El Departamento de Defensa de Estados Unidos (DoD), lanzó a mitad de este año su nueva Estrategia Ártica 2024. Se trata de la primera actualización del enfoque del DOD para la región desde 2019.
El comunicado oficial del DoD deja en claro que luego de la guerra en Ucrania todas las estrategias de seguridad y defensa han cambiado, y el Ártico no escapa de eso. La nueva Estrategia Ártica 2024, “se basa en las directrices establecidas en la Estrategia de Seguridad Nacional 2022 y la Estrategia de Defensa Nacional 2022 y forma parte del esfuerzo del Departamento de Defensa por implementar la Estrategia Nacional 2022 para la Región Ártica”.
«Esta estrategia está muy orientada a la acción, lo que la distingue de las anteriores Estrategias para el Ártico», afirmó la subsecretaria adjunta para la resiliencia global y del Ártico, Iris Ferguson.
En el documento sobre la Estrategia Ártica 2024 se establece que “el Ártico sirve como vía de proyección de poder hacia Europa y es vital para la defensa de las líneas marítimas atlánticas de comunicación entre Norteamérica y Europa”.
Si bien en las últimas dos estrategias anteriores ya se mencionaba la necesidad de la presencia militar y la preocupación sobre la creciente presencia y cooperación ruso-china en la región ártica, el acontecer geopolítico antes de 2022 no se caracterizaba por un enfrentamiento directo con Rusia o con China ni tampoco se presentaba al Ártico como una zona de disputa y tensiones geoestratégicas a las que EEUU le otorgara prioridad.
Hemos analizado reiteradas veces cómo luego de la pandemia y en especial a partir de la guerra en Ucrania, que comenzó en febrero de 2022, el proceso de transición hacia la multipolaridad y la decadencia estadounidense se aceleró rápidamente. Esto llevó a EEUU a endurecer sus estrategias en donde se menciona a Rusia y China como enemigos directos, y ha asegurar que sus intereses aún continúen siendo prioridad en las regiones en donde ejerce influencia. Para el caso europeo, eso significó, y continúa significando, la hipermilitarización del continente, la dependencia energética a EEUU, la autoproducción de crisis, como la desindustrialización, desempleo, energética, económica, financiera, política, comunitaria en las instituciones europeas.
De esta manera, el Ártico comienza a representar un punto geoestratégico clave en un nuevo contexto de reorganización internacional y de disputa geopolítica, que involucra no sólo a los países que tienen una porción de territorios, sino a actores por fuera que se ven interesados en los beneficios que ofrece esa región, como China, la UE y la OTAN.
Y aunque se mencione reiteradas veces la ‘idea’ de cooperación entre aliados, la Estrategia Ártica 2024 dice de manera explícita que a Estados Unidos sólo le importa proteger y salvaguardar sus intereses nacionales.
“A medida que evoluciona el entorno de seguridad del Ártico, el DoD debe permanecer preparado para proteger nuestros intereses nacionales”.
Según informan desde Sputnik, “el Ártico es una de las más vulnerables regiones del planeta. El sector ruso ocupa cerca de una tercera parte de su superficie total y un 60% de la costa ártica, donde habita más de la mitad de la población de la región, entre la que prevalecen los pueblos autóctonos poco numerosos. A Rusia le corresponde cerca del 80% de la diversidad biológica del Ártico, recordó el ministro de Naturaleza ruso, Alexandr Kozlov”.
Desde RIAC explican que “el aumento en el costo del oro negro hace que las reservas del Ártico sean aún más atractivas y su desarrollo más rentable.
La importancia de la región juega con nuevos colores a la luz de los problemas globales con la logística. El cambio climático hace que el transporte marítimo en el Ártico sea más accesible, por lo que la Ruta del Mar del Norte (NSR) tiene el potencial de convertirse en una de las arterias más importantes del comercio mundial: tiene casi la mitad de la longitud de las rutas a través del Canal de Suez o alrededor del Cabo de Buena Esperanza. Los países asiáticos no árticos, principalmente China e India, también están interesados en su desarrollo.
Al mismo tiempo, Rusia ve en la NSR una ruta que históricamente le pertenece, mientras que Occidente insiste en su retirada de la jurisdicción nacional”.
Cómo el cambio climático está influyendo en la importancia del Ártico es uno de los puntos fundamental también de la Estrategia Ártica 2024 del DoD.
“La reducción del hielo marino debida al cambio climático significa que puntos de estrangulamiento como el estrecho de Bering, entre Alaska y Rusia, y el mar de Barents, al norte de Noruega, son cada vez más navegables y más importantes desde el punto de vista económico y militar”.
“El cambio climático está remodelando rápidamente el Ártico, que se está calentando más de tres veces más rápido que el resto del mundo. Los cambios en el medio ambiente no sólo afectan al modo de vida de las comunidades árticas, sino también al contexto operativo del Departamento de Defensa. Las infraestructuras del DoD, estatales y locales, muchas de ellas construidas durante la Guerra Fría, se enfrentan a la degradación debida al deshielo del permafrost y a unos índices de erosión costera más rápidos de lo previsto”.
“El Ártico podría experimentar su primer verano prácticamente sin hielo en 2030, y la pérdida de hielo marino aumentará la viabilidad de las rutas de tránsito marítimo del Ártico y el acceso a los recursos submarinos. El aumento de la actividad humana elevará el riesgo de accidentes, errores de cálculo y degradación medioambiental”.
Ante esta inevitable verdad, el DoD emite su preocupación ante la presencia y cooperación de China y Rusia en la región ártica anunciándose como una amenaza por lo que aseguran que se encuentran supervisando dicha cooperación.
En la región ártica norteamericana, el Departamento de Defensa aprovechará ARCTIC EDGE, el principal ejercicio ártico del Departamento de Defensa, y NORTHERN EDGE del Mando Indo-Pacífico de Estados Unidos (USINDOPACOM) para desarrollar y reforzar los planes de defensa nacional, ejercitar la presencia conjunta y poner de relieve la integración global entre USNORTHCOM, USEUCOM y USINDOPACOM.
El Departamento de Defensa también mejorará la preparación mediante el ejercicio submarino bianual de la Armada estadounidense Operación ICE CAMP al norte de Alaska, y la rotación anual en Alaska del Centro de Preparación Multinacional Conjunto del Pacífico del Ejército de Estados Unidos.
Para perfeccionar las capacidades de alerta temprana y defensa antimisiles en el Ártico, el DoD se entrenará con Canadá a través de la Operación NANOOK y de las operaciones y ejercicios NOBLE DEFENDER y VIGILANT SHIELD dirigidos por el NORAD y el USNORTHCOM.
En el Ártico europeo, la Fuerza Conjunta participará en ejercicios organizados por USEUCOM, la OTAN y sus aliados, como NORDIC RESPONSE, DYNAMIC MONGOOSE y ARCTIC CHALLENGE, para asegurarse de que la Fuerza Conjunta está familiarizada con las diferentes condiciones operativas del Ártico europeo.
También hemos analizado que uno de los intereses principales de la inclusión de Finlandia y Suecia a la OTAN se debía a que son Estados árticos. Luego de que Finlandia y Suecia decidieron unirse a la Alianza Atlántica, todos los países forman parte de la esfera de influencia de EEUU a través de la OTAN excepto Rusia. La misma escena se observa en el Mar Negro y en el Mar Báltico.
“Siete de las ocho naciones árticas (Canadá, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega, Suecia y Estados Unidos) son ahora Aliados de la OTAN, reforzando así la arquitectura de seguridad occidental en la región. Los Aliados árticos de la OTAN poseen ejércitos muy capaces y, gracias a su larga cooperación, todos ellos son altamente interoperativos”, se lee en la Estrategia Ártica 2024 del DoD.
“La ampliación de la OTAN, además de incrementar la cooperación nórdica en defensa, creará nuevas oportunidades para la planificación combinada, el intercambio de información y la realización de ejercicios que ampliarán la colaboración regional. Al mismo tiempo, la ampliación de la frontera de la Alianza con Rusia en el Ártico aumenta la necesidad de que el DoD gestione los riesgos en la región”.
El 11 de julio, Estados Unidos, Canadá y Finlandia anunciaron la intención de crear el Icebreaker Collaboration Effort (Pacto ICE). Se trata de un acuerdo trilateral para la producción de rompehielos polares y otras herramientas. Pactarán un mayor intercambio de información entre Estados Unidos, Canadá y Finlandia; colaboración en el desarrollo de la fuerza laboral; e invitarán a los aliados y socios a que compren rompehielos construidos en astilleros estadounidenses, canadienses o finlandeses.
Para finales de 2024, los tres países firmarán un memorándum de entendimiento en donde se delineará el marco de aplicación de este acuerdo en cada país y un mecanismo para añadir o incluir a otros aliados y socios como participantes.
Recordemos que para cualquier tipo de actividad en el Ártico, ya sea para acceder a las rutas marítimas, para la exploración de recursos, para la seguridad y la defensa o para la investigación, es necesario contar con rompehielos.
En este sentido, Rusia cuenta con la mayor flota de de rompehielos del mundo, con más de 40 rompehielos, varios con capacidad nuclear, mientras que Estados Unidos cuenta con solo dos rompehielos en servicio activos.
Rusia ocupa el 53% de la costa del océano, su territorio se extiende a lo largo de 24.150 kilómetros de costa. La población rusa del Ártico es de 2,5 millones de personas, lo que representa casi la mitad de la población que vive en el Ártico en todo el mundo, y cuenta con 40 pueblos indígenas. La extracción de recursos naturales, en especial petróleo y gas natural es una de las principales industrias de Rusia en el Ártico.
Por ello, para Rusia, el desarrollo eficiente y sostenible del Ártico es una prioridad en su política, favoreciendo al desarrollo socioeconómico de la región ártica, la ciencia y la tecnología, la infraestructura, la seguridad ambiental, la construcción de bases de telecomunicaciones y la cooperación internacional.
En el Concepto de Política Exterior 2023 de la Federación de Rusia, se estableció al Ártico como segundo ámbito regional de importancia en la política exterior seguido de las fronteras inmediatas y antes del continente euroasiático. Allí, Rusia asegura que posee el objetivo de preservar la estabilidad de la región, mejorar la sostenibilidad medioambiental, garantizar unas condiciones internacionales favorables para el desarrollo socioeconómico de la zona ártica de la Federación Rusa, y desarrollar la Ruta Marítima Septentrional como una arteria de transporte nacional competitiva con la posibilidad de su uso internacional.
También se anuncia que Rusia dará prioridad al respeto de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 10 de diciembre de 1982 para regular las relaciones interestatales en el Océano Ártico y se asegurará de garantizar la invariabilidad del régimen jurídico internacional históricamente establecido de las aguas marítimas interiores de la Federación Rusia. Buscará “neutralizar la política de los Estados no amigos de militarizar la región y limitar la capacidad de Rusia de ejercer sus derechos soberanos en la zona ártica de la Federación Rusa”. Y por último, establecerá “una cooperación mutuamente beneficiosa con los Estados no árticos que sigan una política constructiva hacia Rusia y estén interesados en llevar a cabo actividades internacionales en el Ártico, incluido el desarrollo infraestructural de la Ruta Marítima Septentrional”.
Este punto es crucial para los intereses chinos como parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI). La Ruta del Ártico significa una alternativa a las rutas marítimas que conectan Asia y Europa ya que ofrece un trayecto más corto y directo para el transporte, reduciendo considerablemente los tiempos y los costos. Esto implica una gran ventaja en el comercio internacional.
La cooperación ruso china en el Ártico también incluye la explotación de recursos a través de inversiones, investigación y desarrollo tecnológico; seguridad y protección ambiental; afianzar la diplomacia a través de foros internacionales sobre el Ártico.
Otros actores no árticos que poseen presencia e intereses sobre el Ártico son la UE y la OTAN. Dos instituciones bajo las directrices de Washington, una desde la política económica y otra desde el ámbito militar, aunque ambas subordinadas a los intereses estadounidenses.
Las tensiones geopolíticas entre EEUU y Rusia-China se trasladan también a la región Ártica, y aunque Washington se encuentre en una posición claramente desfavorable y rezagado en cuanto a capacidades de presencia y políticas sobre el Ártico en relación a Rusia, e incluso en relación a China, la nueva Estrategia Ártica del DoD busca cambiar esta realidad. “Orientada a la acción”, como dijo Iris Ferguson, el DoD no sólo no posee el interés en cooperar con Rusia y China, sino que como en otros territorios de disputa geopolítico, busca el enfrentamiento y contención de Rusia y China.
Micaela Constantini, periodista y parte del Equipo de PIA Global.
Foto de portada: Icebreaker USCGC Polar Star (WAGB-10) en hielo. Foto de US CG