Análisis del equipo de PIA Global Asia Occidental

¿Cómo se reconstruirá Gaza?

Escrito Por Gianna Rosciolesi

Por Gianna Rosciolesi*. – Luego de la propuesta estadounidense de exiliar a los palestinos, la Liga Árabe finalmente decidió encontrarse en una tensa conferencia para discutir otra alternativa para recomponer la civilización de Gaza. La Cumbre desarrolló un proyecto de reconstrucción que incluye un gobierno no partidario, generando dudas respecto a quiénes intenta favorecer el plan.

En la Cumbre de Emergencia en El Cairo el pasado 4 de marzo, las autoridades árabes aprobaron la contrapropuesta egipcia. 
Al-Sisi emprendió la búsqueda de una alternativa a la idea israelí-estadounidense, que procurará la permanencia de los gazatíes en sus tierras. El recuerdo de la Nakba, que fue el desplazamiento forzoso de palestinos luego de la creación del estado israelí, aseguró la insistencia de poca credibilidad al plan occidental. 

Egipto se reunió previamente con la Autoridad Palestina a fin de comenzar a acordar los términos necesarios para la permanencia del pueblo en sus ciudades. Los Reinos del Golfo, que serían los principales financiadores de la reconstrucción, también se sumaron a los primeros encuentros para la redacción del documento.

La alternativa encuadra con los dichos de los líderes que expresaron su negativa a la limpieza étnica propuesta por Trump. Sin embargo, no puede desarrollarse tal como se plantea, ya que para ello se requiere acceder a espacios que se encuentran bajo el control israelí. Además, el plan también supone el desarme total de Hamas, y la creación de una autoridad tecnocrática que no se termina de definir. 

Un clima tenso se sentía en la Cumbre debido a la ausencia de uno de los países que mayor implicancia tuvo en las negociaciones palestino-israelíes como lo es Argelia. En Argel se firmó la declaración de la independencia palestina.
El presidente africano envió a su ministro de Asuntos Exteriores, luego de que se filtrara información sobre la realización de una reunión previa a la Cumbre entre Egipto, Jordania y algunos países de la Península Arábiga.  

¿De qué se trata el llamado ‘plan árabe’?

En un documento de 112 páginas, el presidente egipcio, Abdel Fattah el-Sisi, propuso un plan de 5 años que consta de dos fases, más una etapa previa de “recuperación temprana”.
Esta primera instancia duraría 6 meses, en la que se retirarían los escombros, se instalarían viviendas temporales y se restaurarían 60.000 edificios para albergar a la población en lo que sería la primera fase oficial.

Luego comenzaría la etapa uno: con un costo de 20.000 millones de dólares, supone la construcción de 200.000 hogares durante dos años. La siguiente y última etapa, pensada en un lapso de dos años y medio, propone el levantamiento de otras 200.000 viviendas.
Todo el plan tiene un coste de 53.000 millones de dólares. 

La administración de Gaza, durante la “recuperación temprana”, quedaría en manos de un comité temporal de administradores palestinos, tecnócratas y no faccionarios que gobernarían bajo la tutela de la Autoridad Palestina (sin la presencia de Hamas). Al mismo tiempo Egipto y Jordania capacitarían personal de seguridad para asumir las responsabilidades luego de los seis primeros meses de la fase preliminar.

En cuanto a la financiación, se propuso un fondo fiduciario abastecido por los países e instituciones financieras donantes, regido por una supervisión internacional para asegurar su transparencia. 

En la Cumbre también se contempló la acción para promover la paz regional, pensando en la solución de dos Estados, además de solicitar que se permita a fuerzas internacionales ingresar al territorio para procurar su cumplimiento. 

Finalmente, pero no con menos importancia, Emiratos Árabes y Arabia Saudita aseguraron que no financiarían el proyecto a menos que Hamas entregara el poder completo de Gaza y asegurara su desarme. Este punto se encuentra incluido en el documento como una de las cláusulas. 

Un camión con material de reconstrucción para Gaza cruza el paso fronterizo de Rafah, entre Egipto y la Franja de Gaza. EFE/EPA/Moohamed Hossam

Dificultades en el proceso 

A pesar de que el plan se propone desde una mirada muy positivista y de alta implicancia de los estados árabes, no logra constituir un documento que realmente logre contrarrestar la fuerza de Israel y Estados Unidos a retroceder en sus deseos imperialistas. Se traduce como algo un poco ingenuo, e incluso cómplice, ya que busca una reconstrucción bajo una autoridad que no represente fuerzas políticas, cuando se reconoce que el área es un espacio de guerra no sólo física, sino también política, constante. Una administración débil sólo sería una facilidad para el sionismo. 

Trump se posiciona como uno de los mandatarios a los que menos le importa el derecho legal y humano de los pueblos. Su visión de la Riviera en Gaza no puede ser desmantelada tan sencillamente.
Si bien, la visión de apoderarse del territorio palestino y de desplazar a los ciudadanos es en sí el objetivo sionista (como se demostró en la Nakba), esta es la primera vez que un presidente lo expresa oficialmente.

Además la propuesta de Washington logra captar la atención de otras potencias, que se verían beneficiadas en la construcción de redes de comunicación que propone. Tal es el caso del proyecto del corredor económico India-Europa que atraviesa la región del levante, y que se auspicia como el competidor clave con la Ruta de China. 

Como era de esperarse, ni Trump ni Netanyahu aceptaron los términos de la alternativa egipcia. Decisiones que se tornan determinantes a la hora de desarrollar el plan, ya que Israel controla el acceso a la Franja desde el año 2007.

A esto, también se le suman ciertas discordancias en el programa de reconstrucción. Por ejemplo, no se define en el documento quiénes serán los países inversores, tampoco cómo será el proceso de elección de la administración temporaria, ni la forma en la que se desarmará a Hamas. 

Hamas aceptó el plan de reconstrucción, además de que previamente había acordado con Egipto la propuesta de un gobierno tecnocrático. El miércoles de la semana pasada, Husam Badran, funcionario del grupo de la resistencia, declaró que el movimiento estaba dispuesto a retirarse del gobierno de Gaza. “Nuestra única condición es que esto sea un asunto interno palestino; no permitiremos que ninguna parte regional o internacional se involucre”, declaró a Al Arabiya. No está claro si aceptarán el regreso de la Autoridad Palestina.
Lo que sí aseguraron, es que se oponen al desarme. Que Hamas abandone cualquier acción militar, sería otorgarle a Tel Aviv el poder total sobre el terreno. 

La reconstrucción de Gaza pareciera ser un tema que vuelve a un punto cero en cuanto a su desarrollo en sí, ya que ni Egipto ni Jordania permitirán que se desplacen ciudadanos a sus tierras, ni Israel soltará su poder sobre los espacios palestinos ya colonizados. 
]Los perjudicados son indudablemente los gazatíes, que a pesar de haber festejado una tregua, pareciera que la intención de Occidente no contempla la protección de sus vidas, sino que, ante los ojos de todo el mundo, van por lo contrario. 

Foto de portada: Presidencia Egipcia 

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Gianna Rosciolesi

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