En Chile el modelo capitalista neoliberal se ha venido desgastando, producto de una serie de fenómenos que trae en su esencia: muy bajos sueldos, desigualdad social, una de las más grandes del mundo, corrupción, delincuencia social, malas pensiones, cada vez menos derechos a huelga de los trabajadores. Por otro lado la movilización social en crecimiento, tanto estudiantil, trabajadores y de otros sectores sociales, medio ambiente, derechos sexuales y reproductivos, etc etc, ha logrado presionar a la burguesía gobernante de Chile. Es así como han visto, que para mantener el sistema tan injusto, es necesario reinventarse.
El sistema crea una ley que se ha llamado “Sistema Proporcional Moderado”, con el que han permitido, una Cámara de Diputados con un aumento de 35 nuevos cupos parlamentarios, que en conjunto con este nuevo sistema electoral proporcional, permita renovar o coptar a una cantidad de descontentos, que incluso en buena parte han sido actores sociales, en las últimas movilizaciones estudiantiles. Una de las muestras claras de la desafección de los “ciudadanos” hacia los que han gobernado los últimos 27 años, es que en la recientes elecciones no ha sido reelegidos importantes rostros de la Concertación, ahora Nueva Mayoría.
La otra conclusión que se podría sacar de estas últimas elecciones, es que la socialdemocracia ha avanzado, en desmedro de la Izquierda Revolucionaria. Podemos apreciar una dispersión mayor a partir de la conformación del Frente Amplio (socialdemocracia), que ha usado la posibilidad de pasar a conformar parte de la institucionalidad, como forma de atraer a sectores más identificados con la Izquierda. Eso generó una atomización temporal de los sectores que tienen más tradición en la lucha política y social. Este sector, el Frente Amplio (FA), ha tenido en PODEMOS de España y en el Siryza Griego una fuente de inspiración política. Quizás sea éste el mayor fenómeno que produjo estas elecciones, el “triunfo” de un sector compuesto por jóvenes de clase media acomodada.
En términos concretos no hay un avance de la izquierda como se ha tratado de establecer en los medios de comunicaciones. Por el contrario ha habido un retroceso de los sectores más adelantado de las fuerzas de Izquierda. Si vemos la votación obtenida por los distintos actores participantes, nos daremos cuenta que el voto simplemente se dispersó, así es como la Nueva Mayoría dividió su votación con el FA, al menos un 10% de la votación obtenida por Beatriz Sanchez en su 20.34%, corresponde a partidarios de la Nueva Mayoría decepcionados por el no cumplimiento del programa de Bachelet, y la lentitud y laxitud de algunas reformas. El Frente Amplio como tal cuenta con una votación propia de entre un 3.5 a 4.5%. Está nueva organización, que se manifiesta contra Venezuela, Cuba e incluso Bolivia, está compuesto por 14 organizaciones políticas.
Revolución Democrática (RD), quienes obtuvieron 10 diputados y un senador, habría sido el ganador. Hay que recordar que RD en las elecciones 2013 eligió a su líder Giorgio Jackson como diputado con el apoyo de la Nueva Mayoría y decidieron participar en el gobierno de Michelle Bachelet con asesores, que posteriormente retiraron. El Partido Humanista, que siempre ha mantenido una actitud vacilante y que privilegia sus intereses partidarios. El Movimiento Autonomista que tiene un diputado desde el 2013, Gabriel Boric, que también fue apoyado por la Nueva Mayoría, pero que se mantuvo al margen del gobierno de Bachelet. El Partido Liberal, Izquierda Libertaria, Movimiento Socialismo y Libertad, que es una división de la Izquierda Libertaria hace pocos meses, Partido PODER, Izquierda Autónoma desde el cual se desprendió el Movimiento Autonomista, el Partido Igualdad, que en las últimas elecciones municipales hizo pacto con el Movimiento Patriótico Manuel Rodríguez.
Esa es una mirada rápida al Frente Amplio, que ha sido la vedette de la institucionalidad. Al principio hubo una disputa entre los que pensaban desde posiciones más de izquierda, que era posible (algunos pensaban que lo lograrían) llevar al Frente Amplio a posiciones más de izquierda. Finalmente todos estos grupos cedieron y se entregaron a la hegemonía de Revolución Democrática y de los sectores más derechistas.
Por el lado de la derecha hay que señalar que se ha levantado un sector ultra reaccionario liderado por el diputado ex Unión Demócrata Independiente José Antonio Kast, cuya familia estuvo comprometida en las graves violaciones a los derechos humanos en la comuna de Paine cercana a la capital, donde fueron asesinados y desaparecidos más de 100 campesinos. Su votación fue de 523.213 con un 7.9%. El objetivo es levantar una derecha más cercana a la dictadura, uno de sus planteamientos es la libertad de los genocidas presos, a los cuales fue a visitar. Además tuvo reuniones y compromisos con instituciones en retiro de las Fuerzas Armadas.
Pero sin duda el gran “ganad@r” fue la Abstención. De un universo electoral total de 14.308.151, votaron 6.699.627, con una abstención del 54% aproximadamente, o sea 7.608.524 electores. Es tal el nivel de injusticia social en Chile que cada vez ha ido votando menos gente, pero a estos nadie se los puede adjudicar, porque sólo un porcentaje muy menor no concurre a votar conscientemente.
Lo que se espera para la Segunda Vuelta Presidencial
No está claro aún quien podría ser el vencedor del balottage, pero podemos trazar algunas precisiones para al menos entender mejor la situación.
Piñera (candidato de Chile Vamos), no obtuvo los votos necesarios para asegurar un triunfo en 2da vuelta. Del ánimo triunfalista antes de la 1era vuelta, ha pasado a una situación de incertidumbre. Pensaban tener una votación de alrededor del 44 y 45%, que solamente ascendió al 36.64%.
Guillier (Candidato de la Nueva Mayoría), tuvo una pésima votación alcanzando solamente el 22.70%.
Marco Henríquez Ominami obtuvo el 5.71% de los votos y ya ha declarado que apoyará a Alejandro Guillier. Hay que sumarle a éste al menos un 16% de los votantes del Frente Amplio, que divide esta votación. Un 10% de esos votos serán los desencantados de la Nueva Mayoría que volverán en esta 2da vuelta a votar por su antigua coalición. El resto, el otro 6%, son aquellos que necesariamente votarán por el “mal menor”. Ya la mayoría del Frente Amplio propone dejar en libertad de acción a sus militantes y votantes, lo que en la práctica significa un “llamado” a votar por el candidato oficialista Alejandro Guillier.
Lo que queda claro es que cualquiera sea el candidatos que gane, son los pueblos que habitan nuestro territorio los que pierden. A los revolucionarios, los que creemos en los cambios profundos y definitivos, el único camino que nos queda es seguir construyendo para establecer un país con justicia social y dignidad. Las organizaciones que insistimos en la radicalidad del pensamiento y la acción para cambiar Chile, esta vez nos abstendremos de participar en estas elecciones que no sirven para nada, ni cambian nada para los más desposeídos.
Marco Riquelme
Rodriguista
Chile.