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El plan de Estados Unidos e Israel para un «Nuevo Oriente Medio» a la sombra de Sykes-Picot

Por Adem Kılıç*- El plan imperialista hace al menos cien años trazaba fronteras en el mapa. Hoy, Israel busca dividir las mentes y las estructuras sociales.

La serie de acontecimientos que comenzó el 7 de octubre de 2023 ha reactivado las divisiones no solo militares, sino también políticas e ideológicas en Oriente Medio.

En este contexto, la declaración de Tom Barrack, ex embajador de Estados Unidos en Ankara y representante especial del presidente estadounidense Donald Trump para Siria y Líbano, fue notable.

Barrack criticó explícitamente el Acuerdo Sykes-Picot de 1916, afirmando que las raíces de los problemas actuales de la región residen en él y que tales “recetas imperiales” ya no son válidas.

Sin embargo, la declaración de Barrack no es una mera lectura simbólica de la historia, sino que también insinúa la nueva dinámica de poder en la región.

Barrack afirmó que el acuerdo dividió a Siria y al Levante en general según fronteras artificiales e intereses occidentales, enfatizando que este error histórico no se repetiría en una nueva generación, pero la realidad ciertamente no es así.

De hecho, Barrack fue más allá de este acuerdo e hizo algunas declaraciones impactantes sobre el Líbano. Sugirió que si el Líbano no controlaba sus facciones internas y desarmaba a Hezbolá, Siria podría estar abierta a la idea de reabsorber el país basándose en “lazos culturales e históricos”.

No fue sorprendente que el Departamento de Estado de EE. UU. intentara rápidamente desviar la atención de las declaraciones de Barrack con nuevos anuncios. Esto se debió a que la declaración no solo violaba las normas diplomáticas, sino que también perturbaba la agenda estratégica de Israel en la región.

Importantes publicaciones israelíes, como The Times of Israel, transmitieron abiertamente a Barrack el mensaje de que “se apegara al guion”.

Porque cuando se iniciaron los debates Sykes-Picot, el tema inevitablemente se extendería a Palestina, la Declaración Balfour, el Mandato Británico, la Nakba de 1948 y, en última instancia, a la tragedia actual en Gaza.

Sin embargo, quienes creen que el objetivo de Barack era defender los derechos de los países de la región y de Palestina se equivocan debido a las reacciones de Israel a este discurso.

Esta declaración, en realidad, pretendía legitimar la nueva maniobra de Estados Unidos en la región, en particular con respecto a Siria.

Conflictos en Siria y un nuevo frente a través de los drusos

Los conflictos que han aumentado notablemente en Siria en los últimos meses revelan que las potencias de la región están adoptando nuevas posturas. En particular, la región de Suwayda, al sur del país, se ha convertido en el foco de crecientes tensiones entre la comunidad drusa y el nuevo gobierno.

En las últimas semanas, los enfrentamientos entre milicias drusas y tribus beduinas fueron retratados en los medios internacionales como meras “tensiones étnicas locales”, pero en realidad, estos incidentes fueron resultado de la intervención israelí directa.

Cuando el gobierno de Ahmad al-Asharaa envió tropas para restablecer el control en la región, Israel intervino con ataques aéreos, como lo ha hecho repetidamente en la región, bombardeando algunas posiciones del ejército sirio.

Israel intentó justificar este ataque con el argumento de “proteger al pueblo druso”. Sin embargo, quedó claro que esta intervención fue un intento de implementar una estrategia de ingeniería sectaria similar en Siria a la que Israel había usado previamente en el Líbano.

Esto se debe a que el apoyo fragmentado de Israel a las minorías étnicas y sectarias en Siria, como los drusos, los cristianos y algunos “elementos kurdos”, en realidad forma parte de un enfoque dirigido a desmantelar las estructuras estatales unitarias en la región.

Y esta situación es, en realidad, solo un anticipo de la retórica del “Nuevo Oriente Medio” de Netanyahu, que se basa en un plan sectario y étnico para un “Nuevo Levante”.

¿Cuál es entonces este plan? Estados minoritarios fragmentados y el resultado

Aunque la retórica del “Nuevo Oriente Medio” del primer ministro israelí Netanyahu parece implicar la normalización con los países árabes a través de los Acuerdos de Abraham, la realidad muestra que se trata de un plan mucho más profundo y peligroso. Este discurso apunta a un Oriente Medio compuesto por microestados étnica y religiosamente heterogéneos, con estructuras centrales debilitadas y, por lo tanto, vulnerables a la intervención externa.

Gracias a esta estructura, Israel busca rodearse de pequeñas entidades con las que siempre pueda mantener un equilibrio y, cuando sea necesario, utilizarlas mutuamente, en lugar de vecinos grandes y poderosos que podrían representar una amenaza.

En otras palabras, el objetivo es implementar una ola de intervención en la región más profunda y destructiva que la de Sykes-Picot.

Lo que está sucediendo hoy apunta a una ruptura que podría tener resultados más efectivos y duraderos que los mapas trazados hace un siglo.

Pues si bien Sykes-Picot al menos trazó fronteras en un mapa, el plan liderado por Israel y Estados Unidos hoy en día avanza hacia un resultado que busca fragmentar las mentes y las estructuras sociales.

En este momento, se está acabando el tiempo para que Turquía y otros países de la región lean este plan y tomen las precauciones necesarias.

*Adem Kılıç politólogo y escritor.

Artículo publicado originalmente en United World.

Foto de portada: TRT Global

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