Podríamos celebrar si por lo menos fuera oportunista, pero es directamente inoportuna y errática.
El temido default de marzo ante el pago comprometido en el endeudamiento fraudulento que contrajo el gobierno de Macri con el FMI es una realidad casi fatal y no por falta de voluntad de pago del gobierno sino por imposibilidad objetiva del mismo.
En la misma semana que el canciller viaja a Washington a reunirse con el Secretario de Estado Antony Blinken buscando apoyo determinante para intentar un acuerdo decoroso imposible, es que además se resuelve convertir la visita del presidente a China en una gira presidencial que incluirá también a Rusia.
Cafiero en su periplo norteamericano no tuvo ninguna posibilidad de encontrarse con quien desde el gobierno estadounidense maneja las decisiones del FMI, la Secretaria del Tesoro Janet Yellen.
De la reunión con Blinken lo único concreto que salió fue el baile coreografiado por el propio Blinken que ensayaron Cafiero y Fernández en OEA contra Nicaragua y vectorizando la política de criminalización de Irán. Argentina en sus discursos ya define como “responsables” de los atentados a importantes políticos persas, desconociendo la situación procesal singular de los mismos y la presunción de inocencia en una causa judicial monitoreada por el Departamento de Estado y la Mosad.
Argentina presidiendo la CELAC prefiere bailar la coreografía en la OEA que es el escenario de USA, y donde está Gustavo Cinosi amigo personal o jefe de Gustavo Béliz, virtual canciller argentino de “asuntos especiales”.
Nada logró Cafiero en la reunión con Blinken salvo una reprimenda pública donde le exige un plan económico que evidencia además la falta de consenso en el sistema político argentino que se prueba con la no aprobación del presupuesto.
Blinken lo recibió a Cafiero apurado porque debía viajar a Kiev donde su operación de guerra híbrida está encontrando el límite de la dignidad de Rusia y los crimeos.
No deja de sorprender la impericia del joven canciller que simultáneamente convierte la visita de Fernández a China en una gira presidencial con escala previa en Moscú.
Tanto los periodistas y analistas del establishment como los más críticos coinciden en el derrape diplomático que significa ante los chinos convertir una visita oficial a su país, en una gira que previamente hace escala en la capital de su principal socio que es además la principal contraparte hegemónica en la construcción del proyecto euroasiático.
Fernández llegará al kremlin antes que a Zhongnanhai en Beijing. Lo recibirá Putín luego de los malos entendidos y desplantes argentinos con el manejo diplomático de la vacuna Sputnik; la comitiva argentina llegará para retomar la agenda abstracta del encuentro de diciembre en Buenos Aires con el embajador ruso. Pretenderán explorar la posibilidad de inversiones de obra pública, energía nuclear, represas, intercambio en materia de defensa y desarrollo energético renovable.
No hay que olvidar el desplante en el Proyecto Chihuido que finalmente se lo otorgaron a un grupo inversor alemán. Y es probable que en semejante coyuntura el presidente Putín sin mayor interés estratégico ni geopolítco en nuestro país termine declarando su apoyo incondicional a Malvinas en el 40 aniversario de la guerra, y lo ponga en el mismo nivel de agresión colonial que padece Crimea. Un mensaje directo a Biden secundado por Fernández. Por lo demás le pedirá a Argentina gestos claros que no recibirá.
Biden y Blinken estarán atentos y recelosos de la foto de Fernández con Putín que lo empujará más rápidamente al default del que no podrá salir con fondos rusos.
Luego llegará a Pekín, con la contraparte china ya incómoda por el destrato que consideran le hicieron llegando primero a Rusia, pero disimularán con la proverbial amabilidad y cortesía oriental que de seguro el canciller no sabrá interpretar. Allí buscaran lo mismo, financiamiento, swap. Pero China tiene proyectos parados en Argentina que reclamará se reactiven y que tampoco sucederá.
Estos días desde la embajada que comanda Sabino Vaca Narvaja informan de distintos acuerdos a nivel de complementación armamentística, compra de aviones y demás. Del lado argentino además del embajador participo Francisco Cafiero, primo hermano del canciller.
Rusia y China han sido defraudadas por Argentina, tienen posibilidades de proyectos de desarrollo de infraestructura y de acuerdos comerciales y productivos, pero de muy dificultosa operativización con un gobierno y una política exterior conducida por Beliz servil delegado de los norteamericanos en el gobierno nacional.
La foto en China tampoco será del agrado de Biden y Harris, por lo demás China es el tercer accionista en el FMI.
Algunos se entusiasman, piensan que Rusia va a montar represas, China va a vendernos aviones y comprar cereales, ambos nos van a otorgar créditos. Especulan con que los dos gigantes del multipolarismo, enemigos estratégicos de USA puedan llegar con divisas a la Argentina a auxiliarla en su afrentosa situación frente al FMI.
No es que eso no pueda pasar, eso no puede pasar con este gobierno, con las limitaciones políticas e ideológicas congénitas que tiene.
Nunca hay que perder de vista que el momento nuestroamericano es de redespliegue imperial en la región. Por nuestro Ministerio de Defensa se paseó como Juan por su casa el jefe del Southcom. Blinken y todo el departamento hemisférico no solo van y vienen a la Argentina, sino que cultivan relaciones amicales con los más altos funcionarios del gobierno; o para decirlo con una precisión quirúrgica; Manzur, Beliz, Massa, Morales, Argüello (por nombrar solamente a algunos,) son empleados del Estado Profundo Nortemericano. Todos tributan al otro argentino Cinosi que desde la OEA al lado de Almagro acomete las directivas injerencistas neomonroístas de Biden.
Finalmente fracaso el canciller en Washington, lleva al gobierno a un nuevo fracaso en Rusia y China. Terminaremos no equidistantes sino puteados a tres bandas por chantas improvisadores. Después de estas fotos los costos que impondrá occidente para levantar el default obviamente serán más draconianos de lo que de por sí ya son, porque el que las hace las paga.