Brasil Nuevas derechas

De la amenaza de golpe a la defensa de la armonía entre los poderes

Escrito Por Ana Dagorret

Tras una respuesta contundente de la Corte Suprema y la Justicia Electoral, dos ámbitos donde es investigado, el presidente dijo en una nota oficial haber actuado “al calor del momento” y manifiesta respetar la Constitución.

Dos días después del intento fallido de golpe de estado impulsado por Jair Bolsonaro en el día de la independencia de Brasil, el presidente parece haber optado por ponerle un freno a su ofensiva. En una nota publicada 48 horas después de los actos antidemocráticos, Bolsonaro atribuyó sus declaraciones golpistas “al calor del momento”. 

“Nunca tuve ninguna intención de agredir a cualquiera de los poderes” comienza diciendo la nota. “La armonía entre ellos no es mi voluntad sino una determinación constitucional que todos, sin excepción, deben respetar”. 

Bolsonaro también se refirió específicamente al Ministro de la Corte Suprema Alexandre de Moraes, a quien llamó de canalla en el acto en San Pablo en el día de la independencia. En la nota, el presidente destacó las “cualidades como jurista y profesor” de Moraes: “Se que buena parte de esas divergencias surgen de conflictos de entendimiento acerca de decisiones adoptadas por el Ministro Alexandre de Moraes en el ámbito de la investigación sobre fake news”.

Enseguida, la nota afirma que “en la vida pública, las personas que ejercen el poder no tienen el derecho de estirar la cuerda al punto de perjudicar la vida de los brasileños y su economía”. A su vez, Bolsonaro insiste en que “siempre estuve dispuesto a mantener el diálogo permanente con los demás poderes para mantener la armonía e independencia entre ellos”.

La nota publicada por el presidente representó un giro de 180 grados en su estrategia discursiva. Luego de la articulación que comenzó a acelerarse en el Congreso, donde la discusión sobre la posibilidad de un impeachment volvió a ganar fuerza tras la decisión del partido PSDB de declararse oposición al gobierno, los ministros Ciro Nogueira de la Casa Civil y Flavia Arruda de la Secretaría de Gobierno, informaron al presidente que la situación con el Congreso y el STF se había vuelto insostenible. 

La decisión de retroceder en su embestida golpista estuvo mediada por el expresidente Michel Temer, a quien Bolsonaro mandó a buscar en el avión presidencial que lo llevó hacia Brasilia para que colabore en el distensionamiento de las relaciones entre los poderes que pueda garantizar cierto blindaje al propio Bolsonaro.

La respuesta más contundente a los actos antidemocráticos llegó de parte del presidente del TSE, Luis Roberto Barroso. “Ya comienza a cansar en Brasil tener que repetidamente desmentir falsedades para que no seamos dominados por la post verdad, por los hechos alternativos, para que la repetición de la mentira no cree la impresión de que se tornó verdad” sostuvo Barroso en el comienzo de la sesión virtual del plenario del TSE de la cual participaron todos sus miembros.

“Insulto no es argumento. Ofensa no es coraje. La falta de compostura nos avergüenza ante el mundo […]. Somos víctimas de la burla y el desprecio mundial. Un desprestigio mayor que la inflación, el desempleo, la caída de la renta, el aumento del dolar, la caída de la bolsa, la deforestación de Amazonas, del número de muertos por la pandemia” reforzó el Ministro. 

Barroso se refirió también a los ataques de Bolsonaro al sistema de votación, una de las principales banderas del gobierno de cara a la elección de 2022. Desde que la justicia decidió anular las condenas contra Lula Da Silva y, con ello, restaurar sus derechos políticos, Bolsonaro reflotó el debate acerca de la necesidad de reformar el sistema de votación con el fin de volver a instalar el voto impreso para evitar fraudes. 

Sin presentar pruebas, el presidente viene insistiendo desde la campaña que la elección de 2018 fue alvo de fraude, lo cual explica según él por qué no ganó en primera vuelta. A su vez, Bolsonaro insiste desde entonces en que de no haber voto impreso, lo mismo ocurriría en 2022, llegando inclusive a amenazar la realización de elecciones en caso de que no se cumpla su voluntad.

“Hoy en día, salvo los fanáticos (que están ciegos por el radicalismo) y los mercenarios (que son ciegos por la monetización de la mentira), todas las personas de bien saben que no hubo fraude y quien es el farsante en esta historia” respondió Barroso en su pronunciamiento acerca del asunto que Bolsonaro volvió a mencionar en los actos antidemocráticos del siete de septiembre. Como parte de su respuesta, Barroso alteró el texto bíblico usado por el presidente lo largo de su mandato: “El slogan para el momento brasileño, al contrario del utilizado, parece ser conocerás la mentira y la mentira te aprisionará”.

Las reacciones

La convocatoria para el siete de septiembre dejó frustrados a los organizadores. De tres millones de personas esperadas en San Pablo y Brasilia, solamente participaron 125 y 150 mil respectivamente. Si bien el silencio tanto del presidente como de sus hijos posterior a los actos ya daba cuenta del fracaso de la jornada, la afinidad por las noticias falsas que circulan en grupos de whatsapp bolsonaristas hizo que un grupo de militantes creyeran que él mismo siete por la noche Bolsonaro había decretado el estado de sitio.

La noticia se extendió también entre aliados del agronegocio, que comenzaron a forzar un paro de camioneros que llegó a instalarse en 14 estados. Ante la situación y con la posibilidad de que la medida de fuerza genere desabastecimiento e inflación, el presidente Jair Bolsonaro hizo circular un audio por sus redes sociales para pedir por el fin de la medida de fuerza, lo cual generó malestar entre la militancia. 

“Esa situación va a perjudicar la economía y eso afecta principalmente a los más pobres” expresó Bolsonaro en su mensaje, considerado como falso por muchos de sus adeptos y que no generó el efecto deseado. Ya con las manifestacones de la Corte Suprema y la Justicia Electoral, el pedido de ayuda de Bolsonaro al ex presidente Michel Temer y la carta publicada justificando sus discursos del día siete como dichos “al calor del momento” cayó como un balde de agua fría.

Entre la militancia que se hizo presente en San Pablo y Brasilia hubo quienes se manifestaron defraudados por la postura del presidente. Influenciadores como Allan Dos Santos y Rodrigo Constantino llegaron a declarar que la situación mostraba el “final del juego” para Bolsonaro. Del otro lado hubo quienes apelaron a la paciencia de la militancia asegurando que detrás del acuerdo existía un plan del presidente y que lo correcto ante la situación era actuar con entendimiento y paciencia. 

El propio Bolsonaro en su tradicional transmisión en vivo de los jueves se refirió a su nota oficial diciendo que él nunca planteó una ruptura institucional y que continuará jugando dentro de las cuatro líneas de la constitución. Mas temprano ese día, Bolsonaro participó en la cumbre de los BRICS, donde elogió a China por los lazos comerciales con Brasil, lo cual también fue motivo de críticas por parte de sus simpatizantes, quienes hasta el martes especulaban con la posibilidad de invadir la embajada de ese país con la excusa de luchar contra el comunismo.

Luego de una semana cargada de tensiones políticas, la situación de Bolsonaro y el bolsonarismo en Brasil dejan en claro que más que un proyecto autoritario o que de verdad existe es el ruido de una minoría. Con el freno a la amenaza golpista para resguardar su figura, Bolsonaro parece, al menos por ahora, conseguir mantenerse en su cargo. Habrá que esperar para ver cuánto dura esa postura y, principalmente, cual es el costo político que el presidente deberá pagar por moderar su discurso.

Acerca del autor

Ana Dagorret

Periodista, colaboradora de medios populares de Argentina y Brasil y ayudante diplomada de la Cátedra de RRII de la Fac. De Periodismo y Com. Soc. De la UNLP. Desde 2018 trabaja como corresponsal en Río de Janeiro.

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