Crisis Climática Europa

Cómo la sequía agrava el problema energético de Europa

Por Pablo Elorduy* –
La falta de agua agrava la crisis energética en el que están sumidos los países de la Unión Europea. La generación hidroeléctrica es la principal afectada de un problema que se extiende a otras fuentes energéticas.

La sequía y el bajo caudal de los ríos europeos se ha convertido en un factor inesperado de agravamiento de la crisis energética que está afectando al continente europeo en 2022. La falta de precipitaciones, y el factor clave de la evaporación excesiva del agua, ha dejado a casi la mitad del territorio europeo (el 47%), en situación de aviso por sequías y a un 17% del mismo en alerta, según los últimos datos del Observatorio Europeo de la Sequía.

Los expertos advierten también de que las cortas tormentas de verano apenas alcanzan los 25 centímetros de penetración en el suelo necesario para el crecimiento de determinadas plantas. En países como Alemania, que observa este año el desecamiento del cauce del Rin, el suelo subterráneo no se ha recuperado aun de la sequía de 2018. El Centro Helmholtz para la Investigación Ambiental ha determinado que la sequía actual, de carácter “extraordinario”, ha desecado el suelo de gran parte del país hasta una profundidad de 1,80 metros.

Las consecuencias más visibles de la falta de agua han abierto los telediarios europeos a lo largo de este mes de agosto. Desde el hallazgo de proyectiles de la II Guerra Mundial en los ríos italianos y el acarreo de agua para abastecer a la ganadería en Suiza a la suspensión del tráfico de los transbordadores que recorren el río Vistula desde Varsovia.

Problemas de las hidroeléctricas

Pero la mayor preocupación en el nivel macroeconómico viene de dos factores determinados: los problemas de movilidad fluvial, y cómo estos pueden afectar al suministro y almacenamiento de gasóleo, y la influencia que la falta de agua puede tener sobre la generación hidroeléctrica, la que menos emisiones de CO2 produce. En el conjunto de la UE, según el lobby Rystad Energy, la generación hidráulica ha caído un 20%.

Su relativo pequeño papel en la generación de energía primaria —en torno al 16% en todo el mundo— contrasta con su principal característica: la capacidad de encenderse y apagarse rápidamente. “La energía hidroeléctrica puede ayudar a controlar los cambios de la oferta y la demanda minuto a minuto”, recordaba un artículo reciente en The Conversation, que ponderaba que la hidráulica puede ejercer como una “batería gigantesca” para el sistema. Precisamente, la elasticidad de esta fuente de generación ha sido empleada por empresas como Iberdrola para maximizar sus beneficios en contextos de escalada de precios.

El papel clave de la generación hidráulica fue asumido por el Gobierno de la República Popular China, que ha basado el crecimiento de regiones enteras en su proyecto de las Tres Gargantas, en el río Yangtsé, el tercero más largo del mundo. Las sequías en el imperio del centro han provocado que la presa esté operando con la mitad del agua disponible. Esto ha llevado al Gobierno de Xi Jinping a volver la mirada hacia el uso de combustible fósil. Según el Financial Times, en las dos primeras semanas de agosto el consumo medio diario de las centrales eléctricas de carbón fue un 15% superior al de hace un año.

En junio, la Administración de Información Energética de EE UU estimaba que, de persistir las condiciones de la sequía observadas en los primeros compases del verano, la generación hidroeléctrica de California sería un 48% menor en esta estación que si las condiciones hídricas fueran normales.

En Europa, la falta de agua ha influido decisivamente, además, a la parada por motivos técnicos de los reactores nucleares franceses, en especial los enclavados en torno a los ríos Rodano y Garona, que se encuentran operando a niveles inferiores al 50%, dada la incapacidad para enfriar los reactores de forma segura, un problema que afecta también a los reactores situados en las costas marítimas. La problemática ha generado un debate en Francia que, con su apuesta decidida por la energía nuclear, se presentó en los primeros compases de la crisis energética, como un país mejor provisto para la coyuntura. Un artículo de Wired resume bien las dudas que los últimos apagones han generado: el país se ve en la necesidad de adaptar sus sistemas a temperaturas promedio más altas, aumentando los costes y cruzando los dedos para que no se superen los umbrales establecidos a partir de ahora.

La revista Water publicó en febrero de este año un informe desarrollando las amenazas a las que se enfrenta la generación hidroeléctrica en el contexto de la crisis climática. “Aproximadamente el 26% de las presas hidroeléctricas existentes y el 23% de las presas proyectadas se encuentran dentro de cuencas fluviales que actualmente tienen un riesgo de escasez de agua de medio a muy alto”, señalaba el resumen llevado a cabo por el portal IAgua.

Escalada de precios

Otra serie de problemas aparecen añadidos en el minuto y resultado de la crisis climática en Europa. La energía solar, a priori la menos afectada por la falta de precipitaciones, reduce su eficiencia y su durabilidad en periodos de calor extremo como las olas que se han producido este verano. Además, las barcazas de carbón y diésel no están pudiendo transitar a su nivel máximo de carga debajo al bajo cauce de los ríos, lo que afecta a la capacidad de almacenamiento, reducida a niveles de 2011, y suministro de cara a un invierno —aunque ya se anuncia que el invierno 2023/2024 será incluso peor— que se presenta más frío de lo habitual por la inflación de los precios del suministro.

Esta semana, la Bolsa Europea de Energía AG anunció que el precio de la electricidad había batido un récord en Alemania al situarse en 557 euros por megavatio/hora en el mercado mayorista, más de diez veces por encima del nivel que había hace un solo año. La situación es similar en Francia, donde esta semana se ha alcanzado en precio de 636,50 euros por megavatio hora. El Gobierno de Olaf Scholz anunció el jueves 18 que procederá a una rebaja del IVA sobre el gas del 19 al 7% para moderar la factura de los consumidores individuales, una medida que estará vigente hasta la primavera de 2024. 

El martes, Gazprom anunció aun más curvas en el mercado: “Cabe señalar que los precios del gas en las bolsas europeas al contado han superado la barrera de los 2.500 dólares. Según estimaciones conservadoras, si la tendencia continúa, los precios superarán los 4.000 dólares por 1.000 metros cúbicos en invierno”, explicó el operador gasístico ruso en un mensaje a través de su canal de Telegram.

La situación en España

El último boletín de Red Eléctrica, correspondiente al mes de julio, reseña que en términos de generación hidroléctrica, el pasado mes fue “seco”. Las reservas hidráulicas según esta contabilidad —distinta a la también alarmante del Ministerio de Medio Ambiente— se han situado en un 35,1%, doce puntos por debajo de las de julio de 2021 y un 4,5% más bajo que las de junio de 2022.

En el boletín semanal de Medio Ambiente, las cifras de reserva de los embalses hidroeléctricos son siete puntos inferiores a los del año 2021: “La energía hidroeléctrica calculada, máxima teórica disponible, es actualmente de 7.616 GWh, 215 GWh menos respecto al boletín anterior, que representa el 33,1 % de la capacidad total, el 78,1 % de la disponible hace un año, el 72,2 % de la media de los últimos cinco años y el 66,7 % de la media de los últimos diez años”.

Solo la cuenca hidrográfica del sistema Ebro-Pirineo estaba el mes pasado por encima del 50% de su capacidad de generación. La cuenca del Guadalquivir-Sur (la de menor potencia junto a la otra sureña, del Guadiana) está en niveles inferiores al 21% de su potencia total.

La generación hidráulica representa en España un poco más del 15% del conjunto de la potencia instalada, cifras similares a las del resto del continente. En su Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para el ciclo 2021-2030, entregado hace dos años, el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) especificaba como una de las principales amenazas provocadas por el cambio climático la reducción de la producción hidroeléctrica como consecuencia de la disminución de los caudales de los ríos.

El problema de la falta de agua no se ciñe, sin embargo, a la generación de energía primaria. El mismo plan presentado por el gabinete de Teresa Ribera reconoce el agua como un recurso clave en procesos de refrigeración de las plantas térmicas y nucleares —que se emplea en la producción solar termoeléctrica en el ciclo termodinámico, así como para la limpieza de los espejos— necesario para el cultivo de biocombustibles, para el proceso de obtención de hidrógeno y para la industria extractiva y minería.

Desde junio de este año está vigente la llamada “excepción ibérica”, obtenida en la negociación con el Consejo Europeo por los Gobiernos de España y Portugal, que ha mitigado el impacto de la crisis energética sobre los precios. Esta circunstancia ha hecho que los operadores privados españoles hayan priorizado la quema de gas natural en la generación mediante ciclo combinado, que ha cubierto en julio una tercera parte de todo el mix energético. El “efecto colateral” de esto es el aumento de emisiones de dióxido de carbono, el principal agente en el calentamiento global.

*Pablo Elorduy, periodista.

Artículo publicado en El Salto.

Foto de portada: Embalse de Ricobayo, surtido por río Esla, en Zamora. DAVID F. SABADELL

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