Los hutíes de Yemen son actualmente, junto con Hezbollah e Irán, uno de los grupos de la región que mayor insistencia deposita en la lucha por la soberanía palestina. Sus tácticas de ataque contra Israel demostraron el respaldo a la Causa y el rechazo a las potencias imperialistas.
En noviembre de 2023, el movimiento Ansarullah (hutíes), con respaldo iraní, comenzó un bloqueo sobre el Mar Rojo a todos los buques mercantes que representaran cualquier vinculación con Israel, a través del Océano Índico y desde Sudáfrica hacia la Carretera de Buena Esperanza. La ofensiva buscó atacar buques comerciales, fragatas militares y, según se informa, cables de telecomunicaciones submarinos.
Los asaltos constantes, lograron captar la atención de Estados Unidos y Gran Bretaña, puesto que el corredor del Mar Rojo es una zona donde circula el 12% del comercio internacional. En contraataque, los atlantistas comenzaron a bombardear Yemen el 11 de enero de 2024. Un día después de las primeras ofensivas, pregonaron un alto al fuego que no se cumplió, debido a que la táctica hutí no se detuvo. Por consiguiente, retomaron los bombardeos periódicos que denominaron “acción de seguimiento”. Esta situación puso sobre la mesa la falta de experiencia estadounidense en el rol “defensivo” de las operaciones militares.
Las acciones occidentales no han sido de fuerte impacto en las tierras yemeníes. Por el contrario, los yihadistas lograron lanzar ataques efectivos en tierras israelíes, así como obstruyeron el paso de los comerciantes por vía marítima.
El líder hutí, Abdelmalik Al Huti, no ha temido expresar su rechazo a las políticas imperialistas de las potencias mundiales multimillonarias que hace décadas destruyen y utilizan los recursos de los países que ocupan. Es por ello, que la causa palestina simboliza para los ejércitos de Ansarullah una causa que también conlleva las frustraciones yemeníes en cuanto a su anhelo de libertad y soberanía.
A pesar de encontrarse rodeados de los países del Golfo, cuya economía se encuentra en su esplendor gracias a las ganancias del mercado del petróleo, Yemen representa una de las naciones más pobres de la región. Esta característica, sumado a que el país se encuentra en una guerra civil hace 8 años, refleja las discordancias del pueblo y su gobernación en cuanto a los demás Reinos de la Península Arábiga. Sin embargo, el descontento de los civiles en cuanto a la posición casi estática e incluso nula de los líderes del Golfo en cuanto a la guerra en Gaza, le generó una buena reputación a Yemen en esta contienda, gracias a su accionar casi inmediato.
Para el movimiento Ansarullah es fundamental poder captar la confianza de Irán en cuanto a alianzas estratégicas y militares, a fin de poder acrecentar sus ejércitos en armamento y financiamiento y como un posible proxy. Además, muchos jóvenes yemeníes, como también de otros países árabes, se han sumado a sus filas siguiendo los discursos hutíes en contra de occidente. La imagen del movimiento yihadista de Yemen ha logrado posicionarse con un mejor estatus en la región.
Desde noviembre de 2023 los hutíes mantienen sus ataques, incluso esta semana han bombardeado diferentes puntos israelíes, como lo son la ciudad ocupada de Yaffa (Tel Aviv) y la central eléctrica en la zona de Umm Al Rashrash (Eliat). Además, el bloqueo naval se mantiene activo, siendo que el pasado jueves el portavoz de las Fuerzas Armadas de Yemen, el teniente general Yahya Sari, declaró que el portaaviones USS Harry Truman y sus unidades navales fueron atacados en el norte del Mar Rojo.
En cuanto al alto al fuego pactado entre Israel y Hamas, el líder hutí, Abdelmalik Al Huti, expresó su respaldo, declarando que reiniciarán sus ataques si el estado sionista no cumple con lo establecido. Además, afirmó: “Seguiremos vigilando y observando las etapas de aplicación del acuerdo. En cualquier fase en la que el enemigo israelí retroceda y vuelva a cometer el asedio, las masacres y la agresión contra Gaza, estaremos inmediatamente preparados para el apoyo militar y las operaciones militares junto a nuestros hermanos palestinos”.
El movimiento de Bani Hashish
A fines de diciembre del 2024, se organizaron diversas movilizaciones armadas en el distrito de Bani Hashish, en la gobernación de Saná, Yemen. Este hecho, se dio en favor al apoyo a Gaza y en rechazo al estado israelí y estadounidense. Sin embargo, no significó simplemente una marcha en desacuerdo, sino una amenaza antiimperialista, en la que desfilaron con sus carros de combate, armas y ejércitos.
El primer vicegobernador de Saná, Hamid Assem, pronunció un discurso en el que elogió la firmeza del pueblo yemení en la defensa de sus hermanos musulmanes palestinos. Además, rescató la moral de la resistencia árabe frente al acoso de las potencias usurpadoras.
Seguido a la movilización militar, el 2 de enero la Autoridad Cultural de la Mujer de la ciudad de Bani Hashish, realizó un evento en el cual también se proclamaron en favor de la causa palestina. El encuentro se trataba del “Rajab Eid”, una festividad que conmemora la entrada del pueblo de Yemen al Islam.
Al finalizar la jornada cultural, las mujeres presentes levantaron sus voces en solidaridad al pueblo palestino, y en apoyo a las acciones de las fuerzas armadas yemeníes en la yihad.
El pueblo de Bani Hashish dejó en claro su respaldo al líder hutí, en quien depositan sus añoranzas para derrotar al enemigo occidental. Abdelmalik Al Huti expresa en sus discursos el mayor rechazo, no sólo a Israel, sino también a Estados Unidos, Gran Bretaña y Arabia Saudita. La llegada que genera al pueblo de gobernaciones como la de Saná, incitan un ideal de justicia, y a utilizar las medidas que se consideren necesarias para alcanzarlo.
El movimiento Ansarullah considera que no existirá una paz real mientras que exista la “entidad usurpadora” israelí, la cual es mantenida por el apoyo de las potencias occidentales.
Gianna Rosciolesi* Técnica en Relaciones Públicas y Ceremonial, periodista junior del equipo de PIA Global
Foto de portada: Reuters
