El maestro del presidente dijo que en sus años de trabajo aprendió algo importante: “no discutir con ignorantes y tampoco faltarles al respeto”. Le faltó decir que el presidente es experto en manipular y generar caos.
El presidente Bukele dice que le preocupan los problemas económicos y la salud de la población, pero su Gobierno ha manejado la crisis de forma negativa para la gente, aunque con un plan político electoral muy preciso.
El Gobierno desestimó el tratamiento focalizado o local de la pandemia, como han hecho los Gobiernos municipales, e impuso un confinamiento violatorio de los derechos humanos, en centros de contención que se convirtieron en centros de contagio y que mantuvieron detenidas a personas que no recibían pruebas del COVID.
El Gobierno viola la Constitución y las leyes; le pone trabas a las auditorías de la Corte de Cuentas y casi anula el funcionamiento del Instituto de Acceso a la Información Pública, para mantener prácticas corruptas que benefician al clan empresarial vinculado al presidente Bukele.
La economía cayó -9.0%, en parte por la pandemia y la crisis internacional, pero también por las malas decisiones del Gobierno, que cerró excesivamente la economía, financia importaciones en detrimento de la producción nacional, asfixia a los Gobiernos municipales, se niega a rendir cuentas, acumula fuertes indicios de corrupción y se dedica a repartir alimentos con fines electorales.
El ministro de Trabajo aseguró que El Salvador tendría entre 15,000 y 20,000 nuevos empleos a final de año y desestimó los datos del ISSS, que señalan la pérdida de cerca de 60,000 empleos en el sector formal. La Cámara de Comercio reporta que 21,000 micro y pequeñas empresas tuvieron venta cero desde la Emergencia, es decir, se paralizaron o quebraron.
El Gobierno dice que no pagó el FODES por falta de dinero, pero el FODES se nutre del 10% de los ingresos corrientes del Gobierno, que sumaron US$2,272 millones entre junio y noviembre. O sea, dinero hubo para pagarlo.
El ministro de Hacienda le pidió a la Asamblea que de los US$1,343 millones de deuda para el presupuesto 2021 solo aprobara US$163 millones, o sea, admitió que hizo un requerimiento de deuda abultado. Los otros US$1,180 millones se obtendrán de la deuda de US$3,000 millones aprobada por la Asamblea para la Emergencia. Además, el ministro ocultó que la brecha fiscal, también incluye US$795 millones de sobrestimación de ingresos.
Si al Gobierno solo le falta colocar US$1,180 millones de los US$3,000 millones aprobados por la Asamblea, entonces consiguió los US$1,820 restantes, que compensan la caída de ingresos fiscales (alrededor de U$600 millones) y los gastos de la Emergencia (alrededor de US$600 millones). Eso significa que el presidente Bukele mintió cuando dijo que el Gobierno no tenía dinero. Incluso, hay un sobrante de más de US$600 millones sobre el que no quieren rendir cuentas.
El presidente dijo que la guerra y los Acuerdos de Paz fueron una farsa, obviando que gracias a la lucha del pueblo se liquidó la dictadura militar. También dijo que no le pedirá perdón a la Comunidad El Mozote por algo que no hizo, cuando el perdón se pide a nombre del Estado, como lo hizo el ex presidente Mauricio Funes.
El Gobierno manipula todos los temas que le pueden dar réditos políticos, como la entrega de las canastas de alimentos, que proviene de los impuestos que paga la población, la entrega de viviendas adquiridas por el FSV sin licitación previa para supuestos afectados por emergencias climáticas y la “cura milagrosa” de casos COVID en el hospital El Salvador. La inclinación a mentirle a la gente es propia de los presidentes carentes de autoestima y que no tienen nada bueno que mostrar.
En el marco de profunda crisis económica e institucional que afecta al país y del severo deterioro de las condiciones de vida del pueblo, el presidente se dedica a promover una falsa imagen de sí mismo y a denigrar a la oposición, con el propósito de controlar todo el Estado y favorecer al grupo económico que lo respalda.
Sin embargo, más allá de las elecciones del próximo 28 de febrero, en el país se presentará una situación que el presidente tal vez no espera. Tarde o temprano estallará la contradicción entre los anhelos de la gente, que no serán satisfechos, y la naturaleza corrupta del clan empresarial vinculado al presidente, cuyo interés primordial es acumular riquezas.
Llegado ese momento, el país será más inestable y el Gobierno comenzará a deteriorarse, sobre todo si aplica el ajuste fiscal pactado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para enfrentar la crisis financiera. El uso de la fuerza y la manipulación, mediante mecanismos políticos e ideológicos, puede darle algún respiro, pero no muy duradero. Los sectores de izquierda y progresistas volverán a impedir que se afiancen las tendencias totalitarias que amenazan al país.
San Salvador, 5 de enero de 2021
Notas:
*PROES es una organización social que aglutina a un amplio espectro de profesionales de El Salvador, con la finalidad de promover el desarrollo académico, la investigación y la defensa de los derechos e intereses de las personas profesionales, para contribuir activamente con las
transformaciones del país desde una visión de izquierda. Surgimos el 26 de enero de 2018 por medio de un evento público realizado en el Centro de Ferias y Convenciones de El Salvador.
Con la publicación en el Diario Oficial de la Escritura de Constitución y los Estatutos. PROES -cuenta con personería jurídica.
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EN EL SALVADOR EL GOBIERNO PROFUNDIZÓ LA CRISIS DEL PAÍS
Por Profesionales por la Transformación de El Salvador (PROES)*.- Hace varios meses, el presidente Nayib Bukele calificó de “loco e imbécil” a su maestro de la secundaria, quien sugirió la estrategia de cerco epidemiológico para enfrentar la pandemia del COVID-19, con un enfoque basado en la educación y la tecnología, poniéndola en práctica en el Municipio de San José Villanueva.