El vejete inquilino de la casita sobre el Potomac va a ser desalojado por razones de salubridad. Como no hay PAMI[1] que valga, deberá contentarse con sus frugales ingresos como capo-mafia y quizá con la interesante jubilación como presidente de los Estados Unidos de América (bueno, no tan unidos).
Se preguntarán ustedes, estimadas/os inquietas/os demandantes, quiénes son los que lo van a tirar a la cuneta. ¿El Partido Demócrata? ¿La Convención Nacional? ¿Parlamentarios? ¿Jueces de la Corte Suprema? ¿Una, en fin y perdón, asamblea multitudinaria en los jardines presidenciales? No, niet… Nada de eso.
¿Quién, pues?
Los auspiciantes comerciales de la candidatura demócrata… Le cortaron el chorro de moneda y se acabó el jabón (menores de 70 abstenerse de entender el dicho). Ni siquiera se reunieron con él, ni lo consultaron, le preguntaron cómo se sentía o qué estaba tomando para salir de la malaria. Agarraron y le cerraron la cuenta. Este vacío difícil de llenar es el que provoca febriles movimientos en los líderes del partido del burro, fundado en 1828 y convertido así en uno de los grupos (¡jé!) políticos más antiguos del mundo.
Entre su primer presidente, Andrew Jackson en 1837 y este último eslabón, el Democratic Party ha pasado de ser defensor del sur esclavista a tener el primer presidente negro de los EE.UU., Barack Obama. Tuvo en los 30 del siglo pasado el primer presidente socialdemócrata con el New Deal de Franklin Delano Roosevelt, (FDT para los amigos), y el único presidente que en 1945 descargó bombas atómicas sobre la humanidad, Harry Truman. ¡Ah!, además en 1963 un presidente asesinado, John Fitzgerald Kennedy (un aeropuerto JFK en New York no alcanza para dilucidar quiénes fueron los auténticos asesinos y sus mandantes, pese a Lee Harvey Osvald) y, para no quedar en pequeñeces, también asesinaron a su hermanito Bob, que quería investigar, ¡pobre querido! No nos olvidemos de Bill Clinton y su vocalista Mónica…
En fin, una preciosura que se completa con todas las continuas historias de fraude y camarillas en los colegios electorales, otra grandiosa muestra de una democracia que no elige per se a su presidente, sino a través de… electores. ¡Al pepe[2] tener mayoría de votos! ¡Minga[3] de conteo de sufragios! Después, en la cocina del colegio electoral salen a relucir todos los muertos. Y si no, pregúntenle a Gore, a Sanders. Al propio Trump y a tanti altri…
Bueno, pero todo eso es historia. O más o menos.
Mi pregunta, queridas/os chichipías/os (ver Tato-Santiago Varela) es la siguiente: ¿si los auspiciantes comerciales pueden, sin siquiera firmar un pagaré, defenestrar (o sea literalmente tirar por la fenestra-ventana) a uno de dos únicos candidatos presidenciales en la primera potencia mundial, cuna de la democracia, faro de la libertad y custodia de los buenos modales, son esos mismos auspiciantes los que fijan plazos, volúmenes y condiciones en la plataforma electoral de ambos dos únicos contendientes a presidente en la primera potencia…. etc., etc., etc.?
En la milonga lunfarda “Un baile a beneficio”, cuya magistral interpretación se disputaban el “Feo” Edmundo Rivero y Jorge Vidal con orquesta de don Osvaldo Pugliese, el baile se organizaba a beneficio de “un reo en Devoto engayolao[4] por asuntos de choreo” … Al menos, el punga era conocido y estaba preso. Aquí, mis queridas/os, el duelo de cuchilleros es entre dos capo-mafias que pretenden mantener el dominio unipolar del mundo. Sus auspiciantes, muy conformes con ese objetivo, van a sostener empero sólo al que quede en pie. O sea, o se va uno al geriátrico, o se va el otro a la jaula. Y nada de intervención policial. Aquí la cosa se dirime entre ellos. Todo bien. Todo en orden. Todo según las normas y reglas.
Estamos fregadas/os, pues. Tales auspiciantes comerciales no son el tendero de la esquina, ni el facultativo de mitad de cuadra. Son los grandes grupos económicos del poder concentrado, unipolar. Son los que han volcado ya… casi 100 palitos verdes para el despliegue de la campaña demócrata para las presidenciales del próximo noviembre. Como es obvio, quieren cuidar sus ahorros bien habidos. Saber que, si los sacaron de paraísos fiscales (“cuevas”, como dijo CFK), es para que les rindan buen provechito, como decía mi Tía María, la tucumana gran cocinera de empanadas y tamales.
Más si pensamos que los grandes aportantes salen del complejo militar industrial, que todos los años chupa del presupuesto norteamericano casi… ¡1 BILLÓN de dólares! sin rendir cuenta salvo “ante el altar de la defensa de la democracia y el American way of life”. ¡A ver si los muchachos de BlackRock van a aflojar la tarasca[5] con un balbuceante enfermo senil! Imagino sus filosóficas reflexiones: “Te pongo la moneda para que vos ganes y sigamos embolsando millonadas, aunque la crisis económica sea galopante. Necesito un tipo que me garantice más Ucrania, más Taiwán, más bloqueo… más Atlántico Sur y Malvinas. Que reviente en la esclavitud a los sudacas que dejo entrar, como lo hizo tu partido a mediados del siglo XIX”.
Ni te cuento lo que le deben aportar al rubito reincidente, juzgado y condenado “por asuntos de choreo”, como dice el tango. Sabiendo que tiene todo para ser el caballo ganador, le apuestan aun cuando pague dos con cincuenta. Un buen gerente comercial, ponele, no va a estar tirando la plata en un perdedor. En alguien que no pueda asegurarle el cumplimiento de las condiciones del crédito, ¿no?
Y siguiendo con las preguntitas: ¿el coronavirus que acaban de detectarle al anciano habitante del Ala Oeste no será la antesala de “la Casa Blanca lamenta informar que… en horas de… el amado presidente de los EE.UU. ha… debido a una incurable enfermedad, resfrío, ¿urticaria”? Los puntos suspensivos pueden rellenarse a piacere, el último puede ser “sido sometido a un importante tratamiento que lo obliga a guardar cama por tiempo indeterminado” o, en su defecto, “abandonado este mundo cruel” … Digo, para llegar a noviembre un poco más prolijos.
Me ne frega eso de la voluntad popular, ¿no? Y no lo digo en defensa del cómico vejete capo-mafia. Que Dios lo acoja en su seno (o en donde quiera, que para eso es Dios). Lo mío, simplemente, apunta a tomar nota y aleccionarnos de esta dinámica forma de ejercer la democracia. Tenemos que adoptar los consiguientes recaudos ya que en este palacio de la justicia mundial que castiga a países por no acatar sus órdenes y dictado, en este poder defensor de los pobres y honorables buitres financistas que medran con nuestro sudor, en este bastión de la paz que nunca, pero nunca, nunca, ha agredido, ni asesinado, ni violado, ni derribado, ni nada de nada de eso, en ninguna partecita de este mundo, nosotros, los periféricos, los “cabecitas” del universo, sólo somos carne de cañón, masticada y evacuada por el monstruo luego de ser convenientemente digerida.
¿Eso es lo que queremos? ¿Es este sistema al que aspiramos? ¿Nos hacemos pipí encima por parecernos a él o integrarnos a su moledora? ¿Somos tan obsecuentes, ciegos y alineados que ni miramos para los costados o para el frente, donde está la “Mayoría Mundial”, en los BRICS, en la OCS, en las organizaciones regionales como la CELAC, la Liga Árabe, ¿la Unión Africana o la ANSEAN? ¿Sólo miramos para abajo? ¿Les cedemos nuestra soberanía e integridad, corremos a disculparnos ante su decadencia colonial, nos prosternamos ante las ambiciones de expoliación que sin cesar muestra Laura, su generala? ¿Eso somos?
Pensad, pensad, estimadas/os miserables de estas periferias. No lo toméis como un episodio afable, casi cómico, entre un vejete tembleque ante y unos dirigentes preocupados por la salvaguarda de la democracia. Estáis viendo la sanguinaria disputa del poder. Hacia dónde va a apuntar la rapacidad del bloque euroatlántico a partir de noviembre. Mañana. Y eso, mis queridas/os, es lo que hoy es nuestro Punto Crítico.
Hernando Kleimans* Periodista, historiador recibido en la Universidad de la Amistad de los Pueblos «Patricio Lumumba», Moscú. Especialista en relaciones con Rusia. Colaborador de PIA Global
Foto de portada: victorygirlsblog.com/
Referencias:
“Bochinche” Tumulto, barullo, alboroto, asonada.RAE
Lunfardo: lenguaje portuario de la ciudad de Buenos Aires, difundido luego por el tango.
[1] PAMI: Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados de la Argentina.
[2] Al pepe: en vano
[3] Minga: nada
[4] Engayolao: preso
[5] Tarasca: plata, dinero