Asia

China y Corea del Norte: una alianza renovada en el 80° aniversario del Partido del Trabajo

Por PIA Global*- El 80° aniversario del Partido del Trabajo de Corea (PTC) se ha convertido en un acontecimiento histórico no solo para Pyongyang, sino también para toda Asia oriental.

La celebración, que contó con la presencia de importantes dirigentes globales, marcó un nuevo capítulo en la consolidación de las relaciones entre la República Popular China y la República Popular Democrática de Corea (RPDC).

El acontecimiento simboliza el regreso de China como principal socio estratégico y político del país asiático, reafirmando su liderazgo en la vanguardia de las relaciones internacionales dentro del eje socialista asiático.

La visita del primer ministro chino, Li Qiang, a Pyongyang —la primera de un alto funcionario chino desde 2019— tuvo un profundo significado político y geoestratégico. Durante su estadía de tres días, Li participó en los actos conmemorativos del aniversario del PTC, incluyendo un imponente desfile militar, y mantuvo extensas reuniones con altos dirigentes norcoreanos, encabezados por su homólogo Pak Thae-song.

El viaje de Li Qiang refleja una etapa de deshielo diplomático y coordinación estratégica sin precedentes entre Beijing y Pyongyang. En sus declaraciones, el líder chino aseguró que China está “lista para trabajar con Corea del Norte para fortalecer la comunicación estratégica, mantener intercambios estrechos y avanzar en la cooperación amistosa”, subrayando que ambos países están llamados a “hacer mayores contribuciones a la paz, la estabilidad, el desarrollo y la prosperidad regionales y globales”.

La presencia de Li en Pyongyang no fue un gesto simbólico: fue una declaración de unidad ideológica y de visión compartida ante un mundo en transformación, donde el bloque euroasiático liderado por China y Rusia avanza frente al desgaste del orden occidental.

Un eje socialista renovado

El viaje de Li Qiang se produce poco después de la visita de Kim Jong-un a China, donde el líder norcoreano asistió a un desfile militar conmemorando el final de la Segunda Guerra Mundial y mantuvo conversaciones directas con el presidente Xi Jinping.

Aquella reunión marcó la reactivación de los lazos estratégicos y militares entre ambos países, sellada por el compromiso de “trazar el rumbo para la futura relación entre China y Corea del Norte”, según palabras de Li.

Pocos días después, Xi envió un mensaje de felicitación por el 77° aniversario de la fundación de la RPDC, en el que destacó la necesidad de fortalecer la coordinación estratégica y la confianza mutua. El embajador chino en Pyongyang, Wang Yajun, calificó esta nueva etapa como “una oportunidad importante para desarrollar aún más las relaciones amistosas y de cooperación”, resaltando que China y Corea del Norte son “buenos vecinos, buenos amigos y buenos camaradas que comparten un destino común y se apoyan mutuamente en tiempos de necesidad”.

El tono del mensaje es elocuente: Beijing reconoce a Pyongyang no solo como un aliado histórico, sino como un socio político indispensable en el proceso de consolidación del multipolarismo asiático.

En palabras de Wang, las relaciones bilaterales “continuarán avanzando y navegando valientemente a través de las olas”, una expresión que refleja la voluntad de ambos gobiernos de resistir las presiones occidentales y fortalecer un modelo alternativo de cooperación socialista.

El significado geopolítico de la visita

La participación del primer ministro Li Qiang en los actos del 80° aniversario reviste un valor histórico: es el más alto funcionario chino en asistir a un desfile militar norcoreano en este siglo, y el primero desde la visita de Wen Jiabao en 2009. Esto marca un retorno activo de Beijing a la escena política norcoreana, luego de años de prudencia diplomática.

La visita confirma que China ha retomado la dirección política y diplomática del vínculo con Corea del Norte, reafirmando su rol de garante de estabilidad y equilibrio en la península coreana. A su vez, Pyongyang encuentra en Beijing un socio estratégico que le permite proyectarse más allá del aislamiento impuesto por las sanciones occidentales.

Ambos países también comparten una visión común sobre el futuro del socialismo en Asia. Mientras China avanza con su proyecto de modernización socialista con características nacionales, Corea del Norte mantiene un modelo de independencia ideológica y militar que resiste toda injerencia extranjera. Este punto de convergencia fortalece su alianza frente al expansionismo occidental y al militarismo estadounidense en la región.

Con la visita de Li Qiang, China consolida su papel como principal mediador y aliado político de Corea del Norte, fortaleciendo una asociación que trasciende lo bilateral para convertirse en un pilar del nuevo orden asiático. Pyongyang, por su parte, reafirma su confianza en Beijing como garante de estabilidad y apoyo estratégico frente a las presiones del bloque occidental.

En un momento de reconfiguración global, la alianza entre China y Corea del Norte vuelve a ocupar un lugar central en la historia contemporánea, recordando al mundo que el eje socialista de Asia sigue vivo, dinámico y en plena expansión, preparado para abrir un nuevo capítulo en la causa común de la independencia, la justicia y la soberanía de los pueblos.

*Foto de la portada: KCNA

Dejar Comentario