Desde la noche del jueves 20 de mayo, he seguido la evolución del alto el fuego acordado entre las fuerzas de la resistencia palestina y el ocupante israelí, con la mediación de Egipto. Ya al amanecer del viernes 21, pude ver, con emoción, a miles de habitantes de Gaza salir de los escombros de la destrucción y celebrar el alto el fuego y la victoria de la Operación Espada de Jerusalén, orquestada por las distintas organizaciones de la resistencia palestina. Cabe decir que, por primera vez, el mando de una operación de esta envergadura fue realizado conjuntamente por los líderes de los movimientos de resistencia en la Palestina ocupada. El grito de victoria en las calles y Alahu Akbar, sonando en los minaretes de las mezquitas de Gaza que ahogan el sonido de las bombas y los disparos, en el histórico amanecer del viernes.
Pero es sumamente necesario aclarar una cuestión desde el principio; no ha habido una «guerra» de 11 días entre Israel y las fuerzas de resistencia palestinas, como los medios de comunicación occidentales hegemónicos insisten en clasificar la masacre contra Gaza. No podemos utilizar el término guerra para clasificar un conflicto asimétrico, en el que las fuerzas israelíes están en una condición militar superior a las fuerzas palestinas, que no tienen tanques, aviones de guerra y sistemas de defensa antiaérea de última generación, ni tropas regulares. En resumen, el pueblo palestino no tiene un ejército que justifique el uso del término guerra.
Tras el alto el fuego y ante los datos preliminares que nos presentan cifras como: 360 muertos, más de 2.000 heridos, destrucción de 25 hospitales y 1.447 propiedades, más de 13.000 propiedades dañadas, además de que los bombardeos han alcanzado 68 escuelas, 300 instalaciones industriales y 454 coches, me encuentro preguntando ¿cuáles son los motivos de las celebraciones de los palestinos, ante este escenario de evidente destrucción en la Franja de Gaza?
Si observamos los hechos históricos de las agresiones de Israel como forma de legitimar la ocupación y expandir ilegalmente el territorio, destruir la infraestructura de Gaza, generar caos y así debilitar la resistencia palestina como lo hizo en los ataques de 2008/2009, 2012, 2014, 2015 y 2018, los episodios de este mayo de 2021 demuestran que la resistencia palestina fue más fuerte, más arraigada, mejor preparada militarmente y con amplio apoyo popular en Gaza, Cisjordania y los territorios asignados a Israel desde 1948.
A pesar de todo el aparato militar moderno, Israel no ha podido doblegar a las fuerzas de la resistencia ni impedir la celebración de manifestaciones antiisraelíes en varias ciudades donde viven judíos y palestinos de Israel, además de gigantescas manifestaciones de solidaridad en las principales capitales del mundo. La confrontación de este 2021 fue capaz de unir a los palestinos de Cisjordania, Gaza y los territorios asignados a Israel, en una gran unidad de apoyo a la resistencia y contestación de la ocupación sionista.
Al mismo tiempo, en los territorios atribuidos a Israel se ha producido una ola de protestas contra el gobierno israelí de extrema derecha, en la que miles de israelíes, en su mayoría jóvenes, han salido a la calle exigiendo una solución definitiva a los reiterados conflictos. A pesar de las pequeñas pérdidas humanas y de infraestructuras, la economía israelí se vio gravemente afectada, con pérdidas que superaron los 1.800 millones de dólares sólo en la primera semana de los conflictos, debido al cierre de puertos y aeropuertos, el cierre del 30% de las fábricas, el cierre de la exploración de gas en las plataformas del yacimiento de Tamar, la caída sin precedentes de la bolsa, además de la devaluación de la moneda israelí, el shekel, que cayó un 14% frente al dólar, aumentando la recesión de la economía ya golpeada por Covid-19.i
LAS ARMAS DE LA RESISTENCIA FUERON UN FACTOR REAL EN LA RETIRADA ISRAELÍ
Si antes destacaba la inadecuación del término guerra para referirse a lo ocurrido en las últimas semanas en la Palestina ocupada, ello no significa que la resistencia palestina no se haya preparado para defenderse de forma legítima de los ataques israelíes.
Así, podemos ver que los últimos enfrentamientos han revelado avances, por ejemplo, en la sofisticación de los misiles producidos por la resistencia palestina, con el apoyo técnico y material de sus aliados, Irán y el Hezbolá libanés. Los misiles SH85, A120, Badr 3, Ayyash 250K y Qassam-400 alcanzaron distancias que van de los 100 a los 250 km, y la mayoría de ellos consiguieron eludir el sistema Cúpula de Hierro y atacar ciudades como Ashdod, Chaer Hanigev, Nir Oz, Ashkelon, Bersheeva, Haifa y la capital Tel Aviv.
Además de estas armas, Hamás probó con éxito sus drones submarinos, que atacaron barcos militares y plataformas de exploración de gas. Las Brigadas Al-Qassamii desplegaron drones aéreos suicidas que atacaron varias bases aéreas militares israelíes, como las de Hastor, Hatzerim, Nevatim, Tal Nov, Palmachim y Ramon, y el oleoducto Askelon-Eiliat, causando gran destrucción y daños. Además del dron de reconocimiento de clase Zawari que sobrevoló sin ser molestado y fotografió instalaciones militares israelíes, en una demostración de la fragilidad del enemigo.
En cierto sentido, los misiles de la resistencia no sólo golpearon los territorios atribuidos a Israel. El alto grado de movilización y los violentos enfrentamientos entre palestinos y colonos israelíes en Jerusalén, Gaza y los territorios ocupados en 1948, encendieron la luz roja en Tel Aviv y en Ramallah, despertando la atención en los sectores hostiles a Hamás, especialmente en los llamados islamistas (el Movimiento es una organización declaradamente islamista que tiene su origen en los Hermanos Musulmanes), que vieron cómo se izaban las banderas de Hamás por toda Cisjordania en conmemoración de la victoria contra los agresores sionistas y las fuerzas de resistencia vitoreadas por el pueblo.
Y no podía dejar de mencionar la magnífica labor de la resistencia al mantener desde 2014 una red de túneles bien estructurada que se extiende por todo el territorio de Gaza, apodada el «metro de Hamás» por el criminal de guerra Benjamin Netanyahu. La red de túneles se inspiró en la resistencia vietnamita y es la ruta principal por la que pasan los suministros de la resistencia, conectando los talleres y laboratorios donde se desarrollan cohetes, misiles y aviones no tripulados, que luego se transportan a las bases de lanzamiento y se disparan contra el enemigo.
LA CAUSA PALESTINA DOMINÓ LAS REDES SOCIALES
La movilización a favor del pueblo palestino a nivel internacional no es nada nuevo. Con la llegada de las redes sociales, millones de personas se enteraron por primera vez de la existencia de la ocupación israelí y de sus crímenes contra los palestinos. Los palestinos se encargaron de filmar y publicar las atrocidades cometidas por los militares israelíes y los colonos judeo-sionistas de extrema derecha, inundando Facebook, Twitter e Instagram con imágenes que suelen ser ocultadas por los medios de comunicación hegemónicos, porque causan indignación en cualquier persona de mente recta, independientemente de su nacionalidad.
Como es habitual, Facebook censuró miles de cuentas y contenidos favorables a la causa palestina.iii A pesar de este asedio, que también se produjo en Twitter e Instagram, aunque en menor medida, las narrativas palestinas y de repulsa israelí dominaron el territorio de las redes sociales.
Los movimientos pro-palestinos abandonaron el mundo virtual y salieron a la calle. Las principales ciudades de todo el mundo fueron tomadas por manifestaciones masivas de apoyo al pueblo palestino y de rechazo a los crímenes de Israel. Mientras en Estados Unidos el presidente «demócrata» Joe Biden utilizaba el manido discurso de que «Israel tiene derecho a defenderse», millones de estadounidenses gritaban «las vidas palestinas importan», en referencia al reciente movimiento «las vidas negras importan».
Estas manifestaciones despertaron muchas voces en el Congreso de Estados Unidos, con legisladores que criticaron el apoyo de Washington a Israel. Y con el senador Bernie Sanders publicando un artículo en The New York Times en el que afirmaba que Estados Unidos no podía seguir desempeñando «el papel de abogado defensor del gobierno de extrema derecha y racista de Israel».iv
LA RESISTENCIA HA DERRIBADO EL MITO DE LA INVECIBILIDAD ISRAELÍ
Los acontecimientos de este mes de mayo nos ofrecen algunas conclusiones, sin duda favorables a las fuerzas de la resistencia y que confirman el fracaso militar y la creciente impopularidad de Israel en el mundo.
El primero de ellos es el evidente fracaso de la inteligencia israelí en Gaza, que no supo prever la capacidad ofensiva de las fuerzas de la resistencia y el lanzamiento de unos 4.360 misiles en los once días de conflicto, a pesar del asedio impuesto por Israel al territorio de Gaza. Este escenario hizo que muchos analistas empezaran a considerar la hipótesis de que Israel ya no saldría victorioso en las batallas contra las fuerzas de la resistencia.
La sensación entre los israelíes de que no hubo victoria sobre Hamás y las demás fuerzas de la resistencia es una segunda conclusión. Además, y como ya se ha mencionado, los ataques de la resistencia contra los territorios asignados a Israel han afectado gravemente a la economía, han paralizado puertos y aeropuertos, han hundido el mercado de capitales y han devaluado su moneda.
Una tercera constatación es que las fuerzas de la resistencia han desmoralizado y socavado los llamados acuerdos de normalización entre el régimen sionista y algunos Estados árabes, como los Emiratos Árabes, que suspendieron los vuelos comerciales a Tel Aviv, y Marruecos, que se echó atrás en varios acuerdos y vio cómo la población engrosaba las protestas a favor de los palestinos y contra los crímenes de Israel, como la manifestación de los hinchas en el estadio del Raja Club Athletic de Casablanca. Además, las protestas locales pro-palestinas enfriaron el entusiasmo de los países árabes que «normalizaron» las relaciones con Israel y desalentaron otros procesos en curso.
Una cuarta y última observación es que hemos visto a Hamás acercarse a Siria, Hezbolá, Irán y otras fuerzas del llamado Eje de la Resistencia, que fueron los principales responsables de ofrecer dinero, armas y tecnología a la resistencia palestina.
Ante el fracaso militar y la creciente impopularidad en todo el mundo, la entidad sionista difícilmente ganará una futura batalla contra los palestinos. Mientras tanto, cada día crece el sentimiento de que el pueblo palestino tiene un derecho legítimo a existir y a resistir la ocupación sionista, el apartheid y la limpieza étnica, con todas las medidas y métodos posibles, como vimos en los enfrentamientos de mayo de 2021.
i La economía israelí duramente golpeada por los misiles de la resistencia. Disponible en https://spanish.almanar.com.lb/524119. Consultado el 22/5/2021.
ii Las Brigadas Izz ad-Din al-Qassam son el brazo armado de Hamás, creado a mediados de 1991. Es el grupo más grande y mejor equipado que opera actualmente en Gaza Su nombre es una referencia al clérigo Izz ad-Din al-Qassam, un predicador musulmán nacido en Siria en 1882, que en 1930 organizó y estableció la «Mano Negra» (al-Kaff al-Aswad), una organización militante antisionista.
iii Facebook elimina las críticas a Israel que utilizan el término «sionista». https://theintercept.com/2021/05/24/facebook-criticas-israel-sionista. Consultado el 23/5/2021.
iv Bernie Sanders: Estados Unidos debe dejar de ser apologista del gobierno de Netanyahu. Disponible en https://www.nytimes.com/2021/05/14/opinion/bernie-sanders-israel-palestine-gaza.html. Consultado el 23/5/2021.
*Sayid Marcos Tenório es historiador, vicepresidente del Instituto Brasil-Palestina (Ibraspal) y autor del libro Palestina: del mito de la tierra prometida a la tierra de la resistencia (Anita Garibaldi/Ibraspal, 2019). Correo electrónico: sayid.tenorio@uol.com.br – Twitter: @HajjSayid
Este artículo fue publicado por Desacato. Traducido por PIA Noticias.
