Los BRICS han consolidado su relevancia global con la incorporación de Egipto, Etiopía, Irán y Emiratos Árabes Unidos, alcanzando 9 miembros plenos, y a Arabia Saudita cómo país invitado, a los que podría haberse sumado Argentina si Milei no aplicara su política internacional de “occidentalismo dogmático”.
Así, de conjunto, este BRICS Plus representa el 47% de la población mundial, y el 37% de su PBI. La alianza se propone reforzar la cooperación económica y política en un contexto caracterizado por tensiones geopolíticas crecientes, que incluye la militarización del comercio en muchas partes del planeta.
El mundo se encuentra enmarcado en una profunda agudización de las luchas por el dominio mundial. La escalada de tensiones en el Mar de la China, la disputa geopolítica en torno a Venezuela, y las guerras totales en Medio Oriente (por Palestina) y en Ucrania (por la conexión o no de Eurasia), nos señalan que el futuro del mundo se dirime cada vez más en la esfera decisiva: la política militar.
Esta cumbre se da en medio de una guerra económica, financiera, tecnológica y estratégica que se está librando en lo que hemos denominado “enfrentamiento del G2”, como contradicción principal, cuyos polos son los proyectos estratégicos Estados Unidos-Amazon y China-Huawei.
Un bloque no sólo económico, sino profundamente político
En la actualidad, los BRICS han logrado consolidarse no sólo como un bloque económico, sino también como un Bloque Capitalista Emergente, constituyéndose como una herramienta política del polo China-Huawei para la articulación de Estados Nacionales para hacer frente a los agrupamientos del proyecto estratégico Estados Unidos-Amazon, con un pie en la OTAN y otro en el G7, desde donde todavía se permite apalancar la conducción de los organismos multilaterales tradicionales como, por ejemplo, el FMI y el Banco Mundial.
Ésta última Cumbre planteó la necesidad de adoptar una gobernanza internacional que refleje la diversidad del mundo frente a la hegemonía de “Occidente”. La expansión del bloque, sumando a nuevos e importantes miembros, refuerza su capacidad para influir en la reconfiguración del orden mundial.
En el plano económico, el enfoque en la desdolarización del comercio internacional y la creación de sistemas de pago alternativos es una clara manifestación del interés del bloque en reducir la dependencia de las estructuras financieras dominadas por el gran capital de origen angloamericano. Un antecedente fundamental fue la reunión previa de Ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales realizada este año, donde se trabajó puntualmente sobre la creación de un nuevo sistema de pagos con monedas locales, dejando de lado el dólar.
El bloque también llamó a mejorar la gobernanza de las instituciones financieras y fue muy crítico con el FMI y el Banco Mundial por ser insensible a las necesidades de las economías emergentes.
La relación del bloque con la comunidad internacional
Según sus principales líderes, el BRICS no se presenta como un bloque antioccidental, sino como una alternativa, subrayando la necesidad de transformar las relaciones internacionales y redistribuir el poder de manera más justa, evitando las prácticas coercitivas unilaterales que afectan el desarrollo de naciones emergentes.
Las críticas a las sanciones y las intervenciones económicas unilaterales por parte de potencias occidentales fueron constantes. Un ejemplo concreto de estas críticas lo podemos ver en América Latina con Cuba, Nicaragua y Venezuela, a quienes el gobierno de los Estados Unidos no cesa de aplicar sanciones económicas coercitivas que dificultan de forma extrema la vida digna de millones de personas. A lo anterior, hay que agregar, además, que Estados Unidos interfiere de forma directa en los procesos electorales de dichas naciones.
Es por esto, que en la cumbre se discutieron mecanismos para mejorar la representación de los países en desarrollo en la gobernanza global, señalando que el actual sistema de la ONU necesita una reforma profunda para responder a las nuevas realidades geopolíticas. Fue en ese sentido que la Declaración de Kazán reafirmó el compromiso del bloque con una reforma integral del Consejo de Seguridad de la ONU, en la que se aumente la representación de los países en desarrollo.
Sobre la guerra y la paz
Los BRICS declararon su compromiso con la Paz y la Seguridad Global. La cumbre también fue un espacio para abordar la resolución de conflictos internacionales, con énfasis en la paz en regiones afectadas como Ucrania, África y Medio Oriente.
En relación a la guerra en Ucrania, el foro de países emergentes también presentó ofertas de mediación para que Ucrania y Rusia cesen su enfrentamiento, de la mano de Brasil y China. Sobre Medio Oriente y Palestina, es importante destacar que el bloque apoya el cambio del estatus de Palestina en la ONU de estado observador a miembro de pleno derecho de la organización.
Respecto a los conflictos armados en Medio Oriente, los representantes incluyeron en la declaración final el pedido de terminar con la guerra, instando a brindar contención a ambas partes para evitar un conflicto aún mayor en la región. «Destacamos la necesidad absoluta de lograr inmediatamente un alto el fuego amplio y permanente en la Franja de Gaza, liberar con urgencia y sin condiciones previas a todos los rehenes y detenidos de ambos lados y asegurar un envío a gran escala de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza», señala el texto.
Venezuela en el centro del debate mundial
Finalmente, el gobierno de Venezuela no pudo hacer su ingreso al bloque regional por imposición de la cancillería brasileña. Y esto fue más claro aún en la boca del anfitrión, Valdimir Putin, quien dijo: “Nuestras posturas no coinciden en cuanto a Venezuela, lo digo abiertamente, lo hemos hablado por teléfono antes de ayer con el presidente de Brasil con quién tengo relaciones muy buenas”. Además, el presidente ruso respaldó el proceso electoral que se desarrolló en Venezuela, dijo: “Creemos que el presidente Maduro ganó las elecciones, las ganó honestamente, ha formado un gobierno y deseamos éxito a su gobierno y al pueblo venezolano”.
La Cancillería de Venezuela, mediante un comunicado, denunció fuertemente a la Cancillería de Brasil, el siempre autonómico Palacio de Itamaraty, por considerar que con dicha acción se está “reproduciendo el odio, la exclusión e intolerancia promovidos desde los centros de poder occidentales para impedir, por ahora, el ingreso de la patria de Bolívar a esta organización” y agrega el comunicado: “El pueblo venezolano siente indignación y vergüenza por esta agresión inexplicable e inmoral de la Cancillería brasileña, manteniendo lo peor de las políticas de Jair Bolsonaro contra la Revolución Bolivariana fundada por el Comandante Hugo Chávez”.
Lo cierto es que en este conflicto particular se puede ver con claridad las influencias dominantes que ejercen en la región los intereses “hemisféricos” de los Estados Unidos. Venezuela es la mayor reserva de petróleo del mundo, pero además posee innumerables recursos naturales estratégicos como oro, tierras raras, diamante, etc. y Estados Unidos no está dispuesto a abandonar los intereses que tiene puestos en “su patio trasero”.
Desafíos y propuestas para la gobernanza global
Durante la cumbre en Rusia se propusieron cambios concretos para enfrentar las desigualdades en la gobernanza económica internacional. Las medidas incluyen la creación de un sistema de pagos alternativo que desafíe la hegemonía del dólar y facilite el comercio utilizando monedas locales, con el objetivo de reducir la vulnerabilidad a sanciones externas y fluctuaciones financieras.
El Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), bajo la dirección de Dilma Rousseff, se presentó como un motor crucial para la financiación de infraestructura y proyectos alineados con las prioridades nacionales, diferenciándose de las instituciones de Bretton Woods. La agenda de cooperación también abarca áreas como la digitalización, la seguridad alimentaria y la transición energética, buscando un desarrollo sostenible e inclusivo.
El bloque también enfatizó la importancia de la cooperación científica y educativa, considerando la creación de un think tank del Sur Global. Esta iniciativa, propuesta por China, apunta a mejorar el intercambio de conocimiento y recursos entre los países miembros, impulsando proyectos conjuntos en áreas como la investigación y el desarrollo tecnológico.
Además, en este marco se dio el “BRICS Plus” con la participación de países en desarrollo de mercados emergentes de África, Asia, Europa, América Latina y Oriente Medio bajo el lema: “BRICS y el Sur Global: Construyendo juntos un mundo mejor”. Todo esto se desarrolló bajo tres pilares: cooperación política y de seguridad, económica y financiera, cultural y entre los pueblos.
En síntesis, la Declaración de Kazán reafirmó el compromiso con la paz y la seguridad mundial, la reforma de la ONU y el fortalecimiento de la cooperación Sur-Sur, con énfasis en sectores clave como la energía, la tecnología y la seguridad alimentaria.
Conclusiones
El interés de más de 30 países en unirse al bloque muestra el creciente atractivo de los BRICS como plataforma de cooperación y motor de un cambio en la arquitectura global. La expansión en la cantidad de miembros ya ha fortalecido su influencia en los asuntos mundiales, consolidándose como un foro clave para las economías emergentes.
Si bien en la previa a la cumbre de Kazán se anticipaba que la misma iba a marcar un antes y un después en la geopolítica mundial, planteando algunos analistas que se iba a tratar de un «nuevo Bretton Woods», la misma fue un encuentro más del bloque que consolidó su agenda en aspectos económicos, políticos y estratégicos y que tuvo como punto alto la discusión en torno a la incorporación de nuevos países.
A pesar de que los BRICS constituyen una de las herramientas geopolíticas del proyecto estratégico chino para hacer frente al proyecto estratégico estadounidense en el marco de la disputa del G2, se pudo ver el ingreso de esta tensión en la cumbre, especialmente al momento de definir el ingreso de Venezuela, donde se pudo confirmar la continuidad de la influencia estadounidense en América Latina, especialmente en Brasil.
Pese a los avances logrados, los BRICS enfrentan desafíos significativos, como las disparidades económicas y políticas entre sus miembros, lo que podría complicar la coordinación de políticas comunes. Además, la expansión del bloque puede plantear retos en la toma de decisiones, ya que cada nuevo miembro aporta intereses y prioridades particulares. La efectividad de los BRICS dependerá de su capacidad para encontrar un equilibrio entre la ampliación y la preservación de la cohesión y eficiencia del bloque, el tiempo de ya saberse como la principal plataforma institucional contrahegemónico, en un mundo atravesado por una escalada creciente del conflicto internacional.
Paula Giménez* es Licenciada en Psicología y Magister en Seguridad y Defensa de la Nación y en Seguridad Internacional y Estudios Estratégicos. Matías Cacciabue** es licenciado en Ciencia Política. Ambos son Investigadores del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
Este artículo ha sido publicado en el portal estrategia.la
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