Análisis del equipo de PIA Global Europa

Ataque contra el Turk Stream: “terrorismo energético y económico”

Escrito Por Micaela Constantini

Por Micaela Constantini* –
Los ataques contras las infraestructuras energéticas que llevan gas ruso a Europa se ha vuelto moneda corriente en la región ante un silencio cómplice de las élites que sólo develan la contínua sumisión a los proyectos norteamericanos atlantistas para el continente.

El sábado, Ucrania lanzó un ataque contra parte de la infraestructura que lleva gas ruso a Europa a través del TurkStream, según denunció el Ministerio de Defensa de Rusia.

«El 11 de enero de 2025, el régimen de Kiev, con el fin de detener el suministro de gas a los países europeos , intentó atacar con 9 drones de tipo avión una infraestructura de la estación de compresión Rússkaya , en la localidad de Gai- Kodzor (región de Krasnodar), la cual garantiza el suministro de gas a través del gasoducto TurkStream”, reveló en el comunicado la entidad rusa.

También señaló que » no hubo daños ni heridos entre el personal de la estación de compresión», y que la estación de compresión de Gai-Kodzor sigue funcionando con normalidad.

El Ministerio de Defensa ruso, aseguró que los drones fueron derribados en las inmediaciones de la estación de compresión de gas Russkaya, cerca de la localidad de Gaikodzor, en la región rusa de Krasnodar. Sólo un avión no tripulado de ala fija se estrelló cerca de la estación de compresión de gas y causó daños menores, que fueron reparados rápidamente por el personal de la instalación.

No es la primera vez que Ucrania, como peón en el tablero estadounidense, intenta atacar el TurkStream, sin éxito, pero tampoco es la primera batalla que ha librado contra el suministro de gas ruso a Europa.

Los ataques contras las infraestructuras energéticas que llevan gas ruso a Europa se ha vuelto moneda corriente en la región ante un silencio cómplice de las élites que sólo develan la contínua sumisión a los proyectos norteamericanos atlantistas para el continente. 

El proyecto de desvinculación de las relaciones euro-rusas, planeado y ejecutado por el globalismo atlantista, tiene como punto principal el fin del suministro de gas ruso barato a los países europeos, que lleva inevitablemente a la dependencia energética hacia EEUU, más cara y contaminante, y también al hundimiento de las potencias y del potencial europeo provocando desindustrialización. Lo que ha permitido a su vez alimentar la retórica de Rusia como enemigo del cual hay que protegerse, acelerando y profundizando la hipermilitariotanización de la región, lo que lleva, inevitablemente de nuevo, a la dependencia militar de Europa hacia EEUU a través de la OTAN.

Europa importaba gas ruso de manera directa a través de los gasoductos Nord Stream, el gasoducto submarino más largo del mundo, a través del mar Báltico hacia Alemania; el Yamal que pasaba por Bielorrusia y Polonia; el Hermandad-Soyuz que atravesaba Ucrania; y el TurkStream que va hacia Turquía por el mar Negro.

Fuente: Expansión.

Todos los ataques hacia el suministro energético ruso para Europa han sido orquestados por Estados Unidos, incluso de manera pública y antes de que comenzara la operación militar especial rusa en Ucrania, a través de diversos mecanismos y estrategias.

Recordemos la batalla legal, diplomática y geopolítica que Estados Unidos tuvo con Alemania y Rusia durante la construcción del gasoducto Nord Stream II, en donde reiteradas veces y públicamente altos funcionarios norteamericanos han declarado que harían todo lo posible por detener la puesta en funcionamiento de dicha infraestructura.

Y así lo hicieron. A pesar de los intentos de detenerlo a través de presiones diplomáticas, extorsión, chantaje, amenazas y sanciones contra funcionarios, contratistas y empresas, Estados Unidos logró poner fin al proyecto energético europeo más ambicioso de la mano de las dos grandes potencias, Alemania y Rusia, utilizando prácticas terroristas. 

A mediados de 2022, justo cuando se anunció la realización de los referéndums en las regiones de Donetsk, Lugansk, Jerson y Zaporozhye; justo cuando aumentó el descontento y las movilizaciones por las consecuencias económicas en Europa a causa de las sanciones contra Rusia; justo cuando se inauguró el gasoducto Baltic Pipe; justo cuando se acerca el invierno más crudo para Europa y se agudizan las múltiples crisis, las promesas estadounidenses de acabar con el Nord Stream se cumplieron.

Ya lo anticipaba el presidente ruso, Vladimir Putin, en el foro de la Semana de la Energía de Rusia en 2022, “¿Y quién está detrás del sabotaje en Nord Stream? Obviamente, los que buscan romper finalmente los lazos entre Rusia y la Unión Europea: los que quieren finalmente socavar y acabar con la soberanía política de Europa, debilitar su potencial industrial, tomar el control, el mercado”.

El gasoducto Yamal-Europa detuvo su funcionamiento en 2022 debido a la decisión del gobierno Polaca de no renovar el contrato de tránsito de gas con la empresa rusa Gazprom como parte de las medidas de apoyo a Ucrania. Por su parte, Rusia impuso sanciones a EuRoPol GAZ, la empresa que opera el tramo polaco del gasoducto Yamal-Europa.

En agosto del 2024, Ucrania lanzó una ofensiva contra la provincia rusa de Kursk, en donde obtuvo el control de Sudzha, una ciudad rusa ubicada a 10 kilómetros de la frontera con Ucrania. Esta ciudad es conocida por albergar la estación de distribución de gas ruso que no abastece a Ucrania, sino que únicamente actúa como punto de tránsito hacia Europa. 

Es decir, Zelensky tuvo secuestrada la estación de distribución de gas de Sudzha, lo que le permitió tener el control sobre uno de los puntos cruciales en la infraestructura energética de Europa. Se trató de un aviso previo, como herramienta de presión para los países occidentales europeos, tanto para aquellos a los que considera socios como para aquellos a los cuales Kiev ya ha intentado perjudicar, de lo que sucedería a fines de 2024.

El 1 de enero de 2025, ya no circula gas ruso a Europa a través de Ucrania a partir de la decisión de Zelensky de no renovar el contrato entre la empresa rusa Gazprom y la empresa estatal ucraniana Naftogaz. El acuerdo firmado en 2019 expiró el 31 de diciembre y la decisión de Zelensky llevó al cierre de la llave de paso.

La decisión de Zelensky desató graves problemáticas… pero para Europa. Lo que llevó a preguntarnos en un anterior análisis ¿cuál es el verdadero objetivo del mandatario ucraniano al tomar esta decisión?. 

Esto deja al Turk Stream como la única infraestructura que conecta y suministra directamente gas ruso hacia Europa. Por lo que no es una novedad el ataque del sábado contra una instalación clave en el funcionamiento de dicho gasoducto.

Recordemos que en noviembre de 2018, el entonces Secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, y el entonces Ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Pavlo Klimkin, se reunieron en Washington DC en el marco de la Comisión de Asociación Estratégica entre ambos países. Allí declararon explícitamente el objetivo de detener tanto el Nord Stream como el Turk Stream.

“En particular, Estados Unidos y Ucrania destacaron la importancia de seguir coordinando para detener los gasoductos rusos propuestos que dañarían la estabilidad económica y estratégica de Ucrania, como Nord Stream 2 y la segunda línea de TurkStream”, se lee en el comunicado.

En mayo de 2023, el Ministerio de Defensa ruso denunció que “las Fuerzas Armadas de Ucrania llevaron a cabo un infructuoso intento de ataque con tres lanchas rápidas no tripuladas el buque ‘Ivan Hurs’ de la Flota del Mar Negro, que garantizaba la seguridad de los gasoductos Turk Stream y Blue Stream».

Tras el ataque del sábado, el Ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Serguei Lavrov declaró sobre el hecho en una conferencia sobre los resultados de la diplomacia rusa en 2024, y aseguró que se trató de una medida terrorista por parte de Estados Unidos con el objetivo de eliminar a la competencia. A continuación la cita completa:

“El deseo de proclamarse líderes supremos de los destinos tras el final de la Guerra Fría y el hundimiento de la Unión Soviética conserva ahora una enorme inercia. Esto me sorprende y me alarma un poco. Porque cualquier político sensato debería darse cuenta de que los tiempos han cambiado radicalmente en los últimos 30-35 años. Se ha restablecido la oposición al dictado occidental, pero ya no frente a la URSS, sino frente a nuevas economías en ascenso, centros financieros en China, en India, en la ASEAN, en el mundo árabe, en la CELAC. Esta es la nueva Rusia, junto con sus aliados de la UEEA, la CEI y la OTSC. Esta es la OCS, los BRICS y muchas otras asociaciones de rápido desarrollo y éxito económico en todas las regiones, países del Sur Global o, más correctamente, la Mayoría Mundial. Ya existe una nueva realidad, fuertes competidores dispuestos a competir lealmente en economía, finanzas, deportes. Pero Occidente (al menos sus élites actuales) no puede superar esta inercia de su «superioridad total», del «fin de la historia». Se «deslizan» sobre un plano inclinado, intentando «cerrar el paso» a los competidores en todas partes, incluso en la economía. Hoy mismo, Estados Unidos ha anunciado un nuevo paquete de sanciones en el ámbito de los microchips de inteligencia artificial, que incluye la prohibición de su importación a los Estados miembros de la OTAN y de la UE. Tengo la firme convicción de que Estados Unidos no necesita ningún competidor en ningún campo, empezando por el sector energético, donde no duda en dar «permiso» para llevar a cabo medidas terroristas destinadas a destruir los cimientos de la prosperidad energética de la UE, donde está «engatusando» a sus clientes ucranianos para que desactiven el Turkish Stream después del Nord Stream. El rechazo de la competencia leal en la esfera económica y el uso de métodos desleales y agresivos para suprimir a los competidores se manifiesta en la política de sanciones, que EE.UU. y sus aliados han convertido en la base de sus acciones en la arena internacional, incluida Rusia, pero sin limitarse a ella. También se están imponiendo muchas sanciones contra China. Como ya he dicho, incluso contra sus aliados se imponen sanciones sin pestañear en cuanto existe el menor temor de que produzcan algo más barato en algún lugar y lo promocionen en los mercados internacionales con más eficacia que los productores estadounidenses”.

El canciller húngaro, Peter Szijjarto, declaró que un ataque contra el gasoducto TurkStream equivale a una usurpación de la soberanía de los países europeos que lo utilizan.

«La seguridad del suministro energético es una cuestión de soberanía, por lo que cualquier acción que amenace la seguridad de nuestro suministro energético debe considerarse un ataque a la soberanía», dijo Szijjarto.

Por su parte, la portavoz de Energía, Clima y Medio Ambiente de la Comisión Europea, Anna-Kaisa Itkonen, declaró que cualquier ataque contra infraestructuras energéticas es motivo de preocupación.

El doctor Marco Marsili, investigador de la Universidad Ca’ Foscari de Venecia, conversó con Sputnik y aseguró que “al intentar interrumpir este flujo energético vital, no sólo se está atacando la infraestructura de Rusia sino también se está intentando chantajear a las naciones europeas, poniendo en riesgo su seguridad energética”.

El investigador principal del Global Policy Institute, George Szamuely, dijo a Sputnik que el ataque del sábado fue un “claro acto de terrorismo energético” contra los europeos.

“El terrorismo es el ataque a civiles. El ataque a TurkStream forma parte de una estrategia más amplia de Ucrania, consistente en atacar a objetivos civiles”, y continuó “esto es claramente ilegal según el derecho internacional, ya que intenta presionar a los civiles para que influyan en las políticas gubernamentales”.

Mamdouh G. Salameh, economista internacional del petróleo y experto en energía global, dijo a Sputnik que los ataques «fueron provocados por Estados Unidos y la secretaría de la UE». 

Además, “un mayor suministro de GNL desde EEUU se alinea con el objetivo del presidente electo Trump de reducir el déficit comercial de Estados Unidos con la UE”, afirmó el experto.

Para la periodista y politóloga turca Ceyda Karan el ataque es «terrorismo económico».

«Ahora vemos que se trata de nuevas sanciones de la Administración del presidente saliente, Joe Biden, y de un ataque del régimen de Kiev al gasoducto [TurkStream] para asestar un golpe al sistema energético europeo. Hay una ofensiva desde dos frentes, con ataques y sanciones. Esto no es más que terrorismo económico», dijo la especialista a Sputnik.

«Vemos cómo Washington aplica esta estrategia en Europa y un ejemplo reciente es Serbia, donde la industria petrolera se vio afectada debido a su acuerdo con Gazprom Neft [empresa rusa incluida por EEUU en el nuevo paquete de sanciones endurecidas contra el sector energético de Rusia]», aseguró Karan.

En el caso del TurkStream, se trata de «un intento de asestar un golpe a las relaciones turco-rusas y de castigar al pueblo turco y al sector energético del país», concluyó Karam.

Turk Stream
La ceremonia de inauguración del gasoducto TurkStream contó con la presencia del Presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin; el Presidente de la República de Turquía, Recep Tayyip Erdogan; el Presidente de la República de Serbia, Aleksandar Vucic; el Primer Ministro de la República de Bulgaria, Boyko Borissov; el Ministro de Energía de la Federación de Rusia, Alexander Novak; el Ministro de Energía y Recursos Naturales de Turquía, Fatih Donmez; y Alexey Miller. Foto: RIA Novosti

El Turk Stream, inaugurado en 2020, es un gasoducto de Gazprom que conecta las mayores reservas de gas de Rusia con la red de transporte de gas de Turquía de manera directa. El componente marino del sistema consta de dos líneas paralelas que comienzan en la costa rusa, recorren más de 930km a través del Mar Negro y llegan a tierra en la región de Tracia en Turquía. La capacidad del gasoducto alcanza los 31.500 millones de metros cúbicos al año.

Fuente: Euronews.

Una vez que tocan suelo turco se distribuye entre el gas destinado a los consumidores turcos repartido desde uno de los dos gasoductos terrestres subterráneos que conecta a la red de gas turca existente en Luleburgaz, y el gas destinado al consumo de países del sur y sureste europeo conectado con otro oleoducto que llega hasta la frontera turco-europea.

El proyecto del Turk Stream surge luego de que el proyecto South Stream, comenzado en 2012, se cancelara en 2014 debido a las sanciones contra Rusia impuestas por Europa. Con una capacidad de 63 mil  millones de metros cúbicos por año, el South Stream habría convertido a Bulgaria en el centro de reparto para Grecia, Italia, Serbia, Hungría, Eslovenia, y Austria. Por lo que, con la anulación de la construcción de South Stream, Bulgaria perdió cientos de millones de dólares en ingresos anuales de tránsito.

Luego del atentado a los Nord Stream, el presidente de Türkiye, Recep Tayyip Erdogan, y el presidente ruso, Vladimir Putin, llegaron a un acuerdo para mejorar y ampliar los vínculos energéticos entre ambos países. Este proyecto, colocó a Türkiye como el centro más grande de reparto de gas en Europa.

De hecho, “en 2024, los suministros de gas a través del corredor turco crecieron un 22,3 %, hasta 16.700 millones de metros cúbicos (m3), mientras la ruta ucraniana mostró un aumento del 5,4 %, hasta 16.100 millones de m3. Es la primera vez que los envíos a Europa a través del TurkStream superan los del tránsito por el territorio ucraniano”, según informa Sputnik.

*Micaela Constantini, periodista y parte del equipo de PIA Global.

Foto de portada: Turk Stream.

Acerca del autor

Micaela Constantini

Comunicadora Social, periodista. Miembro del equipo de investigación de PIA Global. Investigando cibergeopolítica y virtualidad. Feminista, antiimperialista y autodidacta. Nuestra americana Trabajo con redes sociales, edición de video y comunicación digital.

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