desde Junts: «Encarar una negociación a través de declaraciones públicas no es nuestra opción».

En un mensaje en Twitter, el eurodiputado ha detectado que, «a medida que se acercan días decisivos», «crece el nerviosismo, sube la subasta y se disparan las especulaciones». Ante esto, Puigdemont ha recetado «paciencia, perseverancia y perspectiva».

Un mensaje que parece más dirigido a los compañeros de filas independentistas de Esquerra que al PSOE. Pero que ha sido contestado por la ministra en funciones y portavoz del partido, Pilar Alegría, que ha replicado a Puigdemont que «puede ser más oportuno el diálogo y la prudencia que hablar de subastas de ningún tipo».

En una atención a los medios desde el Congreso después de recoger el acta de diputada, Alegría ha asegurado que «cuando hablamos de prudencia y de diálogo, cuando hablamos de discreción, existen términos que no deberían formar parte de este diccionario».

Lo ha señalado en referencia al concepto «subasta» empleado por Puigdemont. Y a esa «prudencia» y «discreción» se aferra Alegría de cara a las conversaciones que quedan: «Venimos de una legislatura compleja y complicada, donde hemos demostrado la capacidad de diálogo, un diálogo que hay que hacer en la discreción y la prudencia que requiere» la situación, ha insistido la portavoz del PSOE.

Una aritmética diabólica para un órgano clave

La Mesa del Congreso debe expresar pluralmente el resultado de las elecciones mediante una representación más o menos proporcional. Pero a nadie se le escapa que la presidencia y una aritmética favorable de los nueve miembros le facilitan mucho la tramitación parlamentaria a cualquier Gobierno.

En este sentido, el PSOE considera imprescindible que las fuerzas del bloque progresista mantengan la mayoría de la Mesa y que los socialistas ostenten la presidencia. Esto es así habitualmente pero mucho más con la complejidad de la composición aritmética del Congreso surgida de las elecciones del 23J.

Para ello, los partidos independentistas son imprescindibles. El bloque conservador de PP, Vox y UPN suman 171 diputados para el candidato o candidata a presidir el Congreso del PP. Al cual podría sumarse el voto de la diputada de Coalición Canaria. El candidato del PSOE quedaría muy lejos de estas cifras solo con los votos de socialistas, Sumar, BNG, PNV y EH Bildu que suman 164 escaños.

Incluso con los votos de Esquerra, no serían suficientes ya que a lo sumo empatarían. Por tanto, el PSOE se ve abocado a conseguir los votos del conjunto del independentismo catalán.

El problema es que de no llegar a un acuerdo con Junts o con ERC, el sistema de elección de la presidencia del Congreso facilita al PP obtener el cargo a diferencia de una investidura de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del Gobierno que está totalmente bloqueada por parte de los partidos vascos y catalanes.

Incluso algunos sectores de Junts manifiestan que no ceder en esta primera negociación podría ser un «toque de atención» a Pedro Sánchez en la madre de todas las negociaciones que no es otra que la de la investidura para revalidar la presidencia del Gobierno.

Un complicado escenario que tiene asegurada una negociación in extremis y que no sabremos qué es lo que aguarda detrás del telón hasta este jueves, a partir de las 10 de la mañana, cuando comience la votación en el Congreso.

*Ferran Espada, periodista.

Artículo publicado originalmente en Público.es

Foto de portada: Míriam Nogueras y Josep Rius durante el seguimiento de la jornada electoral. —Kike Rincón/EUROPA PRESS

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