El pasado 21 de octubre finalmente se oficializó la presidencia en Burkina Faso del Capitán Ibrahim Traoré, quien días atrás desplazó al Teniente Coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba, que tras un “golpe de Estado” estaba al frente del país. Las promesas incumplidas de Damiba, el acercamiento político con Francia (antigua potencia colonizadora), el aumento de la insurgencia yihadista y las pocas respuestas del gobierno para contrarrestar los ataques, sumado a un conflicto hacia el interior de las fuerzas armadas derivaron en la toma de poder y control del país en manos el joven capitán Traoré.
Burkina Faso, este pequeño país ubicado dentro de la franja saheliana, como hemos señalado, ya tuvo dos golpes de Estado este año, y aquí cabe señalar que el concepto de “golpe de Estado” no está relacionado (al menos desde el análisis que plateamos aquí) con ese concepto occidentalista de los golpes de Estado. En este caso, (como en otros tantos) el espíritu nacionalista de las FF.AA se impone ante gobiernos “democráticos” débiles y que se entregan a los intereses foráneos.
Hecha esta aclaración conceptual debemos mencionar también que este segundo levantamiento de las FF.AA burkinesas derroca al anterior proceso militar, aquel que aunque parezca muy alejado en el tiempo, ocurrió el 24 de enero de este mismo año. El segundo, el 30 de septiembre último.
Roch Marc Kaboré, el último presidente democrático del país, gobernó el país desde fines de 2015 hasta el golpe que encabezó el teniente general Paul-Henri Damiba. Con la consigna de pacificar el país, combatir a las fuerzas yihadistas que tienen lo sumergido en terror y muerte, en desplazamientos internos y bajo una crisis económica sin frenos, el general Damiba también prometió la normalización de las instituciones democráticas en el corto plazo. Nada esto ocurrió, de hecho la violencia y el terrorismo han ido escalando a niveles jamás vistos en la región.
Quizás allí este una de las primeras respuestas al golpe del último día de septiembre de este año.

Proporcionado por Diario de Brazza
Sankara, Traoré ¿historia común?
El norte de Burkina Faso está prácticamente bloqueado por los grupos yihadistas, por lo que Traoré tendrá que cumplir con su palabra de luchar contra estas agrupaciones terroristas.
Algunos ya comparan al capitán Traoré con el exlíder burkinés Thomas Sankara, otro capitán que tomó el poder en 1984 y lanzó un programa de reformas inédito en el continente. Sankara pagó con su vida el intento revolucionario que lideró. Un proceso anticolonial y socialista algo que Francia y sus socios del otro lado del atlántico no podían permitir.
Pero Traoré todavía no es Sankara. El líder panafricanista pasó a la historia por sus campañas de alfabetización y vacunación masivas, cuando no era y no es algo extendido en el continente, impulsó una política agraria para alcanzar la independencia alimentaria, construyó rutas, defendió los derechos de las mujeres y las incluyó en el gobierno. Además tenía un discurso antiimperialista y crítico con el FMI y la injerencia colonial que sintonizaba con las masas. Sabía lo que quería para Burkina Faso. Sankara fue asesinado por su amigo y compañero de armas Compaoré con el apoyo de Francia.
Así fue como Raise Compaoré tomó el poder y gobernó de forma autoritaria hasta 2014.
En 2014 hubo un movimiento social muy fuerte para remover a Raise Compaoré. Este movimiento surgido desde el pueblo burkinés fue, en parte, resultado de la “democratizació” africana de los ’90 y esa suerte de fiebre constitucionalista que sacudía a los procesos africanos. Muchas democracias multipartidarias a lo largo del continente, pero en Burkina Faso seguía Compaoré.
March Kaboré gana las elecciones en 2014, como resultado de ese proceso en marcha, si bien no fue un líder de la revuelta social, sí se benefició de ella. En paralelo, en la década de 2010 hubo un surgimiento del radicalismo islámico en el Sahel, con una fuerte intervención francesa a través de las operaciones Serval y Barkhane en Mali, (como centro del conflicto), limítrofe con Burkina Faso. Por lo que el gobierno de Kaboré debía dar respuesta a una situación que empeoraba aún más el débil proceso democrático el país.
El resto es historia reciente. Terrorismo sin control, corrupción, negocios con la ex colonia y una postergación del pueblo burkinés que ya no espera soluciones mágicas. Si un líder que los saque de esa situación a la que otros líderes lo han llevado. ¿Será Traoré ese líder? Es una pregunta en el aún sin respuesta categórica, por lo pronto podemos decir que es un gobierno en acción.

Gobierno de transición
Traoré juramentó como presidente de Burkina Faso y no solo obtuvo el apoyo e sus camaradas sino que resultó nombrado, además por organizaciones políticas, por entes de la sociedad civil, grupos religiosos además de las fuerzas de seguridad. De acuerdo con la denominada “Carta de Transición”, la cual consta de 27 artículos, el nuevo mandatario provisional se mantendrá en funciones hasta el 24 de julio de 2024, fecha en que se prevé la realización de elecciones presidenciales, legislativas y municipales.
En su discurso de investidura, el joven militar y presidente más joven de un país, pidió una “movilización patriótica y popular” y prometió acabar con la inseguridad del terrorismo yihadista, uno de los motivos que alegó para dar el golpe de Estado. Así mismo mantuvo reuniones con una delegación de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) y aseguró que respetará el calendario que esa organización había acordado con su predecesor, el teniente coronel Damiba. Ese calendario prevé el retorno del orden constitucional el 1 de julio de 2024 como muy tarde.
“Juro ante el pueblo de Burkina Faso y por mi honor preservar, respetar, hacer respetar y defender la Constitución, la carta de transición y las leyes” de Burkina Faso, dijo Traoré, levantando la mano derecha al prestar juramento ante el Consejo Constitucional. “El Consejo toma nota de su juramento (…) y lo devuelve al ejercicio de sus funciones”, dijo el presidente interino del Consejo Constitucional, Bouraima Cissé, dirigiendo la felicitación de los Sabios al joven militar que tiene la difícil tarea de dirigir al empobrecido país saheliano.

Un sankarista al lado de Traoré
Ya en funciones el Presidente Traoré, nombró por decreto a quien estará al frente de la primera magistratura, se trata del abogado Apollinaire Joachim Kyelem de Tambela, quien juró como Primer Ministro.
Es un rostro y personaje conocido e influyente para la sociedad burkinesa. Ha sido columnista en el canal de televisión BF1, es un gran conocedor de la historia de Burkina Faso y está muy comprometido con la popularización del derecho, de hecho el hoy Primer Ministro ha grabado una serie de programas sobre la vida política, el derecho, la ciudadanía, la gestión comunitaria.
Apollinaire después de obtener una licenciatura en matemáticas, ciencias físicas y ciencias naturales, comenzó a estudiar derecho. En 1983 se recibe de abogado con una maestría, se matriculó en derecho procesal en París.
En Francia, también participó activamente en estructuras asociativas y sindicales. Fue así miembro de la Unión Nacional de Estudiantes de Francia (UNEF), de la Unión de Estudiantes Comunistas (UEC), delegado al Congreso de Orsay de la Federación de Residencias Universitarias de Francia (FRUF). Fue por su iniciativa que en 1990 se creó una asociación llamada Amitiés France Burkina, de la que fue presidente. “Me hice abogado para vivir plenamente mi calidad de abogado (en la teoría y en la práctica). En Burkina, enseñé en la Universidad de Ouagadougou, en la ENAM y en la Universidad de Saint Thomas d’Aquin”, expresó en una entrevista el flaméate primer ministro.
También es autor de varios libros, entre ellos trabajos académicos sobre cooperación y desarrollo centrado en sí mismo, luego un libro titulado “Relaciones diplomáticas y soberanía” publicado en 2007 en Harmattan y el libro “Thomas Sankara y la revolución en Burkina Faso, una experiencia de desarrollo egocéntrico”. Es director del grupo de expertos del Centro de Investigación Internacional y Estratégica.
De esta manera y con un curriculum más que interesante y después de haber denunciado los excesos de la transición del Teniente Coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba, Kyélem de Tambèla se convierte así en el hombre clave del Capitán Traoré. Un civil en la oficina del Primer Ministro es un mensaje simbólico enviado a la comunidad internacional y a los organismos regionales. Ibrahim Traoré también apuesta por un hombre popular, que tiene garantizado el acceso a los medios del país.
De esta manera, este nuevo proceso en Burkina Faso, arroja alguna luz de esperanza para el pueblo. Los problemas que hemos mencionado a lo largo de este artículo seguramente no se solucionarán de un día para el otro, el camino se va trazando a medida que se va andando. Es sabido que la historia de un país y los resultados de sus procesos se miden una vez que se los va transitando y los resultados son condenatorios. Ibrahim Traoré lo sabe y pone en acción su gobierno mirando al futuro, con un ojo puesto en el pasado de Thomas Sankara.
*Beto Cremonte es docente, profesor de Comunicación social y periodismo, egresado de la UNLP, Licenciado en Comunicación social, UNLP, estudiante avanzado en la Tecnicatura superior universitaria de Comunicación pública y política en la FPyCS de la UNLP.