Desde este jueves el aborto es legal en Benín, un pequeño Estado de África occidental. La Asamblea Nacional del país votó por unanimidad un proyecto enviado por el gobierno para reformar la ley de salud sexual y reproductiva de 2003.
Puntualmente la modificación afectó el artículo 17 de la normativa que establecía hasta ahora que la interrupción del embarazo podía realizarse por prescripción médica por tres causales: cuando este pusiera en peligro la vida y la salud de la gestante; en el caso de que sea consecuencia de una violación o de una relación incestuosa; o cuando el feto padezca una condición especialmente grave.
La reforma amplió este derecho permitiendo que el aborto pueda llevarse a cabo a solicitud de la gestante, hasta la semana número doce y cuando el embarazo pueda agravar o provocar una situación de malestar material, educativo, profesional o moral incompatible con los intereses de la mujer y/o bebé.
Según los datos difundidos por el Ejecutivo, se estima que alrededor de 200 mujeres fallecen por año en Benín (12 millones de habitantes) producto de abortos inseguros y sus complicaciones derivadas, lo cual representa el 20% de la mortalidad materna. En ese sentido el ministro de Salud, Benjamin Hounkpatin, aseguró que esta ley es “una medida de salud pública cuyo único objetivo es salvar vidas humanas”.
El funcionario aclaró que el aborto será el “último recurso” y que «el gobierno seguirá trabajando para fortalecer y prevenir los embarazos no deseados”. Esto se llevará a cabo a través de “la educación básica, los esfuerzos de comunicación sobre sexualidad, la disponibilidad y promoción de servicios anticonceptivos, la promoción de la educación sexual integral en los colegios y universidades, y los esfuerzos por promover una paternidad responsable», completó.
Si bien algunos diputados habían manifestado su desacuerdo con la legalización, finalmente terminaron alineándose con el proyecto oficial. De esta forma, la principal oposición quedó representada por la Conferencia Episcopal de Benin (CEB) que publicó un comunicado denunciando el aborto como un “acto inhumano que destruye la vida del feto pero también la de la madre de varias formas”.
En la misma sesión, los parlamentarios también establecieron medidas especiales para la represión de los delitos de género que modifica una norma de 2011. Se incluyeron agravantes como la existencia de una relación familiar o subordinada, la discapacidad mental o física de la víctima y una relación de poder como maestro-alumna.
Benín se convirtió en el quinto país de África en legalizar totalmente la interrupción del embarazo junto a Túnez (1973), Sudáfrica (1997), Cabo Verde (1997) y Mozambique (2014).
Artículo publicado en Notas Periodismo Popular y fue editado por el equipo de PIA Global