El lugar en disputa es el cuerpo de agua del Sudeste Asiático, conocido como Mar de China Meridional y consta de las costas de ocho Estados de la región: Brunéi, Camboya, China, Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Taiwán, Tailandia y Vietnam.
Según la Organización Hidrográfica Internacional, el mar en disputa tiene recursos pesqueros, petróleo, gas natural y las rutas marítimas más transitadas del mundo. Es por esto que es tan importante para cada uno de los países que lo rodean, aunque también hay intereses externos de Reino Unido, Estados Unidos con la excusa de la “libre navegación” suman al conflicto entre países.
La mayoría de los países que se disputan el territorio forman parte de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático allí viven alrededor de 670 millones de habitantes y su vitalidad económica configuran una región clave. Si bien de manera individual los reclamos son más fuertes, algunos países buscan respaldarse en la organización para que el reclamo sea más efectivo, aunque no han tenido resultados.
La situación con Filipinas
Hace algunos meses la situación entre China y Filipinas escaló, lo que para Estados Unidos y sus aliados significa una oportunidad ya que están dando a Manila “una firme ayuda para hacer valer sus reclamos”.
Es importante destacar que la relación con el gigante asiático y Manila se modificó con la actual gestión de gobierno. El 30 de junio de 2022 fue elegido como presidente en Filipinas Ferdinand Marcos Jr., de una familia política y empresarial muy importante en el país asiático. Es el segundo hijo y único varón del dictador Ferdinand Marcos. Si bien su vida personal no es lo importante, es necesario identificar qué tipo de actor es y qué lugar ocupa en Filipinas incluso desde antes de ser presidente.
Con Marcos volvió a resurgir la idea de un pacto de seguridad fuerte con Estados Unidos, lo que lleva a tener con los norteamericanos un rol mucho más destacado que durante la presidencia de Rodrigo Duterte (2016-2022). El acuerdo con Washington también tiene la característica de enfrentarse directamente a China a nivel regional, sólo que en el caso filipino la disputa hoy se da en el Mar Meridional.
Durante estas semanas las autoridades de Filipinas dijeron que un grupo de fuerzas navales chinas llevó a cabo acciones de hostigamiento, bloqueo y maniobras arriesgadas dirigidas contra una misión de reabastecimiento en Second Thomas Shoal, un área en conflicto que alberga una pequeña guarnición militar filipina.
«Los recientes actos agresivos y provocativos llevados a cabo por [las fuerzas navales de China] durante el último fin de semana han reforzado nuestra resolución para salvaguardar y preservar la soberanía, los derechos soberanos y la jurisdicción de nuestra nación en el Mar de China Meridional», expresó luego del hecho el presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr, tras otro incidente destacado en estas aguas muy disputadas.
Por su parte, el Departamento de Estado de Estados Unidos se pronunció a través de un comunicado: «Obstruir las líneas de suministro a este antiguo puesto de avanzada e interferir con las operaciones marítimas legales de Filipinas socava la estabilidad regional», dice el texto.
“Estados Unidos apoya a nuestros aliados filipinos frente a estas acciones peligrosas e ilegales. Reafirmamos que el Artículo IV del Tratado de Defensa Mutua entre Estados Unidos y Filipinas de 1951 se extiende a los ataques armados contra las fuerzas armadas, buques públicos o aviones filipinos -incluidos los de su Guardia Costera- en cualquier lugar del Mar de China Meridional”, agregó.
A nivel interno, el cambio de política exterior filipina no gusta demasiado por fuera de los partidarios de Marcos. El ex presidente Rodrigo Duterte y sus partidarios criticaron la rápida expansión de su administración de vínculos de defensa con aliados como Estados Unidos y la UE en oposición a China.
En un intento de apaciguar la relación con Beijing, Duterte realizó una visita para discutir formas de reducir las tensiones bilaterales en el Mar de China Meridional sin ninguna coordinación con el gobierno filipino. La situación es compleja, pero a nivel interno no hay homogeneidad ni con Estados Unidos ni con China.
La visita de Xi a Vietnam
Otro de los países que disputan territorio con el gigante asiático es Vietnam. El pasado 12 de diciembre el líder chino Xi Jinping visitó Hanoi y se reunió con el jefe del Partido Comunista vietnamita, Nguyen Phu Trong, con la intención de fortalecer su vínculo estratégico. Acordaron colaborar en asuntos que van desde patrullajes marítimos hasta el comercio y la prevención del crimen, algo que los medios estatales chinos elogiaron como un “nuevo rumbo en las relaciones” entre los países vecinos gobernados por partidos comunistas.
Según la Agencia de Noticias de Vietnam (VNA) entre las áreas de acuerdo firmadas este martes se encuentran planes para patrullas militares conjuntas en el Golfo de Tonkin en el Mar de China Meridional y el establecimiento de una línea directa para comunicación sobre “incidentes inesperados derivados de actividades pesqueras en el mar”.
Durante la reunión con Xi, Trong pidió a los dos países “respetar los intereses legales y legítimos de cada uno; no complicar la situación; resolver disputas a través de medidas pacíficas de acuerdo con las leyes internacionales”
Por su parte, Xi sostuvo que China y Vietnam deberían “convertir los desafíos planteados por las cuestiones marítimas en oportunidades de cooperación bilateral”.
La visita de Xi Jinping a Vietnam se da unos meses después de la del presidente norteamericano Joe Biden, que también busca afianzar los lazos con Hanoi. Lo cierto es que Estados Unidos no obtendrá la misma relación bilateral que con Filipinas y Beijing por su parte, busca evitar las tensiones que ya tiene con Manila. Le tocará al gigante asiático sortear o equilibrar las tensiones en el Mar Meridional de China, pero ¿Podrá?
Con información de Asia Times y VNA.
*Erika Gimenez es Licenciada en Comunicación, escribe en PIA Global y otros medios.
Foto de portada: Extraída de AFP.