El ministro indio de Asuntos Exteriores, Jaishankar, predijo que el siglo asiático llegará cuando su país y China resuelvan por fin sus disputas fronterizas, con lo que el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Wenbin, estuvo de acuerdo poco después. Estas dos grandes potencias multipolares son los mayores países en desarrollo del mundo y, por tanto, son capaces de influir significativamente en la transición sistémica mundial hacia la multipolaridad. De ello se deduce que el mantenimiento de unas relaciones estables y el aprovechamiento integral de los avances en este sentido se encuentran entre sus prioridades estratégicas más importantes.
Para ello, es absolutamente imprescindible que ningún tercero se entrometa en esta cuestión tan delicada. La gran estrategia del hegemón unipolar estadounidense en declive es la opuesta a la de las dos grandes potencias multipolares en ascenso, ya que pretende dividir y gobernar agresivamente Eurasia para prolongar indefinidamente su desvanecido liderazgo en los asuntos internacionales. Por mucho que lo intente, Estados Unidos no ha conseguido poner a India en contra de China y Rusia, y sus últimos esfuerzos relacionados con presionar a su socio del sur de Asia para que condene y sancione al Kremlin han resultado en realidad contraproducentes después de que Delhi los rechazara repetidamente con orgullo.
La India también es reacia a agitar el barco en su relación con China, especialmente después de que algunas de sus empresas comenzaran a utilizar el yuan para facilitar el comercio bilateral con Rusia. Y no sólo eso, sino que entiende perfectamente que Estados Unidos está decidido a explotarlo como un medio para contener militarmente a la República Popular. Bajo ninguna circunstancia permitirá que se aprovechen de ella para librar una guerra a instancias de otra persona al otro lado del mundo, de ahí que se sienta extremadamente incómoda con que Estados Unidos la empuje agresivamente en esta dirección.
Dado que los estrategas de ese hegemón unipolar en declive no han aprendido la lección de la contraproducente política de presionar a la India para que se vuelva contra Rusia, es de esperar que intenten repetir este mismo enfoque infructuoso al tratar de presionar a la India para que se vuelva contra China. Esto es especialmente probable después de que el provocador viaje de la presidenta de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwán a principios de este mes, sugiriera con mucha fuerza que Washington está planeando reactivar su “Pivot to Asia” en el futuro próximo, lo que lleva a predecir que redoblará sus esfuerzos para dividir y gobernar a esas dos grandes potencias asiáticas.
La línea de falla más fácil de explotar a este respecto son sus disputas fronterizas no resueltas, por lo que la India debe permanecer alerta ante cualquier provocación de Guerra Híbrida que se produzca en el ámbito de la información con el fin de provocar este peor escenario. Estados Unidos hará todo lo posible para poner a la población de esa sociedad en contra de su gobierno en relación con esta delicada cuestión, especialmente después de que se hiciera evidente que “la oposición india está cumpliendo los deseos de Estados Unidos haciendo sonar los tambores de guerra contra China” y que “los medios de comunicación estadounidenses están manipulando las percepciones sobre los ejercicios militares anuales conjuntos con la India”.
Todas estas provocaciones de una infoguerra deben ser tratadas adecuadamente, e idealmente de forma preventiva siempre que sea posible, para asegurar que este último esquema de divide y vencerás fracasa al igual que el que intentó abrir una brecha entre India y Rusia. Mientras tanto, China e India continuarán las conversaciones para resolver pacíficamente sus disputas fronterizas, pero es imposible predecir cuánto tiempo se tardará en lograr avances, y mucho menos cómo será el resultado final. Por lo tanto, lo más importante en este momento es frustrar las amenazas de guerra híbrida de Estados Unidos y eliminar así todos los obstáculos de terceros para la llegada del siglo asiático.
*Artículo publicado originalmente en One World.
Andrew Korybko es un analista político estadounidense.
Foto de portada: One World