Como presidente pro tempore de la Celac y pieza importante en el tablero regional se ha manifestado en distintos aspectos sumamente contradictorio, por un lado con relación a Venezuela, el gobierno argentino decide retirarse del Grupo de Lima y de la denuncia respecto de la situación en Venezuela, presentada a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional, por otro, exhorta a Venezuela a “cooperar plenamente” e, “implementar íntegramente las recomendaciones” de la alta comisionada, Michelle Bachelet y acelerar las “investigaciones prontas, exhaustivas, independientes, imparciales y transparentes sobre las alegaciones de violaciones de derechos humanos”, evidentemente desconociendo el papel que la señora Bachelett ha jugado en el entramado desestabilizador hacia el gobierno bolivariano y sin pronunciarse sobre la ilegal y arbitraria detención del diplomático Alex Saab, y sobre el bloqueo y las sanciones e intentos descarados con los que Estados Unidos ha participado de los laboratorios conspirativos y la financiación de grupos terroristas que acosan la estabilidad del país caribeño.
Con Nicaragua, la política exterior argentina mantiene una dura postura y manifiesta su “preocupación” por la violación de los derechos humanos y la existencia de presos políticos en este país centroamericano, sin ruborizarse por la existencia de presos políticos en nuestro país, con el internacionalmente conocido caso de Milagro Sala que ha provocado que El CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales) junto con Abogadas y abogados del Noroeste Argentino denunciaran al Estado argentino ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por la situación de hostigamiento y criminalización que padece Milagro Sala desde que Gerardo Morales asumió el gobierno de la provincia de Jujuy.
A esta situación, debemos agregar que del 20 al 29 de abril de se realizará el juicio de extradición del ciudadano argentino Facundo Molares a solicitud del gobierno de Colombia, también sin tener en cuenta que el país solicitante es un Estado denunciado por las constantes y flagrantes violaciones a los derechos humanos y por ser causante del fracaso de los acuerdos de paz firmados en la Habana, Cuba, o el reciente caso de Apablaza militante chileno que fue detenido en Argentina en 2004 por orden de la Justicia chilena y que cuando la Corte Suprema del vecino país autorizara la solicitud de extradición, iniciara un pedido de asilo político que terminó otorgándolo el gobierno de Cristina Kirchner, pero que ahora pareciera estar en duda ya que se habla de su posible entrega al gobierno chileno.
Con todos estos antecedentes el gobierno argentino este 7 de abril acompañara una resolución promovida por EEUU para que la Federación de Rusia sea suspendida como miembro permanente del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas.
Ya el Gobierno argentino había condenado “la invasión a Ucrania” e instado a la Federación de Rusia a que “cesara inmediatamente en el uso ilegítimo de la fuerza, así como las operaciones militares en territorio ucraniano”, haciéndose eco del libreto anglosajón atlantista que solo tiene una verdad y esa es la que inventa de acuerdo a sus intereses, como bien podemos recordar al conmemorar los 40 años de la guerra de Las Malvinas, en la que acuerdos como el TIAR, dejaron de existir para los intereses gringos y aportaron en la consolidación de la usurpación consumada por el Reino Unido de Gran Bretaña en el siglo XIX.
Bien Vale recordar que quienes estuvieron a nuestro lado en aquel y en este momento para la defensa de nuestros derechos y nuestra soberanía sobre Malvinas, como Venezuela, Nicaragua y Cuba, hoy son juzgados irrespetuosamente por una política exterior colonizada.
Atrás quedó la alegría del viaje del 3 de febrero cuando “El presidente Fernández se fue muy contento por las negociaciones con su par ruso, Vladímir Putin, que marcan “un reimpulso de las relaciones entre la Argentina y Rusia” y cuando el embajador argentino calificara de “óptima” y “excelente” la relación bilateral, por la visión del mundo, de los problemas regionales”.
Bueno ahora nuestro país, con esta inconfesable decisión, no solo tendrá que juntar dólares para pagarle al Fondo Monetario Internacional, sino también Rublos para continuar esta “excelente” relación bilateral con la Federación Rusa, que dicho sea de paso, nos apoyo y apoya por Malvinas.
