Europa

De la Utopía internacionalista a la Distopía nacionalista.

Por Alberto Pinzón Sánchez*.
Es un hecho global que la operación militar lanzada por el gobierno ruso para “desmilitarizar y desnazificar a Ucrania” (guerra de Ucrania) produjo cierta satisfacción en innumerables pueblos de los tres continentes del Mundo.

Fundamentalmente en aquellos pueblos víctimas del saqueo colonial y las invasiones estadounidenses que el Ché Guevara intentó unir en 1966 contra el Imperialismo en ascenso en la conferencia Tricontinental de la Habana, bajo la consigna del Internacionalismo Marxista.

Satisfacción, en la medida que dicha operación contra el nazismo que “occidente” con su brazo armado de la OTAN habían inoculado y cultivado pacientemente dentro del pueblo ucraniano, y en la perspectiva de que se trataba de un hecho histórico que estaba abriendo paso a una nueva época histórica de transición hacia el fin del hegemonismo unilateral de la troika imperialista descrita por Samir Amín, así como el surgimiento de un mundo Multipolar más justo y posiblemente más democrático  que está por nacer.

Hasta ahí lo positivo.

Pero como toda contradicción material también tiene sus aspectos negativos, dolorosos de reconocer, a medida que avanzan las operaciones militares y se profundiza la guerra en sus tres aspectos más visibles: 1. La guerra militar con su destrucción de vidas, ciudades y la reorganización de la mercancía fuerza de trabajo, y reubicación en sus nuevos lugares de trabajo de, los hasta ahora, cuatro millones de trabajadores “refugiados” ucranianos.

2. La guerra económica que ha descarnado finalmente el viejo problema del “Petróleo por sangre” iniciado en Irak y el golfo pérsico, continuado en Irán, Libia, Venezuela, Yemen, Somalia, etc. Problema largamente maquillado porque ponía en evidencia la tremenda crisis energética en la que se debate el capitalismo global actual y, a poner brutalmente como lo está haciendo en los supermercados y gasolineras la carestía de vida y del transporte para millones de trabajadores y ciudadanos del Mundo.

3. La guerra mediática y el auge del nacionalismo: Que con su vértigo comunicacional propagandístico ha atosigado y hastiado a los consumidores globales y a los adictos de la “información al instante”, con la brutalidad de sus imágenes, bulos y mentiras o “fake News”; la carga emocional de odios y resentimientos, incertidumbres y ansiedades apocalípticas de una guerra atómica, aumentando así la alienación psicológica y mental de los ciudadanos globales y, sirviendo de magma y contribuyendo aún más a la expansión de las ideologías nacionalistas reaccionarias basadas en el odio al extranjero, la xenofobia, el racismo y  el rechazo visceral al inmigrante, al expatriado y al refugiado que viene a quitar puestos de trabajo o a abaratar el salario, consignas con las que triunfó el fascismo y el nazismo (clásico) en las tres primeras décadas del siglo XX en Europa.

El internacionalismo marxista forma parte de la utopía comunista. ¡Todavía resuena como un trueno celeste lleno de posibilidades futuras la consigna de Marx y Engels! Proletarios de todo del mundo, ¡Uníos!, con el que se pretendió unificar la otra utopía Jacobina de la revolución Francesa de Libertad, Igualdad, Fraternidad, y que se basa en un hecho objetivo científicamente confirmado especialmente en el libro el Capital de Marx de que la mercancía Fuerza de Trabajo no tiene barreras nacionales.

Por el contrario, la distopía que según definición es lo opuesto a la utopía es una ficción literaria, ideológica de características negativas, basada en la incertidumbre o miedo al futuro y es sinérgica con la ideología antidemocrática y dictatorial que contiene el nacionalismo reaccionario.

Un estudioso del fenómeno nacionalista como el gran Eric Hobswaum entendía el nacionalismo, aquella ideología basada en la caracterización de la Nación como un sujeto colectivo con una lengua, un territorio, una psicología y una tradición histórica común que se proyecta hacia el futuro, como una ficción engañosa, como la ficción del Estado: Una farsa producto de la burguesía del Siglo XIX para afianzar su régimen hegemónico y de dominación burguesa en los Estados nacionales, que si bien en sus inicios, es decir en la lucha inicial de la burguesía europea contra el feudalismo, el absolutismo de los reyes divinos y por la emancipación y liberación de las nacionalidades, con el tiempo devino o se fue trasformando paulatinamente en una ideología reaccionaria que cayó en manos de demagogos agresivos e irracionales, racistas xenófobos y supremacistas típicos del nazi fascismo, el que precisamente instituyó al Marxismo y a la Utopía Comunista como su principal enemigo a exterminar.

No olvidemos tampoco las continuas críticas del Gran Lenin durante los primeros años de la revolución Bolchevique al “Chovinismo gran Ruso” como una tradición cultural muy negativa que lastraba el pluralismo y la construcción del socialismo y por ende la Utopía Comunista.    

La “guerra en Ucrania”, ha puesto en evidencia la dolorosa verdad Global de que el Internacionalismo Marxista prácticamente ha sido reemplazado en todo  el Mundo por las múltiples y variadas formas de la ideología nacionalista en auge en todo el Mundo: No es sino dar una mirada a la página correspondiente al Neonazismo en Wikipedia (1), que aunque es un buen recuento, si es notoria la falta de mención del Narco Paramilitarismo dominante en Colombia con su ideología contrainsurgente y su grito de guerra AJUÁ, con el que ejecuta las masacres de los Falsos Positivos.

También, al dar una mirada a la idea nacional  con la cual el gobierno de Rusia ha justificado la “operación militar especial en Ucrania”; se puede observar que si bien el Neonazismo que se apoderó de la oligarquía gobernante en Ucrania, se constituyó en una “seria e incompatible amenaza a la seguridad del Estado y del Pueblo Ruso-hablante vecino ” que era necesario eliminar; igualmente la idea de la “defensa la Nación y del mundo gran Ruso”, ha sido una herramienta superestructural bastante efectiva para cohesionar y unir a toda la sociedad en tan vastos territorios, afianzar y consolidar el capitalismo oligárquico tan peculiar que se apoderó (con ayuda del Patriarca ortodoxo de Moscú) del gobierno ruso al implosionar la Unión Soviética, y, permitirle presentarse como la potencia euroasiática rival del Imperialismo occidental, que reclama sus “esferas de influencia y su seguridad” , retando  su hegemonía unipolar dominante, incluso militarmente, con todas las consecuencias históricas que estamos presenciando.

Notas:

*Médico, antropólogo y ensayista colombiano, exiliado político y colaborador de PIA Global.

Referencias:

(1) https://es.wikipedia.org/wiki/Neonazismo   

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