Análisis del equipo de PIA Global Europa

Conferencia de Seguridad de Múnich: ¿ «re:visión» sobre el futuro del orden internacional?

Escrito Por Micaela Constantini

Por Micaela Constantini* –
Este domingo finalizó la 59 Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC) en Alemania, un encuentro de “raíces transatlánticas y europeas”.

Durante tres días, líderes políticos, jefes de Estado y de Gobierno, ministros de Defensa y de Asuntos Exteriores, académicos, empresas y representantes de la sociedad civil se reunieron para “debatir la política de seguridad internacional y abordar las preocupaciones de seguridad más apremiantes del mundo”, explican desde su web.

Este encuentro sucede justo cuando se cumple un año de iniciada la Operación Militar Especial rusa (OME) en Ucrania, por lo que, desde la Cumbre señalaron que se trató de una “oportunidad de evaluar la cohesión dentro de la Alianza y el compromiso político con el orden internacional basado en reglas”.

Una de las principales conclusiones que nos ha dejado este año de guerra en Ucrania ha sido la inevitable transformación del sistema de orden mundial, en donde se destaca la crisis del orden unipolar imperial de Estados Unidos junto a sus aliados atlantistas, mientras asciende el modelo multipolar liderado por el eje sino-ruso.

‘La transformación del sistema de orden mundial’, esto que se lee simple o hasta conspiranoico -si tiene la música adecuada de fondo- reviste de una enorme complejidad que “abre” una diversidad de oportunidades asimétricas para los países del mundo. Se trata de un proceso profundo de transformaciones que hace temblar los cimientos sobre los que está construído el status quo imperial unipolar. Aunque, encontrándonos en medio de la tormenta no podemos hacer futurología, pero sí analizar.

En Alemania se dice Zeitenwende, “un punto de inflexión, que nos obliga a replantearnos supuestos anteriores”, dijo el Embajador Christoph Heusgen, Presidente de la MSC.

“Puede que los líderes mundiales no se pongan de acuerdo en muchas cosas estos días, pero muchos de ellos comparten la opinión de que el mundo está entrando en una década crítica en la pugna por el futuro orden internacional”, expresan desde la MSC.

Con esta premisa, la MSC, dedicada a discusiones de política exterior y seguridad internacional aunque sin decisiones vinculantes, colocó a la guerra en Ucrania como el eje principal para continuar reforzando su retórica acerca de democracias vs. autocracias. 

Volodymyr Zelensky, Presidente de Ucrania, habla durante la sesión «David en el Dnipro: la lucha de Ucrania por la libertad». Fuente: MSC/Kuhlmann.

Aquella construcción discursiva consolidada en -la autodenominada- cumbre de la democracia, y luego reiterada en cada Foro, encuentro y documento transatlántico, sirve como columna vertebral para continuar en la disputa internacional. 

El Informe final de la Cumbre, titulado Re:visión, deja establecido que el principal pecado de Rusia no fue la avanzada militar sobre territorio ucraniano, sino el “ataque contra los principios fundacionales del orden posterior a la Segunda Guerra Mundial”, aquel ‘orden occidental liberal democrático’ que se sustenta en el poderío unipolar estadounidense, o como ellos mismos denominan “el orden internacional basado en normas”.

“La guerra rusa contra Ucrania es sólo el ataque más descarado contra el orden basado en normas. Los actores revisionistas intentan socavar el status quo y cambiar el orden internacional de muchas maneras diferentes”. 

Embajador Christoph Heusgen, Presidente de la MSC

“¿Cuáles son las consecuencias de la guerra de Rusia contra Ucrania? ¿Está asistiendo el mundo a un momento revisionista? ¿Cuáles son las principales líneas de fractura en la contienda mundial de las distintas visiones sobre el futuro del orden internacional? ¿Y cómo puede ampliarse y reforzarse la coalición que defiende la visión de un orden liberal basado en normas?”, son las principales preguntas que abordaron en el informe Re:visión.

Se destaca la desesperada búsqueda por el apoyo internacional, que a lo largo de 2022 sólo estuvo acompañado diplomáticamente en algunas ocasiones, muy distinto a lo que esperaba el bloque occidental. 

Como explica el Director General del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia (RIAC), Andrey Kortunov, “la conferencia de Múnich mostró que Occidente se estaba consolidando en el contexto de la crisis de Ucrania. Además, esta unidad es mucho más alta de lo que era antes. Al mismo tiempo, se vio claramente que el llamado Occidente colectivo, es decir, los EEUU, Europa y los países que se unieron a ellos, no es el mundo entero. Otras regiones del planeta tienen sus propios puntos de vista e ideas sobre qué problemas son los más importantes”.

En un intento (asqueroso a mi parecer) de autocrítica, por parte de Heusgen, en el informe, explica que “si no abordamos el resentimiento que los países de África, América Latina y Asia sienten hacia el orden internacional, que no siempre ha servido a sus intereses, tendremos dificultades para ganarnos a los indecisos como aliados en la defensa de normas y principios clave”.

Para eso, dice Heusgen, “en la Conferencia de Seguridad de Múnich de este año no sólo nos centraremos en hacer frente al revisionismo (léase autocracias), sino también en crear una visión positiva de un mundo más pacífico y próspero”. No queda bien en claro si propone construir una solución de inclusión o si se trata de una solución meramente discursiva bajo una retórica de coaching barato, porque la del “mundo pacífico y próspero” bajo el orden occiental que nos proponen ya vimos que no es factible, sobre todo cuando son ellos principalmente los que se encargan de militarizar las problemáticas. Abordar el “resentimiento” subestimandonos no lo va a llevar a ningún lado embajador, al contrario.

Fragmento de la presentación del Embajador Christoph Heusgen, Presidente de la MSC, en su idioma original: inglés. 

En una declaración que realizó el ministerio de Exteriores de Rusia en respuesta a la «cumbre por la democracia» de Estados Unidos en 2022, sintetizó la hipocresía del bloque atlantista de considerarse el portador de la democracia global:

“Estados Unidos y un reducido grupo de sus aliados, que pretenden tener la justeza ideológica y moral, socavaron su fiabilidad mediante acciones agresivas en el escenario mundial bajo el disfraz de «promover la democracia». Las intervenciones violentas e intentos de «cambiar el régimen» (ha habido más de una docena de ellos en los últimos 30 años), acciones provocadoras en el ámbito político-militar a menudo violan gravemente el Derecho Internacional, generan caos y devastación. La historia contemporánea muestra que las aventuras militares de «democratización» forzada llevaron a guerras sangrientas y desembocaron en tragedias nacionales para los países que fueron víctimas de tales políticas. Se puede mencionar a la ex Yugoslavia, Afganistán, Irak, Libia, Siria y otros Estados. Para desencadenar guerras se utilizaron todos los pretextos – la lucha contra el terrorismo, la proliferación de armas de destrucción masiva, la «protección de la población civil»”.

En el análisis de esta división de visiones en “pugna por el futuro orden internacional”, el informe de la MSC destaca que existen escenarios importantes que se han convertido claves en esta “competencia sistémica”:

  • Los derechos humanos, donde describen su preocupación por la “creación de un mundo seguro para la autocracia”, especialmente por parte de China con apoyo de Rusia. La inquietud del bloque transatlántico reside en que “China pretende garantizar que los derechos colectivos, definidos y defendidos por el Estado, prevalezcan sobre las libertades civiles y políticas individuales”.
    En este punto también reflexionan que debido a “la experiencia del colonialismo y el imperialismo occidentales, muchas democracias no occidentales muestran una mayor preocupación por la soberanía y la no injerencia que sus homólogas occidentales, por lo que se muestran reacias a apoyar acciones contundentes en nombre de los derechos humanos”.
  • Las infraestructuras globales, en donde “los bandos democráticos y autocráticos compiten abiertamente por impregnar las infraestructuras físicas y digitales con sus visiones de gobierno. Muchos gobiernos consideran cada vez más que las interdependencias son tanto vulnerabilidades como conductos para la coerción. Como resultado, abunda la militarización de los vínculos comerciales, mientras que todas las grandes potencias recurren cada vez más al proteccionismo”. 
  • La cooperación al desarrollo, en donde nuevamente apuntan a China junto a su modelo de cooperación como una “alternativa distinta a los modelos estadounidenses y europeo”. Se destaca “la salud y la seguridad alimentaria, así como la financiación de la lucha contra el cambio climático” como “ ámbitos políticos claves en los que compiten las narrativas de un orden de desarrollo deseable”.
  • El nuevo orden energético, “aunque no muestre claramente una línea divisoria democracia-autocracia, refleja cada vez más consideraciones geopolíticas que la lógica del mercado”. Me parece que se olvidan que fue Washington quien ‘obligó’, por sus propios intereses geopolíticos, a los países europeos a imponer sanciones contra Rusia, desabasteciendo y cortando el principal vínculo energético que tenía Europa y que le brindaba su desarrollo.
    “El revisionismo autocrático de Rusia y su militarización de las exportaciones de combustibles fósiles han convertido la dependencia energética de las grandes potencias autocráticas en una gran preocupación para las democracias liberales occidentales. Ahora tienen que asegurarse de que sus esfuerzos por desprenderse del petróleo y el gas rusos no aumenten simultáneamente su dependencia de otras autocracias, como China (para las materias primas críticas) y Qatar (para el gas)”.
  • El orden nuclear y la estabilidad estratégica, apunta a Rusia, China, Corea del Norte e Irán como amenazas. Mencionan “las amenazas rusas de utilizar armas nucleares en la guerra contra Ucrania”, la “inversión china en capacidades nucleares adicionales sin aumentar la transparencia” o los desafíos que presentan Corea del Norte e Irán. Y, aunque la MSC dice “reiterar su compromiso con la disuasión nuclear”, no mencionan la retirada de EEUU al Tratado START, el aumento de ojivas nucleares por parte de Reino Unido, o el incremento de armamento nuclear en Europa.

Como en todos los informes y conclusiones de reuniones del bloque transatlántico en los últimos años, las principales amenazas declaradas son Rusia y China por separado pero, peor aún, en unidad. Se describe a Moscú y Pekín como los líderes y promotores de “una versión del orden internacional en la que los intereses de los líderes autocráticos priman sobre los valores liberal-democráticos”.

En este sentido, el informe de la MSC dice que “el apoyo tácito de China a la guerra de Rusia, sus posturas militares para reafirmar su propia esfera de influencia en Asia Oriental y sus esfuerzos globales para promover una alternativa autocrática al orden internacional liberal basado en normas son el epítome de un desafío autocrático más amplio”.

No obstante, la “sorpresa” de que China participara del Foro fue más “insólita” cuando las palabras del miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) y director de la Oficina de la Comisión de Asuntos Exteriores del Comité Central del PCCh, Wang Yi se dedicaron a ofrecer un plan para la resolución pacífica a la guerra en Ucrania.

Wang Yi, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) y director de la Oficina de la Comisión de Asuntos Exteriores del Comité Central del PCCh, pronuncia un discurso en la 59ª Conferencia de Seguridad de Múnich, en Múnich, Alemania, el 18 de febrero de 2023. (Xinhua/Jin Mamengni)

Mientras la visión transatlántica de la política de seguridad internacional se desarrolló durante toda la MSC bajo la lógica de que “el apoyo militar continuo es la única forma de paz justo y a largo plazo”, Wang Yi, presentó su discurso en la MSC destacando que “por un mundo más seguro, las disputas deben resolverse pacíficamente mediante el diálogo y la consulta”.

El diplomático chino destacó que “por más compleja que sea la cuestión, no se debe abandonar el diálogo y la consulta; por más intensa que sea la disputa, hay que buscar una solución política; por más difícil que sea la situación, hay que dar una oportunidad a la paz”. Sobre el posicionamiento chino respecto a Ucrania, Wang Yi explicó que “la posición de China se reduce a apoyar y promover las conversaciones de paz”.

Sobre la división en bloques excluyentes y la incitación a la confrontación ideológica, el funcionario chino dijo que sólo “perjudican la solidaridad internacional y dificultan la cooperación global”, como así también, “exagerar las amenazas a la seguridad y avivar las tensiones socavan la confianza mutua estratégica y elevan el riesgo de errores de cálculo”.

Además, enfatizó que “existen desacuerdos y fricciones entre países, pero tratarlos con presiones, campañas de desprestigio o sanciones unilaterales es a menudo contraproducente e incluso puede acarrear problemas interminables”.

Constantini Micaela, periodista y parte del equipo de PIA Global.

Foto de portada: Informe de seguridad de Múnich 2023: Re:vision. Fuente: MSC.

Acerca del autor

Micaela Constantini

Comunicadora Social, periodista. Miembro del equipo de investigación de PIA Global. Investigando cibergeopolítica y virtualidad. Feminista, antiimperialista y autodidacta. Nuestra americana Trabajo con redes sociales, edición de video y comunicación digital.

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