Nuestra América

Argentina: por el agua, por el territorio, por la vida

Por María Soledad Iparraguirre*. –
El Tercer Malón de la Paz arribó al centro del poder en Buenos Aires, CABA.

Soportando el frío extremo y la indiferencia de gran parte de la sociedad, referentes de comunidades originarias, docentes y campesinos acampan en la plaza Lavalle frente a la Corte Suprema de Justicia. En pleno contexto electoral, la gesta indígena interpela la inacción del poder nacional y se encolumna en un solo grito: “Arriba los derechos, abajo la reforma”. Los medios hegemónicos los invisibilizan y la Corte no los recibe. Crónica de la resistencia pacífica de un pueblo que lucha en la espera y alza su dignidad como bandera.

El sol arremete en pleno microcentro porteño cuando el Tercer Malón de la Paz cruza la Avenida 9 de Julio. Pasadas las 13, la pacífica marcha que salió el día 25 desde territorio norteño, colma la plaza Lavalle, frente a la sede de la Corte Suprema de Justicia. Hasta este espacio llegaron y permanecen, en un acampe a cielo abierto, soportando las inclemencias climáticas y la indiferencia de gran parte de la sociedad. La policía del gobierno de la ciudad no les permite el armado de carpas y referentes de las comunidades cruzan la calle Talcahuano cada día, en busca de respuestas desde el palacio de Tribunales. Esperan ser recibidos y que el máximo tribunal se expida sobre la reforma de la constitución jujeña, aprobada a partir de un trámite exprés y a espaldas del pueblo. También, piden que el Congreso sancione y elabore la Ley de Propiedad Comunitaria Indígena  y la urgente intervención federal a la provincia: Jujuy vive desde hace dos meses bajo un estado de excepción en el que son violentados y vulnerados derechos humanos elementales, en una clara muestra del amedrentamiento y la persecución por parte del gobierno provincial.

Adriana tiene cuarenta años, es docente de la comunidad Chapag Ñan de San Pedro de Jujuy y pertenece al Consejo de Pueblos Originarios Llankaj Maki que nuclea a todas las comunidades del Norte. Su voz es clara, serena y decidida. Cuenta que empezaron siendo un pequeño grupo y llegaron a sumarse doscientos quince hermanos de diferentes comunidades. Adriana cuenta algo en lo que todos, docentes, campesinos y comuneros, coinciden: la vulneración de derechos adquiridos en Jujuy se inició cuando Gerardo Morales asumió como gobernador de la provincia, en diciembre de 2015.

 “Jujuy está en manos de un dictador que es Morales, que está haciendo desastres en la provincia. Como pueblo originario estamos luchando por la tierra, el territorio y el tesoro más preciado que nosotros tenemos que es el agua. Es muy triste lo que estamos pasando, todo lo que está pasando con el litio sin que se tengan en cuenta las necesidades del pueblo jujeño. Decimos que esta reforma es inconstitucional porque es una precarización que no solamente nos afecta a nosotros como pueblo originario sino también a todos los trabajadores de la salud y la educación. Nuestra iniciativa es llegar hasta acá, hasta Buenos Aires para que nos escuchen, que nos vean, visibilizar cual es nuestra lucha, cual es nuestra necesidad. Vamos a seguir resistiendo hasta que nos escuchen y nos abran las puertas, hasta que se den cuenta que somos un pueblo golpeado; esta lucha no va a parar”. Y agrega: “Morales es un dictador, no estamos en la dictadura militar cuando nos agarraban en las casas, nos ponían una bolsa y nos llevaban. Sentimos una persecución y que los medios están censurados, son muy pocos o nada en Jujuy los medios que nos dan un espacio, debemos manejarnos con las redes sociales. Las persecuciones estuvieron y siguen estando y ni siquiera tenemos el apoyo del gobierno de turno” señala, en referencia al ejecutivo nacional.

– ¿Es que acaso no somos humanos? – pregunta megáfono en mano Juana, con la garganta comprometida y el hilo de voz que le queda. Lo hace a pasos de un Obelisco rodeado de extranjeros, el sábado por la mañana, luego de que una pacífica columna recorriera las pocas calles que los separan de la plaza donde mantienen la pacífica vigilia de resistencia. Juana es campesina y productora, – “de tierra adentro”-, así se define. – ¿Conoces la región de Cus Cus? Quizá ustedes nunca han llegado-.

Juana cuenta que en los tiempos en que Morales anduvo de campaña, iba de pueblito en pueblito y las comunidades lo esperaban en las casas con su mejor plato de comida.

–Nosotros le creíamos que iba a trabajar bien por todas las gentes de los pueblitos de la Quebrada, pero nos mintió, nos traicionó, traicionó a mucha gente humilde y se aprovechó. Muchos no tienen estudios, yo no tengo ni la primaria completa pero ahora voy analizando todo; él nos hizo una trampa, por detrás de él, vienen grandes poderes que nosotros no conocemos. Nuestros hijos, y nuestros nietos no van a tener nada. Yo lo entiendo así por eso estamos aquí; la lucha ni tan solo es por nosotros, es por las generaciones que vienen. ¿De qué vamos a vivir? ¿Qué vamos a dejar a nuestros hijos si nos quitan nuestras tierras? ¿De qué vamos a vivir si nos quitan los campos y el poquito de agua que sale, la agüita de los cerros con lo que vivimos nosotros, que tomamos de esa agua, con lo que nuestra hacienda se mantiene? -.

Acostumbrada al desprecio y el maltrato, Juana es reticente antes de empezar a hablar. Pero luego, se explaya. “Vengo de los rincones de la provincia. De cada comunidad venimos dos o tres, los que pudimos. No pedimos planes sociales, no los queremos. Pedimos justicia y peleamos por nuestros derechos, el gobierno nos quiere quitar todo, nos quiere vender a los extranjeros. Nosotros somos pequeños productores que vivimos de nuestra hacienda, pequeños agricultores que vivimos en la Quebrada, en toda una zona que se dedica al ganado y la agricultura. Esta reforma se ha hecho sin consultar a las comunidades; sí, habrá consultado a dirigentes de comisiones municipales pero ese diálogo no fue a todas las comunidades, solo a unas pocas”.

Es la primera vez que Juana llega a Buenos aires y está decidida a quedarse. “Bajo mandatos de Morales no se hizo entrega de tierras. Yo estoy viendo que aquí nos están discriminando; también han dicho que Cristina (Cristina Fernández de Kirchner) y Alberto Fernández nos están ayudando; yo no veo ninguna ayuda. Soy de tierra y voy a volver a tierra. Dios nos dejó para que criemos nuestros animales, tengamos nuestras plantas, no para que un hombre que se cree poderoso ordene y decida por nosotros. Yo me vine decidida a quedarme; dejando mi ganado, dejé a mi hija que tiene dos nenas y todos los días me pregunta cómo va mama, yo vine hasta que se baje esta reforma, tiene que anularse esta reforma. Si tenemos que morir vamos a morir, no vinimos con una fecha de regreso. Los jueces nos tienen que escuchar y hacer justicia”.

Nilo Cayuqueo, delegado mapuche y sobreviviente de la última dictadura militar es referente de los pueblos originarios en Los Toldos, donde actualmente vive. El 1ro de agosto, día de la Pachamama y de la llegada del Malón fue uno de los cientos de representantes de organizaciones y colectivos que se acercaron a abrazar y apoyar el paso firme de los comuneros jujeños.

-Es importantísimo lo que se logró; la reunión de miles de personas que no solo está protestando sino también proponiendo al pueblo argentino que recapacite un poco, que repiense. Los pueblos originarios estamos mirando al futuro, esta es una democracia obsoleta que ya no nos sirve, porque no tenemos ninguna representación, ni en la Corte ni en el Congreso ni en ningún lado. Cayuqueo señala que la sociedad está siendo manipulada por los grandes medios que pertenecen a las corporaciones: eso es lo que nos pasa en Los Toldos. La gente escucha una sola versión, tenemos el canal Rural que lo maneja Clarín y envenena a la gente todo el tiempo. Creemos que el pueblo argentino tiene que reaccionar frente a esta situación. Todo esto no va solo contra los pueblos indígenas sino contra los trabajadores, los sectores más oprimidos; es importante que los trabajadores tomen conciencia de ello. –

La lucha es una sola, es una única causa

“La lucha del pueblo chubutense es la misma que la de los jujeños”, explica Sergio Maldonado en un nuevo aniversario de la desaparición forzada de su hermano Santiago. “Los dos pueblos sufrieron criminalización de la protesta; Chubut empezó antes con el tema de la megaminería, con la cantidad de personas criminalizadas, enjuiciadas por defender causas justas, y esto Morales lo incrementó, lo redoblo, lo amplió, sobre todo con penalidades económicas y privaciones de la libertad. Morales avanzó mucho más porque esta gente está defendiendo su derecho a la tierra. Me parece muy importante estar hoy acá, 1ro de agosto: son los seis años de la desaparición forzada de Santiago, justamente el Tercer Malón salió de Jujuy el 25 de agosto, día en que Santiago hubiera cumplido 34 años. Las fechas de las luchas y las causas están emparentadas, no deberían estar separadas, son, una única causa”, señaló.

Como cada mañana, los comuneros afincados a metros de la justicia saludan la salida del Tata Inti conmemorando en ese pequeño gesto la celebración de cada solsticio de invierno. Porque la lucha es por todos, por cada uno y para todos, repiten en una sola voz. Porque este pueblo anclado en vejámenes y traición, bien sabe de resistencias. En gratitud a la Pacha, en defensa del agua, el territorio y la vida.

 María Soledad Iparraguirre* ^Periodista y escritora

Este artículo fue publicado originalmente en el portal enredando.org.ar

Foto de portada:Rodrigo Ruiz (Revista Cítrica)

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