Europa

El manifiesto de Olaf Scholz para la revista Foreign Affairs confirma las ambiciones hegemónicas de Alemania

Por Andrew Korybko* –
Scholz pretende que Alemania compita con Polonia como principal apoderado militar de Estados Unidos en la UE, para lo cual espera que las impresionantes capacidades militares de Berlín y su actual asociación con Washington para compartir armas nucleares le den ventaja sobre Varsovia.

The German leader just published what can be interpreted as his manifesto explaining why his country must supposedly restore its prior hegemonic status, and it was released by none other than the same magazine run by the Council on Foreign Affairs, which is regarded as among the most influential policymaking platforms in the US-led West’s Golden Billion. The very fact that they ran his manifesto can be regarded as this de facto New Cold War bloc’s tacit support for Germany’s hegemonic ambitions.

Polonia no es tan paranoica como algunos especulaban

El cardenal gris polaco Jaroslaw Kaczynski no andaba desencaminado al advertir recientemente contra la dominación alemana de Europa en unos comentarios que se hacían eco de los de hace un año, en los que acusaba a ese país de querer construir un «Cuarto Reich». Anteriormente, su país exageró la amenaza militar de su vecino a Europa Central para que Varsovia consolidara su influencia regional, pero el manifiesto del Canciller Olaf Scholz para la revista Foreign Affairs demuestra que las ambiciones hegemónicas de Berlín existen de verdad.

La nueva cultura estratégica de Alemania

Bajo el título «The Global Zeitenwende: Cómo evitar una nueva Guerra Fría en una era multipolar», el dirigente alemán articuló la gama de medios que el líder de facto de la UE está dispuesto a emplear para afianzar ampliamente su influencia en todo el bloque sobre la base de una supuesta reacción al conflicto ucraniano. El primer tercio del artículo es sólo una explicación de cómo se ha llegado a este punto desde la perspectiva de su gobierno, pero luego pasa a hablar de políticas tangibles.

En palabras de Scholz, «el nuevo papel de Alemania requerirá una nueva cultura estratégica, y la estrategia de seguridad nacional que mi gobierno adoptará dentro de unos meses reflejará este hecho», que enmarca todo lo que sigue en su artículo. Rusia es el principal objetivo de esta estrategia, como demuestra la declaración del Canciller de que «la cuestión rectora será qué amenazas debemos afrontar nosotros y nuestros aliados en Europa, de forma más inmediata las procedentes de Rusia».

A continuación, se dio una palmadita en la espalda por haber impulsado reformas constitucionales a principios de año para facilitar los planes de su gobierno de destinar aproximadamente 100.000 millones de dólares a la modernización de la Bundeswehr, que describió con precisión como «el cambio más marcado en la política de seguridad alemana desde la creación de la Bundeswehr en 1955». También se invertirá el 2% del PIB en defensa, de acuerdo con las exigencias previas de Estados Unidos a sus socios de la OTAN.

«Diplomacia militar»

La política de Scholz de anular su anterior negativa a exportar armas a zonas de conflicto activo para equipar a Kiev complementa el despliegue militar sin precedentes de Alemania tras la Segunda Guerra Mundial. No sólo eso, sino que su país también entrenará a toda una brigada de tropas ucranianas en su territorio como parte de una nueva misión de la UE junto con la sustitución de las armas de la era soviética que los antiguos países del bloque de Varsovia entregan a Kiev por modernas armas alemanas.

Más allá de sus fronteras, Scholz afirmó que «Alemania ha incrementado significativamente su presencia en el flanco oriental de la OTAN, reforzando el grupo de combate de la OTAN liderado por Alemania en Lituania y designando una brigada para garantizar la seguridad de ese país. Alemania también está contribuyendo con tropas al grupo de combate de la OTAN en Eslovaquia, y la fuerza aérea alemana está ayudando a vigilar y asegurar el espacio aéreo en Estonia y Polonia. Mientras tanto, la marina alemana ha participado en las actividades de disuasión y defensa de la OTAN en el Mar Báltico».

Especialmente preocupante fue la reafirmación del Canciller de que «Alemania seguirá manteniendo su compromiso con los acuerdos nucleares compartidos de la OTAN, incluida la compra de cazas F-35 de doble capacidad», lo que sin duda pondrá nerviosa a Rusia. Está claro que Scholz pretende que Alemania compita con Polonia como principal apoderado militar de Estados Unidos en la UE, para lo cual espera que las impresionantes capacidades militares de Berlín y su actual asociación con Washington para compartir armas nucleares le den ventaja sobre Varsovia.

Expansión institucional

Esta observación no debe interpretarse como una intención de revisar el resultado geopolítico de la Segunda Guerra Mundial, como han especulado algunos en Polonia con respecto a lo que denominan los «Territorios Recuperados» de su país, que ahora forman su frontera con Alemania. Más bien significa que Alemania se siente cada vez más segura a la hora de desplegar su poderío militar, en el sentido de mejorar de forma integral las capacidades defensivas de sus socios a petición de sus dirigentes, aunque es cierto que con ello corre el riesgo de convertirlos en vasallos.

Lo más probable es que Scholz intente replicar exactamente esta misma estrategia en los Balcanes Occidentales cuando esos países aspirantes se incorporen definitivamente a la UE de facto dirigida por Alemania, una vez que hayan completado el llamado Proceso de Berlín, que él decía haber reactivado en su artículo. A pesar de reconocer las dificultades que entraña la admisión de nuevos miembros, el Canciller habló de la promesa que supondría este resultado para reforzar el potencial del bloque a la hora de establecer nuevas normas mundiales en materia de comercio y medio ambiente, etc.

Esta ambiciosa agenda avanzará en plena cooperación con Francia, según Scholz, a la que describió como «compartiendo la misma visión de una UE fuerte y soberana». Las políticas migratoria y fiscal deben reformarse, dijo, para evitar que fuerzas externas como Rusia exacerben supuestamente las divisiones dentro del bloque. La solución que propuso para agilizar los avances en estas delicadas cuestiones es «eliminar la capacidad de cada país para vetar determinadas medidas».

Atrincherar la influencia

No hay otra forma de describir la reforma antes mencionada que como un juego de poder político sin precedentes, exactamente del tipo del que Hungría y Polonia advirtieron anteriormente. Si tiene éxito, supondrá la completa subyugación de todos los miembros de la UE al duopolio franco-alemán, eliminando así los vestigios de soberanía que aún conservan. En otras palabras, este eje de Grandes Potencias se convertirá en el único que importe en Europa.

Es probable que a los Estados más pequeños les resulte imposible recuperar los derechos perdidos en caso de que Alemania asuma el control directo de sus ejércitos en el futuro, como sugiere la propuesta de Scholz de estandarizar los sistemas de armamento de la UE. La creciente presencia militar hegemónica a lo largo de la periferia oriental del bloque, de la que tanto hablaba Scholz al principio del artículo, podría conducir inevitablemente a ello para afianzar la influencia política de Berlín.

Las llamadas «conspiraciones golpistas» similares, como la que sus autoridades afirman haber frustrado el miércoles, podrían convertirse en el pretexto para que Alemania asuma el control directo de los ejércitos de los países centroeuropeos sobre la base de ayudarles supuestamente a garantizar de forma sostenible «la ley y el orden». Teniendo en cuenta que para entonces esas fuerzas podrían haber estandarizado sus sistemas de armamento, serían perfectamente interoperables con los de Alemania, especialmente si para entonces ya han realizado múltiples ejercicios conjuntos.

La verdadera conexión con China

El resto del artículo de Scholz hablaba un poco sobre el próximo acercamiento de Alemania a China, pero esos planes no son tan directamente relevantes para las ambiciones hegemónicas de su país como los que está a punto de implementar contra Rusia, de ahí que queden fuera del alcance del presente análisis. Al revisar la información que se ha compartido hasta ahora, está claro que «el complot centenario de Alemania para hacerse con el control de Europa está casi completado», y cada día que pasa se reduce la probabilidad de contrarrestar este escenario.

Su líder acaba de publicar lo que puede interpretarse como su manifiesto explicando por qué Alemania debe supuestamente restaurar su estatus hegemónico anterior, y fue publicado nada menos que por la misma revista dirigida por el Consejo de Asuntos Exteriores, que está considerada como una de las plataformas de formulación de políticas más influyentes del Billón de Oro de Occidente liderado por Estados Unidos. El mero hecho de que publicaran su manifiesto puede considerarse como un apoyo tácito de facto de este bloque de la Nueva Guerra Fría a las ambiciones hegemónicas de Alemania.

La conclusión es que Estados Unidos aspira a restaurar su hegemonía unipolar en declive facilitando el resurgimiento hegemónico de Alemania con el fin de confiar en ese país como su principal apoderado «Lead From Behind» (LFB) para gestionar los esfuerzos de contención antirrusos del Billón de Oro en Europa. El objetivo de esta política es permitir que Estados Unidos se centre más en la expansión de la OTAN a Asia-Pacífico para avanzar en sus esfuerzos de contención antichinos en la otra mitad de Eurasia.

Este incipiente desarrollo pretende aumentar las probabilidades de que la República Popular acepte las condiciones de Estados Unidos para la serie de compromisos mutuos entre ambos con el fin de establecer un equilibrio de influencia que acabe convirtiéndose en la «nueva normalidad». Es importante que estas dos superpotencias realicen progresos tangibles en la Nueva Distensión antes del viaje que el Secretario de Estado Blinken tiene previsto realizar a Pekín a principios del próximo año, de ahí el momento en que Asuntos Exteriores ha publicado el manifiesto de Scholz.

Reflexiones finales

El gran contexto estratégico en el que articuló las ambiciones hegemónicas de Alemania consiste, por tanto, en facilitar que su patrocinador estadounidense se aleje gradualmente de Eurasia Occidental y se centre en su mitad oriental, a medida que su país asume el papel de principal apoderado del LFB estadounidense en Europa para contener a Rusia. Esta secuencia de acontecimientos para mejorar la contención de China por parte de Occidente cuenta con el respaldo tácito de la élite del Billón de Oro, como demuestra la publicación por Foreign Affairs de su artículo relacionado, confirmando así que el plan de Estados Unidos está en marcha.

*Andrew Korybko, analista geopolítico estadounidense.

Artículo publicado originalmente en korybko.substack

Foto de portada: Foto utilizada en el artículo del Canciller en Foreign Affairs. El canciller alemán Olaf Scholz durante una entrevista televisiva en Bali, Indonesia, noviembre de 2022Kay Nietfeld/Getty Images.

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