Europa

Compras locas en Tel Aviv

Por Lorenzo Maria Pacini* –
El capital vence al hombre, la lógica del interés prevalece sobre la de la humanidad.

Si aún se pregunta cuál es la posición de Italia en el conflicto palestino-israelí, no se preocupe: por enésima vez, la Primera Ministra Giorgia Meloni ha reiterado que Italia está con Israel, siempre, a cualquier precio.

Ante un tribunal internacional, tal declaración sería automáticamente condenada como «complicidad en genocidio», al mismo nivel que lo decretado en Nuremberg tras la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, como las meras declaraciones de los políticos no bastan, hay que aportar pruebas de esta «participación» en un crimen contra la humanidad. Hay varias pruebas, entre ellas la reciente juerga de compras que el gobierno italiano hizo en Tel Aviv y sus alrededores.

Mientras prosiguen los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza, Italia se dispone a adquirir tecnología militar para dotarse de una nueva flota de aviones de reconocimiento. Cabe señalar que la cooperación militar entre ambos países no es una novedad, ni mucho menos. El 15 de abril, el ministro de Defensa, Guido Crosetto, envió al Parlamento un proyecto de decreto ministerial (SMD 19/2024) destinado a la «implementación gradual de suites operativas multimisión multisensor (MMMS) en una plataforma Gulfstream G550 compartida». Antes del 26 de mayo, la Comisión de Defensa del Senado deberá emitir su dictamen: podrá aprobar, rechazar o solicitar enmiendas a la medida. Mientras tanto, el 6 de mayo, la Comisión de Presupuestos de la Cámara de Diputados dio luz verde al decreto en sólo cinco minutos y sin debate. Según el Código Militar, si las comisiones parlamentarias emiten un dictamen negativo, el ejecutivo está obligado a devolver el decreto a las Cámaras acompañado de contraargumentos. Si el dictamen negativo se confirma por mayoría absoluta y se justifica por la no alineación con el Programa Plurianual de Defensa, el programa no puede aplicarse.

La medida representa la tercera fase de un proyecto a largo plazo para convertir los reactores civiles Gulfstream G550 (conocidos como «verdes» en los círculos militares) en aviones de vigilancia e inteligencia, gracias a la tecnología proporcionada por Elta Systems Ltd, empresa israelí del grupo Israel Aerospace Industries (IAI). El valor total de todo el programa supera los tres mil millones de euros. Las dos primeras fases ya han sido aprobadas y ejecutadas.

Las tecnologías de Elta Systems, especializadas en vigilancia, guerra electrónica e identificación de objetivos, se utilizan en todo el mundo y se suministran a ejércitos regulares y fuerzas paramilitares. Estas mismas tecnologías también son ampliamente utilizadas por las fuerzas armadas israelíes contra el pueblo palestino y otras entidades consideradas «enemigas». El vínculo entre Elta y el ejército israelí es muy estrecho: muchos empleados proceden de unidades especiales de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) o siguen sirviendo en ellas.

En 2016, Italia recibió de Israel sus dos primeros aviones G550 CAEW (Conformal Airborne Early Warning), equipados por la compañía con capacidades avanzadas de vigilancia y mando, actualmente operativos en el Ala 14 de Pratica di Mare.

En el marco de un acuerdo bilateral, además de los aviones espía, Italia también compró a Israel el satélite militar óptico OPTSAT 3000, mientras que, a cambio, Tel Aviv adquirió a Italia treinta aviones de entrenamiento Alenia Aermacchi M-346, suministrados por Leonardo Spa.

El Decreto SMD 3/2020 marcó el inicio de la siguiente fase del programa: la compra y conversión de ocho aeronaves más a la configuración Full Mission Capable (FMC), integrando las capacidades CAEW con sistemas de guerra electrónica, interceptación e inteligencia. Se adquirieron seis aviones Gulfstream civiles para su conversión y dos ya estaban equipados para uso militar. Coste: 1.223 millones de euros. El correo ya ha entregado el paquete a Pratica di Mare.

El decreto de 2020 hace referencia explícita a los acuerdos intergubernamentales (Gov to Gov) entre Italia e Israel, al Memorando de Entendimiento y a los acuerdos entre empresas italianas (principalmente Leonardo), israelíes (Elta System) y estadounidenses (L3 Harris), con la posibilidad de implicar a otras empresas israelíes. Si el acuerdo es bueno, las compras funcionan.

La siguiente fase, SMD 37/2021, preveía la conversión de cuatro de los seis aviones civiles ya adquiridos en aviones militares. Esta parte del programa también se llevó a cabo utilizando tecnología Elta, con un coste adicional de 925 millones de euros.

La tercera y actual fase del proyecto, definida en el decreto SMD 19/2024, ha pasado de una estimación inicial de 994 millones de euros a un coste actualizado de 1.632 millones. Incluye la conversión militar de los dos últimos Gulfstreams civiles, la compra de un undécimo avión para pruebas y experimentación, y la construcción de la ciudadela ISTAR en Pratica di Mare, dotada de hangares, instalaciones operativas y conexión vía satélite para apoyar a la flota. Como en decretos anteriores, éste también prevé la cooperación intergubernamental basada en esquemas ya existentes.

El negocio es el negocio

Seamos realistas: las guerras siempre han existido y el mundo no puede detenerse ante un conflicto. Ni tampoco el negocio comercial que le sigue. Esta es la lógica del doble juego que Italia sigue practicando con Israel: venta de armas entre bastidores, polémica sobre el respeto del derecho internacional delante de las cámaras.

Según la legislación italiana, está prohibida la venta de armas a Estados implicados en conflictos armados. Israel entra en esta categoría, razón por la cual deben suspenderse las exportaciones. La ley en cuestión es la nº 185 de 1990. Italia ocupa el tercer lugar entre los principales proveedores de armas a Israel, con una cuota del 4,7%, por detrás de Estados Unidos (65,6%) y Alemania (29,7%). Sin embargo, los datos de la Agencia de Aduanas (Agenzia delle Entrate, en italiano) muestran que, entre diciembre de 2023 y enero de 2024, Italia exportó a Israel armas y municiones por valor de más de 2 millones de euros. El Gobierno lo justificó en 2024, precisando que el negocio de sangre y destrucción continúa en virtud de antiguas licencias firmadas antes del 7 de octubre de 2023.

Sin embargo, teniendo en cuenta la decisión preliminar de la Corte Internacional de Justicia sobre supuestas violaciones de la Convención para la Prevención del Genocidio y la petición de una orden de detención contra el primer ministro Netanyahu, las exportaciones de armas a Israel después del 7 de octubre podrían exponer a Italia al riesgo de ser considerada corresponsable de las violaciones del derecho internacional atribuidas a Israel.

Esta es la retórica política de Italia, que lidera las relaciones con Israel para toda Europa, como principal eje comercial de la IMEC, la Ruta del Algodón, de carácter multilateral y que representa, desde el punto de vista estadounidense, una alternativa a la «Nueva Ruta de la Seda» china. Cabe recordar que la iniciativa fue presentada durante la cumbre del G20 celebrada en Nueva Delhi (India) el 10 de septiembre de 2023. En esa ocasión, India, Estados Unidos (administración Biden), la Unión Europea, Francia, Alemania, Italia, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos firmaron un memorando de entendimiento para la creación de un corredor económico que una India, Oriente Medio y Europa (IMEC).

El ambicioso plan se centra en el desarrollo de infraestructuras y tiene dos componentes principales: una línea ferroviaria que conecte Europa con el Golfo (en la que participen los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Israel y Jordania), y una ruta marítima que conecte India con la región del Golfo. La iniciativa cuenta con el apoyo de la Asociación para la Infraestructura y la Inversión Mundiales (PGII), creada por el G7 en 2022, y del programa europeo Global Gateway, que ha destinado hasta 300.000 millones de euros a inversiones en infraestructuras internacionales entre 2021 y 2027.

Para Italia, la iniciativa tiene también una importancia estratégica debido a su posición geográfica entre el Mediterráneo y el Indo-Pacífico, y es de Israel y de sus puertos de donde recibirá las mercancías que Israel necesitará siempre para desarrollar su actividad. No importa si esto significa perpetrar un genocidio, lo importante es que se protejan los intereses económicos de los dos países. El Capital vence al Hombre, la lógica del interés prevalece sobre la de la humanidad.

*Lorenzo Maria Pacini, profesor asociado de Filosofía Política y Geopolítica, UniDolomiti de Belluno. Consultor en Análisis Estratégico, Inteligencia y Relaciones Internacionales.

Artículo publicado originalmente en Strategic Culture.

Foto de portada: © Photo: Public domain

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