Análisis del equipo de PIA Global Nuestra América

Argentina ante la nueva coyuntura bélica

Escrito Por Oscar Rotundo

Por Oscar Rotundo*. – Dos guerras terribles sacuden como nunca este 2023, y en ellas aparecen entrelazadas dos fuerzas retrógradas y criminales, el fascismo y el sionismo.

Mancomunados, armados, organizados, alentados y alimentados por el eje unipolar atlantista anglonorteamericano, tanto el fascismo que perturbó la paz en los territorios del Donbas, como el sionismo expansionista en los territorios palestinos, son expresiones acabadas del neocolonialismo imperialista manejado por Estados unidos y sus diversas herramientas.

Son la peste que todo lo consume y destruye hasta la raíz, son la continuidad de la política de exterminio consumada en Hiroshima y Nagasaki o en las tierras del Vietnam arrasado con Napalm y Gas Mostaza. Son la expresión política disfrazada de antisistema, que con su odio y sectarismo avanza sobre los derechos y la solidaridad enfrentando pueblo contra pueblo para consagrar los intereses de las oligarquías y en definitiva de la política imperialista que les da vida y justifica su existencia.

En el Donbas las atrocidades del batallón Azov o Sector Derecho contra la población ruso parlante empujaron la realización de la operación especial ordenada por Vladimir Putin para desnazificar la región, impedir el avance otanista hacia las fronteras de la Federación de Rusia y garantizar la paz y la salvaguarda de las personas residentes en el lugar.

En Palestina el ejército sionista del Estado de Israel aplicando una política sistemática de apartheid, persecución y encarcelamiento de jóvenes y niños, asesinatos diarios y selectivos y asalto a las mezquitas y lugares sagrados para los musulmanes y cristianos, ha generado la respuesta violenta del 7 de octubre por parte de la resistencia palestina encabezada por la organización Hamas, que ha decidido emprender el camino de no retorno en aras de concretar el reconocimiento del Estado Palestino de acuerdo a las fronteras de 1967, con su capital en Jerusalén.

Tanto el sionismo como el fascismo en el despliegue de sus acciones han contado con la complicidad de las corporaciones internacionales mediáticas y con el apoyo político de agrupamientos de ultraderecha como la CEPAC en nuestro continente, organizaciones en las que coinciden personajes como Milei, Macri, José Antonio Kast, Bolsonaro, Steve Bannon, Box de España, Trump.

Personajes de la jungla reaccionaria internacional, articuladores de la política genocida de Estados Unidos e Israel, y del colonialismo depredador que todavía contempla entre sus planes instaurar un mundo funcional a las élites y a su inescrupuloso estilo de vida a costa de la vida de millones de personas.

A todos ellos los une un profundo desprecio por la vida, y sus acciones siempre apuntan al conflicto, a través de la intriga, la provocación y la obsesión por el lucro y la conquista.

Tanto en el fascismo como en el sionismo, la construcción de sus relatos lleva a la justificación de sus actos, que generalmente son atroces. Son instrumentos para la opresión de los pueblos y eso se ha demostrado y se demuestra constantemente, pero, quizás, lo que más asusta de su criminalidad, es la inacción que generan en gobiernos que se dicen democráticos y observadores de las leyes y los acuerdos internacionales.

Todavía conservo en mi memoria las imágenes del incendio en la Casa de los Sindicatos en Odesa, el 2 de mayo de 2014, donde fueron asesinadas 50 personas quemadas vivas, por las hordas fascistas que pretendían la integración europea de Ucrania. Cabe recordar que quienes pretendieron huir del edificio en llamas eran apaleados y rematados cuando saltaban por las ventanas.

Pero Europa, en lugar de intervenir y juzgar por sus crímenes de lesa humanidad a los responsables, que inclusive han sido incorporados a las fuerzas regulares de Ucrania, hoy se desangra política y económicamente apoyando una aventura expansionista de la OTAN, alimentando con su sacrificio a criminales de guerra que arremeten contra las poblaciones en las que penetran, violando y torturando a los lugareños ruso parlantes o gitanos, e inclusive profesantes de la religión ortodoxa.

El relato construido por el fascismo, que occidente propala, es el de la injustificada invasión de la Federación de Rusia al territorio ucraniano, e inclusive no falta el desafortunado relator que esgrima el fiasco argumental del “imperialismo ruso”

En el mismo sentido, el relato sionista, tiende a justificar sus acciones colonialistas y criminales. Pasado el 7 de octubre, han bombardeado intensamente a la población civil de Gaza, han cortado la luz, el agua, el internet, el gas, e impedido el ingreso de ayuda humanitaria, han atacado 20 hospitales y hasta el momento de cumplirse semanas de la operación militar de Hamas y la resistencia palestina, se calculan más de 8 mil muertos, entre ellos varios miles de niños de corta edad y ancianos.

Bombardean Siria, Egipto, Jordania y el Líbano y penetran en el territorio de Cisjordania secuestrando a jóvenes palestinos, asesinando a más de cien, desconocen la votación de las Naciones Unidas que el viernes se pronunció por un alto el fuego y la entrada de ayuda humanitaria en la franja de Gaza, con 120 votos a favor, 14 en contra y 45 abstenciones.

Por lo visto, tanto el fascismo como el sionismo no piensan detener sus tropelías pues siguen el guion planteado por sus patrones imperialistas y eso constituye un gran desafío para los gobiernos y naciones que pretenden construir un mundo más equitativo y justo.

No es posible seguir soportando la impunidad con la que se atenta contra la vida de personas inocentes, porque se sabe que esta política de tierra arrasada que llevan adelante las hordas fascistas y sionistas viene de la mano de la concepción terrorífica que plantea que hay millones de personas que sobran en el planeta.

Es por ello que más allá de las guerras de exterminio, se utilicen las sanciones y bloqueos económicos para afectar a los sectores más vulnerables de las sociedades, toda una acción determinada enrolada en la estrategia de subordinación y pillaje del imperialismo.

Si bien es cierto que las movilizaciones en el mundo en contra de los crímenes del Estado de Israel se multiplican cada día, esto no es suficiente. Para poder parar el genocidio, lo que se debe profundizar es el boicot a los intereses israelitas en cada país.

Los gobiernos democráticos que se dicen consecuentes con los ideales de la paz y la justicia, tienen que tomar medidas concretas para que se frenen los atropellos contra las víctimas inocentes, no se puede hablar de democracia y libertad mientras se contempla el holocausto.

No se puede criticar y al mismo tiempo alimentar los intereses de quienes financian la guerra y el genocidio.

Entre los gobiernos de la región hay quienes han alzado la voz con más decisión que otros, pero hace falta la decisión política de terminar con la barbarie, tomando la iniciativa y dejando de ser cómplices de la misma.

Argentina tiene parte de su territorio ocupado por una fuerza colonialista desde el siglo XIX que alimenta al sionismo depredador de Israel avasallando nuestra soberanía, otorgando ilegalmente concesiones de explotación petrolera a una empresa israelí en nuestras islas Malvinas, y no solo eso, el gobierno argentino permite a la empresa estatal israelí Mekorot, denunciada por Amnistía Internacional por sus prácticas criminales contra la población palestina, negociar con nuestro patrimonio hídrico para financiar las tropelias del gobierno sionista.

Me pregunto, ¿será que alguna vez nuestra clase política se pondrá a favor de las víctimas y no de los victimarios? ¿será que alguna vez podremos sentirnos orgullosos de ser argentinos por estar al lado de los que mas sufren?, ¿o seguiremos festejando los goles de un mundial de futbol, entregándonos mansamente a los designios de las fuerzas que atentan contra la existencia de la humanidad?

Oscar Rotundo* es analista político y editor de PIA Global

Foto de portada:https: cgt-lkn.org/

Acerca del autor

Oscar Rotundo

Analista político y editor del equipo de Periodismo Internacional Alternativo PIA Global Miembro del consejo editorial de la Revista "PUEBLO EN ARMAS", del CENTRO DE ESTUDIOS E INVESTIGACIONES DE LAS RELACIONES CÍVICO-MILITARES (FUNDAPAS)" República Bolivariana de Venezuela

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