En una reunión que se celebrará este mes en Riad, en la que participarán países como Arabia Saudita, Egipto, Jordania y los Emiratos Árabes Unidos, se discutirán borradores de ideas. Las propuestas podrían incluir un fondo de reconstrucción liderado por el Golfo y un acuerdo para marginar a Hamas, expresaron cinco de fuentes.
Arabia Saudita y sus aliados árabes quedaron horrorizados por el plan de Trump de «limpiar» a los palestinos de Gaza y reasentar a la mayoría de ellos en Jordania y Egipto, una idea inmediatamente rechazada por El Cairo y Ammán y considerada en la mayor parte de la región como profundamente desestabilizadora.
La consternación en Arabia Saudita se agravó, dijeron las fuentes, porque el plan eliminaría la demanda del reino de un camino claro hacia un Estado palestino como condición para normalizar los lazos con Israel, algo que también allanaría el camino para un ambicioso pacto militar entre Riad y Washington, reforzando las defensas del reino contra Irán.
Una fuente del gobierno árabe dijo que ya se habían elaborado al menos cuatro propuestas para el futuro de Gaza, pero que ahora estaba surgiendo una propuesta egipcia como central para el impulso árabe en pos de una alternativa a la idea de Trump.
La propuesta egipcia
La última propuesta egipcia implica la formación de un comité palestino nacional para gobernar Gaza sin la participación de Hamas, la participación internacional en la reconstrucción sin desplazar a los palestinos al exterior y el avance hacia una solución de dos Estados, dijeron tres voceros de seguridad egipcias.
Arabia Saudita, Egipto, Jordania, los Emiratos Árabes y representantes palestinos revisarán y discutirán el plan en Riad antes de presentarlo en la cumbre árabe programada para el 27 de febrero, dijo la fuente del gobierno árabe.
El papel del príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, ampliamente conocido como MbS, se perfila como clave. “Les estamos diciendo a los estadounidenses que tenemos un plan que funciona. Nuestra reunión con MbS será crucial. Él está tomando la iniciativa», dijo un funcionario jordano.
El príncipe heredero tuvo una relación cálida con la primera administración Trump y es cada vez más central en los lazos árabes con Estados Unidos durante la nueva era Trump.
El líder saudí, que durante mucho tiempo ha sido un importante socio regional de Estados Unidos, está ampliando la relación con Arabia Saudita a través de los negocios y la política de poder global.
El fondo soberano de Arabia Saudita celebrará este mes una conferencia en Miami a la a donde se espera que asista Trump. También se considera que Riad sea la sede de sus próximas conversaciones con el presidente ruso, Vladimir Putin, para intentar poner fin a la guerra en Ucrania.
La Casa Blanca no respondió a varias solicitudes de comentarios sobre esta historia.
El secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, habló el jueves sobre la próxima reunión árabe y dijo: «Ahora mismo el único plan, es el plan Trump. Así que si tienen un plan mejor, ahora es el momento de presentarlo».
Zona de amortiguamiento
Ya ha resultado difícil elaborar planes claros para el futuro de Gaza después de la guerra, ya que requieren posiciones en debates polémicos sobre la gobernanza interna del territorio, la gestión de la seguridad, la financiación y la reconstrucción.
Israel ha rechazado cualquier papel de Hamas o de la Autoridad Palestina en el gobierno de Gaza o en la garantía de la seguridad allí. Los países árabes y Estados Unidos también han dicho que no quieren enviar tropas al terreno para cumplir esa función.
Los países del Golfo, que históricamente han pagado la reconstrucción en Gaza, han dicho que no quieren hacerlo esta vez sin garantías de que Israel no volverá a destruir lo que construyan.
El rey Abdullah de Jordania, en su reunión con Trump el lunes en la Casa Blanca, enfatizó que estaba trabajando con Arabia Saudita y Egipto en un plan para Gaza que funcionaría.
Abdullah dijo en comentarios televisados después de la reunión que los países revisarían un plan egipcio y que «estaremos en Arabia Saudita para discutir cómo podemos trabajar con el presidente y Estados Unidos».
Reuters no pudo contactar inmediatamente con el ministro de Asuntos Exteriores de Jordania, Ayman Safadi, para que hiciera comentarios al respecto. Tras la reunión de Abdullah con Trump, Safadi dijo: «Ahora estamos trabajando para concretar el plan árabe».
Las propuestas iniciales compartidas por las tres fuentes de seguridad egipcias en relación con la reconstrucción y la financiación parecen avanzadas.
Se construiría una zona de separación y una barrera física para impedir la construcción de túneles a través de la frontera de Gaza con Egipto. Una vez retirados los escombros, se establecerían 20 zonas como zonas habitables temporales. Se contratarían a unas 50 empresas egipcias y extranjeras para realizar las obras.
La financiación se realizaría con dinero internacional y del Golfo, comentó una fuente regional con conocimiento del asunto. Un posible fondo podría llamarse Fondo Trump para la Reconstrucción, dijo un funcionario del gobierno árabe.
Sin embargo, las cuestiones más difíciles relacionadas con la gobernanza y la seguridad interna de Gaza aún están por decidirse, aclaró el funcionario. Sumó a su declaración que “Obligar a Hamas a abandonar cualquier papel en Gaza sería fundamental”.
Hamás ha dicho anteriormente que está dispuesto a ceder el gobierno de Gaza a un comité nacional, pero querría tener un papel en la elección de sus miembros y no aceptaría el despliegue de ninguna fuerza terrestre sin su consentimiento.
Las tres fuentes egipcias dijeron que si bien nada en el plan era muy nuevo, creían que era lo suficientemente bueno como para cambiar la opinión de Trump y que podría imponerse a Hamas y a la Autoridad Palestina bajo Mahmoud Abbas.

“No estoy satisfecho”
El enojo saudí por Gaza ya venía creciendo antes del anuncio de Trump. El reino había dicho repetidamente que la normalización con Israel estaba condicionada a un camino hacia la creación de un Estado palestino en Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén Oriental ocupadas por Israel.
Esa postura se endureció a medida que la ira pública saudí crecía ante la destrucción y la muerte en Gaza. En noviembre, el príncipe heredero acusó públicamente a Israel de genocidio durante una cumbre islámica y reafirmó la necesidad de una solución de dos Estados.
Washington parecía dispuesto a hacer caso omiso de la exigencia de Riad de que se establezcan dos Estados. El día antes de su anuncio sobre Gaza, a Trump le preguntaron si se podría llegar a un acuerdo de normalización sin una solución de dos Estados. Trump dijo: «Arabia Saudita va a ser de gran ayuda».
El enviado de Trump para Oriente Medio, Steve Witkoff, había mantenido reuniones en Riad a finales de enero. Dos diplomáticos de alto rango dijeron que Witkoff había establecido un plazo de tres meses para el proceso de normalización.
Pero la frustración saudí se transformó rápidamente en sorpresa y luego en ira cuando Trump anunció su idea de Gaza. «No está contento», dijo una fuente cercana a la corte real saudí sobre la reacción del príncipe Mohammed.
El nivel de enojo se hizo evidente rápidamente en las transmisiones de los medios estatales -que según los analistas son a menudo una medida de los puntos de vista oficiales saudíes- con informes de noticias televisivas que criticaban personalmente al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
«Están indignados», dijo Aziz Alghashian, un analista saudí familiarizado con el pensamiento oficial, al describir el estado de ánimo entre los altos funcionarios saudíes. «Esto es indignante. Más que frustración, esto es de otro nivel».
Muchos expertos dicen que Trump podría estar usando una vieja estrategia de negociación de su manual diplomático, al plantear una posición extrema como táctica inicial para las negociaciones. Durante su primer mandato, a menudo emitió lo que se consideró ampliamente como pronunciamientos exagerados en materia de política exterior, muchos de los cuales nunca se materializaron.
Aún así, ha complicado las negociaciones de normalización.
El ex jefe de inteligencia saudí, el príncipe Turki al-Faisal, que actualmente no ocupa ningún cargo en el gobierno, dijo en una entrevista con CNN la semana pasada que si Trump visitara Riad, «estoy seguro de que los líderes de aquí le darían una reprimenda».
Cuando se le preguntó si veía alguna perspectiva de que avanzaran las conversaciones de normalización con Israel, respondió: «En absoluto».
Pesha Magid, Samia Nakhoul, Suleiman Al-Khalidi y Ahmed Mohamed Hassan* son corresponsales de Reuters.
Este artículo fue publicado originalmente por el portal Reuters.
Foto de portada: Agencia de Prensa de Arabia Saudita