Nuestra América

Argentina: las tres maniobras británicas desmalvinizadoras en curso

Por VGM Cesar Trejo*. –
En las últimas semanas, la inteligencia británica activó tres operaciones simultáneas, a través de sus agentes locales.

La primera de la serie, fue una publicación realizada por el falaz y mentiroso General Martín Balza, ex jefe del Ejército durante la Presidencia de Carlos Menem. El 12 de mayo, el diario Perfil le publicó a Balza su nueva contribución a la impunidad de los crímenes cometidos por los británicos en la guerra de 1982, bajo el título “En Malvinas se respetaron los usos y leyes de la guerra”.

No fue la primera vez que una de las principales manos ejecutoras del desarme unilateral argentino se expresaba a favor de considerar un “hecho de guerra”, a lo que los propios británicos acusaron como un crimen de guerra.

Ya lo había hecho en 1993, cuando se constituyó la Comisión Investigadora de Crímenes de Guerra Británicos en la guerra del Atlántico Sur, creada a instancias de la Federación de Veteranos de Guerra para recabar testimonios en sede administrativa del Ministerio de Defensa argentino. Balza dijo en esa oportunidad que “no me consta que los británicos hayan violado las normas internacionales; fue una guerra entre caballeros”.

La consecuencia más grave de esa declaración, fue que oficiales y suboficiales del Ejército y del resto de las Fuerzas Armadas, desistieron de presentarse a testimoniar ante la Comisión Investigadora, por las posibles represalias ante el acto de desmentir al entonces Jefe del Ejército.

Hubo sólo dos excepciones: la del ex subteniente del E.A. Leonardo Durán, quien sufrió junto a veinte de sus soldados del Regimiento de Infantería Nº 12, la comisión del delito de acciones peligrosas en perjuicio de prisioneros de guerra argentinos, realizadas compulsivamente, cuya consecuencia fue la muerte de tres soldados y heridas de diversa consideración para el resto del pelotón, incluyendo a Durán. La otra excepción, fue la del ex comandante del submarino A.R.A. “Santa Fe”, Capitán de Corbeta Horacio Bicain, quien se presentó ante la Comisión Investigadora para brindar testimonio sobre el homicidio del Suboficial Félix Oscar Artusso, en la Isla San Pedro.

Ante la actitud del general Martín Antonio Balza, le enviamos desde la Federación de Veteranos de Guerra de la R.A., una carta documento solicitándole ratificara o rectificara sus dichos en un plazo de 48 hs., ante lo cual nos convocó a una audiencia, para explicarnos que había hecho esa afirmación porque como Jefe del Grupo de Artillería Nº 3 en la Isla Soledad, no había sido testigo de ningún crimen de guerra. Le respondimos que en su carácter de Jefe del Ejército no podía desconocer el Informe Oficial editado por esa Fuerza en 1983, donde constaba el Acta redactada por oficiales de las tres fuerzas Armadas que registró los homicidios de Darwin. Balza se comprometió a hacer declaraciones ante la prensa –lo que hizo tímidamente-, para insistir con su versión mentirosa varias veces con posterioridad.

La segunda maniobra desmalvinizadora la consumaron tres académicos protegidos por el sistema universitario colonial: Jorge Ossona, Vicente Palermo y Luis Alberto Romero, quienes firmaron una nota publicada por el diario La Nación, bajo el título “Malvinas, una mirada diferente para dejar atrás el callejón sin salida”

Allí, los tres colaboradores de su majestad británica se lamentaron que la Causa de Malvinas sea bandera de unidad de los argentinos, y que haya aparecido un nuevo actor social respetado: los veteranos de guerra.

Reinciden en uno de los errores más frecuentes en todos quienes conforman las élites de producción simbólica vernáculas: imputar la responsabilidad de la guerra a nuestro país, clausurando el debate sobre sus causas. “…fuimos a la guerra, lo festejamos banalmente y el callejón se profundizó. Estropeamos nuestras oportunidades en el contexto internacional, que, aunque no era favorable, tenía puntos prometedores…”,” …La guerra ha dejado, además de dolor por los caídos, un legado maldito: sacralizó la tierra; la sangre derramada puede más que cualquier argumento. Negociando territorio ya no se traiciona solo a la patria; se traiciona a los muertos…”.

En el campo de las Ciencias Sociales, se consolida cada vez más la hipótesis de las causas exógenas del conflicto armado de 1982, es decir, que la guerra fue provocada por los EE.UU. y sus aliados de la OTAN, para justificar la instalación de una base militar de esa alianza en el Atlántico Sur. Pero nada de esos avances heurísticos son atendidos por los supuestos investigadores, que justifican su ignorancia apelando al ejercicio de “valores republicanos, democráticos y liberales”, en contra de “una identidad nacional que se construyó unanimista, territorialista, esencialista”.

Los perduellis Ossona, Palermo y Romero reafirman la tesis británica que el resultado de la guerra de 1982 es irreversible, y que la intransigencia argentina ante cualquier negociación que no incluya la cuestión de la soberanía nos lleva a un callejón sin salida, recomendando regresar a la fórmula del “paraguas” para “encauzar objetivos políticos y económicos en el Atlántico Sur y en Malvinas”“…además de trazar una línea de continuidad enhebrada entre tres gobiernos, de diferentes orientaciones pero con vocación de redefinir la inserción argentina en el mundo: el de Menem, el de Macri y el actual.”

Ignoran, deliberadamente, que los llamados Acuerdos de Madrid I y II, suscriptos por Menem y Cavallo a partir de 1989 siguen plenamente vigentes, no fueron denunciados por ningún gobierno, y que el “paraguas” le ha servido exclusivamente a los avances unilaterales británicos en el Atlántico Sur.

El equívoco sostenido por el Presidente Javier Milei el último 2 de abril, cuando les dio entidad a los ocupantes ilegales de las islas instándolos a “votar con los pies” definiendo el destino último de la soberanía, es avalado por los pretendidos catedráticos, cuando afirman: “los malvinenses son una parte en las negociaciones y deberán ser consultados”…”, “necesitamos respetar a los isleños, como británicos y malvinenses, ciudadanos de una gran comunidad política y sujetos de una diminuta identidad colectiva”.

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El temor por la creciente adhesión popular a la Causa de Malvinas despierta alarmas en los tres autores, revelando los riesgos percibidos por sus mandantes.

“La adopción estética y doctrinal de la causa Malvinas por parte de las hinchadas futboleras y de los núcleos más activos de los clubes no es nueva, pero impresiona. Y conlleva un enraizamiento generacional. Pasiones de raigambre popular tienen un notorio aire de familia; el cántico, la calle, el “tablón”, los grafiti, los murales, el aguante, la lealtad incondicional…”, “…El ánimo colectivo del reclamo popular “volveremos”, en la calle o en redes sociales, parece vigente, a veces en latencia, y puede despertar, resurgir. No celebramos esta perseverancia, que si bien dignifica a quienes la sostienen, nos empuja más y más adentro del callejón sin salida.”

Seguramente por estas circunstancias es que Ossona, Palermo y Romero despotrican contra la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional, que con gran sabiduría señaló al verdadero sujeto protagonista de la Causa de recuperación de nuestros territorios usurpados: el pueblo de la Nación Argentina.

Si el enemigo se preocupa porque el pueblo asume plenamente la Causa de Malvinas, significa que debemos convertir ese sentimiento en proyecto político, reemplazando a los actuales dirigentes colonizados por representantes genuinos de la voluntad popular. Y decir, como el Quijote: “Ladran, Sancho, señal que cabalgamos”.

La tercera maniobra británica está en pleno desarrollo, y cayó en manos de los ex combatientes y sus adláteres predilectos de la embajada británica y de la BBC: se trata de la difusión de un documental denominado “Las voces del silencio”, donde los anti-héroes del CECIM La Plata insisten en revivir sus fracasados intentos judiciales de caracterizar los abusos y maltratos cometidos por oficiales y suboficiales argentinos como “crímenes de lesa humanidad”.

Ese disparate ya fue sepultado judicialmente por distintas instancias del Poder Judicial, que determinó que no hubo planificación sistemática de exterminio de los soldados conscriptos por parte de sus superiores, y que los hechos denunciados ocurrieron –de verificarse-, en el marco de las acciones armadas contra una potencia extranjera, donde además de aplicarse el Código de Justicia Militar, el Código Penal Argentino y el Derecho Internacional Humanitario (éste sí, con imprescriptibilidad de los crímenes de guerra hacia los delitos cometidos por las fuerzas británicas), no pueden ser considerados como “crímenes de lesa humanidad”. Es decir, que se aplica la causa de prescripción, no pudiendo ser penalizados en la actualidad.

A sabiendas de ello, la estrategia de la única organización de ex combatientes del país que se auto-percibe como una entidad de derechos humanos más que como representante de los veteranos de guerra argentinos, es proseguir con la propaganda favorable al objetivo colonial de definir a la guerra de 1982 como un conflicto interno, restándole el carácter de lucha anti-colonial. Que es lo que pretenden los británicos para proseguir el saqueo de nuestros bienes naturales en el Atlántico Sur y en la explotación de los principales recursos estratégicos en el continente argentino.

Las tres maniobras van dirigidas, según el manual del poder blando británico, a las elites argentinas, conformadas por los sectores medios y altos, proclives a la colonización cultural, pedagógica e ideológica, tanto de izquierda como de derecha. Se trata de la “guerra cognitiva” de la que nos hablan los actuales teóricos del conflicto, y donde los ingleses han desarrollado las mejores capacidades, lo que les ha permitido en siglos pasados dominar gran parte del mundo para enriquecerse a expensas del resto de las comunidades.

Es tarea ineludible de quienes pretendemos emanciparnos de todo poder extranjero, denunciar las maniobras tendientes a confundirnos y enfrentarlas con prudencia, inteligencia y organización.

VGM Cesar Trejo* Director del Observatorio de Malvinas – Universidad Nacional de Lanús 

Este artículo ha sido publicado originalmente en el portal palsur.com.ar/

Foto de portada: TAGS: MALVINAS, DESMALVINIZADORES, CECIM LA PLATA, BALZA, JORGE OSSONA, VICENTE PALERMO Y LUIS ALBERTO ROMERO

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