En un nuevo paso por el camino de la sumisión argentina para el saqueo neocolonial, este jueves 13 de noviembre, la Casa Blanca publicó la “Declaración conjunta sobre el marco para un acuerdo entre Estados Unidos y Argentina sobre comercio e inversiones recíprocas”.
El texto deja plasmado con claridad que rol cumplirá cada país en esta asociación. Mientras que Estados Unidos bajará aranceles a bienes primarios (recursos naturales claves para el desarrollo de su poder industrial y que requieren poco valor agregado desde el país de origen), Argentina facilitará la importación de productos manufacturados (con alto valor agregado) y de tecnología proveniente de Estados Unidos, lo que favorece claramente a la industria norteamericana en desmedro de la argentina.
Si bien el gobierno argentino quiso mostrar el acuerdo como algo que ponía al país en una situación privilegiada, la realidad es que el mismo día, la Casa Blanca anunció acuerdos similares con otros tres países de América Latina: Ecuador, Guatemala y El Salvador.
El acuerdo pone en riesgo miles de empleos directos e indirectos de trabajadores del sector industrial argentino.
Estos proyectos, que el pueblo argentino ya vivió durante la última dictadura militar (1976-1983) y en la época de “las relaciones carnales”, durante la década neoliberal en los ´90, suelen recorrer el mismo circuito: la importación de bienes manufacturados que destruyen la producción argentina y, por ende, los puestos de trabajo; aumento del desempleo y pérdida de capacidad de resistencia de los sindicatos; el crecimiento del desempleo debilita las condiciones de negociación de los trabajadores cuyos salarios suelen quedar siempre a la baja, con la consecuente profundización de la pérdida del poder adquisitivo. Todo ello provoca un recrudecimiento de la crisis, en el marco de un Estado que se retira de lo social y consolida su rol represivo.
En línea con esa decisión, de implementar políticas que implican la destrucción de gran parte de la industria argentina, días atrás, se conoció la noticia de recortes presupuestarios a escuelas técnicas. Con cierta lógica, un país sin industria no necesita formar técnicos.
Ya en julio de 2025, según informaba el diario Infobae, la industria argentina atravesaba “una fase crítica de estancamiento que impacta en el empleo formal” y remarcaba la declaración de Martín Rappallini, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), quien aseguraba que “desde marzo de este año el sector pierde entre 1.000 y 1.500 puestos de trabajo mensuales. La caída sostenida en la actividad económica y la falta de condiciones estructurales para competir en igualdad de condiciones son, a su juicio, los principales factores detrás de esta tendencia”.
El acuerdo anunciado este jueves implica un “tiro de gracia”, ese disparo que termina de dar muerte a una industria nacional gravemente herida por las consecuencias de las medidas que durante sus dos primeros años tomó el gobierno de Javier Milei.
ALCA recargado
En diálogo con PIA-Global , la ex embajadora argentina en Venezuela y en el Reino Unido, Alicia Castro, aseguró: “esto es un ALCA recargado. No es un acuerdo, es un contrato de adhesión con los Estados Unidos”.
“No hay un acuerdo recíproco al mercado como nos quieren hacer creer. Argentina se compromete a eliminar barreras arancelarias, a aceptar certificaciones de Estados Unidos, a flexibilizar los controles sanitarios, a abrir el mercado automotor y farmacéutico; mientras Estados Unidos ofrece solamente considerar la reducción arancelaria para ciertos recursos y algunos insumos. Nada más”, sostuvo Castro.
La ex embajadora señaló: “se anuncia una apertura agroalimentaria que facilitaría el ingreso de ganado, pollo y cerdo estadunidense bajo procesos abreviados. Esto perjudica claramente a los pequeños y medianos productores del campo argentino en un sector que, además, Estados Unidos opera con subsidios y con una estructura sanitaria que no se puede comparar con la argentina”.
“Argentina se compromete a aceptar los estándares estadounidenses para vehículos, maquinarias, dispositivos médicos y fármacos”, remarcó.
La ex embajadora sostuvo que “todo esto, además, implica que Argentina viola las reglas del Mercosur porque allí se plantea que tiene que haber una política exterior común, negociaciones externas colectivas y tarifa externa común. Nada de esto se está respetando. Las reglas del Mercosur son muy claras, ningún país puede firmar este tipo de acuerdo por fuera de este espacio”
Luego concluyó: “este acuerdo es malo para la industria argentina, para el campo y para las farmacéuticas. Es la entrega total de nuestra soberanía”.

A continuación los puntos clave del texto difundido por la Casa Blanca:
Aranceles: Los países abrirán sus mercados mutuamente para productos clave. Argentina brindará acceso preferencial al mercado para exportaciones estadounidenses, incluyendo ciertos medicamentos, productos químicos, maquinaria, productos de tecnologías de la información, dispositivos médicos, vehículos automotores y una amplia gama de productos agrícolas. En reconocimiento a la ambiciosa agenda de reformas de Argentina y sus compromisos comerciales, y en consonancia con el cumplimiento de los requisitos pertinentes de seguridad económica y de las cadenas de suministro, Estados Unidos eliminará los aranceles recíprocos sobre ciertos recursos naturales no disponibles y productos no patentados para aplicaciones farmacéuticas. Además, Estados Unidos podrá considerar positivamente el impacto del Acuerdo sobre la seguridad nacional, incluso teniendo en cuenta el Acuerdo al adoptar medidas comerciales en virtud de la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, según enmienda (19 U.S.C. 1862). Asimismo, ambos países se han comprometido a mejorar las condiciones recíprocas de acceso bilateral al mercado para el comercio de carne vacuna.
Eliminación de barreras no arancelarias: Argentina ha desmantelado muchas barreras no arancelarias que restringían el acceso a su mercado, incluyendo las licencias de importación, garantizando así condiciones más equitativas para el comercio internacional, y con este Acuerdo se compromete a no requerir formalidades consulares para las exportaciones estadounidenses hacia Argentina. Además, eliminará gradualmente la tasa de estadística para los productos estadounidenses.
Normas y evaluación de conformidad: Argentina está alineándose con normas internacionales en distintos sectores para facilitar el comercio. Argentina permitirá el ingreso de productos estadounidenses que cumplan con normas aplicables de EE. UU. o internacionales, reglamentos técnicos estadounidenses o procedimientos de evaluación de conformidad de EE. UU. o internacionales, sin exigir requisitos adicionales de evaluación, y continuará eliminando barreras no arancelarias que afecten el comercio en áreas prioritarias. Argentina aceptará la importación de vehículos fabricados en Estados Unidos que cumplan con las normas federales estadounidenses de seguridad vehicular y emisiones, así como certificados de la FDA y autorizaciones previas de comercialización para dispositivos médicos y productos farmacéuticos.
Propiedad intelectual: Argentina ha tomado medidas contra un importante y notorio mercado regional de productos falsificados y continuará mejorando la aplicación de la ley contra bienes falsificados y pirateados, incluso en el entorno digital. Argentina también se ha comprometido a abordar desafíos estructurales señalados en el informe Especial 301 de 2025 de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos, incluyendo los criterios de patentabilidad, el atraso en el otorgamiento de patentes, y las indicaciones geográficas, y a trabajar para alinear su régimen de propiedad intelectual con los estándares internacionales.
Acceso al mercado agrícola: Argentina ha abierto su mercado a ganado vivo estadounidense, se ha comprometido a permitir el ingreso de carne aviar de EE. UU. en el plazo de un año y ha acordado no restringir el acceso al mercado de productos que utilicen ciertos términos relacionados con quesos y carnes. Argentina simplificará los procesos de registro de productos para carne vacuna, productos cárnicos, menudencias y productos porcinos estadounidenses, y no aplicará requisitos de registro de instalaciones para productos lácteos importados desde EE. UU. Ambos países trabajarán conjuntamente para abordar barreras no arancelarias que afecten el comercio de alimentos y productos agrícolas.
Trabajo: Argentina ha reafirmado su compromiso con la protección de los derechos laborales reconocidos internacionalmente. Además, adoptará e implementará la prohibición de importar bienes producidos mediante trabajo forzoso u obligatorio y fortalecerá la aplicación de la legislación laboral.
Medio ambiente: Argentina se ha comprometido a tomar medidas adicionales para combatir la tala ilegal; fomentar una economía más eficiente en el uso de recursos, incluso en el sector de minerales críticos; y a implementar plenamente las obligaciones del Acuerdo sobre Subvenciones a la Pesca de la Organización Mundial de Comercio.
Alineación en materia de seguridad económica: Argentina reforzará la cooperación con Estados Unidos para combatir políticas y prácticas no orientadas al mercado por parte de otros países. Ambos países también se han comprometido a identificar herramientas para alinear enfoques en control de exportaciones, seguridad de inversiones, evasión de aranceles y otros temas relevantes.
Consideraciones y oportunidades comerciales: Argentina y Estados Unidos cooperarán para facilitar la inversión y el comercio en minerales críticos. También acordaron trabajar para estabilizar el comercio global de soja.
Empresas estatales y subsidios: Argentina se ha comprometido a abordar posibles acciones distorsivas de empresas estatales y a revisar los subsidios industriales que puedan afectar la relación comercial bilateral.
Comercio digital: Argentina se ha comprometido a facilitar el comercio digital con Estados Unidos mediante el reconocimiento de Estados Unidos como jurisdicción adecuada bajo la ley argentina para la transferencia transfronteriza de datos, incluyendo datos personales, y a no discriminar servicios digitales o productos digitales estadounidenses. Argentina también tiene la intención de reconocer como válidas para su legislación las firmas electrónicas que sean válidas bajo la ley estadounidense.
Héctor Bernardo* Periodista, escritor y profesor de Introducción al Pensamiento Social y Político Contemporáneo – Facultad de Periodismo y Comunicación Social – UNLP. Miembro del equipo de PIA Global.
Foto de portada: Mark Schiefelbei – AP
