Los medios monopólicos del relato circulante, y los controladores del algoritmo, inmediatamente propalaron la idea de “fallo histórico” e identificaron a Irán como responsable de los atentados ahora con una resolución judicial. Aunque se trata de un expediente que no entiende en el caso por lo cual no tiene ningún corpus probatorio para sustentar dicho fallo.
Los que conocemos el funcionamiento del dispositivo complejo y multidimensional del lawfare no podemos dejar de ver que se activó el mismo. Primero con la instalación de una “verdad” mediática, sin importar o reparar en que dicha Cámara de Casación no tiene ninguna potestad y mucho menos herramientas para establecer semejante cosa. Luego vendrán los pasos necesarios, si es que los necesitan, pero objetivamente ya condicionaron la producción política nacional.
El juez Carlos Mahiques, cabeza de la familia judicial de estrechísimos y amicales lazos con el ex ministro, aparentemente kirchnerista, Wado de Pedro; ministro de Justicia de la gobernadora macrista Vidal, autor de la Gestapo antisindical en provincia de Buenos Aires y coautor del Lawfare a nivel nacional, con sus hijos como operadores; es el encargado de ejecutar este mandato y así lo evidencia cuando horas después de publicada la resolución le ofrece una entrevista a Romina Manguel (una periodista muy “relacionada” con los jueces y sus jefes) y le expresa los objetivos reales de la medida.
Un entusiasta y verborrágico Mahiques, que con su hijo y otra banda de jueces dirigidos por los subalternos de Jaime Stiuso, Leonardo Bergroth y Tomás Reinke, fueron parte del charter de Clarín a la casa de Lewis en Lago Escondido; dijo en la entrevista a Manguel que el fallo » tiene que ver con la seguridad nacional», «se especifica quiénes fueron los autores y por qué eligieron a la Argentina como blanco». Entusiasmado y cómodo se animó a la crítica política diciendo «es llamativo que nunca se hayan roto relaciones diplomáticas con Irán», y fue firme en condicionar que «los jueces que intervengan en la causa memorándum tendrán que seguir este fallo«, «lo del memorándum tiene una conexión directa con la consecuencia del atentado y la responsabilidad que le cabría a Irán como Estado gestor de esta sucesión de hechos terribles», y agregó suelto de cuerpo emulando a Nisman sosteniendo fabulosas imputaciones en el programa de TN “A dos voces” que «lo de Nisman fue una fatwa» (mandato islámico que todo musulmán tiene la obligación de intentar llevar adelante) y que «es posible que dicten una fatwa como a Nisman, nos tenemos que manejar sin paranoia»(¿?).
Por su parte la pomposamente llamada “oficina de Presidencia” inmediatamente celebró el “fallo histórico” con un comunicado donde se encarga de puntualizar; «los reiterados intentos del kirchnerismo por encubrir la responsabilidad de Irán y postergar este fallo histórico, traicionando a la Patria en el año 2013con la firma del denominado ‘Memorándum de Entendimiento’, pacto que promovía y garantizaba la impunidad terrorista».
Se entusiasma en su propio relato el inefable juez, puesto por Macri sin concurso ni validación legislativa, y advierte que al haber en su fallo calificado los hechos como de lesa humanidad los mismo son imprescriptibles y obligan a la legislación argentina a revisarse para poder efectuar juicio en ausencia lo cual hasta hoy está prohibido por la propia Constitución Nacional, ley menor si las hay en Comodoro Py.
Durante un fugaz momento de honestidad intelectual el operador periodístico Jorge Lanata convirtió su investigación sobre el atentado terrorista, en un libro en coautoría con Joe Goldman llamado Cortinas de Humo. También el amanuense Gabriel Levinas tuvo su raptus de honestidad; cuando encabezó una comisión financiada por el propio encubridor Rubén Beraja para investigar los hechos y concluyó en un tenor similar a Lanata. Lo mismo la frondosa producción sobre el tema del gran investigador periodístico Luis Salinas. Todas estas versiones con claros afluentes ideológicos distintos coincidieron en que la pista iraní fue impuesta y sólo sirvió para encubrir la llamada pista siria que involucraba a los sectores oligárquicos sirios, relacionados con sectores israelíes hoy en el gobierno de aquel país, que acordaron con Menem en algún momento, y que años más tarde financiarían a Daesh contra Al Assad.
El gran problema es que el encubrimiento compromete a funcionarios judiciales, políticos y comunitarios. Obviamente no se trató de una asociación ilícita de marginales oportunistas sino del cumplimiento, de parte de altísimos y orgánicos funcionarios políticos, judiciales, y comunitarios; de orientaciones de “alta política”, que abonaron la construcción de hipótesis de conflicto en juegos de guerra pentagonales y otanistas. Además de desmantelar toda posibilidad de incipiente desarrollo de nuclearización argentina abortando el convenio de cooperación existente entre Irán y Argentina y desmantelando el Condor II.
Hubo que construir un responsable y el relato debía ser común de Argentina e Israel, para lo cual el Subsecretario para Asuntos Latinoamericanos Israelí Dov Schmorak junto al mismísimo jefe operativo de la Mosad llegaron inmediatamente al país para entrevistarse con Menem y Corach, y construir una versión común de los hechos. Allí nació el reclutamiento para otras ligas de Jaimito. Nisman entonces era colaborador de los fiscales que operarán el encubrimiento Mullen y Barbaccia.
En una Argentina en implosión política, social, y económica; devastada; con índices crecientes de pobreza e indigencia; con la extranjerización acelerada de la economía; con la colonización sionista y anglo-norteamericana de los principales resortes de la defensa, de la soberanía y de la producción; en esa Argentina con sectores populares q van empezando una resistencia a la que se le opone una sobreactuación represiva; ahí es donde irrumpe esta noticia para entretener incautos, operar las líneas de los enemigos históricos de nuestra patria y sobre-determinar la producción política mediante la amenaza judicial más allá de los acuerdos que quién sea haya anudado con cualquier generala pentagonal o embajador imperial.
Este fallo es un paso más en el encubrimiento de la verdad histórica, reafirma un alineamiento geopolítico neocolonial y subordinado, cumple las orientaciones que la General Richardson (Pentágono), el Sr William Burns (jefe de la CIA), Anthony Blinken (Secretario de Estado) entre tantísimas otras visitas ilustres que vienen a orientar al inestable gobierno e Javier Milei sobre los pasos a seguir.
Este fallo es también producción de lawfare intentando la reactivación de la causa memorándum que tiene a Cristina Kirchner como principal imputada.
Este fallo confirma la colonización del poder judicial.
Es un fallo infame.
Dr. Fernando Esteche* Dirigente político, profesor universitario y director general de PIA Global
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