El Gobierno argentino anunció que el país se retira del Grupo Lima. El espacio regional había sido creado en agosto de 2017 por un grupo de países con gobiernos de derecha alineados con la política exterior que Estados Unidos desarrollaba contra la República Bolivariana de Venezuela, entre esos gobiernos se encontraba el del argentino Mauricio Macri.
La política exterior norteamericana había fracasado al intentar aplicar sanciones contra el gobierno de Nicolás Maduro en la Organización de Estados Americanos (OEA). Las acciones del secretario general de ese organismo, el uruguayo Luis Almagro, un alfil de las políticas del Departamento de Estado, no habían rendido sus frutos. Por ese motivo, desde Estados Unidos se impulsó la creación del Grupo de Lima con el único fin de agredir diplomáticamente a Venezuela.
Desde que el Frente de Todos triunfó en las elecciones presidenciales de Argentina (2019) y Alberto Fernández asumió la presidencia de la Nación, diversos sectores de ese espacio político reclamaban la salida del país del Grupo de Lima.
Tras más de un año en el gobierno, a través de un comunicado de la Cancillería anunció la salida del país de ese espacio.
En el comunicado del Ministerio de Relaciones se señala que “en el día de la fecha, la República Argentina formalizó su retiro del denominado Grupo de Lima, al considerar que las acciones que ha venido impulsando el Grupo en el plano internacional, buscando aislar al Gobierno de Venezuela y a sus representantes, no han conducido a nada. Por otro lado, la participación de un sector de la oposición venezolana como un integrante más del Grupo de Lima ha llevado a que se adoptaran posiciones que nuestro Gobierno no ha podido ni puede acompañar”.
“Una vez más, reiteramos que la mejor manera de ayudar a los venezolanos es facilitando que haya un diálogo inclusivo que no favorezca a ningún sector en particular, pero si a lograr elecciones aceptadas por la mayoría con control internacional. Es claro que no pueden las autoridades venezolanas desconocer, sin embargo, que producir las condiciones para un diálogo que resulte productivo es primordialmente su responsabilidad. Un diálogo del que deben formar parte, pero del que no puede apartar a la oposición en su conjunto. Un diálogo que sin duda se vería enriquecido con voces provenientes de los principales actores sociales del país, como la Iglesia, el sector empresario y las organizaciones no gubernamentales, sin exclusiones”.
“En un contexto en el que la pandemia ha hecho estragos en la región, las sanciones y bloqueos impuestos a Venezuela y a sus autoridades, así como los intentos de desestabilización ocurridos en 2020, no han hecho más que agravar la situación de su población y, en particular, la de sus sectores más vulnerables. Es importante señalar que las sanciones han afectado el goce de los derechos humanos de la población venezolana, de acuerdo a lo que se constata en el informe de la Relatora Especial sobre las repercusiones negativas de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos”.
“Con este espíritu, la Argentina continuará sosteniendo su compromiso con la estabilidad en la región, y buscará encaminar soluciones pacíficas, democráticas y respetuosas de la soberanía y de los asuntos internos de cada Estado”, concluye el comunicado.
Notas:
*Profesor y escritor
Fuente: Diario Contexto