Por Fernando Trujillo* Especial para PIA Global. – La cultura geek es una religión para Estados Unidos, una religión que ha exportado e impuesto a todo el planeta.
Cuando el autor Jack Kirby creo la serie de comics New Gods o The Fourth World, su intención era crear una mitología norteamericana, creando un panteón religioso con dioses, héroes míticos, titanes, mundos intergalácticos, una guerra entre el bien y el mal, representados por Highfather (que sería un dios benévolo), contra Darkseid (que sería el diablo), todo este Cuarto Mundo está inspirado, copiado o parodiado (como se quiera ver) de las antiguas religiones.
La cultura de los superhéroes comenzó como propaganda política en la Segunda Guerra Mundial, con el primer volumen del Capitán América (también creado por Kirby) golpeando a Hitler, pero con el paso de los años, llegando al momento actual, ha ido evolucionando a ser una religiosidad por sí misma.
Los comics de Marvel y DC, las franquicias cinematográficas de Star Wars, Matrix, Terminator, Harry Potter, pasando por las series televisivas del momento como The Boys o la nueva serie animada de los X-Men. La cultura del entretenimiento es una religión, que retoma los arquetipos míticos y heroicos de las antiguas sagas, cuentos y religiones, para distorsionarlos, fusionándolos con la ideología americana, las nuevas tecnologías, creando utopías y distopías imaginarias, como una religión colorida, global e infantil para toda la humanidad.
La religión geek es heredera del puritanismo abrahamico bajo el cual fue fundado los Estados Unidos.
Para entender la religiosidad geek, hay que entender el puritanismo anglo, a grandes rasgos defiende un pueblo elegido (los anglos) que está destinado a poblar la tierra e imponer la fe en Jehová sobre este mundo, conquistando y exterminando a los pueblos paganos, a esto se le conoce como israelismo británico, una tendencia en la que el pueblo anglo era una de las trece tribus de Israel.
Este puritanismo toma como base el Antiguo Testamento y ve similitudes entre el pueblo británico y el pueblo israelita, los puritanos que llegaron al Mayflower se veían a sí mismos como se vieron los antiguos judíos perdidos en el desierto en el Éxodo, un pueblo elegido por Dios, perdido en una tierra extraña habitada por paganos de color, los puritanos se establecieron en esta tierra llamada América y siguiendo los designios de la Biblia, fueron peleando y exterminando a los pueblos nativos americanos, a los que veían como herejes. Tal como hicieron los israelitas bajo el mando de Moisés, al emprender una guerra de exterminio contra los caldeos para tomar a sus mujeres y sus tierras.
El puritanismo en su corriente calvinista ve también que hay elegidos para ir al cielo y otros que se quemarán en el infierno por toda la eternidad.
Entonces un pueblo elegido para ocupar una tierra, exterminar a los habitantes originarios o encerrarlos en reservas, imponer su modo de vida, sus valores a todo el mundo con guerras, invasiones y golpes de estado, imponer que es lo que está bien y mal, la ideología americana está inspirada en el Antiguo Testamento.
Una de las características de la cultura geek es el mesianismo, la llegada de un Mesías que salvará a la humanidad y la llevara a una nueva era.
En los diferentes productos geek podemos ver la figura del Elegido que salvará al mundo, restablecerá el equilibrio en la Fuerza o liberara a la humanidad, es Superman, Luke Skywalker, Neo, Harry Potter y John Connor o en las tontas distopías adolescentes muy de boga en los dos miles. El Elegido es el representante de la ideología americana, un ser especial, dotado de habilidades únicas, para liderar una resistencia y salvar a la humanidad.
Superman es el Mesías americano enviado desde Krypton (Inglaterra o Israel), para proteger a la raza humana (algo ya abordado en otro artículo), Superman es el representante del modo de vida americano que debe ser llevado a todo el mundo y de paso a todo el universo.
En la trilogía de Star Wars, Luke es el elegido para establecer el equilibrio en la Fuerza, derrotando al imperio galáctico y ayudando a reestablecer la república galáctica que es una alegoría de la república norteamericana o su propia idea de modelo republicano, con democracia partidista y comida rápida para toda la galaxia.
Volviendo al Cuarto Mundo de Jack Kirby, se nos explica que los antiguos dioses han muerto y ahora surgen los nuevos dioses, es decir los dioses de la vieja tradición han muerto, pero ahora surgen los nuevos dioses de la cultura americana, con héroes con trajes coloridos, heroínas empoderadas, dioses hippies, con alta tecnología de ciencia ficción que vienen a reemplazar a los anticuados dioses antiguos.
Aquí entra el conflicto entre el planeta Nueva Génesis contra Apokolips, el primero un mundo luminoso gobernado por Highfater (con una apariencia que recuerda a un patriarca del Antiguo Testamento), contra Apokolips gobernado por Darkseid, que aquí vendría siendo el antagonista de los valores yanquis, Apokolips es un mundo bajo un gobierno totalitario, como lo vendría siendo en su momento la Unión Soviética y los países bajo su influencia, mientras que su líder Darkseid es un dictador comunista o nazi, o cualquier gobierno minimamente conservador que se oponga a los Estados Unidos.
La mitología americana compuesta por superhéroes, tecnócratas millonarios que salvan al mundo, guerras galácticas, efectos especiales, ratones de caricatura y mutantes, son una religión para millones ya no solo en USA, sino alrededor del mundo.
La idea de un pueblo elegido para liderar a la humanidad está presente en la cultura geek, Superman miembro de la raza kryptoniana es un guía moral y espiritual para el mundo, porque no es humano sino parte de una raza semi divina, los kryptonianos el pueblo elegido, pero esto es más palpable en los comics y productos de X-Men.
Los mutantes son el pueblo elegido, son seres con poderes sobrehumanos, grandes habilidades telequinetikas, pueden volar, pueden tener super fuerza, pueden controlar los elementos, y por eso son temidos, perseguidos y marginados, porque los humanos les temen y les envidian.
Los mutantes son mostrados como la evolución de la humanidad, un tipo de pueblo elegido para estar por encima de toda la humanidad.
Los comics de los X-Men fueron escritos durante la época de la lucha de los derechos civiles, contrario de lo que dice el sector antiprogresista, los comics (sobre todo los de Marvel) siempre fueron progresistas, todas sus tramas son afines a las tendencias liberales que se daban en la época.
Los mutantes son una representación del pueblo judío, ellos son incomprendidos y perseguidos por los humanos, a ellos se les ve como marginados, ellos son encerrados en guettos, campos de concentración y son exterminados en varias historias. El mismo Magneto además de ser un mutante, es un judío superviviente del Holocausto.
Se puede decir que las historias de los X-Men, es la historia moderna del pueblo judío trasladada al comic, tanto en los comics como en la serie televisiva, los mutantes tienen su propia tierra prometida en Genosha, como estado legítimo.
Dentro de la historia existe el conflicto entre el Profesor Xavier que busca una coexistencia pacífica con los humanos y Magneto que busca la supremacía mutante o por lo menos vivir separado de la humanidad, el Profesor vendría a ser un judío moderado, mientras que Magneto un sionista radical. Se ha visto también paralelismos entre las diferentes visiones de Martin Luther King y Malcom X.
Algunos ven que los mutantes también representan a los afroamericanos, la comunidad gay o cualquier comunidad oprimida, pero independientemente de todas estas interpretaciones, los mutantes son un pueblo elegido para superar a la raza humana.
En si los mutantes como pueblo elegido son la representación de la ideología liberal de Estados Unidos para que sea impuesta y aceptada por todos los humanos del planeta.
La tierra prometida es Genosha pero también es Sion como en las películas de Matrix, nombre sacado del Antiguo Testamento.
La tierra prometida es California o Nueva York donde en la cultura geek, viven los superhéroes y tienen lugar todas las invasiones alienígenas y conflictos que decidirán el destino del mundo.
El mesianismo de los comics tiene su continuación en el cine.
John Connor el hombre destinado a salvar a la humanidad en las máquinas, tiene las iniciales JC de Jesucristo, ahora en el cine yanqui Jesús es un adolescente rebelde, convertido en un militar gringo que lidera a toda la humanidad.
Pero el ejemplo más reciente es en la última película de los Avengers, Tony Stark el multimillonario tecnócrata se sacrifica para matar a Thanos y salvar a todo el universo. El Cristo de la cultura geek es un millonario blanco, genio científico, arquetipo del capitalismo americano.
En su momento mucha gente lloro por la muerte de Iron Man, como si fuera un personaje real, porque hemos llegado a un punto en el que las personas ya no diferencian lo real de la ficción.
Las barreras se han roto.
La mente ya no puede separar la ficción del mito y lo real.
Los antiguos dioses de los diferentes paganismos, han muerto, han sido resucitados en los comics como personajes de entretenimiento.
Thor y los mitos nórdicos en Marvel, ridiculizados en su universo cinematográfico, Quetzalcoatl usado y despojado de toda su sacralidad en la segunda película de Pantera Negra. Los antiguos dioses ya no tienen nada sagrado, sino como valor de mercado.
La mente ya asocia a Thor y Odin con sus representaciones en Marvel y el videojuego God of War, piensan que Loki es el hermano de Thor, cuando en los mitos es hermano de sangre de Odin pero esto ya no importa. Porque en el imaginario colectivo Thor es Chris Hemsworth y Loki es Tom Hiddleston y son sus representaciones de Marvel.
A manera personal no me opongo a la representación de dioses y espíritus en la ficción, pero lo que hacen Marvel y God of War no es una representación respetuosa, sino paródica.
La mente ya no separa las interpretaciones de cine y comic, con lo realmente sagrado, porque para los geek lo sagrado es lo que dicen sus comics y videojuegos.
Tus valores, tus ideas, son los valores e ideas de un comic o una película perteneciente a la cultura geek, tus diálogos, tu forma de pensar, tu visión de los dioses y de lo que es sagrado, está influenciada por la cultura geek.
Los funkos y los juguetes coleccionables son objetos casi religiosos, para hombres que viven una infancia perpetua.
La gente que consume cultura geek ya no diferencia de hechos reales con lo visto en sus películas de capitas o lo que lee en sus comics.
Ejemplos de cuando tu mente está dominada por la cultura geek, es el ejemplo del influencer Andres Navy quien le hizo un altar al personaje de Pantera Negra, porque el ya no sabe diferenciar entre un personaje de comic y el actor Chadwick Boseman. El video culmina con la canción “Recuérdame” de la película Coco, porque clara su mente ya asocia la tradición del Día de Muertos con una película de Disney.
La gente ya no recuerda al actor, sino al personaje de Pantera Negra, al personaje ya no lo usan en el cine o nuevas historias, porque el actor murió en el mundo real y por ende también en la ficción.
Constantemente asocian noticias, hechos reales con elementos de la cultura geek, la guerra en Ucrania la asocian rápidamente con Star Wars y Rusia con el imperio galáctico, Trump constantemente es asociado a Lex Luthor o Thanos.
Los geeks se molestan en Internet si te agrada algún villano como Homelander, Thanos o Red Skull, porque te ven como un neonazi o un conservador.
Cuando JK Rowling comenzó con su crítica a la comunidad trans y al feminismo, sus fans empezaron a llamarle mortífaga, como los villanos de su saga. También han llamado mortífagos a los actores Ralph Finne y Helena Bonham Carter también fueron llamados mortífagos (que ahora pasa de ser un término de la ficción para volverse sinónimo de extremista peligroso) como sus personajes en la saga cinematográfica, por apoyar a la autora.
En algunas convenciones en Estados Unidos ya no puedes ir con cosplay de soldado de Hydra, o algún villano nazi, porque te asocian con alguien peligroso o insensible al menos. Lo que era ficción se ha vuelto real.
La humanidad que consume cultura geek ya no distingue lo real de lo ficticio, se creen la Liga de la Justicia, los Vengadores, la Orden del Fénix o la Alianza Rebelde, pero en general no viven su propia vida, sino que viven vidas artificiales y ya no diferencian de política o cultura reales de películas de capitas y guerras galácticas.
La guerra cultural entre progres y antiprogres por sus productos de entretenimiento, es una guerra entre dos puritanismos: el puritanismo woke y el puritanismo alt right. No importa de qué lado estés, peleas por la ideología yanqui.
La cultura geek es producto de la espiritualidad evangélica con la que fue fundada Estados Unidos y ha sido creada para conquistar tu mente.
La verdadera guerra cultural es liberarte de todas esas ideas que te han impuesto desde tu infancia hasta tu vida adulta.
Como dice el meme de Garfield “tú no eres inmune a la propaganda”, la cultura geek influye y seguirá influyendo aun cuando Occidente caiga.
Ahora tenemos una nueva cultura yanqui, influida totalmente por la Biblia (aunque esto a sus fanes no les va a gustar), una cultura que ya no entretiene, sino adoctrina y te mantiene en una infancia perpetua.
Esto es Occidente, su nueva religión viene de la televisión y los productos de entretenimiento, sus objetos de adoración son los funkos y a sus cuarenta años quieren ser parte de la Alianza Rebelde para combatir al malvado imperio galáctico, sea este Rusia, Trump, los antivacunas, el autor de este artículo, Lushenko o el país o persona que los medios te digan que odiar.
La única guerra cultural es liberarte de todas estas ideas, de toda esta cultura geek, de toda esta propaganda que has recibido desde que naciste, el campo de batalla es tu mente y es una guerra que estás perdiendo.
Porque no estás en una guerra contra un enemigo imaginario, si no real y no sucede en una galaxia muy lejana o en algún escenario ficticio, si no en tu propia mente.
La guerra continúa.
Fernando Trujillo Peña* Narrador, ensayista critico político y literario mexicano
Foto de portada: Stories worth watching