Asia

EE. UU. y Reino Unido refuerzan su presencia en Japón

Por PIA Global*- El reciente ejercicio multinacional realizado en el Mar de Filipinas marca una profundización en la política de seguridad del Asia-Pacífico.

Por primera vez, aviones de combate F-35B británicos y estadounidenses realizaron aterrizajes y despegues desde el destructor-portaaviones japonés JS Kaga, un gesto cargado de simbolismo estratégico que apunta claramente a un reforzamiento de la red de alianzas militares en la región, con China como telón de fondo.

Durante nueve días, un total de 11 barcos y 23 aeronaves de seis países —Japón, Estados Unidos, Reino Unido, Australia, España y Noruega— participaron en unas maniobras que fueron descritas por la Marina Real Británica como “una gran demostración de fuerza aliada en el Indo-Pacífico”.

El despliegue no solo mostró la capacidad operativa de las fuerzas conjuntas, sino que también envió un mensaje inequívoco a Pekín en un momento en que su poder naval crece de forma sostenida y sus movimientos en el Pacífico occidental generan tensiones con sus vecinos.

Japón: de socio dependiente a actor autónomo

Analistas señalan que Tokio ya no busca limitarse a su papel tradicional como “socio junior” de Washington, sino que está dando pasos hacia un rol más autónomo en la arquitectura de seguridad regional.

Como explicó el investigador Collin Koh, del Instituto S. Rajaratnam en Singapur, “la ambición más amplia ya no es solo ver a su fuerza de defensa como un simple socio del ejército estadounidense, sino desempeñar un papel más igualitario en la alianza y construir lazos militares con otros socios”.

La interoperabilidad con equipos compatibles con la OTAN, como los F-35, da a Japón una ventaja estratégica para integrarse en coaliciones más amplias que van más allá del paraguas estadounidense.

La incorporación del Reino Unido y Australia a sus ejercicios militares refleja precisamente esa búsqueda de diversificación y fortalecimiento de su red de alianzas.

La alianza anglosajona como pilar de contención

El involucramiento británico en estos ejercicios no es casual. Londres, tras el Brexit, ha intensificado su interés en el Indo-Pacífico como parte de su estrategia de “Global Britain”.

La presencia de la Royal Navy y la Royal Air Force en operaciones conjuntas con Japón representa un paso más hacia la consolidación de un bloque anglosajón (EE. UU., Reino Unido y Australia) que actúa como contrapeso directo frente a China.

Australia, por su parte, anunció recientemente la adquisición de 11 fragatas de la clase Mogami, desarrolladas por Mitsubishi Heavy Industries, en un programa valorado en 10.000 millones de dólares australianos.

Este acuerdo no solo fortalece los lazos bilaterales con Japón, sino que también crea una mayor interoperabilidad regional frente a amenazas marítimas comunes, como la guerra submarina o la defensa aérea.

Un mensaje claro a Pekín

Para Tokio, la creciente presión china en el mar de China Oriental y en el mar de China Meridional, junto con las disputas territoriales en torno a las islas Senkaku/Diaoyu, constituye una amenaza inmediata.

Al abrirse a ejercicios militares multinacionales de gran escala, Japón busca enviar un mensaje inequívoco: su seguridad no descansa únicamente en el compromiso de Washington, sino en una red ampliada de socios estratégicos dispuestos a actuar de manera coordinada.

El director ejecutivo del Consejo de Estudios de Asia-Pacífico en Yokosuka, John Bradford, lo resumió con claridad: “En cualquier operación multinacional futura, la capacidad de coordinar tácticas, comunicaciones y logística entre las fuerzas aliadas es fundamental”.

La presencia combinada de EE. UU. y el Reino Unido en ejercicios militares con Japón no es solo un entrenamiento técnico, sino un movimiento geopolítico con proyección internacional.

En un contexto marcado por el auge militar chino, Tokio consolida su rol como pivote en la “seguridad regional” y se proyecta como un socio autónomo capaz de articular alianzas más amplias que trascienden su dependencia histórica de Estados Unidos.

La estrategia de contención contra China se materializa así no en un solo frente, sino en una red multinacional que, con Japón como epicentro, se extiende a Europa, Oceanía y América del Norte, reforzando el mensaje de que el Indo-Pacífico será el escenario decisivo del equilibrio de poder en el siglo XXI.

*Foto de la portada: AS1 Amber Mayall RAF

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