Bloomberg informó el domingo que “La medida de Putin para asegurar las bases en Libia es una nueva preocupación regional para Estados Unidos”, citando una fuente anónima que les informó que el líder ruso y el jefe del Ejército Nacional Libio (LNA), Hafter, supuestamente discutieron dicha cooperación durante el viaje de este último a Moscú a finales de septiembre. Si esto resulta ser cierto y algo tangible surge de sus reclamos, entonces la apertura de bases aéreas y/o navales podría beneficiar a Rusia de las cinco maneras siguientes.
1. Los informes especulativos sobre el inminente fin del poder naval ruso quedarían desacreditados
El Wall Street Journal informó el mes pasado que Rusia había comenzado a retirar sus fuerzas navales de Crimea a Novorossiysk, tras las afirmaciones de Kiev de que los misiles antibuque y los drones navales habían asestado un golpe irreparable al poder naval de Rusia. Al abrir una base naval en Libia, Rusia desacreditaría esos informes y restablecería la confianza en esa dimensión de su poder militar. Después de todo, su flota tendría que atravesar el Mar Negro en ruta hacia el Mediterráneo, demostrando así que Kiev, respaldado por la OTAN, no puede detenerlo.
2. Las bases estadounidenses en Grecia e Italia podrían ser vigiladas por Rusia desde Libia
Bloomberg citó a un ex enviado especial de Estados Unidos a Libia que advirtió que “si Rusia consigue un puerto allí, eso le dará la capacidad de espiar a toda la Unión Europea”, lo que también incluye, por supuesto, las bases estadounidenses en Grecia e Italia. La primera se está convirtiendo en el puesto militar preferido de ese país en el Mediterráneo oriental, mientras que la base aérea del segundo en Sigonella, Sicilia, sigue siendo posiblemente la más importante en la encrucijada de “EurÁfrica”. Por lo tanto, vigilar esas instalaciones desde Libia redunda en interés de Rusia.
3. La Armada rusa podría ayudar a Europa a defenderse de la inmigración ilegal como parte de un acuerdo más amplio
La UE no puede protegerse adecuadamente de la inmigración ilegal debido a la falta de voluntad política para interceptar los barcos entrantes y a la falta de las capacidades militares necesarias para impedir el viaje de los migrantes hacia el norte, hacia la costa libia. En el caso de que el interés de Occidente en reanudar las conversaciones de paz con Rusia sobre Ucrania dé frutos, como se analizó aquí, entonces cualquier acuerdo más amplio al que lleguen a través de dichas conversaciones podría incluir la ayuda del Kremlin en esto a cambio de concesiones occidentales en otros lugares.
4. El papel diplomático de Rusia para resolver la guerra civil libia sería indispensable
Así como el papel diplomático de Turkiye en la resolución de la Guerra Civil Libia se volvió indispensable tras la supuesta obtención de bases en la parte del país bajo el control de su gobierno reconocido por la ONU, Rusia también sería la misma después de hacer esto en la parte bajo el control del ENL. . Si eso sucediera, entonces esos dos podrían aprovechar su asociación estratégica sorprendentemente pragmática para ser pioneros en una solución política a este conflicto (“¿confederalismo”?), lo que impulsaría el renombre regional de ambos.
5. Libia podría facilitar una cooperación militar más sólida entre Rusia y la Alianza Saheliana
La transferencia formal a Rusia de las bases aéreas presuntamente controladas por Wagner en el este de Libia podría servir para optimizar su cooperación militar con la recién formada Alianza Saheliana a través del miembro vecino Níger. Burkina Faso y Malí necesitan toda la ayuda que puedan obtener de su socio ruso para hacer retroceder a un variopinto grupo de grupos terroristas y rebeldes apoyados por Occidente, algo que Libia puede facilitar otorgándole dichas bases y desempeñar así un papel fundamental en el restablecimiento de la estabilidad en el país de la región del Sahel azotada por conflictos.
Los cinco argumentos a favor de que Rusia abra bases en Libia demuestran que, si esto sucede, sería un golpe maestro geoestratégico. Rusia fortalecería la dimensión norteafricana de su “pivote Ummah”, optimizaría complementariamente la dimensión de seguridad de su pivote africano y se convertiría en un importante agente de poder a lo largo de la periferia sur de la UE y la OTAN. Su renombre diplomático-militar crecería paralelamente a estos logros, y esto reforzaría su estatus como una de las principales grandes potencias.
*Andrew Korybko, analista político estadounidense radicado en Moscú y especializado en la transición sistémica global hacia la multipolaridad.
Artículo publicado en el blog del autor