El Papa León XIV llegó el domingo a la capital del Líbano, Beirut, para una escala de tres días como parte de su gira por Asia Occidental.
El Sumo Pontífice tiene previsto reunirse con los tres principales funcionarios del país: el presidente Joseph Aoun, el primer ministro Nawaf Salam y el presidente del Parlamento Nabih Berri, junto con importantes figuras políticas y religiosas.
Monseñor Michel Aoun, coordinador de la visita, declaró previamente que el Papa cree que el difícil período que atraviesa el Líbano requiere el compromiso internacional y que el viaje busca expresar solidaridad con el pueblo libanés y, al mismo tiempo, atraer la atención mundial hacia el país.
En ese marco, Su Santidad instó a los libaneses a tener la “valentía” de permanecer en su país, pese a las crisis económicas y políticas que exacerban la emigración de jóvenes, especialmente cristianos. En su mensaje, destacó la importancia de la “reconciliación” como camino hacia un futuro compartido.
Repitiendo 27 veces la palabra “paz” en un discurso en el Palacio Presidencial, ante autoridades, diplomáticos y representantes de la sociedad civil, el Papa evitó referirse a conflictos regionales o internacionales, y no mencionó las agresiones israelíes.
El movimiento de la resistencia Hezbollah, había enviado un mensaje donde expresaba su beneplácito por la visita que León XIV realizaría al país. En el, el grupo destacó que el Líbano contiene una composición plural la cual convierte al país en un espacio donde coexisten múltiples tradiciones religiosas, culturales y sociales, generando consensos amplios en su sistema político.
A su vez, el mensaje también refería sobre la tragedia que se prolonga en Gaza desde hace dos años, y que continúa agravándose. Denunciaba el amplio respaldo internacional del que goza Israel, afirmando que “muchas potencias comparten con él las inclinaciones de dominio y codicia respecto a los recursos de nuestro país y de la región, sin consideración alguna por los derechos de sus pueblos”.
Foto de portada: AFP
