Análisis del equipo de PIA Global Asia

Duro golpe a Washington, Modi avanza en el reconocimiento tácito a Myanmar

Escrito Por Tadeo Casteglione

Por Tadeo Casteglione* – La geopolítica asiática ha experimentado un movimiento sísmico que pasa desapercibido para muchos observadores occidentales, pero que representa una reconfiguración fundamental del equilibrio de poder en la región.

El encuentro entre el primer ministro indio Narendra Modi y el líder de la junta militar de Myanmar, Min Aung Hlaing, durante la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai en Tianjin, no fue simplemente otro apretón de manos diplomático rutinario.

Fue una declaración audaz de independencia estratégica que posiciona a India como un actor pragmático dispuesto a desafiar las presiones occidentales en favor de sus propios intereses nacionales.

Myanmar como campo de batalla geopolítico

Desde el golpe militar de febrero de 2021, Myanmar se ha convertido en un laboratorio de pruebas para las diferentes concepciones del orden mundial. Por un lado, las potencias occidentales, lideradas por Estados Unidos, han implementado un régimen de sanciones y aislamiento diplomático diseñado para estrangular económicamente a la junta militar y forzar un retorno a la democracia liberal que tanto daño hizo al país.

Esta estrategia refleja la visión occidental de que los supuestos “valores democráticos” y los “derechos humanos” deben ser universalmente aplicados, independientemente de las realidades locales o las consideraciones de seguridad regional.

Por otro lado, las potencias asiáticas como China, Rusia y ahora India han adoptado un enfoque fundamentalmente diferente. Estas naciones han reconocido que Myanmar, independientemente de su sistema de gobierno interno, representa un actor crucial en la estabilidad regional y en las redes comerciales y energéticas que sostienen el crecimiento económico asiático.

La reunión Modi-Min Aung Hlaing no ocurrió en el vacío, sino que se enmarca en una estrategia más amplia de las potencias asiáticas para crear un orden regional independiente de las prescripciones occidentales.

Pragmatismo sobre ideología

El timing de la reunión revela la sofisticación estratégica del liderazgo indio. Al encontrarse con Min Aung Hlaing durante una cumbre multilateral de la Organización de Cooperación de Shanghai, Modi envió múltiples mensajes simultáneamente.

En primer lugar, demostró que India no se dejará dictar por las presiones occidentales sobre con quién puede o no puede reunirse. Segundo, señaló que los intereses de seguridad nacional india trascienden las consideraciones ideológicas sobre la democracia en países vecinos. Tercero, estableció a India como un mediador potencial en el conflicto birmano, posicionándose como una alternativa a la diplomacia occidental punitiva.

La declaración posterior de Modi en redes sociales fue un ejemplo magistral de diplomacia pública. Al enfatizar áreas de cooperación práctica como “comercio, conectividad, energía, minería de tierras raras y seguridad”, Modi reenmarcó la narrativa alejándola de consideraciones sobre legitimidad política hacia beneficios mutuos tangibles. Esta aproximación refleja una comprensión madura de que la estabilidad regional requiere un compromiso constructivo, no aislamiento punitivo.

Myanmar: salvación nacional o revolución militar

La caracterización occidental del gobierno militar birmano como una junta ilegítima que usurpó el poder democrático refleja una comprensión limitada de las dinámicas políticas birmanas. La realidad es considerablemente más compleja. El ejército birmano, conocido como Tatmadaw, justificó su intervención como una respuesta necesaria a lo que percibía como una amenaza existencial a la integridad nacional del país.

Desde esta perspectiva, el golpe no fue una mera ambición de poder, sino una medida defensiva contra fuerzas que amenazaban con fragmentar Myanmar según líneas étnicas y religiosas.

Los líderes militares argumentaron que los actores políticos civiles, influenciados por agendas occidentales de “democratización”, habían perdido contacto con las realidades del país. La democracia parlamentaria impuesta desde arriba, había exacerbado las tensiones étnicas y había fallado en crear un sentido cohesivo de identidad nacional birmana. El ejército se presentó como el único actor capaz de mantener la unidad nacional y proteger la soberanía contra la fragmentación interna y la interferencia externa.

Esta realidad pese al discurso occidental resuena entre segmentos significativos de la población de Myanmar que priorizan la estabilidad y la unidad nacional sobre los procedimientos democráticos abstractos. El apoyo tácito de China, Rusia e India a esta perspectiva refleja un reconocimiento de que la imposición de modelos políticos occidentales en sociedades no occidentales a menudo produce inestabilidad en lugar de democratización genuina.

Intereses económicos como diplomacia

Los proyectos de infraestructura que India está desarrollando con Myanmar revelan la dimensión económica subyacente de esta diplomacia aparentemente audaz. El Proyecto de Transporte de Tránsito Multimodal de Kaladan, que conecta el noreste indio con el puerto birmano de Sittwe, representa mucho más que un proyecto de desarrollo conjunto.

Es una arteria económica vital que permite a India acceder a mercados del Sudeste Asiático sin depender de los estrechos controlados por China o de las rutas marítimas tradicionalmente dominadas por las potencias navales occidentales.

La Carretera Trilateral India-Myanmar-Tailandia, aunque repetidamente retrasada por la inestabilidad política, sigue siendo un proyecto estratégico crucial para la visión india de integración económica asiática. Esta carretera no solo facilitaría el comercio, sino que también establecería a India como un nodo central en las redes de conectividad terrestre asiáticas, reduciendo la dependencia regional de las rutas marítimas dominadas por Estados Unidos y sus aliados.

Los proyectos educativos y de salud que India financia en las regiones fronterizas birmanas representan una forma sutil pero efectiva de soft power. Al proporcionar servicios básicos a comunidades birmanas, India construye reservas de buena voluntad que trascienden las consideraciones políticas de corto plazo.

Esta estrategia refleja una comprensión sofisticada de que la influencia duradera se construye a través de beneficios tangibles para las poblaciones locales, no mediante sermones morales desde la distancia.

El desafío a ASEAN

La decisión india de reunirse con Min Aung Hlaing también representa un desafío implícito al enfoque de ASEAN hacia Myanmar. La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático ha intentado mantener un equilibrio delicado, aplicando presión diplomática a la junta militar a través de exclusiones de reuniones de alto nivel, mientras evita sanciones económicas devastadoras que podrían desestabilizar aún más la región.

Sin embargo, este enfoque de “engagement crítico” ha demostrado ser inefectivo para resolver la crisis birmana. La prohibición de que Myanmar asuma la presidencia rotatoria de ASEAN y la exclusión de representantes de la junta de reuniones importantes han servido principalmente para marginalizar a ASEAN como mediador efectivo.

Al reunirse directamente con Min Aung Hlaing, Modi demostró que las potencias regionales importantes no necesitan limitarse por los consensos multilaterales que han demostrado ser improductivos.

Esta maniobra diplomatica también expone las limitaciones inherentes del multilateralismo asiático cuando se enfrenta a crisis políticas complejas. ASEAN, construida sobre principios de no interferencia y consenso, se encuentra mal equipada para manejar situaciones que requieren acciones decisivas. La diplomacia bilateral india ofrece una alternativa más flexible y pragmática que puede producir resultados tangibles donde los foros multilaterales han fallado.

China y Rusia: Los precursores de la diplomacia realista

La estrategia india hacia Myanmar imita de alguna u otra forma siguiendo el ejemplo establecido por China y Rusia. Beijing y Moscú habían reconocido desde el inicio que el aislamiento de Myanmar solo serviría para fortalecer la influencia occidental en la región a largo plazo.

Al mantener relaciones comerciales y diplomáticas normales con la junta militar, estas potencias se posicionaron como socios confiables que no abandonan a sus aliados durante crisis políticas internas.

China, en particular, ha demostrado la efectividad de esta estrategia. A pesar de las sanciones occidentales, el comercio chino-birmano ha continuado creciendo, y Beijing ha expandido su influencia en proyectos de infraestructura críticos. La Iniciativa de la Franja y la Ruta china ha encontrado en Myanmar un socio dispuesto, precisamente porque Beijing no condiciona la cooperación económica a reformas políticas internas.

Rusia, aunque menos prominente económicamente en Myanmar, ha proporcionado apoyo político y militar crucial a la junta. Las ventas de armas rusas y el apoyo diplomático en foros internacionales han ayudado a Myanmar a resistir las presiones occidentales.

Esta solidaridad entre países que enfrentan sanciones occidentales refleja la formación de un bloque informal (aunque ahora en pleno desarrollo de formalidad) de naciones que rechazan la hegemonía normativa occidental.

Mirar al Este y buena vecindad

La política exterior de “mirar al Este” de Modi proporcionan el marco conceptual para entender la estrategia india hacia Myanmar. Estas doctrinas representan un alejamiento de la tradicional política exterior india de no alineación hacia un compromiso más activo con los vecinos asiáticos, independientemente de sus sistemas políticos internos.

La política exterior india reconoce que el futuro económico y estratégico de India está inextricablemente ligado a su integración con las economías del Asia Oriental. Esta integración requiere relaciones estables con todos los países de la región, incluyendo aquellos que pueden no cumplir con los estándares democráticos occidentales. Myanmar, debido a su posición geográfica como puente entre el Sur y el Sudeste de Asia, es crucial para el éxito de esta estrategia.

Todo esto refleja una comprensión de que los problemas en países vecinos inevitablemente afectan la seguridad y estabilidad india. La inestabilidad en Myanmar, particularmente en las regiones fronterizas, tiene implicaciones directas para los estados del noreste indio que ya enfrentan desafíos de seguridad interna.

El golpe estratégico contra Washington

Desde la perspectiva estadounidense, la diplomacia india hacia Myanmar representa un revés estratégico significativo. Washington había esperado que India, como la “democracia más grande del mundo” y socio estratégico en el Indo-Pacífico, se alineara con las posiciones occidentales sobre Myanmar. El hecho de que Modi haya elegido una trayectoria independiente sugiere que las alianzas estratégicas no necesariamente se traducen en alineación normativa o política.

Este desarrollo también tiene implicaciones para la estrategia estadounidense más amplia de “contención” china en Asia. Con esta reunión más que simbólica, Modi demostró que India no servirá como un proxy occidental en los esfuerzos por aislar a los aliados chinos.

En cambio, India parece estar desarrollando su propia esfera de influencia basada en intereses económicos y de seguridad mutuos, independientemente de las preferencias geopolíticas de Washington.

La incapacidad de Donald Trump y la Casa Blanca de influir en la política india hacia Myanmar también revela las limitaciones del poder blando occidental en un mundo cada vez más multipolar.

Los sermones sobre democracia y derechos humanos, que una vez fueron herramientas diplomáticas efectivas, están perdiendo su poder persuasivo entre las potencias asiáticas que priorizan la soberanía y la estabilidad sobre la conformidad normativa.

El Futuro de la diplomacia asiática

La reunión entre Modi y Min Aung Hlaing marca un momento definitorio en la evolución de la diplomacia asiática. Representa el surgimiento de un enfoque regional hacia la resolución de conflictos y la gestión de crisis que opera independientemente de las prescripciones occidentales. Este desarrollo sugiere que Asia está desarrollando su propia capacidad diplomática y sus propias normas de relaciones internacionales.

Para Myanmar, el reconocimiento de facto por parte de India proporciona un respiro crucial del aislamiento internacional y abre nuevas posibilidades para la estabilización económica y política.

Para India, la estrategia representa una afirmación de independencia estratégica que fortalece su posición como poder regional autónomo. Para el orden mundial más amplio, este episodio ilustra la transición continua hacia la multipolaridad y el declive relativo de la hegemonía normativa occidental.

El futuro probablemente verá más ejemplos de esta diplomacia pragmática asiática, donde las consideraciones de estabilidad regional y beneficio mutuo superan las prescripciones ideológicas externas.

Tadeo Casteglione* Experto en Relaciones Internacionales y Experto en Análisis de Conflictos Internacionales, Periodista internacional acreditado por RT, Diplomado en Geopolítica por la ESADE, Diplomado en Historia de Rusia y Geografía histórica rusa por la Universidad Estatal de Tomsk. Miembro del equipo de PIA Global.

*Foto de la portada:  AFP

Acerca del autor

Tadeo Casteglione

Diplomado en Geopolítica por la ESADE, Diplomado en Historia de Rusia y Geografía histórica rusa por la Universidad Estatal de Tomsk. Experto en Relaciones Internacionales y Experto en Análisis de Conflictos Internacionales.

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