Con ese acuerdo, que para el narcisista mandatario centroamericano significó seguramente un golpe traumático a su frágil personalidad, al tener que bajar la cabeza ante el imperio y reconocer su papel dependiente neo-colonial al servicio del Norte, el régimen espera encontrar un respiro temporal a su asfixiante realidad económica.
Para el imperio, la ventajas están claras, un país doblegado a su decadente influencia política y económica que, de algún modo, logra disputar a uno de sus grandes competidores mundiales, con los que el clan familiar había venido coqueteando, y cuya última expresión ocurrió precisamente esta semana, con la inauguración del majestuoso edificio de la nueva biblioteca nacional, construido con capital, material y mano de obra chinos, como parte de los acuerdos de amistad y cooperación firmados por el gobierno del FMLN por el entonces canciller Carlos Castaneda, dentro del paquete bilateral con que se establecieron las relaciones diplomáticas entre ambas naciones.
Más allá de las posibles ventajas para el imperio norteamericano y para el grupo burgués emergente que gobierna El Salvador a su antojo, queda preguntarse qué deja todo esto para el pueblo salvadoreño. La respuesta, por brutal no deja de ser sincera: más hambre y más miseria, retroceso en los programas sociales, deterioro de las condiciones de vida de las grandes mayorías, nuevos y mayores impuestos, y sin duda, mayor represión desde el gobierno, en la medida que el ajuste fiscal, recetado e impuesto por el FMI, profundizará el deterioro de la situación económica para el pueblo, promoverá mayores protestas por parte de sectores organizados y, en general, de la empobrecida población desesperada. Desesperación que, por otra parte, a partir de ahora ya no podrá ser resuelta mediante la migración ilegal, en la medida que parte del acuerdo incluye el compromiso del gobierno salvadoreño de contribuir a las políticas migratorias restrictivas de los EEUU.
La nueva realidad de la relación con el imperio también afecta negativamente a sectores que se autodefinen como integrantes de la “sociedad civil”, incluyendo organizaciones que pretendieron presentarse como fuerzas del campo popular, e incluso de izquierda, pero que no ocultaban su ansiedad por ser tomadas en cuenta por la administración Biden como instrumentos a su servicio para remover al autócrata ocupante de CAPRES, y ser ellos los encargados de reemplazarlo. Esperaban, como el Gatopardo, cambiar todo para que nada cambie.
Esos sectores, provenientes de la izquierda y la derecha política de este país, impulsados, financiados y organizados a través de prestigiosos sectores académicos de confianza para Washington, nunca entendieron que será el pueblo salvadoreño, solo el pueblo salvadoreño y su propia organización política y social desde la base, la que resolverá favorablemente la lucha contra el autoritarismo y la dictadura -hoy ya abiertamente dictadura proimperialista- que se va estableciendo día a día en El Salvador.
Como siempre ha sucedido en la historia de este país, serán las fuerzas del pueblo las que derrotarán a la autocracia, defenderán sus derechos en la calle y, más temprano que tarde, a fuerza de lucha, organización y movilización activa, derrotará a un gobierno que hoy es ilegítimo (desde el punto de vista de lo que dicta la Constitución en cuanto a la pérdida de derechos ciudadanos de quienes se postulen o aboguen por la reelección presidencial) y en pocos meses será ilegal por la misma razón.
Será este pueblo el encargado de hacer justicia y poner de nuevo a El Salvador en la órbita de los países que respetan el Estado de Derecho, los derechos humanos y las libertades de expresión, organización y movilidad, entre tantas otras violadas sistemáticamente en los últimos cuatro años.
La miseria que persiste sobre el show
La endeble economía de El Salvador lo coloca como el país que menos crece en Centroamérica y el que menos inversión extranjera recibe. Es por demás conocido el incremento exorbitante de la deuda externa hasta romper récords no vistos desde inicios de los años 90 del siglo pasado; además, el pueblo salvadoreño ha venido sufriendo el recorte inmisericorde de todo lo que este régimen contrarrevolucionario considera “superfluo”, es decir el “gasto social”. Será bueno recordar que la burguesía jamás considera los fondos dedicados a beneficiar a las grandes mayorías populares como inversión sino como gasto. A lo largo de este tiempo, los únicos rubros en el presupuesto oficial que siguen creciendo son los de publicidad y propaganda.
En 2023, en El Salvador solo el 42% de la población tiene acceso a sistema de alcantarillados. En las zonas rurales, la inmensa mayoría no tiene sistema de agua potable. El campo luce un abandono indescriptible, habiéndose favorecido la importación de alimentos esenciales por sobre el impulso al desarrollo de la economía familiar rural y, en general, sobre la producción de granos básicos y productos esenciales para rebajar el precio de la canasta básica alimentaria y reducir la dependencia.
La irresponsable política económica hacia el campo, destinada a favorecer a empresas asociadas al grupo de poder, amenaza con la hambruna a corto plazo; no lo dice “la oposición” como suele acusar el oficialismo, sino las Naciones Unidas, que incluye al país entre los puntos críticos de hambre en el mundo; esto según un reporte de la FAO y del PMA[1], que advierte que la inseguridad alimentaria podría deteriorarse aún más.
Distractores habituales
Es en estas condiciones de miseria institucionalizada y bombas de tiempo sociales, que el régimen salvadoreño, aunque obligado, como vimos, a ceder ante la imposición norteamericana para poder acceder a créditos de instituciones multilaterales, iniciando con la liberación de los mil trescientos millones de dólares empantanados desde hace tres años en la negociación con el FMI, se prepara para avanzar hacia su continuidad ilegal.
Para lograr ese objetivo necesita dar continuidad a su hasta ahora exitosa maniobra permanente de manipulación mediática y publicitaria, generando la idea de un país que solo existe en la realidad virtual, que supuestamente avanza y mejora día a día.
Hasta ahora no importaba que la gente en las comunidades no viera reflejadas las bendiciones que le mostraban en redes sociales y en pasquines oficiales (escritos, radiales y televisivos); especulaban con que la lógica general era que el progreso estaba en marcha y que “ya llegará” a las comunidades que miraban el show como si fuera verdadero. Contribuían especialmente para ello los manipuladores y mercenarios periodísticos que propagan entre la diáspora, especialmente en EEUU, la existencia de “un nuevo país”, muy cerca del primer mundo.
Todo ello, sin embargo, tiene un plazo de caducidad, y por eso la fortaleza del régimen, asentado en la propaganda, descansa ahora cada vez más en la militarización, y la continua restricción de libertades. Por eso siguen mes a mes renovando un injustificable régimen de excepción permanente, en un país que supuestamente, y según la versión oficial, no tiene ya amenaza de pandilla, pero si de huelgas y protestas populares.
El Crook, Miss Universo y una biblioteca donde nadie lee
Así las cosas, y mientras el régimen se sentía seguro de haber neutralizado la mayoría de insistentes versiones que denunciaban la existencia de negociaciones con criminales; cuando parecían olvidados los casos de funcionarios del actual gobierno que liberaron clandestinamente, alojaron en una residencial de lujo, armaron y sacaron ilegalmente del país en un vehículo oficial a un reconocido criminal, líder de pandillas, y uno de los responsables de la negociación de éstas con el gobierno, para asegurar votos a cambio de impunidad, el criminal conocido como el Crook, es detenido en México y trasladado a EEUU, donde ya ha empezado a brindar comprometedoras declaraciones a la justicia.
Si ese golpe no resulta mortal para la credibilidad del actual gobierno, quizás sea precisamente por el oportuno momento político de las mencionadas negociaciones con los EEUU. Sin embargo, sería absurdo no interpretar la situación como un signo más de debilidad del régimen frente a Washington, que tiene hoy en su poder una carta ganadora con la que condicionar muchas de las decisiones del jerarca de CAPRES.
El otrora poderoso milenial es cada vez más un trigre o un gorila de papel. La propaganda permanente le permitirá continuar la manipulación, pero hoy, diga lo que diga, está en manos de Washington. Lo sabe él, lo sabe la Casa Blanca y es bueno que lo sepa el pueblo salvadoreño.
Por ahora puede seguir con sus comedias, dilapidando dinero que no tiene en espectáculos tan burdos e inútiles como el concurso de Miss Universo. Durante el último mes, el tema le sirvió para aparentar ante el pueblo una supuesta relevancia de El Salvador en el mundo. Aunque se esforzaron en pintar y decorar decrépitos escenarios en todo el país por donde pasaran las Misses, lugares que habían sido sometidos al olvido durante los últimos cuatro años, la realidad prevalece aún después de que las luces de las cámaras y los fotógrafos a sueldo del gobierno se retiran.
Allí siguen las comunidades olvidadas, las vendedoras informales expulsadas de la vista de las cámaras y forzadas al hambre por no poder realizar sus labores; allí siguen los hospitales sin medicinas por más que intenten acallar mediante despidos, sanciones y amenazas al personal médico que denuncia.
Allí sigue muriendo gente inocente en la cárceles, y presos sin causa ni abogados, con jueces sin rostros que pueden tomarse años para considerar los casos sin que nadie los controle. Allí siguen las movilizaciones de protesta, entorpecidas por fuerzas policiales para que no lleguen a lugares donde la prensa internacional las vea.
Allí continúan los despidos de empresas que dejan el país o abandonan el negocio sin responder a obligaciones patronales, como sucedió esta misma semana con el despido inicial de 700 personas de la empresa norteamericana HanesBrands[2], que anunció que cerrará una de sus plantas en nuestro país, concretamente El Salvador Sew, dedicada a la ropa deportiva.
La medida afectará a la totalidad de sus 1,592 empleados. Así lo informó la empresa a través de un comunicado oficial, en el que atribuye el cierre a la incertidumbre de las condiciones económicas globales actuales y la baja demanda de los consumidores. La empresa tiene 30 años en El Salvador y por una década ha sido la mayor exportadora. El año pasado HanesBrands exportó desde El Salvador $717.6 millones; además es la mayor empleadora privada con 8 mil colaboradores en planilla, hasta julio pasado.
Una alegoría
Las luces del espectáculo no solo sirven para iluminar sino también para enceguecer a los espectadores. Esta semana, a bombo y platillo, con plaza llena de gente cuidadosamente vigilada para que no hubiese allí una sola manifestación de disidencia indeseada, de noche y a todo color, con cadena nacional incluida, el jerarca salvadoreño inauguró una biblioteca que representa una obra de ingenieria destacada, con una arquitectura de estética avanzada que, sin duda, desentona con el entorno clásico de un centro histórico centroamericano pero que, sin embargo, es presentada como una maravilla y un avance sin precedentes para el país.
Así lo fuera si la biblioteca inaugurada fuese a ser utilizada para promover la lectura, el estudio, la investigación, la reflexión. Pero el presidente se encargó de destacar lo que verdaderamente le interesa: el juego, los videojuegos, los comics, manga y demás. Se inaugura pues, una biblioteca que no se destina principalmente al estudio sino a los aspectos lúdicos. Hay actividades lúdicas educativas, pero no parece ser ese el tipo con que inundarán los anaqueles del edificio, al menos a juzgar por las fotos difundidas.
La nueva Biblioteca Nacional parece entonces una alegoría del régimen que vive El Salvador, un edificio luminoso y colorido, atractivo a la vista pero vacío e inútil para aquello que se supone debió ser creado.
NOTA:
Al cierre de este trabajo llegan los resultados de las elecciones en Argentina, que dan una victoria contundente a un energúmeno que llega al gobierno con muchas de las actitudes y poses usadas por el actual mandatario salvadoreño en sus días de campaña. Ni la prensa de derecha del mundo deja de tildarlo como un extremista de derecha. Pocos en el mundo se alegraron de su triunfo. Curiosamente, el jerarca salvadoreño no solo se alegró, sino que en una actitud de bufón, hasta se dio el lujo de burlarse y despreciar con su tradicional educación de cloaca, a otros mandatarios que expresaron preocupación por el futuro del pueblo argentino. Esa es la calidad de gobernante que sufre El Salvador desde hace 4 años y que avanza a pasos agigantados a consolidar su dictadura de derecha.
Raúl Larull* Periodista y comunicador. Militante internacionalista. Miembro del FMLN.
Imagen de portada: Biblioteca Nacional de El Salvador (BINAES)PRESIDENCIA DE EL SALVADOR
Referencias:
[1] Agencias de la ONU advierten sobre riesgo de que hambre aumente en El Salvador
[2] HanesBrands cierra planta en El Salvador y cesará a 1,592 empleados