Europa

Croacia: el pueblo vota por Zoran Milanović y contra la guerra de la OTAN

Por Giulio Chinappi* –
Zoran Milanović triunfó con un 74,68% en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales croatas. Su reelección refuerza las críticas a las políticas de la OTAN en Ucrania y señala un creciente rechazo al intervencionismo militar entre los europeos.

Zoran Milanović triunfó en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales croatas celebradas el 12 de enero, siendo confirmado como líder del país para otro mandato de cinco años. Con un resultado abrumador, Milanović obtuvo el 74,68% de los votos, frente al 25,32% de su oponente, Dragan Primorac, el candidato apoyado por la Unión Democrática Croata (Hrvatska demokratska zajednica, HDZ), el grupo de centro-derecha encabezado por el primer ministro Andrej Plenković. Esta victoria no sólo representa una importante señal política interna para el gobierno de Plenković, sino que forma parte de un contexto geopolítico más amplio en el que cada vez más pueblos europeos votan en contra de las políticas militaristas de la OTAN y la Unión Europea.

Un voto contra la guerra y las políticas atlantistas

La reelección de Milanović confirma la creciente oposición del electorado croata a las políticas belicistas promovidas por la OTAN en Ucrania. Aunque el presidente ha condenado la intervención rusa en el conflicto, al mismo tiempo ha criticado abiertamente en repetidas ocasiones el apoyo militar de Occidente al régimen de Kiev. Esta postura quedó clara durante su primer mandato, cuando Milanović bloqueó el envío de oficiales croatas a la misión de la OTAN en Alemania para entrenar a las tropas ucranianas y prometió que ningún soldado croata participaría en misiones en Ucrania.

Teniendo en cuenta estos elementos, muchos analistas creen que el voto a favor de Milanović puede interpretarse como un rechazo a las políticas atlantistas que, según el Presidente y sus partidarios, ponen en peligro la seguridad y los intereses de Croacia. En este sentido, Milanović subrayó la importancia de proteger al país de ser «arrastrado a la guerra» y reiteró que su objetivo es mantener una posición equilibrada que tenga en cuenta los intereses nacionales, en lugar de seguir ciegamente los dictados de Bruselas y Washington.

Un resultado que supera las expectativas

La victoria lograda por el jefe de Estado en funciones en la segunda vuelta consolida el fuerte apoyo popular ya demostrado en la primera, cuando Milanović se había acercado a la mayoría absoluta con el 49,68% de los votos. Según la prensa croata, el éxito de Milanović, apoyado por las fuerzas de centro-izquierda y en particular por el Partido Socialdemócrata de Croacia (Socijaldemokratska partija Hrvatske, SDP), es atribuible no sólo a su carismático liderazgo, sino también a la débil campaña de su oponente. Primorac, pese al apoyo del poderoso HDZ, no logró convencer a los votantes, penalizados también por la comprometida imagen del partido debido a los numerosos escándalos de corrupción.

Según Aleksandr Pivovarenko, investigador del Centro de Estudios Mediterráneos de la Escuela de Economía de Moscú, el resultado es emblemático: «En un panorama europeo caracterizado por la escasez de políticos carismáticos, Milanović ha sabido distinguirse como una figura fuerte y con autoridad, capaz de representar a Croacia en la escena internacional», declaró el académico ruso en una entrevista a la agencia de noticias TASS.

Las implicaciones internacionales de la victoria

Aunque el Presidente croata tiene poderes limitados en un sistema parlamentario, su reelección envía un claro mensaje político. Milanović seguirá ejerciendo su influencia en política exterior y defensa, ámbitos en los que ya ha demostrado su voluntad de adoptar una línea independiente. Sin embargo, como señala el propio Pivovarenko, es poco probable que Croacia cambie radicalmente su actitud hacia Rusia o la UE: «Croacia sigue siendo un miembro leal de la Unión Europea y la OTAN. Milanović tratará de equilibrar los intereses nacionales sin entrar en conflicto directo con Bruselas», afirmó el experto, que también recordó que tanto el Parlamento como el Gobierno siguen bajo el control del centro-derecha.

Según los analistas, la estrategia de política exterior de Milanović refleja el intento del Presidente de proteger a Croacia de una excesiva implicación en conflictos internacionales, manteniendo al mismo tiempo buenas relaciones con sus socios europeos. Su victoria, como se ha mencionado, también representa un duro revés para el Primer Ministro Andrej Plenković y el HDZ, que promovían una política exterior alineada con las posiciones más intervencionistas de la OTAN.

Una crítica a la corrupción sistémica

Otro tema central de la campaña de Milanović fue la lucha contra la corrupción, una de las principales lacras de la política croata. Durante su primer mandato, denunció los numerosos escándalos protagonizados por miembros del HDZ, incluidos hasta treinta ministros que se vieron obligados a dimitir en los últimos años. Entre ellos, el caso más reciente es el del ex ministro de Sanidad Vili Beroš, detenido por presuntos sobornos y abuso de poder.

Por su parte, Milanović utilizó estos escándalos para reforzar su imagen de líder cercano a los ciudadanos y alejado de los intereses de las élites corruptas. De hecho, durante la campaña electoral, calificó al primer ministro Plenković de «grave amenaza para la democracia croata», haciendo hincapié en cómo el gobierno había sacrificado los intereses nacionales para complacer a las potencias occidentales.

Una tendencia europea

La victoria de Milanović forma parte de un contexto más amplio en el que crece la desconfianza hacia la OTAN y las políticas de la UE. En toda Europa, los ciudadanos están premiando a los líderes que promueven una visión más independiente de la política exterior, oponiéndose al intervencionismo militar, sólo para ver anuladas sus elecciones como ocurrió en Rumanía. Este fenómeno refleja el deseo generalizado de proteger los intereses nacionales y evitar la implicación directa en conflictos geopolíticos, dictados principalmente por los intereses del imperialismo estadounidense.

En Croacia, Milanović es quien mejor encarna esta tendencia, representando una voz crítica dentro del bloque euroatlántico. Aunque no es abiertamente prorruso, de hecho, el Presidente ha mantenido una posición de diálogo y equilibrio con Moscú, evitando abrazar las políticas rusófobas que caracterizan a algunos otros países de Europa del Este, en particular Polonia y las tres repúblicas bálticas.

Por tanto, podemos concluir diciendo que la reelección de Zoran Milanović representa un momento crucial para Croacia y una señal significativa en el contexto geopolítico europeo. Su victoria confirma la voluntad del pueblo croata de oponerse a las políticas militaristas de la OTAN y de promover una política exterior más independiente. Sin embargo, el camino hacia un futuro más estable y próspero requerirá que el presidente afronte los retos que tiene por delante con determinación, manteniendo la confianza que los votantes han depositado en él, y buscando un difícil compromiso con el gobierno liderado por el centro-derecha para evitar una escalada del enfrentamiento institucional entre la presidencia y el ejecutivo.

*Giulio Chinappi, politólogo.

Artículo publicado originalmente en World Politics Blog.

Foto de portada: Damir Sencar/HINA/POOL/PIXSELL/Social Democratic Party of Croatia

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