El Parlamento de Ucrania ha aprobado una ley muy criticada por organizaciones de la sociedad civil que da poderes al fiscal general nombrado por el poder ejecutivo sobre dos agencias anticorrupción.
Según el diputado opositor Yaroslav Zhelezniak, que suele comunicar el resultado de las votaciones antes de que venza el embargo para informar sobre las sesiones impuesto por razones de seguridad durante la guerra, 263 del total de 324 diputados presentes votaron a favor de la ley en el Parlamento, en el que el partido gubernamental tiene mayoría absoluta. Los legisladores que se oponen a la medida han gritado “¡qué vergüenza!” durante la votación, según ha informado el Financial Times.
En un comunicado publicado antes de la votación por la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania (NABU), la agencia había advertido de que los cambios legislativos que han sido aprobados por la Rada supondrán “la destrucción” de la independencia tanto de la propia NABU como de la Fiscalía Especial Anticorrupción al “subordinar en la práctica sus actividades al fiscal general”.
El nuevo paso dado por el Parlamento es visto por muchas organizaciones como un proceso de erosión de los mecanismos de control al Ejecutivo. La ley da poder sobre la actividad de la NABU y de la Fiscalía Especial Anticorrupción (SAP) al fiscal general nombrado por la oficina del presidente, lo que es percibido desde las dos agencias afectadas como un golpe de gracia a su autonomía.
“En la práctica”, dijo la NABU en su comunicado, “si esta ley se aprueba la SAP se convertirá en una entidad simbólica, y la NABU perderá su independencia y pasará a ser una división de la Oficina del Fiscal General”. Según recoge el Kyiv Independent, Ruslan Kravchenko, nombrado fiscal general el mes pasado, ha sido descrito por expertos como una figura cercana al presidente Volodímir Zelenski.
Redadas en la víspera
La aprobación de esta ley que ha de ser ratificada ahora por Zelenski viene un día después de que el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) efectuara decenas de registros a varios empleados de alto nivel de la NABU.
La operación fue justificada por el SBU en la necesidad de extirpar la “influencia rusa” en esta estructura y se saldó con la detención de dos detectives bajo acusación de colaborar con Rusia. Tanto la NABU como organizaciones de la sociedad civil ucraniana han denunciado abuso de poder en la misma.
La explicación oficial a la operación no ha convencido a las voces más influyentes de la sociedad civil ni a los socios internacionales de Kiev, que en un toque de atención han expresado su preocupación por las acciones del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU).
“Reality show en Ucrania: ataque ruso con drones y misiles toda la noche. Por la mañana temprano: ataque de Bankova (sede de la oficina presidencial) contra la NABU. Supuestamente, el SBU está efectuando ‘una operación especial buscando a agentes rusos (…)”, escribió en X sobre la jornada del lunes Daria Kaleniuk, del Centro contra la Corrupción.
Kaleniuk relaciona lo ocurrido con la NABU con el proceso a su compañero de ONG Vitali Shabunin, contra el que la Fiscalía y la Oficina Estatal de Investigaciones han actuado recientemente por supuestas violaciones de sus obligaciones como militar que el propio activista y decenas de ONG ucranianas ven como una excusa para castigarle por sus críticas a Zelenski.
“Hemos venido advirtiéndolo: los ataques infundados a Vitali Shabunin eran solo el comienzo. ¿El próximo paso? Intentos de desmantelar NABU y SAP (fiscalía especial anticorrupción), las únicas instituciones capaces de investigar al círculo inmediato de Zelenski por corrupción”, concluye Kaleniuk su mensaje.
Shabunin ha acusado al presidentede de “dar los primeros, pero seguros, pasos hacia un autoritarismo corrupto”.
Toque de atención de los socios
La acusaciones contra Zelenski de que ha traicionado a su discurso de regeneración democrática tiene relación, según algunos analistas, con la evolución de su relación con el presidente estadounidense, Donald Trump, que se está mostrando más receptivo a los mensajes de Kiev.
Con la anterior administración demócrata, instituciones como NABU y ONG como la de Kaleniuk y Shabunin contaban con Washington como paraguas de protección ante cualquier tentación del poder en Kiev de tomar represalias contra ellas. La Casa Blanca de Trump ha eliminado muchos de los programas de los que se beneficiaban los programas anticorrupción y pro-Estado de Derecho en países como Ucrania.
Los embajadores de los países del G7 en Ucrania han expresado su preocupación por los hechos y han adelantado que pedirán explicaciones a la administración de Zelenski. “El G7 está siguiendo de cerca lo ocurrido hoy (por el lunes) en la NABU, incluyendo la investigación a varios empleados de la NABU por supuestos crímenes. Nos hemos reunido hoy (el lunes) con la NABU, estamos seriamente preocupados y tenemos la intención de hablar de estos hechos con líderes del Gobierno”, han declarado los embajadores de los países del G7 en la cuenta común de X que utilizan para evaluar el proceso de reformas en el que está inmersa Ucrania.
La embajadora de la UE en Kiev, Katarina Mathernova, ha compartido el mensaje con esta declaración: “Ahora es más importante que nunca preservar los logros en las reformas para mantener el apoyo necesario para prevalecer sobre el enemigo”.
La semana pasada, Zelenski ordenó la mayor remodelación de su gabinete en tiempos de guerra desde el comienzo de la invasión total de Rusia, un movimiento que fue ampliamente visto en Kiev como una mayor consolidación del poder dentro del círculo íntimo del presidente.
Artículo publicado originalmente en elDiario.es
Foto de portada: El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en una imagen de archivo. EFE