En este diálogo con Radio Gráfica, Ceres Hadich explica, además, cuál es la posición del MST sobre el proceso electoral argentino luego de la votación primaria y cuáles son sus perspectivas en este periodo histórico brasileño, con un gobierno que caracterizan como propio y al que deben fortalecer en las calles y con presión social para alcanzar conquistas.
“El Movimiento Sin Tierra es un heredero de la lucha por la tierra y el derecho a su democratización en nuestro país. La cuestión agraria es una cuestión que tiene que ver con la historia de nuestro país, todo el proceso de colonización estuvo directamente vinculado a la relación entre propiedad privada en poder y la tierra”, comenzó sobre el MST.
“Nuestro movimiento, que el próximo enero cumple 40 años, surge post proceso de dictadura militar en los años ´80 en Brasil, en la retomada de la lucha por la tierra y de los procesos democráticos para reivindicar el derecho a la tierra, a una reforma agraria y a una sociedad más justa”.
“Entendemos que lo que hace incomodar a las elites en nuestro país es el hecho de que el MST es un movimiento que lucha por justicia social, con democracia y por el derecho fundamental del acceso a la tierra, un bien común de la naturaleza que tiene que estar en la mano de los trabajadores y trabajadoras”, subrayó.
Sobre el proceso histórico, caracterizó que “el Partido de los Trabajadores, la Central Única de los Trabajadores, el Movimiento Sin Tierra y otros movimientos que han surgido en el proceso de democratización de Brasil en los ´80 son fruto de una misma lucha a un horizonte de construcción en Brasil”.
“Además, hemos entendido en estos años, y especialmente en los últimos años cuando hemos vivido un nuevo proceso de golpe en nuestro país, un golpe ante todo contra la democracia, nuestro pueblo y nuestros derechos, entendimos que la lucha por la democracia tiene que venir en primer lugar para tener el derecho a las otras luchas”.
Sobre la Comisión Parlamentaria de Investigación contra el MST sostuvo que su misión “tiene como mayor gran intento criminalizar el movimiento y seguir en lo que hemos llamado una disputa de narrativas de visiones del mundo, entonces para ellos es importante mantener una imagen que hace años había sido construida sobre un movimiento terrorista, criminal, violento, y en la realidad es algo falso porque somos las víctimas de la concentración de tierra, del poder y de la ganancia y los intereses de elites que nunca hicieron la reforma agraria para mantener la concentración de la renta”.
Al respecto sumó que “quieren deconstruir la imagen y la moral que hemos construido junto a la sociedad en estos 40 años. Decimos que no somos un movimiento que surgió y después cambió, nuestro cúmulo sobre nuestra concepción de reforma agraria popular está siendo construida en la teoría y en la práctica en nuestro territorio, que tiene que ver con el cuidado común de nuestra tierra y la naturaleza, que tiene una centralidad en la producción de alimentos saludables, en la agroecología y además una centralidad en el cuidado de las personas y el desarrollo humano”.
Esto es así, siguió: “Porque hemos podido demostrar a la sociedad brasileña la verdadera función social del MST. Esto causa horror a la derecha y los latifundios, por eso una vez más, es la quinta vez, que estamos con la comisión parlamentaria”.
Esa Comisión “no tiene un hecho determinado, constitucionalmente no debería existir porque no tiene un objeto, dicen que buscan conocer quiénes son los que nos financian y los reales propósitos, pero no tienen un hecho determinado. Hasta es un poco gracioso cuando reflexionamos, pero al mismo tiempo es algo muy violento. Nos asustan los caminos que la derecha ha tomado”.
Sin embargo, dijo: “Esto es una oportunidad para nosotros para hablar con la sociedad y fortalecer nuestra visión de mundo. Y además denunciar los verdaderos crímenes del agronegocio”.
Sobre uno de los roles históricos y quizás más trascendentales del Movimiento Sin Tierra, Ceres describió: “Las tomas de tierras ocurren por la necesidad, no es una cuestión ideológica, es una salida concreta para las necesidades de vida. Parece sencillo, pero es muy complejo, por la radicalidad del proceso. Nosotros al tomar la tierra reivindicamos el uso y democratización de la tierra, estamos confrontando con la cuestión más intocable, que es la cuestión de la propiedad privada. Es un enfrentamiento directo”.
A su vez, contó cómo esa lucha tiene lugar dentro de la Constitución Nacional brasileña: “El derecho a la lucha por la tierra es constitucional, por eso cuando intentan criminalizarlo por eso no tiene sentido, porque está asegurado por la democracia, eso nos permite organizarnos y reivindicar nuestros derechos. Constitucionalmente no se puede desalojar, porque es una cuestión humanitaria para que se creen las condiciones a partir de los medios legales”.
Sobre el momento histórico analizó que “este gobierno en Brasil es fundamental para que podamos seguir nuestra lucha, el primer paso es defender el gobierno. Nos costaron demasiado los últimos años por la falta de democracia y costó demasiado retomar el gobierno con Lula, entonces el gobierno es nuestro y tenemos la misión de fortalecerlo y defenderlo”.
Y agregó cuál es la función de la organización en ese contexto: “Además, y esto no es contradictorio porque somos un movimiento social y entendemos que es nuestro papel, nuestra misión es fortalecer desde las calles, desde la lucha y desde la presión social”.
“Tenemos muy claro que nuestra tarea sigue siendo fortalecer las luchas de las organizaciones del pueblo desde nuestro territorio, de modo que mantener nuestra autonomía en las luchas y en las tácticas para ayudar a crear una base social que sea también capaz de defender al gobierno en las calles y agregar conquistas”.
“Hoy hay en Brasil casi 70 mil sin tierras y son más de 400 mil familias asentadas en Brasil, de manera que retomar políticas públicas para seguir avanzando en la lucha y regularizando a las 70 mil familias y desarrollando las 400 mil en los territorios conquistados, eso es lo fundamental para este periodo histórico”, delineó.
Consultada sobre el proceso electoral argentino tras los comicios del 13 de agosto en los cuales las elecciones primerias tuvieron como principal votado a Javier Milei, respondió: “Estamos acompañando con mucha preocupación el proceso electoral en Argentina, porque entendemos que nuestro continente está íntimamente ligado. Cuando nosotros nos permitimos avanzar en procesos populares hay como una ola que es muy fundamental e importante, no solo por la solidaridad en nuestros países, sino como una perspectiva de consolidación de liberación colectiva latinoamericana. Pero de la misma manera, cuando recibimos ofensivas y retrocesos, esto también se hace una ola, y eso para nosotros es muy preocupante”.
“Además de la preocupación, también lo acompañamos con fuerza y con esperanza de que el pueblo pueda entender los peligros, que esto que no es un hecho aislado en Latinoamérica, sino que es un proceso mundial que es el avance de la extrema derecha y de las ideas neofascistas, es algo muy grave; entonces tenemos esperanzas que el pueblo argentino, que es extremadamente politizado, de lucha y organizado, pueda despertar conciencias y hacer frente a este desafío que es no dejar que la extrema derecha vuelva a tener puestos importantes, como lo es la Argentina”.
Úrsula Asta* Periodista, licenciada en Relaciones Institucionales, con posgrado en Políticas Públicas para la Igualdad en América Latina y el Caribe y maestranda en Comunicación y Criminología Mediática. Integrante del colectivo de dirección de la cooperativa Radio Gráfica y conductora del semanario radial Feas, Sucias y Malas. Miembro del equipo de PIA Global
Twitter: @ursuasta
Entrevista realizada en Feas Sucias y Malas, sábados de 10 a 13 hs, por Radio Gráfica.
Foto de portada: radiografica.org.ar