Análisis del equipo de PIA Global Europa

Derecha soberanista en Europa y consolidación de las estructuras otanistas

Escrito Por Micaela Constantini

Por Micaela Constantini* –
En el viejo continente se encuentran transitando profundos cambios y disputas entre proyectos que nos exigen un análisis geopolítico que ponga en el tablero a los actores y fuerzas globalistas vs. las soberanistas.

Los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo han evidenciado la defraudación del electorado europeo sobre los partidos de la socialdemocracia, de centro y de izquierdas después de décadas de políticas que hundieron a los países a través del endeudamiento, desindustrialización, provocando guerras y colonialismo que crearon desplazados y refugiados a los cuales expulsa y rechaza; partidos que crearon y consolidaron elites en las instituciones europeas que gobiernan para sus propios intereses en detrimento de los países y pueblos europeos mientras siguen obedientemente las directrices de su “socio y aliado”, Estados Unidos, aunque esto los coloque en el centro de la mira.

Otro punto importante que nos dejaron las elecciones al Parlamento Europeo es la necesidad de centrar el análisis de los actores y los proyectos geopolíticos que representan, ya no pensando en las derechas e izquierdas, sino más bien pensarlos o situarlos bajo el ala del globalismo o del soberanismo.

Con los primeros resultados de las elecciones al Parlamento Europeo analizábamos el batacazo en las (ex) grandes potencias europeas, aquellas que hasta el momento dirigían el proyecto europeo, la gran entente francoalemana. Los resultados en Alemania y Francia, no sólo a nivel interno sino con fuerte repercusión en Europa en general, demostraron el estrepitoso fracaso de las políticas bélicas alineadas a los intereses de Estados Unidos que vienen desarrollando, centradas en el apoyo a Ucrania, derrotados en ambos casos por sus opositores con posicionamientos muy críticos a las políticas de apoyo a Ucrania.

Tras los resultados de estas elecciones, Macron decidió disolver la Asamblea Nacional y llamó a elecciones legislativas anticipadas. A los pocos días se creó el Nuevo Frente Popular, una coalición de partidos “progresistas y de izquierda”, entre los que se encuentran La Francia Insumisa, el Partido Comunista, Los Ecologistas, el Partido Socialista, Generation.s, Place Publiqué. Macron, por su parte, se presentó con su coalición Ensamble!. Y Agrupación Nacional, de Marine Le Pen, la gran victoriosa de las europeas, se presentó como partido único, bajo ninguna coalición.

El resultado de la primera vuelta consagró al partido único de Le Pen como la gran ganadora. Para la segunda vuelta electoral, el Nuevo Frente Popular y Ensamble!, pactaron renunciar, retirar a sus candidatos, en aquellos lugares en donde se encontraban en tercera posición, es decir, el arco de izquierdas y centro izquierdas se unió con Macron bajo el lema de “Defender la República” contra al fascismo. 

La segunda vuelta fue noticia en todo el mundo, y en occidente se celebró cómo el Nuevo Frente Popular dió vuelta las elecciones y frenó el avance de la ‘ultraderecha fascista’. No obstante, aquí analizamos que, por un lado, Macron logró mantenerse sólido en su puesto y conservar cierta estabilidad política.

Por otro lado, la unión de fuerzas de izquierdas está constituída por una multiplicidad de partidos heterogéneos con proyectos distintos que podrá haber servido a los fines electorales, pero empieza la duda sobre si se mantendrá tal unión durante el gobierno en la Asamblea. De hecho, las rispideces no tardaron en aparecer, no hizo falta una ley o proyecto controvertido, o un acuerdo sobre el envío de armas a Ucrania, las tensiones se hicieron sentir inmediatamente después de las elecciones en las primeras sesiones de la Asamblea para que el Nuevo Frente Popular propusiera un nuevo primer ministro, LFI acusó a los Socialistas de estar bloqueando su propuesta de candidato

Agrupación Nacional no perdió, sino que logró obtener el mayor porcentaje de votos y de escaños en su historia, y a diferencia de los demás partidos, el de Le Pen lo logró como partido único y no bajo ninguna coalición. Además, de manera proyectiva, se puede entender que a Le Pen le sirve estar en el lado opositor y no intentando cogobernar junto a Macron, en especial pensando de cara a las elecciones presidenciales en 2027.

El programa del Nuevo Frente Popular, tiene como consigna “Defender Ucrania y la paz en el continente europeo”, muy alejado de lo que Melenchon ha defendido, pero que muchos de los principales partidos de dicha coalición defienden, como las políticas belicistas y otanistas de las elites europeas,

“Detener la guerra de agresión de Vladimir Putin y garantizar que responda de sus crímenes ante la justicia internacional: Defender sin fisuras la soberanía y la libertad del pueblo ucraniano y la integridad de sus fronteras, entregando las armas necesarias, anulando su deuda externa, embargando los bienes de los oligarcas que contribuyen al esfuerzo bélico ruso en el marco permitido por el derecho internacional, enviando fuerzas de mantenimiento de la paz para asegurar las centrales nucleares, en un contexto internacional de tensión y guerra en el continente europeo, y trabajar por el retorno de la paz”, reza el documento del NFP.

Mientras que el programa de Agrupación Nacional se lee “defender nuestro territorio nacional en un entorno internacional en deterioro” en el único momento en el que se menciona a Ucrania:

“Nuestro país se enfrenta actualmente a una vuelta a la política del poder, como ilustra la guerra de Ucrania, una amenaza para nuestra seguridad colectiva. Para garantizar la defensa de nuestros intereses a escala mundial, tenemos por tanto el deber de mejorar considerablemente nuestras capacidades de defensa. Preservar la plena soberanía sobre nuestra disuasión nuclear y garantizar nuestro modelo de ejército integral. Rechazar cualquier transferencia de competencias a la Unión Europea en materia de defensa y diplomacia, y promover la preferencia europea en las adquisiciones militares de los Estados europeos. Sancionar la trayectoria presupuestaria de la Ley de Planificación Militar”.

Un párrafo que resume muy bien la oposición del partido de Marine Le Pen a las políticas globalistas. El tipo de proyecto que propone Agrupación Nacional, caracterizado por una fuerte xenofobia y racismo, pero también por tener una visión nacionalista y conservadora, no resultan cómodo para los intereses globalistas y otanistas de la región.

Los resultados de estas dos grandes elecciones, las europeas y francesas, nos arrojan evidentes pisadas de los cambios que se están desarrollando en el continente europeo, en un largo camino de eventos que venimos advirtiendo en otros análisis.

Por un lado vemos la consolidación de las estructuras otanistas y globalistas que se aferran a las políticas de guerra. En primer orden se encuentra el apoyo a Ucrania como excusa para expandir sus tentáculos a nuevos países y su militarismo a toda la región, en especial hacia el Este Europeo con el objetivo de formar una gran muralla contra su declarado enemigo: Rusia. Además del hipermilitarismo, la OTAN expande su discurso antiruso bajo la idea de que Rusia por ambición de Putin, insaciable, pretende ocupar y avanzar sobre suelo europeo. También han estado exigiendo el aumento en el gasto militar a los países europeos, centrados en la compra de armamento a sus socios y aliados, generando una fuerte dependencia a la OTAN, es decir, EEUU.

Tras los resultados europeos, se afianzan estas estructuras otanistas y globalistas luego de conocerse a las nuevas (viejas) autoridades en las primeras sesiones al Parlamento Europeo. Ursula von der Leyen ha sido releegida como presidenta de la Comisión Europea; Roberta Metsola releegida como presidenta del Parlamento Europeo; Kaja Kallas, quien ocupaba el cargo de primera ministra estonia, asumió como Alta Representante de la Unión Europea para Política Exterior y Seguridad Común; y el ex primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte asumirá como Secretario General de la OTAN.

Este equipo es altamente belicista y abiertamente antiruso, principales características que sólo anuncian la continuidad del modelo globalista que vienen sosteniendo en las estructuras de las élites europeas, basadas especialmente en la guerra en Ucrania.

A tal punto necesitan sostener la guerra en Ucrania para el desarrollo de sus intereses, que han pactado en la Cumbre anual de la OTAN realizada entre el 9 y 11 de julio en Washington, la creación de la Unidad de Asistencia y Adiestramiento en materia de Seguridad de la OTAN para Ucrania (NSATU) “con el fin de coordinar el suministro de equipo militar y adiestramiento a Ucrania por parte de los Aliados y socios. Su objetivo es dotar a la ayuda de seguridad a Ucrania de una base duradera que garantice un apoyo reforzado, predecible y coherente”, es decir, sostener la guerra a pesar de cualquier cambio de gobierno en Estados Unidos: que gane Trump en octubre.

Otro punto interesante que se desprende de lo declarado en la Cumbre de la OTAN, además de la obvia decisión de profundizar la guerra contra Rusia, son las reiteradas “advertencias con tono de agresión” hacia China. Como explica Caviasca, “a su identificación como enemigo sistémico, “amenaza los intereses, la seguridad y los valores” (según el concepto estratégico definido en el 2022, lo que implica que no es novedad tampoco), se suma la identificación como aliado definitorio de Rusia”.

“La República Popular de China se ha convertido en un facilitador decisivo de la guerra de Rusia contra Ucrania mediante su denominada asociación “sin límites” y su apoyo en gran escala a la base industrial de defensa de Rusia. Esto aumenta la amenaza que Rusia plantea a sus vecinos y a la seguridad euroatlántica”, dice la declaración final de la Cumbre de la OTAN. Acusan a China de transferir a Rusia «materiales de doble uso, como componentes de armas, equipos y materias primas que sirven como insumos para el sector de defensa de Rusia. La República Popular de China no puede permitir la mayor guerra de Europa en la historia reciente sin que esto afecte negativamente a sus intereses y su reputación”. 

No es nueva esta acusación, ni la abierta enemistad que posee EEUU contra China, a tal punto que se proyecta expandir la OTAN de manera global, mirando en primer lugar hacia el Indo-pacifico.

Mientras sucedía la Cumbre de la OTAN en Washington, en Bielorrusia, cerca de Brest, pegado a la frontera con Polonia, se desarrollaban los ejercicios militares conjuntos entre Bielorrusia y China. Y aquí se desprenden dos análisis, por un lado el rol de Bielorrusia y su importancia geoestratégica.

Recordemos que Bielorrusia y Rusia son grandes socios con fuertes vínculos que han constituído el Estado de la Unión con el objetivo de apoyarse y profundizar la integración en diversos aspectos, como la economía, la defensa, y la política. Este vínculo inquebrantable, ha sido para Bielorrusia el principal causante de sus males relaciones y tensiones constantes con el resto del continente europeo y las estructuras belicistas del globalismo que se encuentran en las instituciones europeas. Sin dejar de mencionar la importancia geoestratégica de Bielorrusia por tener acceso al corredor Suwalki, un territorio estratégico que se extiende entre Polonia y Lituania y que lleva directamente a Kaliningrado, territorio ruso en el corazón de la OTAN. 

El segundo análisis que se desprende de los ejercicios militares entre China y Bielorrusia durante la Cumbre de la OTAN, es el gran mensaje que envía Pekín. Aún cuando sólo se tratan de ejercicios militares, prácticas comunes entre países socios, se tratan de los primeros ejercicios tras una larga cantidad de años (o quizás los primeros de la historia), que el gigante asiático realiza en Europa con un país que no sea Rusia. Este es un cambio de rumbo del posicionamiento chino en Europa que se venía concentrando en las áreas comerciales, tecnológicas y diplomáticas. 

También debemos tener en cuenta que los únicos dos países europeos que hoy se encuentran comprando material armamentístico a China son Bielorrusia y Serbia, este último, otro país con estrecho vínculo con Rusia y al que han estado intentando desestabilizar y coptar desde la cúpulas europeas y otanistas. 

En mayo de este año, luego de cinco largos años, marcados por profundos cambios en el territorio europeo, el presidente de China, Xi Jinping, volvió a pisar suelo europeo en una gira con mucho significado y pragmatismo. El líder chino visitó Francia, Serbia y Hungría, tres países en la mira del globalismo, desde los cuales se desentrañan actores antiglobalistas.

La creciente y diversa presencia China en continente europeo amenaza a EEUU que se encuentra en pleno auge de consolidación de sus estructuras globalistas, por este motivo se comienzan a sentir de manera más práctica las presiones de Norte América sobre sus socios europeos. De acuerdo al analista internacional Andrew Korybko, en la Cumbre de la OTAN se desarrollaron una serie de “conversaciones que supuestamente tuvieron lugar allí sobre la posibilidad de que la UE nacionalice proyectos de infraestructura de propiedad china si el conflicto ucraniano empeora. El pretexto, por ridículo que parezca, es que «Pekín podría utilizar las infraestructuras que posee en Europa para proporcionar ayuda material a Rusia si el conflicto se extendiera»”. Esto se trata de una forma de presión por parte de EEUU sobre Europa para que comience a desvincularse con China.

Por su parte, el presidente de Hungría, Viktor Orbán realizó una gira a Ucrania, Rusia, China y EEUU (visitando a Trump y no a Biden) que volvió a tensionar la situación en las instituciones europeas y despertó el malestar en Washington. 

Hungría comenzó la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea este primero de julio y al día siguiente arrancó con una gira denominada “Gira por la paz”, en donde buscó posicionarse como mediador e interpelar a sus homólogos para un cese al fuego en Ucrania e impulsar “conversaciones de paz”, gira con la que Bruselas denunció a Orbán «en uso malintencionado de su tarea». 

Cuando llegó a EEUU, Orbán no se reunió con el presidente norteamericano, Joe Biden, sino que conversó con Donald Trump.

«Demostró durante su Presidencia que es un hombre de paz. Lo hará de nuevo (…). Hemos hablado sobre los caminos hacia la paz. La buena noticia del día es que va a ser él quien lo resuelva», apuntó a través de X Orbán tras el apretón de manos. «Gracias, Viktor. Tiene que haber paz y tiene que haberla rápidamente. Demasiada gente ha muerto en una guerra que nunca debería haber empezado», le replicó el estadounidense.

Orbán, es otro de los actores con buenos vínculos tanto con Rusia como con China, que se ha opuesto al envío de arma y cualquier ayuda que prolongue la guerra en Ucrania, y a otros proyectos europeos, como la política migratoria, políticas de mayor integración en las instituciones de la UE…que han posicionado al líder húngaro en fuertes tensiones con los organismos de la UE, incluso han llegado a sancionar al país por sus decisiones nacionales que se ‘contraponen’ a los “valores y principios fundamentales del bloque europeo”.

En todo este contexto en donde podemos ubicar más claramente a aquellos actores bajo el ala globalista y atlantista en Europa, surge una “nueva” fuerza, un nuevo «partido de la derecha soberanista”, o como ellos se nombraron: Patriotas por Europa. Su lema es “Make Europe Great Again” (Hacer a Europa grande de nuevo), ¿suena conocido?.

Patriotas por Europa es el nuevo grupo político europeo que nació tras los resultados de las últimas elecciones al Parlamento Europeo y reúne como principales líderes a Marine Le Pen de Francia, Viktor Orbán de Hungría, Santiago Abascal de Vox España, Mateo Salvini de Lega Italia, el partido Chega de Portugal, el ex primer ministro checo Andrej Babiš de ANO, el ex ministro del Interior de Austria Herbert Kickl y el eurodiputado Harald Vilimsky (FPO) entre otras fuerzas.

En sus primeros actos en el Parlamento Europeo, Patriotas por Europa se opuso a la reelección de Úrsula von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea, que ya sabemos cómo resultó; y propusieron agregar una declaración del Parlamento que condenara la violencia tras el intento de asesinato contra Donald Trump, pero la mayoría votó en contra.

A continuación el “Manifiesto Patriótico por un Futuro Europeo”, propuesto por Patriotas por Europa, que nos acercan a entender el posicionamiento antiglobalista que representan y su autodenominación como patriotas soberanistas:

“Las naciones de Europa se encuentran en una coyuntura histórica. La Unión Europea, que en su día fue un proyecto de ensueño basado en un deseo de reconciliación tras la destrucción causada por dos guerras mundiales y décadas de división, se ha vuelto contra los europeos y ahora persigue intereses contrarios a la voluntad de las naciones, regiones y pequeñas comunidades que constituyen nuestro hogar europeo.

Instituciones en gran medida desconocidas y alejadas de los ciudadanos europeos —junto con poderosas fuerzas globalistas, burócratas no electos, grupos de presión y grupos de interés que desprecian la voz de la mayoría y de la democracia popular— están planeando reemplazar a las naciones. ¿Con qué? Con un Estado central europeo.

Las elecciones al nuevo Parlamento Europeo celebradas en junio tuvieron, por tanto, una importancia generacional y existencial. La línea divisoria política ya no se sitúa entre conservadores y liberales o entre derecha e izquierda, sino entre centralistas que pregonan un nuevo “superestado” europeo y patriotas y soberanistas que luchan por preservar y fortalecer la Europa de las Naciones que tanto apreciamos. Sólo mediante la victoria y la cooperación de los partidos patrióticos y soberanistas de todo el continente podremos garantizar la herencia de nuestros hijos.

Creemos en una Europa:

  • de naciones fuertes, orgullosas e independientes, libres en su determinación de vivir y cooperar en concordia unas con otras;
  • unidos a través de instituciones con legitimidad arraigada en las Naciones, mandatadas por los pueblos de Europa y responsables ante ellos;
  • soberano e inquebrantable en la búsqueda de sus intereses, libre de dependencias que obstruyan el cumplimiento, en el país y en el exterior, de la voluntad de sus comunidades nacionales;
  • comprometida con la paz y el diálogo, aunque dispuesta a defenderse ante cualquier amenaza;
  • que salvaguarda y celebra su identidad, sus tradiciones y costumbres europeas, fruto de su herencia grecorromana y judeocristiana;
  • que valora la diversidad inherente entre sus naciones, su historia y su forma de vida, al tiempo que resiste los ultimátums para cambiar según la moda del día;
  • que defiende las libertades reales, los derechos fundamentales y la dignidad humana, al tiempo que resiste ferozmente los intentos de limitar o redefinir estas libertades;
  • competitivo, productivo, eficiente y orgulloso de sus logros intelectuales, científicos y económicos como continente de innovación, excelencia y progreso;
  • decidida a proteger sus fronteras, a detener la migración ilegal y a preservar su identidad cultural, siguiendo la voluntad de la gran mayoría de los ciudadanos europeos;
  • de naciones dispuestas a proteger a sus pueblos contra todas y cada una de las amenazas potenciales provenientes de las esferas política, económica, religiosa y cultural;
  • que respete su propio mandato y sus propias normas, no actúe más allá de sus competencias, respete el principio de subsidiariedad y proporcionalidad y deje de justificar sus ataques a la soberanía nacional presionando a través del presupuesto europeo;
  • de Naciones que rechaza toda ulterior transferencia de soberanía nacional a las instituciones europeas;
  • que respete el derecho de veto de las Naciones;
  • que reconoce la diplomacia como un elemento fundamental de la soberanía de los Estados miembros y como un asunto que cada nación puede decidir libremente sin comprometer a otros a seguir el mismo curso de acción.

Nosotros, las fuerzas patrióticas de Europa, nos comprometemos a devolver el futuro de nuestro continente a los pueblos europeos recuperando nuestras instituciones y reorientando la política europea para que sirva a nuestras naciones y a nuestros pueblos. Priorizar la soberanía sobre el federalismo, la libertad sobre los dictados y la paz: este es el Manifiesto de los Patriotas por Europa”.

*Constantini Micaela, periodista y parte del equipo de PIA Global.

Foto de portada: diseño de PIA Global.

Acerca del autor

Micaela Constantini

Comunicadora Social, periodista. Miembro del equipo de investigación de PIA Global. Investigando cibergeopolítica y virtualidad. Feminista, antiimperialista y autodidacta. Nuestra americana Trabajo con redes sociales, edición de video y comunicación digital.

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