Bajo el plan de alto el fuego del presidente estadounidense Donald Trump, se trazó la “Línea Amarilla”, que actualmente abarca el 52% de la Franja de Gaza. Sin embargo, la ocupación israelí, mediante una expansión silenciosa, está trabajando extraoficialmente para ampliar el área de anexión.
El ritmo de las incursiones israelíes en las zonas orientales de la Franja de Gaza se ha intensificado en los últimos días, en medio de tiroteos y el desplazamiento de residentes.
Durante los últimos tres días, las fuerzas de ocupación sionistas han estado desplazando los bloques de hormigón amarillo que marcan la línea amarilla a zonas cercanas a la calle Saladino.

El ejército de ocupación avanzó en las zonas de Sha’af, Nazzaz y la calle Bagdad, al este de Shuja’iyya, expandiendo la línea amarilla y apoderándose de más tierras en la zona.
En el centro de la Franja de Gaza, la ocupación israelí amplió la línea amarilla en los campos de refugiados de Bureij y Maghazi entre 400 y 450 metros más allá de sus límites anteriores, en medio de continuos bombardeos diarios.
Recientemente, ha intensificado sus operaciones de bombardeo y demolición con frecuentes explosiones durante la noche y la madrugada en las zonas orientales de Shuja’iyya y Zeitoun, y al este de Khan Younis, en el sur de la Franja de Gaza.
Según un informe de campo previo de Hamas que documenta las violaciones israelíes, desde que comenzó el alto el fuego el 10 de octubre, además de lo que ocurre dentro de la línea amarilla, las violaciones se han extendido a un área de más de 35 kilómetros, en una franja que se extiende a lo largo de la delimitación de norte a este y de sur, a distancias que oscilan entre los 600 y los 1500 metros dentro de las zonas amarillas designadas.
El informe también afirma que se están realizando nuevas construcciones, y las fuerzas de ocupación han estado colocando bloques de hormigón amarillo fuera de la Línea Verde durante las últimas semanas, a distancias que oscilan entre los 400 y los 1000 metros.
Estas operaciones impulsan la división de la Franja de Gaza en una región oriental bajo control israelí directo o a través de actores locales e internacionales, con proyectos de reconstrucción limitados y superficiales, y una región occidental que pretende presentarse como una zona fuera del control israelí.
La línea amarilla constituye una nueva fase de ocupación parcial prolongada: sirve como medio para consolidar el control y ejercer una presión continua sobre la resistencia.
La delimitación crea zonas de observación y de amortiguación, transformando grandes extensiones de tierra en una franja gris bajo control militar, impidiendo el regreso de los residentes. Mientras tanto, la ocupación está redefiniendo el mapa de Gaza y dividiéndolo según sus objetivos militares y de seguridad.

