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Elecciones presidenciales en Corea del Sur

PIA Global*
Los surcoreanos elegirán para los próximos cinco años entre un conservador anti-Corea del Norte y la continuidad de la gestión del Partido Democrático (PD).

Los surcoreanos elegirán a un nuevo presidente, esta semana, culminando una carrera codo a codo entre dos políticos destacados, cuyas promesas de mejores condiciones de vida y una sociedad más justa se vieron eclipsadas, en gran medida, por escándalos y disputas.

Las elecciones del miércoles se han convertido prácticamente en una carrera exclusiva entre el exgobernador de la provincia de Gyeonggi, Lee Jae-myung, del gobernante Partido Democrático (DP, según sus siglas en inglés), y el ex fiscal general, Yoon Suk-yeol, de la principal oposición, el Partido del Poder del Pueblo (PPP).

Lee, el candidato liberal, ha utilizado su experiencia en la Administración pública para hacer campaña, bajo el lema de un presidente competente y pragmático que resolverá los temas tanto económicos como de asuntos exteriores.

Mientras tanto, Yoon, el candidato conservador, ha aprovechado una ola de descontento público contra la Administración del presidente actual, Moon Jae-in, para difundir un mensaje de justicia, sentido común y principios.

En varias encuestas, los dos han registrado, durante mucho tiempo, un apoyo público dentro del margen de error, con alrededor del 40 por ciento de apoyo cada uno.

El posible desempate se produjo, el jueves de la semana pasada, cuando el candidato en tercer lugar, Ahn Cheol-soo, del minoritario Partido Popular, abandonó la carrera para apoyar a Yoon.

Sin embargo, será difícil medir el impacto de la coalición, ya que la ley prohíbe la publicación de encuestas realizadas en el transcurso de los seis días previos a las elecciones, permitiendo su difusión solo cuando termine la votación.

Las encuestas recientes habían mostrado que Ahn registraba alrededor del 10 por ciento de apoyo, seguido por Sim Sang-jeung, del progresista Partido para la Justicia, con menos del 5 por ciento.

En la carrera de este año se realizaron promesas competitivas sobre economía, asuntos exteriores y temas sociales, aunque algunas de ellas fueron acusadas de ser ideas populistas.

En cuanto a la política inmobiliaria, que ha sido citada como uno de los mayores fracasos de la Administración Moon, tanto Lee como Yoon se comprometieron a aumentar la oferta de viviendas, pero discreparon sobre los remedios para estabilizar los precios de las mismas.

Lee instó a la implementación de regulaciones más estrictas para detener las transacciones inmobiliarias especulativas, mientras que Yoon dijo que las políticas inmobiliarias actuales ignoran los «principios del mercado» y que las regulaciones deben aliviarse.

En cuanto a sus respuestas a la pandemia, ambos candidatos se mostraron ansiosos por ayudar a los pequeños comerciantes, afectados por las duras restricciones antivirus del Gobierno, pero no estuvieron de acuerdo en la magnitud y el alcance de los subsidios asistenciales.

Yoon adoptó una línea dura sobre los problemas de seguridad nacional, a raíz de las renovadas pruebas de misiles de Corea del Norte, señalando que podría ser necesario un ataque preventivo para responder a una amenaza inminente.

También se comprometió a desplegar unidades adicionales del Sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (THAAD) de EE. UU. en Corea del Sur, a fin de disuadir la agresión de Corea del Norte.

Por el contrario, Lee adoptó un enfoque más conciliador con Corea del Norte y dijo que el objetivo principal de la política de Seúl hacia Pyongyang es evitar otra guerra en la península coreana.

Hizo un llamamiento para buscar simultáneamente la desnuclearización de Corea del Norte y el alivio de las sanciones. Asimismo, protestó sobre que los comentarios de Yoon solo aumentaron las tensiones con Corea del Norte y China, a expensas de la economía surcoreana.

Las elecciones de este año han sido consideradas por muchos como las peores elecciones del país, debido a que todas las partes involucradas realizaron campañas con un alto grado de negatividad.

La aversión del público a los candidatos fue tan alta que la contienda fue apodada «elecciones desagradables», lo que generó un número inusualmente grande de votantes indecisos que se negaron a apoyar a ningún candidato.

Por un lado, se sospechó que Lee estuvo involucrado en un caso de corrupción masiva detrás del desarrollo de un complejo de apartamentos en Seongnam, al sur de Seúl, en 2015, durante su época como alcalde de la ciudad.

Su esposa, Kim Hye-kyung, fue acusada de hacer uso indebido de funcionarios públicos y tarjetas de crédito del Gobierno cuando Lee era gobernador de la provincia de Gyeonggi.

Yoon se enfrentó a acusaciones de que se asociaba estrechamente con chamanes y confiaba en ellos para recibir consejos.

Podría decirse que su mayor vulnerabilidad durante la campaña fue su esposa, Kim Keon-hee, quien fue acusada de aceptar sobornos y manipular acciones mucho antes de que Yoon lanzara su candidatura presidencial.

A fines del año pasado, fue acusada por aparentes mentiras en su currículum cuando solicitó trabajo en dos universidades, en 2007 y 2013.

Más de 44 millones de personas tienen derecho a voto en las elecciones de este año. El voto para los surcoreanos residentes en el extranjero se realizó durante seis días, hasta el 28 de febrero, mientras que los marineros embarcados emitieron sus papeletas del 1-4 de marzo.

La votación anticipada tuvo lugar el viernes y sábado en todo el país.

El día de las elecciones, las urnas abrirán de 6:00 a.m. a 6:00 p.m. y los pacientes con coronavirus y personas en cuarentena podrán votar entre las 6:00 p.m. y las 7:30 p.m.

Según la Constitución, el presidente del país solo puede ejercer un mandato único de cinco años.

*Artículo originalmente publicado en Agencia de noticias Yonhap

Foto de portada: La imagen compilada muestra a Lee Jae-myung (izda.), candidato presidencial del gobernante DP, y Yoon Suk-yeol, su rival de la principal oposición, el PPP.

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