Por tres votos a cero, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva tuvo su condena reafirmada en segunda instancia por el Tribunal Regional Federal de la 4ª Región, que ignoró los argumentos de la defensa que apuntaban a la nulidad del proceso. La decisión final aumentó la condena del ex presidente de 9 años y 6 meses para 12 años y un mes en régimen cerrado. La sesión, que se inició cerca de las 8:30, finalizó a la 17:45.
La defensa del ex presidente argumentó que, entre otros elementos, la ausencia de pruebas que condenen a Lula en el caso del apartamento tríplex de Guarujá es clara en la sentencia de primera instancia, lo que la tornaría nula, pues “no se hizo la prueba de culpa, y sí la de inocencia”.
Este fue uno de los argumentos refutados por el relator João Pedro Gebran Neto -el primero en votar-, que siguió la tesis de Dominio del Hecho, que significa que a pesar de que no existan pruebas de la acusación, Lula habría cometido crímenes de corrupción pasiva y lavado de dinero por el cargo de responsabilidad que ejercía como presidente de la República. Los otros dos jueces, Leandro Paulsen y Víctor Luiz dos Santos Laus, siguieron el voto de Gebran Neto.
Movimientos populares, sindicales y sectores de la sociedad civil impulsan protestas en todo el país y prometen seguir con las movilizaciones.
Antes del final de la sesión, cuando hablaba el tercer juez, manifestantes trancaron avenidas y calles en la ciudad de Porto Alegre, donde se realizaba el juicio. Ellos cuestionabam el resultado. Además de la construcción de barricadas, los activistas escribieron en las calles: «Es fraude», «Dónde están las pruebas» y «Elecciones sin Lula son fraude».
En São Paulo también ocurrieron protestas. Las carreteras Imigrantes, Dutra y Régis Bitencourt fueron bloquedas por militantes del Frente Pueblo Sin Miedo, con pancartas escritas «Por la democracia y contra la persecución a Lula!»
Luego de la lectura del relator, el abogado de la defensa, Cristiano Zanin hizo uso de la palabra para hacer cuestionamientos en relación al voto. Como respuesta, el juez señaló que si el abogado quisiera, podría solicitar un recurso de declaración en relación a la sentencia, o sea, un pedido de aclaraciones de la decisión al propio TRF-4.
Como la votación final terminó tres a cero, o sea, con unanimidad, no existe posibilidad de pedir otro recurso para reconsiderar la sentencia.
Después de finalizados todos los trámites en el TRF-4, todavía hay posibilidades de un recurso especial al Supremo Tribunal de Justicia (STJ) y un recurso extraordinario en el Supremo Tribunal Federal (STF). En ambos casos, la defensa podrá solicitar que el presidente Lula responda en libertad, y también pedir que no se aplique la Ley de ficha limpia, en términos del artículo 26.
Cómo fue el juicio
Mauricio Gerum, de la Procuraduría Regional de la República de la 4ª Región, representante del Ministerio Público Federal (MPF) de segunda instancia, mantuvo su posición en defensa de la condena. Gerum argumentó que la designación de los directores de la Petrobras es indicio de que Lula estuvo involucrado en casos de corrupción en la estatal.
“La tentativa de tratar este juzgamiento como un juzgamiento político no es sólo ignorancia de la historia, sino una falta de respeto”, dijo el procurador. “Lo que parecía ser construcción de gobernabilidad era nada más ni nada menos que un mecanismo de dilapidación del patrimonio público. Al comienzo para caja chica, y después para enriquecimiento personal”, afirmó.
Sin embargo, la defensa, la última a hablar antes de los votos de los jueces, rebatió las tesis de la Procuraduría. Cristiano Zanin, abogado de Lula, cuestionó la competencia judicial del juez Sergio Moro para juzgar al ex presidente, recordando que Moro afirmó no haber confirmado el uso de dinero de la Petrobras en el caso. “Es una ficción, una competencia que jamás debería haber existido”, dijo. La operación Lava Jato, a la que Moro está involucrado, responde por un conjunto de investigaciones referentes a crímenes relacionados a la Petrobras.
Otros desvíos referentes al proceso de decisión en primera instancia fueron mencionados durante el discurso de Zanin, como el pedido de presentación de pruebas de la defensa.
«El poder del Estado tiene límites y no puede ser usado de esa forma. El cercenamiento de la defensa es claro: varias pruebas fueron pedidas y no fueron entregadas. La defensa no tuvo oportunidad de producir las pruebas que se habían pedido”, acusó. La defensa de Zanin se enfocó principalmente en aspectos técnicos, argumentando que la sentencia se basa apenas y exclusivamente en la versión de Leo Pinheiro, ex presidente de la constructora OAS.
El abogado dijo que Pinheiro “también es uno de los acusados y no tiene obligación legal con la verdad. Las pruebas de los autos no indican un pacto de corrupción. Las palabras de Leo Pinheiro no sirven para la condena de Lula ni de ninguna persona”, afirmó.
La delación premiada del empresario Leo Pinheiro, uno de los socios de la constructora OAS, es considerada un elemento clave de la sentencia en primera instancia. Condenado a 16 años de prisión en agosto de 2015 por corrupción, lavado de dinero y organización criminal, él prestó una serie de declaraciones al MPF entre marzo y junio de 2016.
Al terminar su intervención, Zanin dijo que “lo que hay aquí es un proceso nulo que generó una sentencia nula, en la cual no fue hecha la prueba de culpabilidad, y sí la de inocencia”.
La mayor parte de los jueces, sin embargo, no tomó en cuenta la argumentación de la defensa de Lula. João Pedro Gebran Neto, relator del caso y primero en votar, rechazó todas las preliminares de la defensa, y reforzó la misma tesis del MPF de que “indicios no son pruebas de importancia menor”. En su discurso, asumió la tesis del Dominio de Hecho, que presupone que Lula cometió crímenes simplemente por el cargo que ejercía, el de presidente de la República, mismo que no existan pruebas contra él.
En el caso de la supuesta corrupción pasiva cometida por Lula, Gebran Neto afirmó que no se exige la participación de Lula en cada contrato de la Petrobras, pues lo que está en juego es su actuación “en los bastidores” para garantizar una estructura criminal. Las afirmaciones del relator del caso se basaron fundamentalmente en delaciones premiadas, método cuestionado por la defensa del presidente.
Gebran también repitió la postura de Moro, de otorgar fuerza de prueba a una hipótesis colocada como posible –pero nunca probada– por el acusador: “Me parece singular que hubo una segunda visita para verificar la reforma. Ese hecho, a mi entender, le da robusteza a la acusación, teniendo en cuenta que corrobora mucho de lo que fue visto anteriormente”. Así, interpretando los hechos y testimonios de acuerdo con una tesis pre determinada, transforma la convicción en prueba.
En un total de 3 horas y 30 minutos de lectura de su decisión, a las 13:58, Gebran Neto negó los recursos y mantuvo el fundamento de la sentencia. Afirmó la decisión de condenar Lula por corrupción pasiva y lavado de dinero, y decidió aumentar el pedido de prisión de 9 años y 6 meses para 12 años y 1 mes en régimen cerrado. Los votos de los otros dos jueces siguió la decisión del primero.
Entrevistado por la Radio Brasil de Fato, el abogado Gabriel Sampaio evaluó como preocupante el método de no presentar pruebas materiales como base para la toma de decisiones. “De parte del relator, nos causa preocupación la forma en que él, en cuanto relator, usó los argumentos para mantener las bases centrales de la sentencia y aumentar la pena aplicada por el juez Sergio Moro. La necesidad o no de presentar alguna prueba en relación al acto de oficio determinado del ex presidente nos causa extrañeza. La manifestación (del relator) fue tan o más grave que la segunda instancia, por retirar la necesidad de demostración de pruebas en el crimen de corrupción”, analizó Sampaio, que también es asesor de la bancada del PT en el senado.
Edición: Vivian Fernandes | Traducción: Marcelo Aguilar
Fuente: Brasil de Fato