Análisis del equipo de PIA Global Europa

El regreso del E3: Reino Unido, Alemania y Francia reactivan su alianza estratégica

Escrito Por Micaela Constantini

Por Micaela Constantini* –
¿Reino Unido, Francia y Alemania reactivan su alianza para defender Europa… o para dirigirla? ¿Vuelve para liderar Europa o para reforzar el orden atlantista bajo otro nombre?

A partir de la asunción de Donald Trump en la Casa Blanca, se comenzó a hablar del “vacío” que dejaría en Europa, confundiendo la apatía del mandatario hacia los europeos con el proyecto estratégico estadounidense en la región. Entonces se analizó la posibilidad de retomar el proyecto de autonomía estratégica, de enfrentarse a Trump ante ciertos temas, de la necesidad de desarrollar una defensa europea, entre otras cosas. 

No obstante, las élites europeas al frente de las instituciones de Bruselas continúan con el camino de la sumisión a los intereses de Washington en cada paso que dan, incluso en aquellos en los que se esperaba un poco más de resistencia o dignidad como fueron las negociaciones sobre los aranceles que culminó con una de las tantas humillaciones televisadas a las que Trump viene arrastrando a los líderes europeos, esta vez con la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen como protagonista.

En esta suerte de “ilusión de vacío” estadounidense en Europa, algunos actores han comenzado a tejer, o revitalizar en algunos casos, ciertas alianzas pretendiendo ocupar aquel lugar. 

Reino Unido, Alemania y Francia están haciendo resurgir al grupo E3. El E3 nació en 2003 como una representación diplomática europea en las negociaciones con Irán sobre su programa nuclear, pero, con el tiempo, se consolidó como un actor de peso dentro de la política exterior europea, en especial sobre temáticas de defensa, seguridad y negociaciones multilaterales. Tras el Brexit, el rol cada vez más fuerte de la Comisión Europea y las fisuras que comenzaron a resquebrajar la unidad europea, el E3 no se disolvió pero fue perdiendo centralidad, peso y protagonismo.

Parece ser que tras la asunción de Trump y el servil rol de von der Leyen y compañía, el E3 ha decidido volver a tomar protagonismo en la escena europea, no porque de forma individual estos actores no hayan estado activos con sus proyectos, pero es importante notar que frente a este contexto es que estos tres países y líderes han decidido retomar el grupo bajo el mismo nombre. 

Si bien, estos tres mandatarios ya venían mostrándose como líderes y protectores de la seguridad europea en situaciones como el viaje que realizaron juntos a Ucrania, en julio, Reino Unido, Alemania y Francia reactivaron el formato E3 como eje operativo en la seguridad europea firmando una serie de acuerdos importantes con proyección a seguir reforzando su rol en la región.

A comienzos de julio, Alemania y Francia sellaron un acuerdo militar-industrial y de ciberseguridad relanzando su cooperación estratégica. El 9 de julio, Francia y Reino Unido también avanzaron sobre su asociación estratégica firmando la “Declaración de Lancaster House 2.0” y la “Declaración de Northwood”, la primera enfocada en la modernización y cooperación militar incluyendo el desarrollo industrial y de disolución nuclear; la segunda profundiza la cooperación nuclear con proyectos de desarrollo de armamentos y sistemas de defensa pero también de compromisos de protección mutua. El 17 de julio, Reino Unido y Alemania firmaron el Tratado de Kensington que profundiza la cooperación en defensa, comercio, migración y seguridad y formaliza la alianza trilateral con Francia como un mecanismo rápido de respuesta europea.

Vale la pena mencionar algunos puntos centrales de estos acuerdos. Reino Unido y Francia profundizaron su postura de liderazgo conjunto en el apoyo a Ucrania no sólo ofreciendo más colaboración en defensa e inversión a Zelensky, sino también avanzando sobre la “coalición de voluntarios” anunciando que el grupo ya se encontraba listo para operar en cuanto se lograra el alta el fuego en Ucrania, además de que se acordó que la sede de la coalición será París. Pero uno de los puntos más llamativos fue parte de la “Declaración de Northwood” en donde ambos países acordaron coordinar el uso de armas nucleares como respuesta conjunta en caso de ser atacados. De esta manera establecieron la creación del Grupo Directivo Nuclear Reino Unido‑Francia para alinear políticas, capacidades y operaciones nucleares.

En el caso entre Reino Unido y Alemania, el acuerdo incluye asistirse mutuamente, incluso a nivel militar, en caso de un ataque armado contra el otro, a pesar de que esto ya está acordado en el artículo 5 de la OTAN en donde ambos países son miembros. Pactaron desarrollar misiles de ataque de alta precisión; producir conjuntamente exportaciones de defensa como vehículos blindados Boxer y aviones Typhoon; construir una conexión ferroviaria directa entre ambos países; crear nueva infraestructura energética y asociaciones científicas; la empresa alemana Stark abrirá una fábrica en Inglaterra.

Aunque la alianza renovada de Reino Unido, Alemania y Francia se posicione como una respuesta ante las supuestas políticas de abandono de Trump y las supuestas amenazas y desafíos compartidos frente al enemigo ruso, el E3 comienza a develar las ambiciones de alianza belicista hegemónica intraeuropea pero también con proyección a recuperar protagonismo global y condicionar las decisiones de defensa común de la UE, como así también conteniendo la voz de otros actores atlantista que comenzaban a tener más protagonismo como Polonia, o voces más autónomas.

Será necesario seguir de cerca las reacciones que el grupo E3 puede suscitar en el resto de actores europeos, por ejemplo en von der Leyen y la Comisión Europea que podrían ver cada vez más limitada su capacidad de liderar políticamente si el E3 traza un camino paralelo a los mecanismos comunitarios; o en países que forman parte del formato Weimar+,Polonia e Italia, u otros Estados como España que podrían profundizar la fisura actual por sentirse subordinados al esquema de centralismo hegemónico del E3 basado en superioridad histórica, militar y diplomática, desestabilizando aún más al continente.

Del mismo modo será necesario seguir observando al grupo que parece mostrar y vender una imagen de amistad y frente unido cuando son notables las tensiones latentes entre los tres actores. A pesar de la unidad que buscan construir, los intereses y objetivos estratégicos de los tres difieren y eso puede provocar fricciones internas. Los principales puntos de tensión están relacionados a la relación con EEUU, el posicionamiento respecto a Ucrania, Gaza o Irán, y los egos y liderazgos en disputa. 

Mientras la carrera política de Macron agoniza habiendo llevado a Francia a una grave crisis interna en varios frentes que incluyeron el cambio de gobierno más de una vez; a un ninguneo regional e internacional de quienes consideraba sus socios y aliados; a la expulsión del país de sus colonias perdiendo total influencia en regiones geopolíticamente importantes como África y Asia Pacífico. Todo esto implica una drástica reducción de poder de Francia como actor geopolítico además de sumergir al país en una crisis profunda producto de las decisiones de Macron. Por lo que los intereses de Macron sobre el E3 pueden leerse en un intento de reanimar su influencia en la región, volver a posicionar a Francia como potencia e incluso retomar el liderazgo de la idea de autonomía estratégica europea.

De hecho, recomendamos leer el Informe nº 1588 de la Comisión de Asuntos Europeos de la Asamblea Nacional francesa publicado en junio de este año, en donde se ofrece 50 recomendaciones que buscan determinar cambios significativos en la orientación internacional del Elíseo y, en concreto, para que Francia ejerza presión sobre la política exterior europea. 

Alemania, con un Merz recién asumido, parece tener interés en el E3 como herramienta que vuelva a posicionar a Alemania como la gran potencia europea, en esta etapa como potencia militar.

Reino Unido revitaliza el proyecto estratégico, Global Britain, que parece sobrepasar a cualquier mandatario que se encuentre en funciones. El E3 permite a Reino Unido volcarse profundamente en la escena europea sin tener que volver a la UE, esto ya implica no estar bajo el mando de von der Leyen y la Comisión Europea. A este punto hay que sumarle: que fue Reino Unido quien retomó los lazos bilaterales tanto con Francia como con Alemania siendo el anfitrión de los acuerdos mencionados; que, junto a Francia, son los únicos países europeos con arsenal nuclear independendiente, pero a diferencia de París, operando fuera de la clave de la UE y sumado a la arena internacional en cooperación con otras alianzas de inteligencia como Five Eyes; que posee una relación privilegiada con los gobiernos estadounidenses fortalecida por sus vínculos históricos, estratégicos y facilitadores de las relaciones EEUU-UE; que el hecho de encontrarse fuera del mandato de la UE le permite mayor libertad y por lo tanto la articulación exterior con más actores externos; y que, ya ha declarado sus intenciones de liderar la nueva arquitectura de defensa europea. Todo esto, parece posicionar a Reino Unido como conductor y orientador del grupo E3.

Otra parte importante a mencionar sobre el E3 es esta supuesta construcción europea autónoma e independiente sobre la “ilusión del vacío estadounidense” dejado por la asunción de Trump. A medida que pasa el tiempo y se toman decisiones, hemos visto como el “vacío estadounidense” en Europa no es real.

Estados Unidos, incluso con Trump sigue ejerciendo una fuerte influencia y poder sobre Europa sólo que de una manera menos disfrazada quizás que otras administraciones. La aceptación del aumento al 5% del gasto en la Cumbre de la OTAN; el silencio sobre las acciones israelíes tanto en Palestina como el ataque contra Irán; todo lo relacionado a Ucrania; recordando que el paraguas nuclear de la OTAN lo garantiza Washington con armamento nuclear estacionado en territorios de Reino Unido y Alemania; todos los dispositivos y acuerdos sobre el aumento en el gasto de defensa europeo; la reciente humillación de von der Leyen aceptando el 15% de aranceles, más 600 mil millones de dólares en inversión de armamento norteamericano y 750 mil millones de dólares en comprar energía a Washington… han sido muestra que EEUU no ha dejado suelo europeo sino que profundiza su hegemonía sobre la región. 

En este sentido, el E3 no queda exento a pesar de mostrarse como un revitalizado grupo autónomo europeo por fuera de la órbita de Washington. El E3 por el momento parece continuar el trazo pintado por intereses atlantistas además de la dependencia que aún poseen, a pesar de tener capacidad industrial militar propia, de EEUU como proveedor clave.

Si bien Trump no se ha expresado directamente sobre el E3, su retórica crítica hacia Europa y sus exigencias en materia de defensa permiten interpretar que este grupo opera, en los hechos, alineado a los intereses estratégicos de Washington. El aumento del gasto militar, impulsado por el E3, deriva en mayores compras de armamento estadounidense, profundizando la dependencia europea respecto a EEUU. A su vez, este alineamiento fortalece el discurso atlantista centrado en la amenaza rusa (y cada vez más también china), debilitando cualquier posibilidad de alianzas europeas por fuera del paraguas estadounidense. Bajo esta mirada, el E3 no aparece como un paso hacia la autonomía europea, sino más bien como una herramienta funcional a la estrategia de Washington, delegada a su socio histórico: el Reino Unido.

Por último, es necesario empezar a identificar dónde tiene la mira del E3 sobre el territorio europeo. El grupo de Reino Unido, Alemania y Francia está jugando un papel activo tejiendo una red de acuerdos, bases, misiones, entrenamientos y financiamiento en Europa del Este en toda su extensión incluyendo las zonas de los tres mares, el Mar Negro, Mediterráneo y Báltico.

Bajo la lógica de consolidar un cinturón de seguridad contra Rusia, el E3 profundiza su influencia y control, en especial en el ámbito militar, sobre la región Este de Europa.

De esta manera podemos nombrar el respaldo de estos tres países (a veces de forma conjunta otras veces de modo bilateral o en el marco de acuerdos de la OTAN) sobre la construcción de la base de la OTAN en Constanza, Rumanía, como la más grande de Europa; el financiamiento de Alemania y Francia en infraestructura militar en Moldavia además de cooperación técnica, militar y de inteligencia; el entrenamiento por parte de Reino Unido y Francia a soldados moldavos; el despliegue militar de la OTAN liderado por Alemania en Lituania con miles de soldados y el mismo proceso liderado por Reino Unido en Estonia; Francia sigue aumentando las misiones conjuntas con los países de los bálticos; la creación de la Coalición de Voluntarios en Ucrania, es decir una fuerza militar en terreno, pero que ha tenido distintos precedentes desde 2014 que llevaría muchas líneas si nos ponemos a enumerar; los cazas y tropas francesas desplegados en Rumania; los acuerdos en defensa firmados de forma bilateral entre Reino Unido con Finlandia, Suecia; el refuerzo de la presencia del Reino Unido en Estonia y Polonia; la fuerza conjunta para la defensa aérea en el Mar Negro creada por Reino Unido y Rumania; la base permanente alemana en Lituania, la primera desde la Segunda Guerra Mundial fuera del territorio alemán; la ampliación de la base militar francesa en Rumania desplegando más blindados y sistemas antiaéreos; los memorandums de cooperación en ciberseguridad y suministro militar firmados por Reino Unido con Eslovaquia, Polonia y República Checa; aumento de fondos en defensa por parte de Alemania a Moldavia; las misiones conjuntas por el E3 en el Mar Negro y el corredor Báltico en el marco del Readiness 2030; las misiones previstas de cooperación reforzada OTAN-UE en donde por supuesto participan los países del E3; Francia ha reforzado su presencia militar en Kosovo como parte de la KFOR; Francia intenta reforzar el eje con Grecia y Chipre cubriendo el flanco sur de la OTAN; Alemania trazó la iniciativa de Berlín con el objetivo de influenciar en la “integración de los Balcanes”, financia “reformas institucionales” en Bosnia y Herzegovina; los acuerdos de cooperación militar del Reino Unido con Serbia y Macedonia del Norte.

Por el momento, lejos de marcar un camino claro de autonomía o independencia respecto a EEUU, el E3 revitalizado parece funcionar como una reconfiguración del orden atlantista en clave europea. Con un relato de liderazgo autónomo, unidad y defensa europea, Reino Unido, Alemania y Francia buscan posicionarse como núcleo de decisión continental. No obstante, quedará por discernir si esta alianza sienta las bases de una Europa autónoma o se trata de una herramienta más bajo las alas de Washington. Al mismo tiempo, las acciones del E3 parecen tener como objetivo hegemonizar el eje militar europeo y condicionar al resto de los países del continente, reconfigurando la política exterior común en posible tensión con Bruselas. Sin embargo, ni siquiera dentro del E3 hay garantías de unidad: las diferencias estratégicas, los liderazgos en pugna y los intereses dispares podrían profundizar fisuras que, lejos de proyectar una Europa unificada, expongan aún más sus contradicciones internas.

*Micaela Constantini, periodista y parte del equipo de PIA Global.

Foto de portada: Juntos en el tren nocturno el primer ministro británico Keir Starmer, el presidente francés Emmanuel Macron y el canciller alemán Friedrich Merz en camino a Kiev en mayo. Imagen Stefan Rousseau/REUTERS

Acerca del autor

Micaela Constantini

Comunicadora Social, periodista. Miembro del equipo de investigación de PIA Global. Investigando cibergeopolítica y virtualidad. Feminista, antiimperialista y autodidacta. Nuestra americana Trabajo con redes sociales, edición de video y comunicación digital.

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