Buscando un canal diplomático que contenga la espiral de hostilidades desatada tras el atentado del 22 de abril en la localidad turística de Pahalgam, en Jammu y Cachemira.
La petición pakistaní, confirmada por una fuente diplomática, aún no tiene fecha definida, pero marca un giro que busca internacionalizar la crisis, apelando a la comunidad internacional para frenar la peligrosa escalada militar y diplomática.
La solicitud llega después de una semana de enfrentamientos armados nocturnos en la Línea de Control (LoC), el décimo cruce de fuego registrado desde el atentado.
El ataque, que costó la vida a 25 ciudadanos indios y un nepalí, fue atribuido por las agencias de inteligencia indias al grupo Lashkar-e-Toiba —prohibido en Rusia— con presunta implicación del Servicio de Inteligencia Interservicios (ISI) de Pakistán, según publicó The Hindustan Times.
Nueva Delhi no tardó en responder: redujo dos veces la plantilla de su embajada en Islamabad, expulsó a asesores militares pakistaníes, cerró el principal paso fronterizo de Attari, suspendió el Tratado de las Aguas del Indo —vigente desde 1960— y canceló la emisión de visados a ciudadanos pakistaníes.
A pesar de las medidas de represalia, las señales de que la vía diplomática aún no está cerrada son evidentes. Altos mandos militares de ambos países sostuvieron conversaciones el 29 de abril, donde la parte india protestó formalmente por lo que calificó como violaciones injustificadas del alto el fuego por parte del Ejército pakistaní.

Llamados al dialogo y la sensatez
Además, en un gesto que amplía el margen para una posible mediación, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, reafirmó a su homólogo pakistaní, Ishaq Dar, la disposición de Moscú a facilitar un arreglo político si ambas partes así lo desean.
“Se prestó especial atención al significativo aumento de la tensión entre Nueva Delhi e Islamabad. La parte rusa subrayó su disposición a facilitar un arreglo político de la situación resultante del atentado terrorista del 22 de abril”, se lee en el comunicado difundido por la Cancillería rusa.
El hecho de que la conversación con Moscú haya sido solicitada por Pakistán revela que, más allá de las acusaciones y las acciones punitivas, Islamabad aún apuesta por abrir espacios de diálogo que impidan que las fricciones deriven en un conflicto de mayor escala.
No es menor que ambos países posean armamento nuclear, lo que convierte cualquier escalada en un riesgo global que trasciende las fronteras del subcontinente. A pesar de la severidad de las medidas tomadas por India y la continuidad de los choques armados en la Línea de Control, la puerta del diálogo no se ha cerrado del todo.
La solicitud de Pakistán ante la ONU y las conversaciones militares bilaterales, sumadas a la oferta de mediación rusa, sugieren que aún existe margen para frenar la escalada.
Sin embargo, la desconfianza mutua y los intereses estratégicos sobre Cachemira siguen siendo un obstáculo formidable. El escenario sigue en evolución, con la diplomacia y la contención pendiendo de un hilo.
Foto de la portada: Ministerio Defensa Pakistán